Jueves, Diciembre 26, 2024

XLIII Diálogo del CPI – Economistas analizan la actual coyuntura económica y sus efectos en la inversión en infraestructura pública

CPI – El economista, Tomás Izquierdo, sostuvo en el Diálogo del CPI realizado el martes 14 de enero, que la caída del PIB a raíz de la crisis social tendrá un impacto significativo en la inversión en infraestructura, especialmente en obras públicas y en el área inmobiliaria. Sin embargo, manifestó que el proceso constituyente es una oportunidad para proponer un modelo de desarrollo que haga de Chile un país mejor.
Como una “crisis endógena, que dejó en evidencia que Chile es institucionalmente más frágil y su economía más riesgosa de que lo percibíamos” definió el economista Tomás Izquierdo, gerente general de GEMINES Consultores, al estallido social que ha experimentado nuestro país en los últimos meses. El experto -orador principal del primer diálogo del año del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)- hizo una profunda revisión del impacto económico derivado del mismo en el corto y largo plazo en distintas áreas, enfatizando que es “mucho peor que la crisis subprime” que afectó a Chile en el 2008.
Al evento, en el que participaron también el economista y asesor del CPI, Luis Eduardo Escobar, y los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, asistieron más de 40 personalidades vinculadas al sector de la infraestructura.
Izquierdo atribuyó como principales causas de la crisis a factores -pérdida de confianza en las instituciones, colusiones empresariales, desigualdad, amenazas al empleo ante el ingreso masivo de inmigrantes, la segregación de la ciudad y otros- que deterioraron institucionalmente a un Gobierno que “ha abordado precariamente, con poca capacidad de conducción y autoridad, el desborde social y la violencia y a una clase política más preocupada de las rencillas con mirada de corto plazo, incapaz de poner el acento en lograr un gran acuerdo nacional para salir adelante”, afirmó.
Tras el 18/10 Izquierdo graficó el escenario del país, indicando que la economía se “desenchufó”, paralizándose un alto porcentaje de las actividades del comercio, servicios públicos, transporte, salud y educación y afectando significativamente a las pymes, uno de los principales motores de la economía nacional.
A diferencia de otras circunstancias críticas que han afectado a la economía chilena, esta tiene la particularidad de tener un componente interno de difícil gestión. Eso significa que las actividades más comprometidas son las no transables, especialmente servicios y construcción, lo que se reflejará en un importante impacto en la tasa desempleo, estimó Izquierdo.
Sin embargo, hay ventajas que aún presenta el país. “La historia de Chile sigue siendo un activo y todavía se puede girar a cuenta, en la medida que se tomen las medidas que corresponde. Además, tenemos una capacidad de endeudamiento externo que nos puede ayudar a ´enchufar’ nuevamente la economía”, aseveró.
Para el expresidente Frei, en el proceso de salir de esta crisis la clase política debe jugar un rol clave, asumiendo el liderazgo que le corresponde. “Debe haber un cambio, no puede ser que mientras el país requiere leyes -destacó- que resuelvan los problemas de la gente, en el Parlamento se debatan impugnaciones a ministros que debieran estar haciendo su trabajo”.
Pese al escenario pesimista, el gerente general de GEMINES dijo que el proceso constituyente es una gran oportunidad para proponer un modelo de desarrollo, como han hecho algunas naciones del norte de Europa, que permitan hacer de Chile un país mejor.
En esa línea, el ex consejero del Banco Central y consejero del CPI Jorge Marshall, puntualizó que el país podría entrar a una nueva fase de crecimiento, pero que para ello se debe organizar a los actores -empresas, universidades, etc.- de una manera distinta.
“La discusión -agregó- sobre el modelo de crecimiento, que no es el “otro modelo” del que alguna vez se discutió, no es estatista, es un modelo de economía de mercado estilo social democracia europea. La Europa donde se produjo esto fue en una coalición por el cambio. Eso produjo cambios virtuosos”.
Proyecciones
En cuanto a lo que viene, Izquierdo dio cuenta de cifras del Banco Central que estiman un crecimiento de un 1% para el 2019; de entre 0,5% a un 1,5% para el 2020 y entre 2,5% y 3,5% para el 2021.
Por su parte la demanda interna caería del 0,3% en 2019 a un -1,6% en 2020, para alcanzar el 4,1% en 2021; la exportación de bienes y servicios pasaría del -1-1% en 2019 al 2,2% en 2020 y 2021, mientras que las importaciones de bienes y servicios bajarían de un -3,8% en 2019 a un -7,3% en 2020.
La inflación promedio, que alcanzó el 2,3% en 2019, aumentaría a un 3,9% en 2020 para descender a un 3,1% en 2021.
El desempleo también experimentará un alza este año, estimándose que podría alcanzar en agosto un peak cercano a 9,4%, siendo el nivel más bajo esperado de 8,1% hacia fines de año.
El economista asesor del CPI, Luis Eduardo Escobar, resaltó el hecho de que, si bien las manifestaciones de la crisis fueron sorpresivas para todos, las señales de debilidad de la economía chilena se venían arrastrando ya desde hace mucho tiempo, al estar sus dinámicas de crecimiento fundamentalmente asociadas al precio del cobre.
Para el expresidente Lagos, el aspecto principal de la debilidad de nuestra economía radica en la disonancia entre el crecimiento de los ingresos de la población -acompañado de una mayor exigencia por bienes públicos- y la estructura tributaria que prevalece en el país.
“Los ingresos -aseguró- han aumentado 4 veces desde el 90 a la fecha, en tanto que los impuestos se mantienen más o menos al mismo nivel porcentual del PIB, siendo el principal factor de recaudación el IVA, tributo excesivamente regresivo”.
Impacto sobre la inversión
 La crisis social también tendrá efectos negativos en la inversión. De acuerdo a lo proyectado por Izquierdo, hay incertidumbre en los empresarios respecto a temas como régimen tributario, regulación laboral, nueva Constitución y derecho de propiedad.
Con respecto a los cuatro sectores que explican más del 80% de la inversión en el país, el economista puntualizó que, en el caso de la minería, lo positivo es que más de la mitad de los proyectos anunciados ya están en obra, hay reservas con buena ley y un precio del cobre auspicioso.
Sin embargo, hay dudas sobre cómo se manejarán los derechos de agua; concesiones mineras, los regímenes tributario y laboral, además de problemas de aprobación medio ambiental y baja productividad de la mano de obra.  “Pese a esto, igual es el sector relativamente menos amenazado”, afirmó.
Una situación diferente, en cambio, proyectó para obras públicas, ámbito que debería verse impactado en sus inversiones. A su juicio, hay fortalezas como los fondos destinados para reconstrucción anunciados por el Gobierno, a los que se suman los proyectos del área salud y la extensión del Metro, pese a que el cronograma se atrasó en un año.
“Las debilidades -dijo- están en el funcionamiento del Régimen de Concesiones, amenazado por el movimiento que promueve “No más TAG” y la reasignación de Presupuesto Público hacia el área social (pensiones, transferencias)”.
En este punto, los asistentes al diálogo coincidieron en la importancia de recuperar la asociación público privada (APP), probablemente en modalidades diferentes, donde se valide, en algunos casos, el criterio de “el que usa paga”.
En esta misma línea, el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz, comentó que la experiencia de Chile en APP se puede aprovechar para hacer un nuevo planteamiento acerca de cómo Estado y sector privado pueden colaborar para recuperar niveles de inversión.
En construcción, el panorama es menos auspicioso aún. Para el gerente general de GEMINES, hay un serio daño a la demanda potencial, generado por un mercado laboral golpeado, por un menor acceso al crédito, deterioro de las expectativas, menores ingresos de las familias y restricción a financiamiento de proyectos.
Estimó que los submercados más golpeados serán segunda vivienda, oficinas e infraestructura comercial (bodegas, logística).
Por último, en el sector energía, estimó que el impacto será medio, ya que existen amenazas más acotadas, entre las que mencionó una menor demanda por menor crecimiento del PIB tendencial y un marco regulatorio más incierto por la reforma a la Constitución.


 
PRESENTACIONES:

MINUTA DIÁLOGO

XLIII Diálogo del CPI. La Coyuntura Económica y su Impacto en los Proyectos de InfraestructuraVer Minuta

CPI – El economista, Tomás Izquierdo, sostuvo en el Diálogo del CPI realizado el martes 14 de enero, que la caída del PIB a raíz de la crisis social tendrá un impacto significativo en la inversión en infraestructura, especialmente en obras públicas y en el área inmobiliaria. Sin embargo, manifestó que el proceso constituyente es una oportunidad para proponer un modelo de desarrollo que haga de Chile un país mejor.
Como una “crisis endógena, que dejó en evidencia que Chile es institucionalmente más frágil y su economía más riesgosa de que lo percibíamos” definió el economista Tomás Izquierdo, gerente general de GEMINES Consultores, al estallido social que ha experimentado nuestro país en los últimos meses. El experto -orador principal del primer diálogo del año del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)- hizo una profunda revisión del impacto económico derivado del mismo en el corto y largo plazo en distintas áreas, enfatizando que es “mucho peor que la crisis subprime” que afectó a Chile en el 2008.
Al evento, en el que participaron también el economista y asesor del CPI, Luis Eduardo Escobar, y los expresidentes Ricardo Lagos y Eduardo Frei, asistieron más de 40 personalidades vinculadas al sector de la infraestructura.
Izquierdo atribuyó como principales causas de la crisis a factores -pérdida de confianza en las instituciones, colusiones empresariales, desigualdad, amenazas al empleo ante el ingreso masivo de inmigrantes, la segregación de la ciudad y otros- que deterioraron institucionalmente a un Gobierno que “ha abordado precariamente, con poca capacidad de conducción y autoridad, el desborde social y la violencia y a una clase política más preocupada de las rencillas con mirada de corto plazo, incapaz de poner el acento en lograr un gran acuerdo nacional para salir adelante”, afirmó.
Tras el 18/10 Izquierdo graficó el escenario del país, indicando que la economía se “desenchufó”, paralizándose un alto porcentaje de las actividades del comercio, servicios públicos, transporte, salud y educación y afectando significativamente a las pymes, uno de los principales motores de la economía nacional.
A diferencia de otras circunstancias críticas que han afectado a la economía chilena, esta tiene la particularidad de tener un componente interno de difícil gestión. Eso significa que las actividades más comprometidas son las no transables, especialmente servicios y construcción, lo que se reflejará en un importante impacto en la tasa desempleo, estimó Izquierdo.
Sin embargo, hay ventajas que aún presenta el país. “La historia de Chile sigue siendo un activo y todavía se puede girar a cuenta, en la medida que se tomen las medidas que corresponde. Además, tenemos una capacidad de endeudamiento externo que nos puede ayudar a ´enchufar’ nuevamente la economía”, aseveró.
Para el expresidente Frei, en el proceso de salir de esta crisis la clase política debe jugar un rol clave, asumiendo el liderazgo que le corresponde. “Debe haber un cambio, no puede ser que mientras el país requiere leyes -destacó- que resuelvan los problemas de la gente, en el Parlamento se debatan impugnaciones a ministros que debieran estar haciendo su trabajo”.
Pese al escenario pesimista, el gerente general de GEMINES dijo que el proceso constituyente es una gran oportunidad para proponer un modelo de desarrollo, como han hecho algunas naciones del norte de Europa, que permitan hacer de Chile un país mejor.
En esa línea, el ex consejero del Banco Central y consejero del CPI Jorge Marshall, puntualizó que el país podría entrar a una nueva fase de crecimiento, pero que para ello se debe organizar a los actores -empresas, universidades, etc.- de una manera distinta.
“La discusión -agregó- sobre el modelo de crecimiento, que no es el “otro modelo” del que alguna vez se discutió, no es estatista, es un modelo de economía de mercado estilo social democracia europea. La Europa donde se produjo esto fue en una coalición por el cambio. Eso produjo cambios virtuosos”.
Proyecciones
En cuanto a lo que viene, Izquierdo dio cuenta de cifras del Banco Central que estiman un crecimiento de un 1% para el 2019; de entre 0,5% a un 1,5% para el 2020 y entre 2,5% y 3,5% para el 2021.
Por su parte la demanda interna caería del 0,3% en 2019 a un -1,6% en 2020, para alcanzar el 4,1% en 2021; la exportación de bienes y servicios pasaría del -1-1% en 2019 al 2,2% en 2020 y 2021, mientras que las importaciones de bienes y servicios bajarían de un -3,8% en 2019 a un -7,3% en 2020.
La inflación promedio, que alcanzó el 2,3% en 2019, aumentaría a un 3,9% en 2020 para descender a un 3,1% en 2021.
El desempleo también experimentará un alza este año, estimándose que podría alcanzar en agosto un peak cercano a 9,4%, siendo el nivel más bajo esperado de 8,1% hacia fines de año.
El economista asesor del CPI, Luis Eduardo Escobar, resaltó el hecho de que, si bien las manifestaciones de la crisis fueron sorpresivas para todos, las señales de debilidad de la economía chilena se venían arrastrando ya desde hace mucho tiempo, al estar sus dinámicas de crecimiento fundamentalmente asociadas al precio del cobre.
Para el expresidente Lagos, el aspecto principal de la debilidad de nuestra economía radica en la disonancia entre el crecimiento de los ingresos de la población -acompañado de una mayor exigencia por bienes públicos- y la estructura tributaria que prevalece en el país.
“Los ingresos -aseguró- han aumentado 4 veces desde el 90 a la fecha, en tanto que los impuestos se mantienen más o menos al mismo nivel porcentual del PIB, siendo el principal factor de recaudación el IVA, tributo excesivamente regresivo”.
Impacto sobre la inversión
 La crisis social también tendrá efectos negativos en la inversión. De acuerdo a lo proyectado por Izquierdo, hay incertidumbre en los empresarios respecto a temas como régimen tributario, regulación laboral, nueva Constitución y derecho de propiedad.
Con respecto a los cuatro sectores que explican más del 80% de la inversión en el país, el economista puntualizó que, en el caso de la minería, lo positivo es que más de la mitad de los proyectos anunciados ya están en obra, hay reservas con buena ley y un precio del cobre auspicioso.
Sin embargo, hay dudas sobre cómo se manejarán los derechos de agua; concesiones mineras, los regímenes tributario y laboral, además de problemas de aprobación medio ambiental y baja productividad de la mano de obra.  “Pese a esto, igual es el sector relativamente menos amenazado”, afirmó.
Una situación diferente, en cambio, proyectó para obras públicas, ámbito que debería verse impactado en sus inversiones. A su juicio, hay fortalezas como los fondos destinados para reconstrucción anunciados por el Gobierno, a los que se suman los proyectos del área salud y la extensión del Metro, pese a que el cronograma se atrasó en un año.
“Las debilidades -dijo- están en el funcionamiento del Régimen de Concesiones, amenazado por el movimiento que promueve “No más TAG” y la reasignación de Presupuesto Público hacia el área social (pensiones, transferencias)”.
En este punto, los asistentes al diálogo coincidieron en la importancia de recuperar la asociación público privada (APP), probablemente en modalidades diferentes, donde se valide, en algunos casos, el criterio de “el que usa paga”.
En esta misma línea, el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz, comentó que la experiencia de Chile en APP se puede aprovechar para hacer un nuevo planteamiento acerca de cómo Estado y sector privado pueden colaborar para recuperar niveles de inversión.
En construcción, el panorama es menos auspicioso aún. Para el gerente general de GEMINES, hay un serio daño a la demanda potencial, generado por un mercado laboral golpeado, por un menor acceso al crédito, deterioro de las expectativas, menores ingresos de las familias y restricción a financiamiento de proyectos.
Estimó que los submercados más golpeados serán segunda vivienda, oficinas e infraestructura comercial (bodegas, logística).
Por último, en el sector energía, estimó que el impacto será medio, ya que existen amenazas más acotadas, entre las que mencionó una menor demanda por menor crecimiento del PIB tendencial y un marco regulatorio más incierto por la reforma a la Constitución.


 
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