DIARIO FINANCIERO – El presidente de Besalco, Víctor Bezanilla, ha estado al mando de la compañía que fundó su padre, Víctor Bezanilla Salinas, desde 1991. Su vasta trayectoria, tanto en la empresa como en el rubro de la construcción, le ha permitido observar de cerca los cambios de la industria en las últimas décadas. Está orgulloso de cómo ha avanzado el país y de que este desarrollo haya sido construido “entre todos los chilenos; los de derecha, izquierda y los del medio”.
-¿Cómo ha cambiado el sector de la construcción?
-El país ha tenido un crecimiento en los últimos 30 años monumental, que nadie se lo esperaba. Desarrollarse en un país creciendo muy fuerte como lo ha hecho éste no ha sido tan complicado, Chile ha dado muchas oportunidades, porque dadas las políticas públicas que se hicieron y que provocaron un crecimiento aceleradísimo, hoy día nos hemos transformado en el país más desarrollado de Sudamérica.
-Usted ha vivido todo este ciclo del sector constructor, entonces lo conoce de cerca…
-Sí, pero no solamente el sector constructor creció, sino que el país entero. Antes nosotros teníamos seis camiones y esa era nuestra empresa, hoy día tenemos 500. Cambió el país, cambió el sector y cambiaron los servicios que uno puede prestar. Aquí antes teníamos cuatro ingenieros, hoy día tenemos mil. Es otro mundo, no son comparables y de eso la gente no tiene mucha conciencia. Esto lo hemos hecho entre todos los chilenos, los de derecha, izquierda y los del medio.
-Y en particular, en el sector construcción, ¿a qué se debió este salto tan importante?
-El acceso a bienes hoy día, con las tasas de interés y con la cantidad de trabajo y sueldos que la gente tiene es distinto. Y eso demanda inversiones en infraestructura y ahí estamos nosotros. Además, por las garantías que da el país. La gente gana más plata, hay más gente ganando plata e invirtiendo. Esto es un círculo virtuoso. Acá hay una cantidad de políticas públicas que se desarrollaron en el tiempo y que provocaron un país como éste, que yo lo encuentro maravilloso.
-Políticas públicas ¿como cuáles?
-La Ley de Concesiones, por ejemplo. Es muy impactante, en el fondo es llegar a un nuevo sistema de financiamiento en la construcción; se allegan recursos privados a obras públicas.
-¿Y qué otro tipo de políticas considera usted que aportaron al desarrollo del sector?
-En inmobiliaria considero el subsidio habitacional. Yo creo que ha sido una muy buena política que ha ayudado a mucha gente a, de partida, bancarizarse y segundo, a adquirir una vivienda. Los que fueron muy importantes en todo el sector construcción y que crearon políticas públicas adecuadas para esto fueron Ricardo Lagos y Carlos Hurtado. Ellos dos hicieron al país andar en infraestructura; lo hicieron a una velocidad que no conocíamos.
Carlos Hurtado sacó la ley y la aprobó en el Congreso por unanimidad. Y después hicieron el reglamento, que lo hizo Ricardo Lagos cuando era ministro de Obras Públicas, y echó a andar un sistema brutal, cambió el país.
-Pero también eso les pasó la cuenta… como el caso coimas y MOP Gate.
-Yo tengo muy buena idea de Ricardo Lagos y de Carlos Cruz, los encuentro unos capos a los dos, pero eso no significa que esté de acuerdo con todo lo que hicieron ellos; estoy en muchas cosas en desacuerdo, pero son personas valiosas. Una pena también, porque salieron dañadas personas que creo que hicieron muy bien al país.
-Y viéndolo en retrospectiva, ¿qué aprendizaje toman como industria de estos casos?
-Que hay que tratar de hacer siempre las cosas del modo más correcto posible. Lo que pasa es que cuando tú regulas demasiado un sector o cualquier cosa, e inhibes el poder actuar, empiezan a aparecer estos sistemas colaterales.
-¿Cree que estos casos impactaron en la imagen de la industria?
-Muy fuerte a la industria, porque desde ese momento en adelante los funcionarios públicos se han puesto muy reacios a tomar decisiones y eso ha entorpecido el andar de todos. La Contraloría ha tomado un control, a mi modo de ver, inadecuado del actuar del MOP. La Contraloría debería limitarse a hacer lo que le corresponde, no meterse a analizar si los proyectos están bien en ingenierías o malos en ingenierías. Entonces creo que la Contraloría tiene un actuar inadecuado y los funcionarios públicos se sienten demasiado inhibidos por ese actuar, lo que hace que el sistema se entorpezca.
-Volviendo a las políticas públicas, ¿qué le parece el Fondo de Infraestructura?
-No creo que el Fondo de Infraestructura sirva mucho. Sirve por razones más bien políticas, pero económicamente no veo que sirva mucho. A mí lo que me interesa es que se sigan relicitando las obras a tarifas normales para que haya plata para reinvertir.
-¿Y cuál sería la solución, a su juicio, para darle un reimpulso al área de concesiones?
-Hacer obras es más difícil hoy, porque las comunidades y los políticos están empoderados y la gente y los alcaldes reclaman. Para hacer obras se requiere de una voluntad política muy potente de la autoridad.
-¿Podría ser una solución que las autoridades no dependan del ciclo político?
-Sin duda, pero no la autoridad, si en el fondo yo creo que la infraestructura es un problema nacional que no debe ser visto como un problema de gobierno, sino como un problema país, y debería trascender a los gobiernos de turno. Entonces debiera haber un planificador central que decida las obras que se van a hacer y los gobiernos son los encargados de hacerlas, no de planificarla, porque ésta debe ser más a largo plazo.
-¿Debiese haber una oficina encargada de esto?
-Lógico. Soy un convencido de que la infraestructura produce progreso. No hay que esperar a que llegue el progreso para hacer infraestructura. Si tú tienes mejores caminos puedes sacar productos y llevar insumos. Si no tienes caminos no puedes llegar.
-En cuanto a los actores, ¿cómo ha cambiado la industria?
-Todo era más chico en este país. Nosotros teníamos seis máquinas y éramos la empresa más importante del país, hoy tenemos dos mil máquinas. Las empresas eran más chicas, los extranjeros no llegaban aquí porque era tan chico el país, que no se justificaba el boleto de avión para venir acá. La utilidad era menos que el boleto de avión.
-Pero han llegado muchos extranjeros y han logrado convivir…
-El sector nuestro está lleno, hay muchos españoles y se han establecido en Chile, y de hecho, son prácticamente empresas locales hoy en día, y no malas, son buenas compañías.
-¿Cómo ve la disposición de este gobierno para trabajar con la industria?
-El ministro que hay ahora es excelente, tremendamente capacitado. Pero en todos los últimos gobiernos, los ministros han dicho que van a hacer una cantidad de obras inmensa, y yo lo que veo es una lista que se repite desde el gobierno de Bachelet. Creo que en los últimos tres gobiernos, el desarrollo de la infraestructura ha sido lenta. Por ejemplo, la ampliación del aeropuerto (Arturo Merino Benítez) se debió haber hecho hace cinco años y ahora cuando lo terminen, va a estar más o menos en el límite de pasajeros.
-¿Cómo ve el sector para las próximas décadas?
-Yo soy esencialmente optimista. Así que siempre ando pensando que las cosas van a ir bien. Hay que seguir buscando hacer cosas; dicen que los empresarios somos oportunistas, y yo creo que sí, esa es la gracia de ser empresario. Pero lo dicen en forma negativa… pero Marcelo Salas como goleador también era oportunista. Este país está muy bien y lo importante es que lo que hay, lo hemos hecho entre todos. Y eso hay que cuidarlo y hacer que mejore.
“Yo creo que el futuro nuestro está en Chile”
Besalco SA lleva un largo camino recorrido en la industria de la construcción. Con más de siete décadas de trayectoria ha logrado posicionarse como una de los actores más relevantes del mercado chileno.
En 1995 se convirtió en la primera compañía constructora en abrirse a bolsa y desde que se creó la Ley de Concesiones al año siguiente, ha sido una de las firmas que más activamente ha participado.
Carreteras, puertos, hospitales, embalses, metro, cárceles concesionadas, entre otros, son parte del historial de Besalco.
Los últimos años han estado marcados por su incursión en la operación de cementerios, en el sector energético con su filial Besalco Energía -creada en 2012- y en la construcción de hospitales (Talca, Copiapó y Puerto Montt).
También fue una de las primeras compañías de la industria en salir a mercados extranjeros, donde destaca su paso por Perú y Colombia. En este último, Bezanilla advierte que no han logrado resultados que les justifiquen su estadía allá.
“Tenemos un proyecto en desarrollo que son 200 departamentos en Bogotá. Antes de que eso se acabe y lo terminemos de cobrar, no nos vamos a ir, pero si no somos capaces de agregarle un volumen de negocios más grande que eso, tampoco nos vamos a quedar”, enfatiza.
En tanto, en Perú mantienen una participación activa, donde incluso el año pasado comenzaron con las obras civiles de la Villa Panamericana para los juegos Panamericanos de Lima 2019.
Y pese a que el empresario adelanta que están evaluando el mercado ecuatoriano, explica que la base de su negocio está en Chile, ya que a difrencia de sus pares latinoamericanos, les brinda mayor certeza jurídica.
“Yo creo que el futuro nuestro está en Chile”, dice.
En los años venideros viene una etapa de ajustes. Víctor Bezanilla Saavedra dejará el directorio del que ha estado al mando por casi 30 años de aquí a “máximo dos años” y lo que sigue es definir quién lo sucedará.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 12 de noviembre de 2018