Jueves, Diciembre 26, 2024

Urbanismo en ciudades post Covid-19, un nuevo comienzo, por Manuel José Errázuriz

COOPERATIVA – Una de las grandes interrogantes en estos tiempos es cómo cambiarán nuestras ciudades una vez que la Pandemia por Coronavirus concluya. Esta reflexión nos invita a realizar un análisis urbanístico profundo, que involucra a todos los miembros de la sociedad civil, sobre cómo debemos avanzar para tener ciudades más inclusivas.
Hace poco, en uno de los tantos diálogos ciudadanos que ha realizado nuestra Secretaría Regional Ministerial, escuchamos como cada uno de los participantes planteaba la necesidad de construir ciudades más inclusivas. Cada uno desde su propia mirada. Así, adultos mayores, jóvenes, mujeres y personas con movilidad reducida señalan reiteradamente que nuestra ciudad necesita ser más inclusiva. ¿Qué significa una ciudad inclusiva?
Creemos que se refiere a una ciudad donde todos y cada uno de quienes la habitan se sienten parte de ella. No sólo como identidad cultural, sino que también como partícipes de su desarrollo y expansión. Uno de los puntos más importantes para lograr que las ciudades sean más inclusivas, es a través de la participación ciudadana en las decisiones de planificación, algo que ya ocurre, pero que muchas veces privilegia el interés de un grupo por sobre el interés general.
Por eso es tan importante el concepto de densificación equilibrada que ha propuesto el ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) en torno a líneas de metro, actuales y futuras, así como en torno a ejes de transporte público, y lugares  con accesos a servicios de toda índole y por cierto a espacios públicos.
Desde la mirada estatal durante los últimos años se han realizado esfuerzos para acercar a las personas que el mismo Estado llevó a la periferia, y traerlas de vuelta al centro de las ciudades, para que precisamente no se genere una desconexión o aislamiento territorial, y se puedan disminuir las brechas existentes en distintos territorios, incorporando planes integrales que rescaten lo mejor de cada barrio para potenciarlo y lograr la inclusión que las comunidades esperan.
Como es el caso de Paola, de Cerro Navia, quién hace menos de un mes recibió las llaves de su hogar gracias al esfuerzo conjunto de dirigentes vecinales, el municipio y Minvu. El beneficio entregó más de 40 nuevas casas a familias vulnerables de la comuna, quienes mediante este triángulo virtuoso pudieron postular y obtener el preciado hogar, permitiéndoles tener acceso directo al transporte público, otorgando a su vez una mejor calidad de vida.
Bajo esta mirada, la Pandemia del Covid- 19 parece ser un catalizador que nos pide actuar con mayor celeridad en la construcción de ciudades inclusivas y a la vez ir en ayuda de las familias más vulnerables.
Tenemos que entender este nuevo desafío, como una oportunidad para replantear y repensar la construcción de nuestras ciudades, con lo que esto conlleva; mejorar el acceso a la vivienda bien ubicada en la ciudad, sin desconocer los desafíos inminentes que nos deja la pandemia, como generar nuevas estrategias para enfrentar la recesión económica y, enfrentar el aumento explosivo de la cesantía.
Las ciudades que queremos deben estar dotadas de movilidad sostenible, que proporcione una mejor calidad del aire, reduciendo las emisiones medio ambientales, incorporando en sus diseños elementos sustentables, para  generar urbes más saludables y sostenibles en el tiempo, que otorguen acceso a sus habitantes a los servicios necesarios, con distancias de viajes razonables, lo que se traduce en una mejor calidad de vida de cada uno de sus habitantes.
No será suficiente planificar la ciudad desde una perspectiva estrictamente urbanística, sino que deberemos planificar con la mirada puesta en la calidad de vida de todos quienes vivimos en ella.
Ver artículo
Fuente: Cooperativa, Miércoles 23 de Septiembre de 2020

COOPERATIVA – Una de las grandes interrogantes en estos tiempos es cómo cambiarán nuestras ciudades una vez que la Pandemia por Coronavirus concluya. Esta reflexión nos invita a realizar un análisis urbanístico profundo, que involucra a todos los miembros de la sociedad civil, sobre cómo debemos avanzar para tener ciudades más inclusivas.
Hace poco, en uno de los tantos diálogos ciudadanos que ha realizado nuestra Secretaría Regional Ministerial, escuchamos como cada uno de los participantes planteaba la necesidad de construir ciudades más inclusivas. Cada uno desde su propia mirada. Así, adultos mayores, jóvenes, mujeres y personas con movilidad reducida señalan reiteradamente que nuestra ciudad necesita ser más inclusiva. ¿Qué significa una ciudad inclusiva?
Creemos que se refiere a una ciudad donde todos y cada uno de quienes la habitan se sienten parte de ella. No sólo como identidad cultural, sino que también como partícipes de su desarrollo y expansión. Uno de los puntos más importantes para lograr que las ciudades sean más inclusivas, es a través de la participación ciudadana en las decisiones de planificación, algo que ya ocurre, pero que muchas veces privilegia el interés de un grupo por sobre el interés general.
Por eso es tan importante el concepto de densificación equilibrada que ha propuesto el ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu) en torno a líneas de metro, actuales y futuras, así como en torno a ejes de transporte público, y lugares  con accesos a servicios de toda índole y por cierto a espacios públicos.
Desde la mirada estatal durante los últimos años se han realizado esfuerzos para acercar a las personas que el mismo Estado llevó a la periferia, y traerlas de vuelta al centro de las ciudades, para que precisamente no se genere una desconexión o aislamiento territorial, y se puedan disminuir las brechas existentes en distintos territorios, incorporando planes integrales que rescaten lo mejor de cada barrio para potenciarlo y lograr la inclusión que las comunidades esperan.
Como es el caso de Paola, de Cerro Navia, quién hace menos de un mes recibió las llaves de su hogar gracias al esfuerzo conjunto de dirigentes vecinales, el municipio y Minvu. El beneficio entregó más de 40 nuevas casas a familias vulnerables de la comuna, quienes mediante este triángulo virtuoso pudieron postular y obtener el preciado hogar, permitiéndoles tener acceso directo al transporte público, otorgando a su vez una mejor calidad de vida.
Bajo esta mirada, la Pandemia del Covid- 19 parece ser un catalizador que nos pide actuar con mayor celeridad en la construcción de ciudades inclusivas y a la vez ir en ayuda de las familias más vulnerables.
Tenemos que entender este nuevo desafío, como una oportunidad para replantear y repensar la construcción de nuestras ciudades, con lo que esto conlleva; mejorar el acceso a la vivienda bien ubicada en la ciudad, sin desconocer los desafíos inminentes que nos deja la pandemia, como generar nuevas estrategias para enfrentar la recesión económica y, enfrentar el aumento explosivo de la cesantía.
Las ciudades que queremos deben estar dotadas de movilidad sostenible, que proporcione una mejor calidad del aire, reduciendo las emisiones medio ambientales, incorporando en sus diseños elementos sustentables, para  generar urbes más saludables y sostenibles en el tiempo, que otorguen acceso a sus habitantes a los servicios necesarios, con distancias de viajes razonables, lo que se traduce en una mejor calidad de vida de cada uno de sus habitantes.
No será suficiente planificar la ciudad desde una perspectiva estrictamente urbanística, sino que deberemos planificar con la mirada puesta en la calidad de vida de todos quienes vivimos en ella.
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Fuente: Cooperativa, Miércoles 23 de Septiembre de 2020

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