Sábado, Noviembre 23, 2024

Una reflexión sobre los criterios ESG, por Arturo Cifuentes

EL MERCURIO – El Ímpetu por incorporar criterios ESG al realizar inversiones parece no tener freno. Sin embargo, un desafío importante para los inversionistas es la ambigüedad detrás de lo que significa ESG, y las dificultades para evaluar los méritos ESG de las distintas opciones de inversión que estén considerando.

Las agencias clasificadoras de riesgo crediticio y otros actores del sector financiero ya se han embarcado en el negocio de ofrecer ratings ESG. La evidencia empírica es que estos ratings están todavía en un estado más bien embrionario, y la prueba más clara es la falta de concordancia entre ellos. Por ejemplo, Wells Fargo y Pfizer, según el rating de FTSE Russell, están en el cuartil mejor; según MSCI están en el cuartil peor. Es probable que esta falta de coherencia en los ratíngs ESG tienda a desaparecer en el futuro, a medida que las firmas evaluadoras vayan ganando más experiencia y uniformizando criterios Y en ese momento podría surgir un problema que nadie ha considerado.

Recordemos que los reguladores de todo el mundo se han apoyado en los ratings crediticios para imponer restricciones a los bonos que los bancos, compañías de seguros, y fondos de pensiones pueden comprar. Específicamente, las inversiones en bonos con un rating crediticio inferior a BBB basura” en lingo financiero) están severamente limitadas. ¿Qué va a suceder entonces cuando los reguladores, en un previsible intento por modernizarse, empiecen a incorporar restricciones basadas es los ratings ESG? Movimientos en esta dirección ya se advierten. Notemos que en Chile la CMF acaba de publicar una norma que obliga a las entidades supervisadas a incorporar en sus memorias anuales gran cantidad de información con relación a temas ESG.

Hoy día los ratings ESG cubren solo a empresas. Pero próximamente podrían extenderse a países, tal como sucedió con los ratings crediticios en su momento. ¿Cuál sería el rating ESG de China, responsable de casi el 30% de las emisiones de CO2 a nivel mundial? ¿O de la India, donde se encuentran nueve de las diez ciudados más contaminadas del mundo?.

Hoy día ningún ente regulado puede ni siquiera tocar los bonos emitidos por Argentina, Etiopia y Mozambique, que comparten un rating crediticio igual a CCC. ¿Se le irá a permitir en el futuro a un ente regulado usar proveedores en países con un bajo rating ESG? ¿O vender sus productos a organizaciones estatales de estos países?

Fuente: El Mercurio, Viernes 24 de Diciembre de 2021

EL MERCURIO – El Ímpetu por incorporar criterios ESG al realizar inversiones parece no tener freno. Sin embargo, un desafío importante para los inversionistas es la ambigüedad detrás de lo que significa ESG, y las dificultades para evaluar los méritos ESG de las distintas opciones de inversión que estén considerando.

Las agencias clasificadoras de riesgo crediticio y otros actores del sector financiero ya se han embarcado en el negocio de ofrecer ratings ESG. La evidencia empírica es que estos ratings están todavía en un estado más bien embrionario, y la prueba más clara es la falta de concordancia entre ellos. Por ejemplo, Wells Fargo y Pfizer, según el rating de FTSE Russell, están en el cuartil mejor; según MSCI están en el cuartil peor. Es probable que esta falta de coherencia en los ratíngs ESG tienda a desaparecer en el futuro, a medida que las firmas evaluadoras vayan ganando más experiencia y uniformizando criterios Y en ese momento podría surgir un problema que nadie ha considerado.

Recordemos que los reguladores de todo el mundo se han apoyado en los ratings crediticios para imponer restricciones a los bonos que los bancos, compañías de seguros, y fondos de pensiones pueden comprar. Específicamente, las inversiones en bonos con un rating crediticio inferior a BBB basura” en lingo financiero) están severamente limitadas. ¿Qué va a suceder entonces cuando los reguladores, en un previsible intento por modernizarse, empiecen a incorporar restricciones basadas es los ratings ESG? Movimientos en esta dirección ya se advierten. Notemos que en Chile la CMF acaba de publicar una norma que obliga a las entidades supervisadas a incorporar en sus memorias anuales gran cantidad de información con relación a temas ESG.

Hoy día los ratings ESG cubren solo a empresas. Pero próximamente podrían extenderse a países, tal como sucedió con los ratings crediticios en su momento. ¿Cuál sería el rating ESG de China, responsable de casi el 30% de las emisiones de CO2 a nivel mundial? ¿O de la India, donde se encuentran nueve de las diez ciudados más contaminadas del mundo?.

Hoy día ningún ente regulado puede ni siquiera tocar los bonos emitidos por Argentina, Etiopia y Mozambique, que comparten un rating crediticio igual a CCC. ¿Se le irá a permitir en el futuro a un ente regulado usar proveedores en países con un bajo rating ESG? ¿O vender sus productos a organizaciones estatales de estos países?

Fuente: El Mercurio, Viernes 24 de Diciembre de 2021

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