Martes, Noviembre 26, 2024

Un teleférico urbano no turístico: ¿el primero de muchos?, por Martín Andrade

EL MOSTRADOR – El teleférico del Parque Metropolitano de Santiago es una de las imágenes icónicas de la capital de Chile. Con tecnología de punta, puede trasladar a mil pasajeros por hora en un sentido, que disfrutan de una hermosa vista de este pulmón verde y de la ciudad, transformándose en un buen panorama para los visitantes de ese lugar.

Al igual que otros teleféricos existentes en el país -Valle de Colchagua, Farellones y reserva biológica Huilo Huilo-, su uso está asociado más bien a momentos de ocio y recreación. Por ello, el proyecto que atravesará el mismo Parque Metropolitano, uniendo las comunas de Huechuraba, Las Condes, Vitacura y Providencia en 13 minutos (acortando en media hora la duración promedio que hoy tiene ese viaje), es una muy buena noticia para la ciudad de Santiago. El objetivo ya no es turístico, sino el de ofrecer a quienes circulan por esas comunas una nueva opción de movilidad.

De acuerdo a la programación, este nuevo proyecto podría estar operativo el año 2025, con una capacidad de trasladar hasta a seis mil personas por hora en ambos sentidos. ¿La inversión? 80 millones de dólares.

Similar a la concesión de una carretera, esta obra debiera ser financiada completamente por privados, quienes tendrán un retorno vía pago de los usuarios e ingresos mínimos garantizados. Si todo va bien, esta iniciativa posiblemente será un recordatorio de la importancia de avanzar en alianzas público-privadas en materias de ciudad para afrontar los desafíos urbanos y las múltiples necesidades. Para un Estado lleno de urgencias, siempre será complejo abordar obras costosas y de largo plazo, aunque sin reemplazar su rol al momento de planificar, generar normativas y fiscalizar.

Aún faltan por discutirse consideraciones relevantes, como la integración de este sistema con la tarifa del transporte público, el impacto que tendrá la ejecución de las obras en una zona ya congestionada, la evaluación de su extensión a otros sectores, la posibilidad de ampliar los días de su uso para el transporte con bicicletas y la operación del nuevo ingreso al corazón del propio Parque Metropolitano entre otros puntos.

Externalidades positivas, muchas. Mayor sustentabilidad, menos ruido y congestión vehicular, y un innovador complemento para el sistema de transporte público. Ciudades como Medellín, La Paz, Guayaquil o Ciudad de México nos llevan la delantera en este sistema, que además ha demostrado ser muy eficiente cuando existen barreras geográficas en una zona urbana.

Según lo anunciado por el titular del MOP, también hay luz verde para otro proyecto en Iquique-Alto Hospicio. Por lo tanto, existe una buena oportunidad a futuro para avanzar en más iniciativas similares que hoy están en carpeta, pero que por los flujos de pasajeros probablemente tendrían que diseñarse bajo modelos de financiamiento distintos. Antofagasta, Valparaíso, Talcahuano y Puerto Montt son otras ciudades en las que los teleféricos están en los planes ciudadanos y de las autoridades, cada uno con distintos grados de avance. Quizás la profundización de alianzas público-privadas, con reglas claras y perdurables en el tiempo, sean la estrategia definitiva para que este primer impulso por contar con teleféricos incorporados a nuestros sistemas de transporte público no se quede solo en el plano de ideas, sino que sea una realidad para avanzar en ciudades más integradas socialmente y con diversidad en sus modalidades de movilidad urbana.

Martín Andrade, director ejecutivo Corporación Ciudades

Ver artículo

Fuente: El Mostrador, Jueves 11 de Agosto de 2022

EL MOSTRADOR – El teleférico del Parque Metropolitano de Santiago es una de las imágenes icónicas de la capital de Chile. Con tecnología de punta, puede trasladar a mil pasajeros por hora en un sentido, que disfrutan de una hermosa vista de este pulmón verde y de la ciudad, transformándose en un buen panorama para los visitantes de ese lugar.

Al igual que otros teleféricos existentes en el país -Valle de Colchagua, Farellones y reserva biológica Huilo Huilo-, su uso está asociado más bien a momentos de ocio y recreación. Por ello, el proyecto que atravesará el mismo Parque Metropolitano, uniendo las comunas de Huechuraba, Las Condes, Vitacura y Providencia en 13 minutos (acortando en media hora la duración promedio que hoy tiene ese viaje), es una muy buena noticia para la ciudad de Santiago. El objetivo ya no es turístico, sino el de ofrecer a quienes circulan por esas comunas una nueva opción de movilidad.

De acuerdo a la programación, este nuevo proyecto podría estar operativo el año 2025, con una capacidad de trasladar hasta a seis mil personas por hora en ambos sentidos. ¿La inversión? 80 millones de dólares.

Similar a la concesión de una carretera, esta obra debiera ser financiada completamente por privados, quienes tendrán un retorno vía pago de los usuarios e ingresos mínimos garantizados. Si todo va bien, esta iniciativa posiblemente será un recordatorio de la importancia de avanzar en alianzas público-privadas en materias de ciudad para afrontar los desafíos urbanos y las múltiples necesidades. Para un Estado lleno de urgencias, siempre será complejo abordar obras costosas y de largo plazo, aunque sin reemplazar su rol al momento de planificar, generar normativas y fiscalizar.

Aún faltan por discutirse consideraciones relevantes, como la integración de este sistema con la tarifa del transporte público, el impacto que tendrá la ejecución de las obras en una zona ya congestionada, la evaluación de su extensión a otros sectores, la posibilidad de ampliar los días de su uso para el transporte con bicicletas y la operación del nuevo ingreso al corazón del propio Parque Metropolitano entre otros puntos.

Externalidades positivas, muchas. Mayor sustentabilidad, menos ruido y congestión vehicular, y un innovador complemento para el sistema de transporte público. Ciudades como Medellín, La Paz, Guayaquil o Ciudad de México nos llevan la delantera en este sistema, que además ha demostrado ser muy eficiente cuando existen barreras geográficas en una zona urbana.

Según lo anunciado por el titular del MOP, también hay luz verde para otro proyecto en Iquique-Alto Hospicio. Por lo tanto, existe una buena oportunidad a futuro para avanzar en más iniciativas similares que hoy están en carpeta, pero que por los flujos de pasajeros probablemente tendrían que diseñarse bajo modelos de financiamiento distintos. Antofagasta, Valparaíso, Talcahuano y Puerto Montt son otras ciudades en las que los teleféricos están en los planes ciudadanos y de las autoridades, cada uno con distintos grados de avance. Quizás la profundización de alianzas público-privadas, con reglas claras y perdurables en el tiempo, sean la estrategia definitiva para que este primer impulso por contar con teleféricos incorporados a nuestros sistemas de transporte público no se quede solo en el plano de ideas, sino que sea una realidad para avanzar en ciudades más integradas socialmente y con diversidad en sus modalidades de movilidad urbana.

Martín Andrade, director ejecutivo Corporación Ciudades

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Fuente: El Mostrador, Jueves 11 de Agosto de 2022

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