EL PAÍS – La logística crece anualmente un 4,4%. Distintos expertos analizan el futuro a medio plazo de este potentísimo sector y todos auguran una clara tendencia: que se convierta en un servicio a la carta, eficaz, sostenible y con una sólida base tecnológica.
A Mark Twain se atribuye la frase “Me interesa el futuro, porque es el lugar en que voy a pasar el resto de mi vida”. En realidad, se trata de un interés común al conjunto de la especie humana desde que el mundo es mundo. Ya no leemos el porvenir en las vísceras de animales sacrificados —por ejemplo, para los etrurios de hace 2.000 años, un hígado de carnero en mal estado era indicio inequívoco de que había que abandonar un proyecto. A cambio, hemos desarrollado toda una industria de la conjetura con fundamento a la que llamamos ciencia prospectiva.
El análisis prospectivo tiene mucho que decir sobre lo que podría ocurrir en el sector de logística y transporte en los próximos meses. Hablamos de un campo de actividades que ha movido a nivel planetario un total de más de 16.000 millones de euros en 2022 y que se espera alcance los 19.000 en 2026, a una media de crecimiento anual del 4,4% pese al complejo escenario económico y sociopolítico en el que estamos inmersos.
Un sector a punto de alcanzar su punto de ebullición
Los principales retos para el sector consisten en hacer compatibles los escenarios de crisis superpuestas con la necesidad de seguir acelerando su proceso de transformación tecnológica. En ese sentido, consultoras como la prestigiosa PwC pronostican en sus informes anuales que “el alto ritmo de concentración empresarial que ya se registró en 2022, al generalizarse los procesos de absorción o fusión entre compañías, va a incrementarse aún más en 2023″.
PwC augura un escenario de competencia a brazo partido entre los principales actores del sector. Una lucha sin cuartel en la que sobrevivirán “las empresas que mejor se adapten a las novedades tecnológicas y mayor capacidad demuestren para diversificar y singularizar sus servicios”. Y las que dispongan, además, de las plantillas profesionales mejor preparadas para sacar partido a los cambios tecnológicos.
Tecnología y el talento marcarán la diferencia
En esa línea, Antonio Iglesias, profesor en la escuela de negocios ESIC, pronostica que 2023 puede ser el año de la definitiva “profesionalización del sector logístico”. Iglesias prevé un escenario de transformación acelerada en que “todos los empleados, incluidos los operarios de almacén, van a necesitar un nivel formativo más alto, porque su trabajo ya no va a consistir en mover cajas, sino en manejar con eficacia una serie de herramientas tecnológicas cada vez más complejas”.
Iglesias añade que la logística de pasado mañana va a necesitar “transportistas formados en el manejo y supervisión de máquinas cada vez más sofisticadas y complejas”, técnicos “de gestión de stock, compras, transporte, sostenibilidad o sistemas” y directivos “con una visión transversal del negocio que debe venir de una formación específica, ya que no se consigue solo con la experiencia”. María Pilar Caballero, directora gerente de Postal y Paquetería de Correos, reconoce que un sector en “constante desarrollo” como el de la logística “se encuentra muy a menudo con el hándicap de no contar con el tipo de talento específico para seguir creciendo”. Sobre todo, “en lo que a nuevas tecnologías aplicadas al sector se refiere”. En Correos consideran que la continuidad y mejora de su modelo de negocio pasa “por la formación continua y específica de nuestros equipos”.
Domingo Cabeza, profesor de Negocios y Marketing de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona y director de la consultora DC Asociados, añade que la escasez de talento en el sector “es motivo de preocupación para las grandes empresas logísticas, pero también, muy especialmente, para las pymes”, que tienen que adaptarse a un salto tecnológico muy exigente con recursos escasos y, a menudo, sin personal adecuado. En su opinión, “está por ver” si la colaboración entre grandes empresas y universidades acaba teniendo éxito y ayuda a paliar el problema.
Jesús Royo, director del Máster en Operaciones Productivas y Logísticas de la Universidad de Zaragoza, coincide en que “hay una demanda creciente de talento tecnológico en el sector, y desde el mundo universitario nos hemos planteado contribuir a formar profesionales con ese tipo de perfil tan demandado”. Considera que esta nueva oferta formativa “se adapta a las necesidades del sector, como demuestra que, de los 30 alumnos de mi última promoción, 26 ya habían encontrado trabajo remunerado o en prácticas antes de que acabase el curso”. Reconoce, sin embargo, que “se trata aún de muy pocas plazas, es casi una experiencia piloto”.
Las asesorías externas adquirirán un protagonismo cada vez mayor
Otra tendencia en que coinciden los analistas es el uso por parte de muchas empresas de los servicios de consultoras externas que puedan ayudarlas a actualizar sus líneas de negocio e incrementar su productividad. Pilar Caballero asegura que Correos “confía plenamente en las capacidades y cualidades de su amplia plantilla de especialistas”, pero no por ello descarta, en línea de lo que recomienda consultoras internacionales como Gartner, “recurrir a servicios de asesoría externa que permitan explorar nuevos cambios”. Iglesias considera que estas colaboraciones externas se centrarán en “aspectos relacionados con las tecnologías de la información, automatización e inteligencia artificial, ya que muchas empresas no disponen de recursos humanos con conocimientos adecuados para poner en marcha iniciativas en este sentido”.
Cabeza añade que, a juzgar por lo que van publicando las revistas corporativas del sector, cada vez son más las empresas que asumen “que recurrir a los servicios de asesoría externa puede resultarles esencial para seguir siendo competitivas en un mercado cambiante y aumentar su rentabilidad”.
Royo considera “que recurrir a asesorías externas es sin duda una tendencia en auge, pero en España lo que se está externalizando es cada vez más la logística en sí: sigue aumentando el número de empresas que antes disponían de sus propios almacenes y flotas de transporte y ahora prefieren dejarlo en manos de empresas especializadas, con lo que, entre otras cosas, transforman un gasto fijo en variable”.
La sostenibilidad, cada vez menos negociable
Correos prevé acelerar este año la electrificación de su flota de transporte, pero Caballero destaca que la transición a un modelo más sostenible ya se ha producido y está dando resultados muy tangibles: “Contamos con una amplia red de rutas de reparto sostenible que se realizan tanto a pie como con los 1.500 vehículos sostenibles con los que contamos”. En la actualidad, la empresa de envíos postales dispone ya de “14.295 rutas de reparto sostenibles, lo que supone un 69% de nuestra cobertura territorial”. Más de 3.000 códigos postales reciben sus envíos a través de los servicios sostenibles de Correos.
Cabeza asevera que “es de esperar que la sostenibilidad y la electrificación de las flotas de transporte se aceleren a muy corto plazo”, debido en especial “a los avances tecnológicos como a las políticas de muchos gobiernos y la creciente conciencia social de los riesgos medioambientales, que supone también un incentivo o una presión adicional para las empresas”. Pese a todo, añade que en ese aspecto tan crucial “quedan aún importantes lagunas que cubrir”. Iglesias se decanta por un escepticismo cauto: “No tengo del todo claro que la mayoría de empresas vayan a dar pasos decididos en esa dirección a menos que reciban ayudas públicas”.
Royo añade: “La electrificación por sí sola no cubre aún todas las necesidades del sector logístico, porque en España siguen faltando electrolineras y, además, los procesos de recarga siguen siendo lentos y poco eficientes”. Desde su punto de vista, “la revolución en cuanto a sostenibilidad del modelo de transporte es la que puede propiciar el uso de camiones de hidrógeno tanto en ciudad como, sobre todo, en las grandes rutas interurbanas”.
La IA y las cadenas de bloques, nueva norma
Iglesias considera con cierta reserva los cambios que son de esperar a muy corto plazo en los llamados ámbitos tecnológicos 4.0: “Ante la situación de crisis que vivimos, dudo que veamos avances espectaculares por parte de la mayoría de las empresas”. Pese a todo, considera que es en ese terreno donde está en juego el futuro del sector.
Cabeza sí confía en que se produzcan cambios de envergadura: “El uso de estas tecnologías nos permitirá conectar, administrar y actualizar datos de manera muy innovadora. Además, hará posible la construcción de sistemas seguros, confiables y transparentes que se traducirán en servicios mucho más eficaces”. En última instancia, “la tecnología mejorará la calidad de vida tanto de las personas como de las empresas”.
Caballero cita, a su vez, una serie de proyectos tecnológicamente disruptivos en los que Correos está trabajando ahora mismo y que seguirán adquiriendo tracción a lo largo de 2023: “Explotación de los datos para implementar medidas correctivas y detectar oportunidades, automatizaciones para mejorar la productividad y optimización de rutas haciendo uso de la inteligencia artificial”.
“En Correos estamos trabajando activamente en la concreción de servicios de la mano de nuestros clientes”
María Pilar Caballero, directora gerente de Postal y Paquetería de Correos
La logística será un servicio cualitativo y a la carta
Tal vez uno de los conceptos con más recorrido en el sector es la logística concebida como servicio (Logistics As A Service), es decir, la idea de que el sector debe ofrecer servicios cada vez más cualitativos y específicos, una especie de traje a medida logístico adaptado a las necesidades de cada cliente concreto. Caballero asume el reto: “En Correos estamos trabajando activamente en la cocreción de servicios de la mano de nuestros clientes”. En ese sentido, es de destacar la introducción de un amplio surtido de tarifas de envío personalizables, iniciativas como Correos Market o los avances de la compañía en la logística de frío para el transporte y entrega de productos termosensibles.
Cabeza añade que, a estas alturas, “lo realmente extraño sería que la logística no se concibiese, cada vez más, como un servicio a medida”. Esa debe ser la vocación de cualquier empresa del sector que aspire a ser competitiva, aunque es importante reconocer que “la tecnología y los nuevos conocimientos derivados del procesamiento de datos” esa que esa aspiración de adaptarse a las necesidades del cliente sea hoy más factible que nunca. Para Iglesias, “en un mercado sumamente competitivo como es este, donde la diferencia entre los productos que pueden ofrecer los distintos proveedores resulta cada vez menor, la personalización de esos servicios logísticos va a marcar, muy pronto, la verdadera diferencia”.
Un año decisivo para la logística de última milla
Antonio Iglesias, experto en logística y cadena de suministro y profesor de la ESIC, opina que “los minialmacenes y la logística compartida de última milla van a resultar fundamentales para que las empresas puedan ofrecer servicios competitivos” sin por ello ver reducidos sus márgenes de beneficios. Para el experto, “la logística se está convirtiendo en el marketing del siglo XXI”: cada vez más clientes dan a prioridad en sus compras al proveedor que le garantiza reparto a domicilio optimizado sin costes adicionales disuasorios.
En opinión de Domingo Cabeza, profesor de Negocios y Marketing de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, hay que tener muy en cuenta en este sentido “los grandes cambios estructurales y de movilidad en las grandes ciudades (Barcelona es un ejemplo notable en España) y cómo están afectando a la logística de última milla”. Cabeza no lo ve tanto un obstáculo como “el aliciente definitivo para que las empresas del sector automaticen sus flotes de transporte de proximidad y hagan uso de energías renovables, reduciendo en paralelo sus costes y aumentando la eficacia de su política de reparto a domicilio”.
Royo destaca que, en los congresos internacionales de logística, “cada vez se presta más atención a la llamada DUM, distribución urbana de movilidad, un ámbito en el que se está avanzando mucho, pero en el que queda aún un largo trecho por recorrer”. El académico destaca que su ciudad, Zaragoza, “es una de las siete urbes españolas de tamaño intermedio que están participando en experimentos de movilidad urbana inteligente y sostenible, con resultados muy prometedores y puede que extrapolables al conjunto de España”.
Desde Correos, tal y como explica Caballero, “se está trabajando sobre todo en la mejora de los procesos de entrega efectiva mediante la optimización de las rutas, la concertación de citas en franjas horarias muy concretas u ofreciendo al destinatario la posibilidad de escoger el punto de entrega”.
Fuente: El País, Domingo 12 de Febrero de 2023