Lunes, Noviembre 25, 2024

Transantiago y las promesas incumplidas

LA TERCERA – Transantiago -ahora redenominado Red Metropolitana de Movilidad- conmemoró recientemente 13 años de existencia, y aun cuando las caóticas escenas que caracterizaron su puesta en marcha han sido en buena medida superadas, a pesar del tiempo transcurrido, ha sido imposible lograr un sistema de transporte con los estándares que entonces se prometieron, financieramente estable y alejado de la polémica.
Ciertamente el escenario se ha tornado mucho más complejo en el clima de efervescencia que se ha apoderado del país, donde el transporte público metropolitano ha sufrido con especial crudeza la acción del vandalismo, lo que se ha traducido en la destrucción de buses, la alteración de las rutas o una significativa caída en el número de validaciones, lo que ha gatillado pagos compensatorios del Estado a los operadores.
La evasión, que ha sido un mal que ha acompañado al sistema desde sus inicios, se ha agudizado hasta niveles intolerables -algunas estimaciones hablan que a fines de año alcanzó al 50%-, en tanto las fiscalizaciones de la autoridad a pasajeros han desaparecido en el último tiempo. A su vez, el proceso de licitación de provisión de nueva flota de buses ha experimentado una serie de interrupciones, todo lo cual complota contra un mejor sistema. Especialmente decidor resulta el que pareciera que existe una decisión política de congelar futuras alzas de tarifas -independientemente de que ello sea resuelto por paneles técnicos-, siendo incierto de qué forma se enfrentarán previsibles alzas de costos operacionales.
En la medida que la prioridad del sistema político es hacerse cargo de procesar las demandas sociales, contar con un sistema de transporte acorde con lo que el país espera también forma parte de dicho objetivo. La incorporación de buses eléctricos y la búsqueda de más espacios de competencia han sido pasos valiosos, pero aún insuficientes para mejorar sustancialmente la red de superficie, haciendo que la meta de un “nuevo y mejor Transantiago” se vea por ahora lejana.
Fuente: La Tercera, Viernes 21 de Febrero de 2020

LA TERCERA – Transantiago -ahora redenominado Red Metropolitana de Movilidad- conmemoró recientemente 13 años de existencia, y aun cuando las caóticas escenas que caracterizaron su puesta en marcha han sido en buena medida superadas, a pesar del tiempo transcurrido, ha sido imposible lograr un sistema de transporte con los estándares que entonces se prometieron, financieramente estable y alejado de la polémica.
Ciertamente el escenario se ha tornado mucho más complejo en el clima de efervescencia que se ha apoderado del país, donde el transporte público metropolitano ha sufrido con especial crudeza la acción del vandalismo, lo que se ha traducido en la destrucción de buses, la alteración de las rutas o una significativa caída en el número de validaciones, lo que ha gatillado pagos compensatorios del Estado a los operadores.
La evasión, que ha sido un mal que ha acompañado al sistema desde sus inicios, se ha agudizado hasta niveles intolerables -algunas estimaciones hablan que a fines de año alcanzó al 50%-, en tanto las fiscalizaciones de la autoridad a pasajeros han desaparecido en el último tiempo. A su vez, el proceso de licitación de provisión de nueva flota de buses ha experimentado una serie de interrupciones, todo lo cual complota contra un mejor sistema. Especialmente decidor resulta el que pareciera que existe una decisión política de congelar futuras alzas de tarifas -independientemente de que ello sea resuelto por paneles técnicos-, siendo incierto de qué forma se enfrentarán previsibles alzas de costos operacionales.
En la medida que la prioridad del sistema político es hacerse cargo de procesar las demandas sociales, contar con un sistema de transporte acorde con lo que el país espera también forma parte de dicho objetivo. La incorporación de buses eléctricos y la búsqueda de más espacios de competencia han sido pasos valiosos, pero aún insuficientes para mejorar sustancialmente la red de superficie, haciendo que la meta de un “nuevo y mejor Transantiago” se vea por ahora lejana.
Fuente: La Tercera, Viernes 21 de Febrero de 2020

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