LA TERCERA – “Las lluvias descomprimen la situación de estrechez y ayudan a disminuir los riesgos de abastecimiento en el corto plazo”, dice el Coordinador Eléctrico. Expertos destacan que esto ha producido baja en los costos del sistema, pero advierten que las mayores reservas aún necesitarán de nevadas en la cordillera que aseguren la disponibilidad del recurso hídrico para los meses de verano. El Coordinador realizará mediciones de nieve entre julio y agosto.
Las intensas precipitaciones que generaron desbordes de ríos en gran parte de la zona centro sur del país, y que dejaron a más de 12 mil personas aisladas y miles de viviendas afectadas, tuvieron otro efecto menos dramático: el aumento en las reservas de los embalses que generan energía para el Sistema Eléctrico Nacional (SEN). En embalses como Colbún, Rapel y Pangue, el brusco aumento en la acumulación de agua incluso obligó a generar descargas controladas que permitieron mantener en forma segura la operación de esas centrales hidroeléctricas.
El impacto en el sistema, a todas luces, es positivo. El salto en la curva de la energía embalsada, de hecho, es evidente. En los últimos días las lluvias agregaron más de 1.000 GWh de energía acumulada.
De acuerdo con cifras del Coordinador Eléctrico, la energía total embalsada llegó este lunes a los 2.740 GWh, considerando todos los aportes, tanto los gestionables -que pueden usarse para la generación de energía- como los no gestionables, cuya cuota se encuentra reservada para regantes que cuentan con acuerdos suscritos con cada una de las generadoras. Al comparar con igual fecha del año pasado, en la que se contaban 1.515 GWh, se obtiene que la energía embalsada aumentó en 1.225 GWh. Un alza del 80,9% en doce meses.
Si se compara sólo con lo visto hace solo una semana, el resultado es similar, ya que el pasado lunes la energía embalsada se ubicaba en torno a los 1.510 GWh. La curva demuestra el importante de la última semana.
Desde el organismo técnico encargado de la coordinación en la operación del SEN, detallaron que de la energía total embalsada a este lunes, 1.220 GWh son gestionables por ellos, correspondiente al 44%. Ese valor representa un superávit de 166 GWh con respecto a la energía gestionable a la misma fecha del año 2022, detallaron.
Desde el Coordinador valoraron el nivel de la energía embalsada total como “una noticia positiva de cara a la seguridad del suministro eléctrico para los próximos meses” pero alertaron que “aún resta ver cómo se desarrolla el fenómeno del niño y sus efectos en caudales en el periodo de deshielo”.
“Las lluvias descomprimen la situación de estrechez y ayudan a disminuir los riesgos de abastecimiento en el corto plazo. Sin embargo, se requiere ver cómo evoluciona el invierno y, en especial, cómo se comporta la acumulación de nieve, cuyas mediciones comenzaremos a realizar la segunda quincena de julio”, complementaron. De hecho, el nivel de los embalses en los meses de verano es por lo general más alto que en el invierno, dados los aportes de los deshielos.
El fuerte salto en términos de la energía embalsada también se evidencia al comparar las cotas de los embalses -medidas por metros sobre el nivel del mar- con sus niveles de hace una semana. El que más lo hizo fue el embalse Colbún, ubicado en las zona cordillerana del Maule, que elevó su cota en 21 metros. Le siguió el embalse Ralco, ubicado en la comuna de Alto Biobío, donde el nivel aumentó en 17 metros. El tercer mayor incremento se registró en el embalse La Invernada, ubicado en el Maule, que elevó su nivel en 13 metros.
Por su parte, los niveles del embalse Melado se elevaron en 7 metros, en el lago Laja 4 metros, el embalse Rapel, 4 metros, y el embalse Pangue en un metro y medio.
En tanto, el lago Chapo -ubicado en la región de Los Lagos- y la laguna Maule, fueron los embalses con menores incrementos en sus cotas, aumentando en 0,9 y 0,5 metros, respectivamente.
Cautela de los expertos
Para Ramón Galaz, socio de Valgesta, las precipitaciones acumuladas permitieron que “los embalses como Pangue, Angostura, Colbún, Ralco estén cercanos a su cota máxima”. Sin embargo, el experto subrayó que “el principal embalse Laja, que también aumentó su cota, mostró un aumento de 4 metros”.
Técnicamente, Galaz notó que los costos marginales bajaron en algunas de las principales barras del Sistema Eléctrico Nacional.
“Si comparamos los costos marginales entre el 21 de junio y el 26 de junio vemos lo siguiente: Crucero 220 kV bajó de US$110 a US$ 58 MWh, Quillota 220 kV bajo de US$109 a US$50 MWh y Puerto Montt de US$67 a US$14 MWh”, señaló.
No obstante, recordó que “este efecto es sólo de corto plazo y lo importante es cómo se comportarán las lluvias en los meses de julio y agosto. Si vemos comportamientos similares a los de la semana pasada los efectos se mantendrán en el tiempo”.
A juicio del experto, para los meses de verano “el aporte hidroeléctrico depende de la cantidad de nieve que se acumule en la cordillera”, y dado que el evento meteorológico no dejó mucha nieve, sostuvo que se debe esperar “a ver qué pasa en julio y agosto”.
En tanto, Daniel Salazar, socio director de EnergiE, comenta que “en términos energéticos, lo que ocurrió los últimos días permitió mejorar las reservas de aquellos embalses de tamaño medio o pequeño, que es la gran mayoría”.
Al efecto acumulativo que generan los embalses, Salazar sumó el mayor caudal que ha beneficiado a las centrales de pasada, que en una semana aumentaron en un 30% su generación. “Eso mejora la colocación hídrica”, enfatiza.
Sobre los precios, remarca que el efecto es inmediato para la producción hídrica, lo que permitirá “empujar a la baja”, pero coincide en el efecto crucial de las nevadas para las reservas a utilizarse durante el verano.
“Julio y agosto son los meses claves para medir si las reservas hídricas tienen un efecto duradero que permitan enfrentar con mejor fortuna el 2024. Eso se juega en la acumulación de nieve, y para eso se necesita precipitaciones y temperaturas bajas, cuestión que no ocurrió en último fin de semana y por eso el desastre que quedó”, analiza el experto.
Agrega que el volumen de nieve que se acumula en la cordillera es relevante para los embalses mayores. “Eso requiere mucha nieve acumulada, para que en el deshielo puedan recuperar su nivel, en particular el embalse de mayor tamaño que tiene el país, esto es, el Lago Laja, que se llena con el deshielo de la nieve, no con lluvias. Eso es crucial para que se puedan recuperar los niveles de reserva sistemáticamente bajos que se han observado durante los últimos años”, concluye.
Fuente: La Tercera, Martes 27 de Junio de 2023