LA TRIBUNA – Debido a la crisis hídrica que sufre el país desde hace ya más de una década, se han generado diversas iniciativas para mitigar los impactos de la escasez de agua que involucran diferentes actores. Entre todas las iniciativas realizadas estuvo la creación de la Mesa Nacional del Agua por parte del Ministerio de Obras Públicas, cuyo objetivo principal fue proponer un plan para hacer frente a la crisis hídrica, que buscaba aumentar la disponibilidad de agua y mejorar la eficiencia en su uso, con el objetivo de asegurar el abastecimiento para el consumo humano y la producción de alimentos.
Sin embargo, es conocido por todos que los esfuerzos siguen siendo mínimos para la gran crisis climática que el Panel de expertos de la Naciones Unidas ha señalado como irreversible. Hace un par de meses un grupo de hidrólogos nacionales publicó una investigación donde la desaparición de una Laguna en la zona central de nuestro país no solo fue producto de esta crisis climática sino también del ser humano, por ello las acciones que se impulsen para garantizar la seguridad hídrica son cada vez más necesarias dado los diversos factores que provocan su escasez.
A pesar de ello, muchas veces se desconoce en la sociedad que agencias, fundaciones y universidades han iniciado desde hace bastante tiempo, el levantamiento y la puesta en marcha de un gran número de medidas, acciones y soluciones, tendientes a lograr la seguridad hídrica de Chile al año 2050, casos como la Fundación Chile, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, o las propias universidades regionales implementando metodologías de contabilidad del uso del agua y la evaluación de una “huella hídrica” que permita reportar los volúmenes que se utilizan por las empresas, principalmente de la industria minera, agrícola y manufacturera, son un ejemplo de ello.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, igualmente la situación es cada vez más crítica, y no se detiene; ya a comienzos de 2022, se había declarado emergencia agrícola por déficit hídrico en 226 comunas a lo largo del país; si bien esta declaración es útil para proporcionar recursos públicos para las comunas afectadas, puede ser solamente una medida menor que solo entrega soluciones momentáneas, avanzar en Planes Estratégicos en Recursos Hídricos, que permitan fortalecer la institucionalidad territorial y la gestión local de cuencas, pareciera ser urgente; la gobernanza del agua ya no puede quedar relegada a decisiones centralizadas, los actores locales y los propios afectados juegan un papel crucial, sobre todo cuando las autoridades locales ven con preocupación que solamente la estrategia sigue siendo suministrar agua con camiones aljibes, que solo aseguran litros limitados de agua por semana.
Buscar soluciones basadas en una planificación participativa en la cuenca, que dignifiquen al conjunto de los actores del territorio es el próximo nivel, trabajar con los agricultores, los comités de agua potable, los colegios municipales, las universidades locales entre otros, en una misma mesa buscando soluciones de mediano y largo plazo, requiere de Institucionalidad territorial y local, con una planificación y gestión que sea reconocida por todos los actores del Estado.
Robinson Sáez Lazo
Director de Formación Continua y Servicios
Universidad Católica de la Santísima Concepción
Fuente: La Tribuna, Sábado 14 de Mayo de 2022