Miércoles, Noviembre 20, 2024

Santiago según los santiaguinos: ¿Hacia dónde van?

THE CLINIC – La 2da encuesta “Santiago Cómo Vamos” sobre percepción de la gestión y la calidad de vida en la capital reveló cómo los capitalinos vivimos la ciudad y da luces de cómo esperamos vivirla. The Clinic analizó los resultados junto a Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la UDP, uno de los participantes del estudio.

ME GUSTA MI BARRIO, PERO NO MI CIUDAD

En general, ¿cree usted que Santiago va por muy buen camino, buen camino, por mal camino o por muy mal camino?

 

Resultados en la versión 2020 de la encuesta. Turquesa: Muy buen camino + buen camino. Morado: ni bueno ni malo. Fucsia: Mal camino + muy mal camino.

Si tuviera que describir en una sola palabra a su barrio, a su comuna y a Santiago, ¿Cuál sería para cada uno?

“Tranquilo” y “bueno” son las palabras que más eligieron para describir sus barrios las 1.707 personas que se sometieron a la encuesta. Y ya que la suma de barrios componen una ciudad, cabría esperar que los resultados para Santiago fueran similares ¿o no? Pero he aquí una de las primeras sorpresas: los conceptos más usados para describir a la capital fueron “inseguro”, “peligroso” y “contaminado”.

“En la anterior encuesta, el barrio tenía una buena evaluación y cuando se pensaba en Santiago éste era contaminado, congestionado y estresante, cualidades siempre asociadas a grandes urbes. Pero, ¿peligroso? Eso es nuevo y reviste una connotación preocupante y difícil de revertir. Existe una sensación mucho más compleja y elaborada de manera negativa sobre la ciudad de Santiago”, reflexiona Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales.

Y profundiza: “Durante los últimos años, se ha asentado una mala evaluación de la ciudad como organismo y también un pronóstico para el futuro más pesimista (…) Esto es muy grave en materias de ciudad, porque las percepciones avanzan de forma muy lenta, y en este caso, se dio una vuelta de carnero”.

Si se diseccionan los datos, se observa que un 62,3% de las personas que provienen de un grupo socioeconómico alto augura un mal camino para la capital. En cambio, en los sectores bajos el indicador sólo alcanza un 42,3%, el menor de los tres segmentos. “Esto pasa más allá de la experiencia real. La gente que está acostumbrada a vivir en determinadas circunstancias valora más lo que tiene”, analiza Cuadros.

“La imagen mental de Santiago se complejizó. Es bueno  que haya más matices y se logre diferenciar escalas. Antes si le preguntabas a alguien por Santiago sólo decía lugares comunes. Hoy, hay más matiz y experiencias, lo que es un avance, pero sigue teniendo esa connotación de mala percepción”, concluye Cuadros.

EL TERRITORIO EN DISPUTA:  BICI REPUNTA Y AUTOMÓVILES PIERDEN ADEPTOS

Si usted pudiera elegir su forma de trasladarse ideal por la ciudad, ¿cuál sería?

Pensando en la ciudad del futuro, ¿cuáles de las siguientes medidas usted apoyaría para mejorar la ciudad?

Las demandas de los urbanistas y de los movimientos por el uso de la bicicleta durante el último tiempo han estado dirigidas justamente a la disputa por el espacio público y, en especial, con quienes se mueven en automóviles. Hasta hoy, estos últimos iban ganando.

“Pero ahora estamos ante los primeros resultados que van en dirección contraria. La idea generalizada de usar el auto para todo parece irse difuminando. Esto es muy de país desarrollado y no tiene que ver sólo con la contaminación y los cambios tecnológicos, sino con el predominio cultural del andar en auto y equilibrar el espacio público” explica Cuadros.

Resaltan dos variaciones principales: quienes declararon el auto como su modo de transporte ideal descendió más de 10 puntos en estos siete años, en comparación con el aumento de aproximadamente 7 puntos en el uso de la bicicleta.

El transporte público, en general, se mantuvo y sigue usándose para las actividades principales.

“Se produjo un desbalance. La gente está prefiriendo los modos de movilidad blandos, activos, sustentables, porque son más saludables, aunque no necesariamente sean los más confortables” explica el arquitecto. Y analiza el desglose de las cifras: “quienes más se proyectan en auto son los sectores bajos, por un tema aspiracional. Pero para efectos prácticos, un cuarto de la población joven estaría dispuesto a andar en bicicleta y ellos son los habitantes del futuro, que en 10 años más estarán activos”.

BAJA PARTICIPACIÓN: MUCHAS GANAS PERO POCA OFERTA

¿Participa ud. en alguna organización social en su barrio o comuna?

De las siguientes actividades, indique si usted ha hecho alguna de ellas en los últimos 12 meses, si pudiese hacerlas en algún futuro o si nunca las harías bajo ninguna circunstancia.

Utilizando una escala de 1 a 5 donde 1 es muy insatisfecho/a y 5 es muy satisfecho/a. ¿Cuán satisfecho/a se encuentra con la gestión que ha hecho…

A partir de la forma en que los ciudadanos se relacionan con la comunidad y la ciudad, el estudio pudo identificar tres segmentos de vinculación que emergen en base a percepciones, comportamientos y expectativas comunes. De esto se deduce que los vecinos de Santiago pueden ser altamente sociables, medianamente sociables o apáticos.

Para el análisis, nos concentraremos en el primero, que correspondió a un 38% de los encuestados. El vecino altamente sociable se caracteriza por ser “de estratos medios y medios bajos, tener un especial apego a su barrio, cree que a futuro su barrio solo podría mejorar y será más agradable vivir en él. Mantiene un alto interés en participar en las actividades que realizan los demás vecinos. El 59% de estos vecinos son mayores de 40 años y se ubican principalmente en las comunas del sector Oriente, Sur y Poniente de Santiago”.

Y si bien -como se afirma en el informe- hay un 38% que estaría interesado en organizarse en actividades de su vecindario, sólo un 12,9% declara participar en organizaciones sociales.

“Hay un problema con la oferta” dice Cuadros, “esto lo interpreto como una baja capacidad institucionalizada o asociativa de captar a las personas dispuestas a trabajar por su ciudad. Los partidos, por ejemplo, siguen con la misma estructura organizacional que tenían hace 100 años, lo mismo que sindicatos o grandes organizaciones de la sociedad civil. Hay una gran brecha a cubrir, de cómo hacer que la gente se involucre y se haga parte de la solución de sus problemas”.

Concluye Cuadros a partir de estos datos que “no es que fallen las ganas de la gente sino que son las organizaciones las que fallan, en términos de tecnología política. Algo que podría aprovecharse mejor, si todos tuviésemos buenas conexiones a internet, por ejemplo. Eso explica que los alcaldes y juntas de vecinos sean las instituciones que menos generan insatisfacción, porque hay una idea de valoración de los espacios locales y de la proximidad”. Y añade que estas características deberían servir de alarma, especialmente por “el poco peso que tienen intendencias y gobiernos regionales, instancias muy relevantes para la ciudad del futuro”.

¿ME QUEDO O ME VOY? TODO SEA POR LA CALIDAD DE VIDA

Pensando en los próximos cinco años, ¿le gustaría mudarse de su lugar actual de residencia o no tiene problema en seguir viviendo aquí?

Para hacer el análisis de este cuarto punto, Cuadros agregó dos datos a tener en cuenta: el porcentaje de población chilena que reside en Santiago es del 47% y el 78% de la actividad económica está en la capital, a pesar de ser un país extractivista.

Dicho eso, y al igual que el aumento del favoritismo por la bicicleta, el arquitecto subraya una concepción de desarrollo basado en “la idea de prosperar desde donde uno es, donde yo estoy y con los míos”.

Es decir, estarían cambiando las lógicas de movilidad residencial por las redes que generan las personas y sus vínculos territoriales. “La idea esquizofrénica de ganarme el loto e irme a vivir a Chicureo ya no está”, sintetiza Cuadros.

Por el contrario, sorprende el gran porcentaje de quienes quieren irse de la capital. “Con que el 5% lo lograra, invertiríamos un proceso en el que hemos estado desde las migraciones campo-ciudad” afirma. Y junto al desglose de la cifra, explica que este fenómeno ofrece mucho potencial para el desarrollo del país, porque un alto número de quienes respondieron son jóvenes y profesionales de entre 31 y 40 años “que piensa en la calidad de vida y no se proyecta laboralmente en la capital. Están en la flor de su productividad”.

Y si bien, en general, los lugares con acumulación de personas tienen más activos para el comercio y los servicios, Cuadros explica que la heterogénea homogeneidad del territorio es clave. Es decir, que los distintos asentamientos crezcan de la misma forma, pero cada uno aumente también su diversidad interna. “Esto es muy importante para mantener el equilibrio natural y sostenible de las ciudades” puntualiza.

“Santiago es cada vez más grande y segregada, por lo que las personas de GSE bajos se van quedando sin acceso a servicios básicos como farmacia, educación y salud. Ese 23% sube a 27% en esos estratos, porque ven que fuera de la metrópolis podrían satisfacer mejor esas demandas” analiza Rodrigo de La Riva, de Activa, encargados del estudio.

Esto podría ser un dato relevante para la elección de intendentes ya que se podría dar que se comience a ofrecer a santiaguinos migrar a regiones a cambio de bonos para vivir, oportunidades laborales o de educación. “Hay espacio para innovar en el ciclo de vida de las ciudades” dice Cuadros.

SI TODOS APORTAN, LA CIUDAD MEJORA

¿Estaría ud. dispuesto a pagar algún tipo de impuesto que sirviese específicamente para resolver los problemas de su comuna?

Pregunta hecha en versión 2013: ¿Estaría ud. dispuesto a pagar algún tipo de impuesto que sirviese específicamente para resolver los problemas de su barrio?

¿A quién le gustan los impuestos? En general, a bien pocos. Sin embargo, la progresión de los resultados sobre este punto en la encuesta es elocuente. Claro que la pregunta cambia: la disposición evaluada durante 2020 dice relación con un tributo para solucionar problemáticas de la comuna, no de barrio, como fue hace siete años. Sin embargo, ambas están situadas en evaluaciones locales.

“Si consideramos que este dato aumentó casi 20 puntos, quiere decir que el próximo intendente tiene espacio para hacer una proposición de este estilo” señala Cuadros.

“Los informes OCDE han sido contundentes y nos han dicho que todo super bien, pero que no tenemos ningún impuesto territorial, urbano. En circunstancias que todos los países desarrollados que se permiten abordar sus desafíos a esta escala, lo tienen. Con las patentes y las contribuciones no alcanza, hay que poner plata ahí donde no hay nada, para que Las Condes no le tenga que prestar la plata que le sobra a La Pintana”, apunta el urbanista.

Cuadros plantea que si bien es correcta la lógica redistributiva, es necesario entregar responsabilidades directas a nivel local. Y agrega que este dato es alentador, debido a que hay voluntad de hacer mejores ciudades, barrios y comunas, “a pesar de que la ciudadanía es muy dura con el presente”.

En el sector servicios hay dos preferencias claras que hablan de cómo pensamos la ciudad del futuro. Los servicios más valorados en barrios y comunas son la recolección de basura, las ferias libres y el comercio menor, y los peor evaluados son los lugares para actividades culturales, la seguridad y las ciclovías.

“Hay un capital ahí” añade Cuadros. “Eso es mucho dinamismo local, es mucha capacidad del territorio a valores que mejoran la calidad de vida y la convivencia en la ciudad, que te obligan a tener más veredas, a priorizar el espacio público y que así mejore la experiencia de vida de las personas”.

Ver artículo

Fuente: The Clinic, Viernes 29 de Enero de 2021

THE CLINIC – La 2da encuesta “Santiago Cómo Vamos” sobre percepción de la gestión y la calidad de vida en la capital reveló cómo los capitalinos vivimos la ciudad y da luces de cómo esperamos vivirla. The Clinic analizó los resultados junto a Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la UDP, uno de los participantes del estudio.

ME GUSTA MI BARRIO, PERO NO MI CIUDAD

En general, ¿cree usted que Santiago va por muy buen camino, buen camino, por mal camino o por muy mal camino?

 

Resultados en la versión 2020 de la encuesta. Turquesa: Muy buen camino + buen camino. Morado: ni bueno ni malo. Fucsia: Mal camino + muy mal camino.

Si tuviera que describir en una sola palabra a su barrio, a su comuna y a Santiago, ¿Cuál sería para cada uno?

“Tranquilo” y “bueno” son las palabras que más eligieron para describir sus barrios las 1.707 personas que se sometieron a la encuesta. Y ya que la suma de barrios componen una ciudad, cabría esperar que los resultados para Santiago fueran similares ¿o no? Pero he aquí una de las primeras sorpresas: los conceptos más usados para describir a la capital fueron “inseguro”, “peligroso” y “contaminado”.

“En la anterior encuesta, el barrio tenía una buena evaluación y cuando se pensaba en Santiago éste era contaminado, congestionado y estresante, cualidades siempre asociadas a grandes urbes. Pero, ¿peligroso? Eso es nuevo y reviste una connotación preocupante y difícil de revertir. Existe una sensación mucho más compleja y elaborada de manera negativa sobre la ciudad de Santiago”, reflexiona Genaro Cuadros, director del Laboratorio Ciudad y Territorio de la Universidad Diego Portales.

Y profundiza: “Durante los últimos años, se ha asentado una mala evaluación de la ciudad como organismo y también un pronóstico para el futuro más pesimista (…) Esto es muy grave en materias de ciudad, porque las percepciones avanzan de forma muy lenta, y en este caso, se dio una vuelta de carnero”.

Si se diseccionan los datos, se observa que un 62,3% de las personas que provienen de un grupo socioeconómico alto augura un mal camino para la capital. En cambio, en los sectores bajos el indicador sólo alcanza un 42,3%, el menor de los tres segmentos. “Esto pasa más allá de la experiencia real. La gente que está acostumbrada a vivir en determinadas circunstancias valora más lo que tiene”, analiza Cuadros.

“La imagen mental de Santiago se complejizó. Es bueno  que haya más matices y se logre diferenciar escalas. Antes si le preguntabas a alguien por Santiago sólo decía lugares comunes. Hoy, hay más matiz y experiencias, lo que es un avance, pero sigue teniendo esa connotación de mala percepción”, concluye Cuadros.

EL TERRITORIO EN DISPUTA:  BICI REPUNTA Y AUTOMÓVILES PIERDEN ADEPTOS

Si usted pudiera elegir su forma de trasladarse ideal por la ciudad, ¿cuál sería?

Pensando en la ciudad del futuro, ¿cuáles de las siguientes medidas usted apoyaría para mejorar la ciudad?

Las demandas de los urbanistas y de los movimientos por el uso de la bicicleta durante el último tiempo han estado dirigidas justamente a la disputa por el espacio público y, en especial, con quienes se mueven en automóviles. Hasta hoy, estos últimos iban ganando.

“Pero ahora estamos ante los primeros resultados que van en dirección contraria. La idea generalizada de usar el auto para todo parece irse difuminando. Esto es muy de país desarrollado y no tiene que ver sólo con la contaminación y los cambios tecnológicos, sino con el predominio cultural del andar en auto y equilibrar el espacio público” explica Cuadros.

Resaltan dos variaciones principales: quienes declararon el auto como su modo de transporte ideal descendió más de 10 puntos en estos siete años, en comparación con el aumento de aproximadamente 7 puntos en el uso de la bicicleta.

El transporte público, en general, se mantuvo y sigue usándose para las actividades principales.

“Se produjo un desbalance. La gente está prefiriendo los modos de movilidad blandos, activos, sustentables, porque son más saludables, aunque no necesariamente sean los más confortables” explica el arquitecto. Y analiza el desglose de las cifras: “quienes más se proyectan en auto son los sectores bajos, por un tema aspiracional. Pero para efectos prácticos, un cuarto de la población joven estaría dispuesto a andar en bicicleta y ellos son los habitantes del futuro, que en 10 años más estarán activos”.

BAJA PARTICIPACIÓN: MUCHAS GANAS PERO POCA OFERTA

¿Participa ud. en alguna organización social en su barrio o comuna?

De las siguientes actividades, indique si usted ha hecho alguna de ellas en los últimos 12 meses, si pudiese hacerlas en algún futuro o si nunca las harías bajo ninguna circunstancia.

Utilizando una escala de 1 a 5 donde 1 es muy insatisfecho/a y 5 es muy satisfecho/a. ¿Cuán satisfecho/a se encuentra con la gestión que ha hecho…

A partir de la forma en que los ciudadanos se relacionan con la comunidad y la ciudad, el estudio pudo identificar tres segmentos de vinculación que emergen en base a percepciones, comportamientos y expectativas comunes. De esto se deduce que los vecinos de Santiago pueden ser altamente sociables, medianamente sociables o apáticos.

Para el análisis, nos concentraremos en el primero, que correspondió a un 38% de los encuestados. El vecino altamente sociable se caracteriza por ser “de estratos medios y medios bajos, tener un especial apego a su barrio, cree que a futuro su barrio solo podría mejorar y será más agradable vivir en él. Mantiene un alto interés en participar en las actividades que realizan los demás vecinos. El 59% de estos vecinos son mayores de 40 años y se ubican principalmente en las comunas del sector Oriente, Sur y Poniente de Santiago”.

Y si bien -como se afirma en el informe- hay un 38% que estaría interesado en organizarse en actividades de su vecindario, sólo un 12,9% declara participar en organizaciones sociales.

“Hay un problema con la oferta” dice Cuadros, “esto lo interpreto como una baja capacidad institucionalizada o asociativa de captar a las personas dispuestas a trabajar por su ciudad. Los partidos, por ejemplo, siguen con la misma estructura organizacional que tenían hace 100 años, lo mismo que sindicatos o grandes organizaciones de la sociedad civil. Hay una gran brecha a cubrir, de cómo hacer que la gente se involucre y se haga parte de la solución de sus problemas”.

Concluye Cuadros a partir de estos datos que “no es que fallen las ganas de la gente sino que son las organizaciones las que fallan, en términos de tecnología política. Algo que podría aprovecharse mejor, si todos tuviésemos buenas conexiones a internet, por ejemplo. Eso explica que los alcaldes y juntas de vecinos sean las instituciones que menos generan insatisfacción, porque hay una idea de valoración de los espacios locales y de la proximidad”. Y añade que estas características deberían servir de alarma, especialmente por “el poco peso que tienen intendencias y gobiernos regionales, instancias muy relevantes para la ciudad del futuro”.

¿ME QUEDO O ME VOY? TODO SEA POR LA CALIDAD DE VIDA

Pensando en los próximos cinco años, ¿le gustaría mudarse de su lugar actual de residencia o no tiene problema en seguir viviendo aquí?

Para hacer el análisis de este cuarto punto, Cuadros agregó dos datos a tener en cuenta: el porcentaje de población chilena que reside en Santiago es del 47% y el 78% de la actividad económica está en la capital, a pesar de ser un país extractivista.

Dicho eso, y al igual que el aumento del favoritismo por la bicicleta, el arquitecto subraya una concepción de desarrollo basado en “la idea de prosperar desde donde uno es, donde yo estoy y con los míos”.

Es decir, estarían cambiando las lógicas de movilidad residencial por las redes que generan las personas y sus vínculos territoriales. “La idea esquizofrénica de ganarme el loto e irme a vivir a Chicureo ya no está”, sintetiza Cuadros.

Por el contrario, sorprende el gran porcentaje de quienes quieren irse de la capital. “Con que el 5% lo lograra, invertiríamos un proceso en el que hemos estado desde las migraciones campo-ciudad” afirma. Y junto al desglose de la cifra, explica que este fenómeno ofrece mucho potencial para el desarrollo del país, porque un alto número de quienes respondieron son jóvenes y profesionales de entre 31 y 40 años “que piensa en la calidad de vida y no se proyecta laboralmente en la capital. Están en la flor de su productividad”.

Y si bien, en general, los lugares con acumulación de personas tienen más activos para el comercio y los servicios, Cuadros explica que la heterogénea homogeneidad del territorio es clave. Es decir, que los distintos asentamientos crezcan de la misma forma, pero cada uno aumente también su diversidad interna. “Esto es muy importante para mantener el equilibrio natural y sostenible de las ciudades” puntualiza.

“Santiago es cada vez más grande y segregada, por lo que las personas de GSE bajos se van quedando sin acceso a servicios básicos como farmacia, educación y salud. Ese 23% sube a 27% en esos estratos, porque ven que fuera de la metrópolis podrían satisfacer mejor esas demandas” analiza Rodrigo de La Riva, de Activa, encargados del estudio.

Esto podría ser un dato relevante para la elección de intendentes ya que se podría dar que se comience a ofrecer a santiaguinos migrar a regiones a cambio de bonos para vivir, oportunidades laborales o de educación. “Hay espacio para innovar en el ciclo de vida de las ciudades” dice Cuadros.

SI TODOS APORTAN, LA CIUDAD MEJORA

¿Estaría ud. dispuesto a pagar algún tipo de impuesto que sirviese específicamente para resolver los problemas de su comuna?

Pregunta hecha en versión 2013: ¿Estaría ud. dispuesto a pagar algún tipo de impuesto que sirviese específicamente para resolver los problemas de su barrio?

¿A quién le gustan los impuestos? En general, a bien pocos. Sin embargo, la progresión de los resultados sobre este punto en la encuesta es elocuente. Claro que la pregunta cambia: la disposición evaluada durante 2020 dice relación con un tributo para solucionar problemáticas de la comuna, no de barrio, como fue hace siete años. Sin embargo, ambas están situadas en evaluaciones locales.

“Si consideramos que este dato aumentó casi 20 puntos, quiere decir que el próximo intendente tiene espacio para hacer una proposición de este estilo” señala Cuadros.

“Los informes OCDE han sido contundentes y nos han dicho que todo super bien, pero que no tenemos ningún impuesto territorial, urbano. En circunstancias que todos los países desarrollados que se permiten abordar sus desafíos a esta escala, lo tienen. Con las patentes y las contribuciones no alcanza, hay que poner plata ahí donde no hay nada, para que Las Condes no le tenga que prestar la plata que le sobra a La Pintana”, apunta el urbanista.

Cuadros plantea que si bien es correcta la lógica redistributiva, es necesario entregar responsabilidades directas a nivel local. Y agrega que este dato es alentador, debido a que hay voluntad de hacer mejores ciudades, barrios y comunas, “a pesar de que la ciudadanía es muy dura con el presente”.

En el sector servicios hay dos preferencias claras que hablan de cómo pensamos la ciudad del futuro. Los servicios más valorados en barrios y comunas son la recolección de basura, las ferias libres y el comercio menor, y los peor evaluados son los lugares para actividades culturales, la seguridad y las ciclovías.

“Hay un capital ahí” añade Cuadros. “Eso es mucho dinamismo local, es mucha capacidad del territorio a valores que mejoran la calidad de vida y la convivencia en la ciudad, que te obligan a tener más veredas, a priorizar el espacio público y que así mejore la experiencia de vida de las personas”.

Ver artículo

Fuente: The Clinic, Viernes 29 de Enero de 2021

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