EL MERCURIO – Las empresas sanitarias están enfrentando cada año un escenario más exigente para garantizar la calidad de servicio cuando se acerca el verano, la época de mayor demanda de agua. Para esta temporada estival -y al igual que en años previos- se prepararon durante todo 2017 con importantes inversiones, que bordean los US$ 100 millones.
La mayor parte de ese monto (unos $60 mil millones, o US$ 97,5 millones) se utilizó en fortalecer la infraestructura de producción y distribución de agua potable y en obras de seguridad hídrica para abordar eventos que pudieran poner en riesgo la continuidad del servicio. Otros casi $1.800 millones (US$ 2,9 millones) se han orientado a la compra y transporte de agua para abastecer a zonas vulnerables, según un estudio de la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess).
“La estrechez hídrica ha hecho que las empresas sanitarias enfrenten cada año un escenario más complejo, creando la necesidad de robustecer nuestros sistemas de agua potable a través de obras de seguridad hídrica que permitan asegurar la continuidad y calidad del servicio”, destacó el presidente de Andess, Víctor Galilea.
A nivel nacional se identificaron 12 localidades cuyos sistemas de distribución de agua potable requieren reforzamiento o abastecimiento con agua potable mediante suministro alternativo por efecto de la sequía, situación concentrada en las regiones del Maule y Biobío.
Las inversiones en infraestructura incluyen nuevas fuentes de agua, mediante la construcción, reemplazo y habilitación de pozos, desarrollo de tranques y nuevas obras de captación; la compra de equipos electrógenos para la operación de sondajes, plantas de potabilización y elevadoras de agua potable durante cortes de energía eléctrica, entre otros.
Las compañías, además, están incorporando en sus zonas de atención planes para el suministro de agua potable en el caso de emergencias, en coordinación con la Oficina Nacional de Emergencias y autoridades.
Fuente: El Mercurio, Viernes 29 de Diciembre de 2017