Miércoles, Diciembre 25, 2024

Rodrigo Sanhueza, Director General de Aguas del MOP: “Es ahora o nunca, hay que cambiar la forma de gestionar el agua”

PAÍS CIRCULAR – Hasta este viernes, 6 de septiembre, se mantiene activa la Consulta Ciudadana asociada al Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos. Se trata de una iniciativa que por primera vez dotará a Chile de un instrumento articulador para abordar los efectos adversos de este fenómeno y avanzar hacia la seguridad hídrica en el país. En ese contexto, Rodrigo Sanhueza, Director General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas, destaca a País Circular la importancia de contar con una activa participación de la comunidad, a la vez que ahonda en los detalles y desafíos que contempla esta propuesta.

Ad portas de cerrar una de sus etapas trascendentales se encuentra el Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos (PACC-RH), cuya elaboración comenzó en 2023. Corresponde a una iniciativa liderada por el Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de la Dirección General de Aguas (DGA), y con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como agencia implementadora; con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) como contraparte técnica; y con la Subsecretaría de Hacienda como autoridad designada para administrar los recursos del programa Readiness del Fondo Verde del Clima.

Luego de un exitoso proceso de Participación Temprana, que permitió recabar antecedentes para la elaboración del Anteproyecto, el pasado 12 de junio se inició la Consulta Ciudadana, que culmina el próximo viernes, 6 de septiembre. Las autoridades han llamado a las comunidades a conocer los detalles de dicho documento, en sus 4 líneas estratégicas, 11 medidas y 30 acciones destinadas a aumentar la resiliencia de los recursos hídricos, con el fin de formular observaciones que faculten la validación del Anteproyecto. Los comentarios se pueden ingresar de manera online a través del sitio web de la DGA, y de forma física en las oficinas de las Direcciones Regionales del organismo.

“El Anteproyecto del Plan recogió las experiencias y conocimientos de quienes participaron en las actividades de Participación Ciudadana Temprana a lo largo del territorio, que fueron analizados y sistematizados por los equipos técnicos de la DGA, FAO y el grupo de universidades que lidera el Centro de Cambio Global de la UC”, comenta Rodrigo Sanhueza Bravo, Director General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas.

“Ahora corresponde validar cómo fueron dispuestos todos los insumos que nos proporcionaron. Es el momento de plantear si hay dudas respecto a la estructura del anteproyecto, si se entienden las líneas estratégicas y las medidas y acciones que de ellas se desprenden, y de formular mejoras al instrumento. Por eso es importante que las personas participen activamente, informándose y expresando qué es necesario mejorar o incorporar”, agrega el ejecutivo de la DGA sobre la elaboración del instrumento establecido en la Ley Marco de Cambio Climático..

-La Consulta Ciudadana asociada al Plan de Adaptación al Cambio Climático para los Recursos Hídricos finaliza este viernes, ¿cómo evalúa la convocatoria que ha tenido este proceso en sus distintas etapas?

El proceso participativo ha sido muy positivo desde el inicio en la etapa temprana, como la encuesta de opinión sobre vulnerabilidad al cambio climático, en la cual participaron más de 1.200 personas; los 6 talleres virtuales con la comunidad de las 4 macrozonas del país, con más de 600 actores vinculados al agua; y los 23 talleres presenciales con más de 200 representantes de pueblos indígenas. Gracias a su participación, a la retroalimentación que recibimos de esas más de dos mil personas y del trabajo que realizaron más de 60 académicos, investigadores y profesionales involucrados en el proceso, hoy tenemos el Anteproyecto del Plan que nos servirá como instrumento de gestión para abordar los efectos adversos del cambio climático en los recursos hídricos del país.

Como Ministerio estamos utilizando todos los medios para que la ciudadanía se anime a participar, liderando la macrozona centro (Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule) con un 42%; luego, la macrozona sur (Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos) con un 34%; la macrozona norte (Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo) con 18%; y, por último, la macrozona austral (Aysén y Magallanes) con 6%.

Asimismo, 72% de participantes de la Consulta Ciudadana es de áreas urbanas y 28% de áreas rurales, predominando la participación masculina con 59,8% versus 38,3% de mujeres, y 1,9% que no define género. Mientras que un 15,9% de quienes han ingresado a la consulta se define como perteneciente a un pueblo originario. Entonces, el llamado es a que la ciudadanía nos acompañe en esta segunda etapa de participación con sus observaciones para tener un Plan más robusto.

-Considerando la situación hídrica en Chile, ¿en qué momento llega este Plan de Adaptación al Cambio Climático para los Recursos Hídricos?

Llega cuando el país lleva casi 15 años de sequía y sectores de las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y Los Lagos se encuentran con decreto de escasez hídrica vigente, y cuando tuvimos crecidas de caudales inéditas en algunos ríos durante 2023 que no ocurrían entre 1950 y 2021, evidenciando que el país no es ajeno a los efectos adversos del cambio climático.

El trabajo para iniciar el Plan se coordinó gran parte del 2022 entre la DGA del MOP, el MMA, el Ministerio de Hacienda y la FAO, para que finalmente el 16 de noviembre de 2022, el Fondo Verde del Clima de la ONU aprobara los recursos para iniciar este proyecto, el primer Plan de Adaptación al Cambio Climático en Recursos Hídricos que tendrá metas, indicadores y un sistema de seguimiento durante los próximos 5 años, para luego ser actualizado.

-¿Qué consecuencias del cambio climático hacen que este Plan sea un instrumento indispensable y de carácter urgente?

Hay que partir recordando que Chile cumple con 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad al cambio climático definidas por Naciones Unidas: áreas costeras a baja altura; zonas áridas y semi áridas; con cobertura forestal y expuestas al deterioro forestal; territorio susceptible a desastres naturales; áreas urbanas con problemas de contaminación atmosférica; ecosistemas montañosos; y zonas propensas a la sequía y la desertificación.

Entonces, por un lado tenemos que preocuparnos de las zonas áridas y semi áridas, y zonas propensas a la sequía y la desertificación. Sin embargo, se podría pensar que el déficit de precipitaciones es propio del norte chico y norte grande, pero la escasez hídrica también ha golpeado el sur, decretando escasez hídrica en regiones del sur como Ñuble, Los Ríos y Los Lagos, y también en la zona austral.

En diciembre de 2022 se dictó por primera vez un decreto de zona de escasez hídrica para un sector de la región de Magallanes y luego, en febrero de 2023, un segundo decreto de escasez. Y en mayo de 2023 se declaró zona de prohibición el sector hidrogeológico de aprovechamiento común de Punta Arenas, herramienta que utiliza la DGA para proteger las fuentes naturales, en este caso, el acuífero y, por lo tanto, no se podrá entregar nuevas concesiones de derechos de aprovechamiento de aguas en el sector.

Hay que agregar que, así como han disminuido las precipitaciones, también se manifiestan eventos extremos como lluvias en cortos períodos de tiempo que provocan desbordes de los cauces con las consiguientes inundaciones y, a veces, afectaciones a la calidad de las aguas.

Las consecuencias las estamos viendo con una situación delicada en la región de Coquimbo, siendo necesario gestionar los recursos hídricos de forma integrada con una gobernanza desde las cuencas por medio de las Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos. Y, por cierto, buscar soluciones para asegurar la disponibilidad, considerando la heterogeneidad geográfica y variabilidad hídrica y climática de cada región, así como los actores de cada una de las cuencas, con realidades disímiles.

De acuerdo a ello, hay que evaluar nuevas fuentes que puedan aportar a la oferta de agua, sea a través de desalación, el uso de aguas grises -cuyo reglamento se aprobó en mayo pasado-, y además existe un proyecto de ley que regula y fomenta los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Asimismo, están las iniciativas basadas en la naturaleza, como conservación y protección de las zonas de recarga natural o artificial de las cuencas, cosecha de niebla o de aguas lluvias y medidas de gestión adecuadas para la utilización del agua existente, incluso cambio de tipo de cultivos.

-¿Cuáles son sus expectativas frente a la implementación del Plan?

La expectativa es, una vez aprobado el Plan, aplicar las acciones para cada medida propuesta, obteniendo el financiamiento para aquellas que requieran inversión, coordinando al sector público-privado y la sociedad civil para avanzar en seguridad hídrica por medio de la gestión integrada de las aguas. Para ello, precisamente, se establecerán indicadores para hacer el seguimiento y, al cabo de 5 años, actualizar dicho Plan.

-¿Qué usos del recurso hídrico se priorizan dentro de este Plan de Adaptación?

En primer lugar, prioriza el consumo humano, de subsistencia y saneamiento, en concordancia con el Código de Aguas; así como la conservación y preservación ecosistémica y el desarrollo de actividades productivas.

-¿En qué aspectos pone acento este Plan, tanto en líneas estratégicas, acciones y medidas?

El acento está puesto en mejorar los distintos aspectos de la seguridad hídrica para el abastecimiento a la población, preservar y conservar los cuerpos de aguas, promover el aprovechamiento sustentable del agua y reducir el riesgo de desastres, incorporando la gestión integrada de recursos hídricos a nivel de cuenca con especial enfoque en grupos vulnerables.

Otra línea corresponde al fortalecimiento legal e institucional y de gobernanza para la resiliencia, junto con fomentar los espacios de participación, coordinación y colaboración público-privada, porque la seguridad hídrica es tarea de todos.

La necesidad de investigar y transferir conocimientos para avanzar en seguridad hídrica es parte importante del Plan, junto con explorar opciones de colaboración y financiamiento para realizar inversiones públicas y privadas para la adaptación al cambio climático en el sector de los recursos hídricos, así como la búsqueda de alianzas internacionales para este fin.

-¿Hay algún tema que haya quedado pendiente de abordar?

Durante las actividades de participación ciudadana recibimos consultas sobre qué pasa con las obras hidráulicas para almacenar agua o una mayor cobertura de los servicios sanitarios rurales para contar con agua, u obras de control aluvional o colectores de aguas lluvias para enfrentar eventos extremos.

Cabe aclarar, entonces, que todo eso es parte de otro Plan, que también ejecuta el Ministerio de Obras Públicas, como es la Actualización del Plan de Cambio Climático para Infraestructura y Edificación Pública a cargo de la Dirección General de Obras Públicas.

-¿Qué escenario se proyecta para Chile de cara a los próximos años en lo que respecta a seguridad hídrica?

El anteproyecto del Plan consideró la caracterización del sector de los recursos hídricos y su vulnerabilidad, así como el análisis de los efectos adversos del cambio climático y riesgos asociados a partir del Atlas de Riesgos Climáticos (ARClim) del MMA, complementado con otras fuentes especializadas en la materia.

Entre sus principales resultados, el documento advierte sobre una disminución de las precipitaciones acumuladas de un 5% en casi todo el territorio nacional, afectando negativamente a la escorrentía o flujo superficial que transcurre por ríos u otros cuerpos de agua. Además, se proyecta un aumento sostenido de las temperaturas, de 1,4°C sobre la temperatura promedio. Las mayores alzas de temperaturas se encontrarían en la macrozona norte y centro, con un aumento de la temperatura en la cordillera de Los Andes, poniendo en riesgo la acumulación de nieve y glaciares, principales reservas de agua dulce en estas regiones.

Si tenemos una menor precipitación, y el derretimiento de glaciares y la nieve acumulada en la cordillerana se acelera, vamos a tener escasez hídrica en mayor o menor grado, con una repercusión aún mayor considerando que la demanda de agua es creciente por el aumento demográfico y productivo. Sin embargo, está la otra cara de la moneda, que son los eventos extremos, como el incremento de la ocurrencia e intensidad de inundaciones y aluviones, y el riesgo creciente que representa para la población y la afectación de la calidad de las aguas.

Otro foco de atención son los incendios forestales y la disminución del bosque nativo, generando riesgos para la dinámica del ciclo del agua, principalmente asociados a una degradación del suelo y sus sistemas vegetacionales, afectando a la retención e infiltración de las aguas.

Entonces, el punto de inflexión es ahora o nunca, hay que cambiar la forma de gestionar el agua, tanto en cantidad y calidad, para lo cual hay que establecer una gobernanza por cuenca con todos los actores que allí se desenvuelven y no solo con quienes tienen derechos de aprovechamiento de aguas.

Por eso llevamos conformadas 7 Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos en cuencas, en las cuencas de Codpa-Vítor en la región de Arica y Parinacota, del río Maullín en la región de los Lagos, del río Huasco en la región de Atacama, de las cuencas costeras entre Seno Andrew y Punta Desengaño, en la región de Magallanes, la cuenca de Aysén en la región de Aysén, del río Choapa en la región de Coquimbo y del río Valdivia en la región de Los Ríos. Al 2025 tendremos implementados 3 Planes Estratégicos de Recursos Hídricos, en las cuencas de Codpa-Vítor, Huasco y Maullín.

-¿Cuál es el objetivo y en qué se relaciona con este Plan la instalación de estas Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos?

El Plan de Adaptación es el paraguas a nivel nacional y los Planes Estratégicos y las Mesas nos permiten avanzar con los problemas locales a nivel de cuencas. Pero ambos instrumentos tienen el mismo objetivo de lograr la seguridad hídrica.

Es así que estas Mesas, compuestas por representantes de servicios públicos y actores de la cuenca, exponen allí sus puntos de vista, dialogan y juntos identifican las problemáticas que hay que atender en la cuenca para determinar y priorizar las mejores soluciones. Sus integrantes tendrán la responsabilidad de colaborar con la ejecución de las distintas fases y actividades de los Planes Estratégicos, herramientas que permitirán identificar brechas, establecer balances hídricos, diagnosticar el estado de información e infraestructuras, para proponer acciones para el mejor uso de las aguas y también enfrentar los efectos adversos del cambio climático sobre el recurso hídrico.

De esta forma, tendremos las Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos funcionando con la guía de un Plan Estratégico de Recursos Hídricos en cuencas, que proponga un conjunto de acciones para velar por la sustentabilidad de las aguas superficiales y subterráneas, y, además, tendrán el Plan de Adaptación al Cambio Climático en Recursos Hídricos, para hacer foco en la resiliencia y ejercer la gobernanza del agua, armonizando distintos puntos de vista y priorizando lo primordial para cada cuenca.

El director de la DGA durante una actividad de difusión del Anteproyecto, en la FAO.

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Fuente: País Circular, Lunes 02 de Septiembre de 2024

PAÍS CIRCULAR – Hasta este viernes, 6 de septiembre, se mantiene activa la Consulta Ciudadana asociada al Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos. Se trata de una iniciativa que por primera vez dotará a Chile de un instrumento articulador para abordar los efectos adversos de este fenómeno y avanzar hacia la seguridad hídrica en el país. En ese contexto, Rodrigo Sanhueza, Director General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas, destaca a País Circular la importancia de contar con una activa participación de la comunidad, a la vez que ahonda en los detalles y desafíos que contempla esta propuesta.

Ad portas de cerrar una de sus etapas trascendentales se encuentra el Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos (PACC-RH), cuya elaboración comenzó en 2023. Corresponde a una iniciativa liderada por el Ministerio de Obras Públicas (MOP), a través de la Dirección General de Aguas (DGA), y con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) como agencia implementadora; con el apoyo del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) como contraparte técnica; y con la Subsecretaría de Hacienda como autoridad designada para administrar los recursos del programa Readiness del Fondo Verde del Clima.

Luego de un exitoso proceso de Participación Temprana, que permitió recabar antecedentes para la elaboración del Anteproyecto, el pasado 12 de junio se inició la Consulta Ciudadana, que culmina el próximo viernes, 6 de septiembre. Las autoridades han llamado a las comunidades a conocer los detalles de dicho documento, en sus 4 líneas estratégicas, 11 medidas y 30 acciones destinadas a aumentar la resiliencia de los recursos hídricos, con el fin de formular observaciones que faculten la validación del Anteproyecto. Los comentarios se pueden ingresar de manera online a través del sitio web de la DGA, y de forma física en las oficinas de las Direcciones Regionales del organismo.

“El Anteproyecto del Plan recogió las experiencias y conocimientos de quienes participaron en las actividades de Participación Ciudadana Temprana a lo largo del territorio, que fueron analizados y sistematizados por los equipos técnicos de la DGA, FAO y el grupo de universidades que lidera el Centro de Cambio Global de la UC”, comenta Rodrigo Sanhueza Bravo, Director General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas.

“Ahora corresponde validar cómo fueron dispuestos todos los insumos que nos proporcionaron. Es el momento de plantear si hay dudas respecto a la estructura del anteproyecto, si se entienden las líneas estratégicas y las medidas y acciones que de ellas se desprenden, y de formular mejoras al instrumento. Por eso es importante que las personas participen activamente, informándose y expresando qué es necesario mejorar o incorporar”, agrega el ejecutivo de la DGA sobre la elaboración del instrumento establecido en la Ley Marco de Cambio Climático..

-La Consulta Ciudadana asociada al Plan de Adaptación al Cambio Climático para los Recursos Hídricos finaliza este viernes, ¿cómo evalúa la convocatoria que ha tenido este proceso en sus distintas etapas?

El proceso participativo ha sido muy positivo desde el inicio en la etapa temprana, como la encuesta de opinión sobre vulnerabilidad al cambio climático, en la cual participaron más de 1.200 personas; los 6 talleres virtuales con la comunidad de las 4 macrozonas del país, con más de 600 actores vinculados al agua; y los 23 talleres presenciales con más de 200 representantes de pueblos indígenas. Gracias a su participación, a la retroalimentación que recibimos de esas más de dos mil personas y del trabajo que realizaron más de 60 académicos, investigadores y profesionales involucrados en el proceso, hoy tenemos el Anteproyecto del Plan que nos servirá como instrumento de gestión para abordar los efectos adversos del cambio climático en los recursos hídricos del país.

Como Ministerio estamos utilizando todos los medios para que la ciudadanía se anime a participar, liderando la macrozona centro (Valparaíso, Metropolitana, O’Higgins y Maule) con un 42%; luego, la macrozona sur (Ñuble, Biobío, La Araucanía, Los Ríos y Los Lagos) con un 34%; la macrozona norte (Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo) con 18%; y, por último, la macrozona austral (Aysén y Magallanes) con 6%.

Asimismo, 72% de participantes de la Consulta Ciudadana es de áreas urbanas y 28% de áreas rurales, predominando la participación masculina con 59,8% versus 38,3% de mujeres, y 1,9% que no define género. Mientras que un 15,9% de quienes han ingresado a la consulta se define como perteneciente a un pueblo originario. Entonces, el llamado es a que la ciudadanía nos acompañe en esta segunda etapa de participación con sus observaciones para tener un Plan más robusto.

-Considerando la situación hídrica en Chile, ¿en qué momento llega este Plan de Adaptación al Cambio Climático para los Recursos Hídricos?

Llega cuando el país lleva casi 15 años de sequía y sectores de las regiones de Atacama, Coquimbo, Valparaíso, Metropolitana y Los Lagos se encuentran con decreto de escasez hídrica vigente, y cuando tuvimos crecidas de caudales inéditas en algunos ríos durante 2023 que no ocurrían entre 1950 y 2021, evidenciando que el país no es ajeno a los efectos adversos del cambio climático.

El trabajo para iniciar el Plan se coordinó gran parte del 2022 entre la DGA del MOP, el MMA, el Ministerio de Hacienda y la FAO, para que finalmente el 16 de noviembre de 2022, el Fondo Verde del Clima de la ONU aprobara los recursos para iniciar este proyecto, el primer Plan de Adaptación al Cambio Climático en Recursos Hídricos que tendrá metas, indicadores y un sistema de seguimiento durante los próximos 5 años, para luego ser actualizado.

-¿Qué consecuencias del cambio climático hacen que este Plan sea un instrumento indispensable y de carácter urgente?

Hay que partir recordando que Chile cumple con 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad al cambio climático definidas por Naciones Unidas: áreas costeras a baja altura; zonas áridas y semi áridas; con cobertura forestal y expuestas al deterioro forestal; territorio susceptible a desastres naturales; áreas urbanas con problemas de contaminación atmosférica; ecosistemas montañosos; y zonas propensas a la sequía y la desertificación.

Entonces, por un lado tenemos que preocuparnos de las zonas áridas y semi áridas, y zonas propensas a la sequía y la desertificación. Sin embargo, se podría pensar que el déficit de precipitaciones es propio del norte chico y norte grande, pero la escasez hídrica también ha golpeado el sur, decretando escasez hídrica en regiones del sur como Ñuble, Los Ríos y Los Lagos, y también en la zona austral.

En diciembre de 2022 se dictó por primera vez un decreto de zona de escasez hídrica para un sector de la región de Magallanes y luego, en febrero de 2023, un segundo decreto de escasez. Y en mayo de 2023 se declaró zona de prohibición el sector hidrogeológico de aprovechamiento común de Punta Arenas, herramienta que utiliza la DGA para proteger las fuentes naturales, en este caso, el acuífero y, por lo tanto, no se podrá entregar nuevas concesiones de derechos de aprovechamiento de aguas en el sector.

Hay que agregar que, así como han disminuido las precipitaciones, también se manifiestan eventos extremos como lluvias en cortos períodos de tiempo que provocan desbordes de los cauces con las consiguientes inundaciones y, a veces, afectaciones a la calidad de las aguas.

Las consecuencias las estamos viendo con una situación delicada en la región de Coquimbo, siendo necesario gestionar los recursos hídricos de forma integrada con una gobernanza desde las cuencas por medio de las Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos. Y, por cierto, buscar soluciones para asegurar la disponibilidad, considerando la heterogeneidad geográfica y variabilidad hídrica y climática de cada región, así como los actores de cada una de las cuencas, con realidades disímiles.

De acuerdo a ello, hay que evaluar nuevas fuentes que puedan aportar a la oferta de agua, sea a través de desalación, el uso de aguas grises -cuyo reglamento se aprobó en mayo pasado-, y además existe un proyecto de ley que regula y fomenta los sistemas de tratamiento de aguas residuales. Asimismo, están las iniciativas basadas en la naturaleza, como conservación y protección de las zonas de recarga natural o artificial de las cuencas, cosecha de niebla o de aguas lluvias y medidas de gestión adecuadas para la utilización del agua existente, incluso cambio de tipo de cultivos.

-¿Cuáles son sus expectativas frente a la implementación del Plan?

La expectativa es, una vez aprobado el Plan, aplicar las acciones para cada medida propuesta, obteniendo el financiamiento para aquellas que requieran inversión, coordinando al sector público-privado y la sociedad civil para avanzar en seguridad hídrica por medio de la gestión integrada de las aguas. Para ello, precisamente, se establecerán indicadores para hacer el seguimiento y, al cabo de 5 años, actualizar dicho Plan.

-¿Qué usos del recurso hídrico se priorizan dentro de este Plan de Adaptación?

En primer lugar, prioriza el consumo humano, de subsistencia y saneamiento, en concordancia con el Código de Aguas; así como la conservación y preservación ecosistémica y el desarrollo de actividades productivas.

-¿En qué aspectos pone acento este Plan, tanto en líneas estratégicas, acciones y medidas?

El acento está puesto en mejorar los distintos aspectos de la seguridad hídrica para el abastecimiento a la población, preservar y conservar los cuerpos de aguas, promover el aprovechamiento sustentable del agua y reducir el riesgo de desastres, incorporando la gestión integrada de recursos hídricos a nivel de cuenca con especial enfoque en grupos vulnerables.

Otra línea corresponde al fortalecimiento legal e institucional y de gobernanza para la resiliencia, junto con fomentar los espacios de participación, coordinación y colaboración público-privada, porque la seguridad hídrica es tarea de todos.

La necesidad de investigar y transferir conocimientos para avanzar en seguridad hídrica es parte importante del Plan, junto con explorar opciones de colaboración y financiamiento para realizar inversiones públicas y privadas para la adaptación al cambio climático en el sector de los recursos hídricos, así como la búsqueda de alianzas internacionales para este fin.

-¿Hay algún tema que haya quedado pendiente de abordar?

Durante las actividades de participación ciudadana recibimos consultas sobre qué pasa con las obras hidráulicas para almacenar agua o una mayor cobertura de los servicios sanitarios rurales para contar con agua, u obras de control aluvional o colectores de aguas lluvias para enfrentar eventos extremos.

Cabe aclarar, entonces, que todo eso es parte de otro Plan, que también ejecuta el Ministerio de Obras Públicas, como es la Actualización del Plan de Cambio Climático para Infraestructura y Edificación Pública a cargo de la Dirección General de Obras Públicas.

-¿Qué escenario se proyecta para Chile de cara a los próximos años en lo que respecta a seguridad hídrica?

El anteproyecto del Plan consideró la caracterización del sector de los recursos hídricos y su vulnerabilidad, así como el análisis de los efectos adversos del cambio climático y riesgos asociados a partir del Atlas de Riesgos Climáticos (ARClim) del MMA, complementado con otras fuentes especializadas en la materia.

Entre sus principales resultados, el documento advierte sobre una disminución de las precipitaciones acumuladas de un 5% en casi todo el territorio nacional, afectando negativamente a la escorrentía o flujo superficial que transcurre por ríos u otros cuerpos de agua. Además, se proyecta un aumento sostenido de las temperaturas, de 1,4°C sobre la temperatura promedio. Las mayores alzas de temperaturas se encontrarían en la macrozona norte y centro, con un aumento de la temperatura en la cordillera de Los Andes, poniendo en riesgo la acumulación de nieve y glaciares, principales reservas de agua dulce en estas regiones.

Si tenemos una menor precipitación, y el derretimiento de glaciares y la nieve acumulada en la cordillerana se acelera, vamos a tener escasez hídrica en mayor o menor grado, con una repercusión aún mayor considerando que la demanda de agua es creciente por el aumento demográfico y productivo. Sin embargo, está la otra cara de la moneda, que son los eventos extremos, como el incremento de la ocurrencia e intensidad de inundaciones y aluviones, y el riesgo creciente que representa para la población y la afectación de la calidad de las aguas.

Otro foco de atención son los incendios forestales y la disminución del bosque nativo, generando riesgos para la dinámica del ciclo del agua, principalmente asociados a una degradación del suelo y sus sistemas vegetacionales, afectando a la retención e infiltración de las aguas.

Entonces, el punto de inflexión es ahora o nunca, hay que cambiar la forma de gestionar el agua, tanto en cantidad y calidad, para lo cual hay que establecer una gobernanza por cuenca con todos los actores que allí se desenvuelven y no solo con quienes tienen derechos de aprovechamiento de aguas.

Por eso llevamos conformadas 7 Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos en cuencas, en las cuencas de Codpa-Vítor en la región de Arica y Parinacota, del río Maullín en la región de los Lagos, del río Huasco en la región de Atacama, de las cuencas costeras entre Seno Andrew y Punta Desengaño, en la región de Magallanes, la cuenca de Aysén en la región de Aysén, del río Choapa en la región de Coquimbo y del río Valdivia en la región de Los Ríos. Al 2025 tendremos implementados 3 Planes Estratégicos de Recursos Hídricos, en las cuencas de Codpa-Vítor, Huasco y Maullín.

-¿Cuál es el objetivo y en qué se relaciona con este Plan la instalación de estas Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos?

El Plan de Adaptación es el paraguas a nivel nacional y los Planes Estratégicos y las Mesas nos permiten avanzar con los problemas locales a nivel de cuencas. Pero ambos instrumentos tienen el mismo objetivo de lograr la seguridad hídrica.

Es así que estas Mesas, compuestas por representantes de servicios públicos y actores de la cuenca, exponen allí sus puntos de vista, dialogan y juntos identifican las problemáticas que hay que atender en la cuenca para determinar y priorizar las mejores soluciones. Sus integrantes tendrán la responsabilidad de colaborar con la ejecución de las distintas fases y actividades de los Planes Estratégicos, herramientas que permitirán identificar brechas, establecer balances hídricos, diagnosticar el estado de información e infraestructuras, para proponer acciones para el mejor uso de las aguas y también enfrentar los efectos adversos del cambio climático sobre el recurso hídrico.

De esta forma, tendremos las Mesas Estratégicas de Recursos Hídricos funcionando con la guía de un Plan Estratégico de Recursos Hídricos en cuencas, que proponga un conjunto de acciones para velar por la sustentabilidad de las aguas superficiales y subterráneas, y, además, tendrán el Plan de Adaptación al Cambio Climático en Recursos Hídricos, para hacer foco en la resiliencia y ejercer la gobernanza del agua, armonizando distintos puntos de vista y priorizando lo primordial para cada cuenca.

El director de la DGA durante una actividad de difusión del Anteproyecto, en la FAO.

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Fuente: País Circular, Lunes 02 de Septiembre de 2024

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