MUNDO MARÍTIMO – Mundialmente el comercio que se transporta vía marítima representa casi el 90% del volumen de bienes, por lo mismo, aquellas ciudades que cuentan con puertos de gran envergadura, son consideradas nódulos logísticos globales en materia económica.
Con todos los beneficios que esto implica para un país, producto de su trascendental carácter estratégico, la infraestructura portuaria es considerada una instalación vulnerable, ya que cualquier ataque tiene un impacto directo a nivel local, logístico y en la cadena de suministro a globales.
En julio de 2023 la empresa de seguridad española, Prosegur, publicó su informe “Seguridad en infraestructuras portuarias de América Latina”, donde explica las distintas amenazas a las que están expuestos los puertos latinoamericanos.
El informe define como amenazas para el puerto todo lo que pueda afectar la seguridad de personas, infraestructuras, patrimonio y valores, datos e información, imagen y reputación. Entre las destacadas se mencionan los riesgos políticos y económicos, como también los sociales.
Riesgos políticos y económicos
Conflictos externos: Producto del tipo de actividad que ejercen es inevitable que la productividad de los puertos se vea fuertemente afectada por los conflictos interestatales, especialmente entre entre el país gestor de un puerto y el país del que proceden buques o bienes.
Los conflictos bélicos, aún cuando ningún país de la región esté directamente involucrado, inciden también sobre sus puertos. Un claro ejemplo es el conflicto entre Rusia y Ucrania que ha golpeado con la subida de precios en varios productos, como también los tránsitos marítimos y la actividad de los puertos latinoamericanos.
En este sentido, el informe señala que desde 2022 numerosas líneas navieras han alertado de la acumulación de contenedores en los puertos y de los daños causados a mercancías perecederas, generando severas pérdidas económicas para las empresas y crisis de desabastecimiento y carestía de determinados productos.
Al observar la guerra comercial entre China y Estados Unidos, los puertos latinoamericanos son vistos como puntos estratégicos, y si bien esto puede tener un impacto positivo en el desarrollo de infraestructuras, al mismo tiempo tiene implicaciones negativas en la operatividad. Adicionalmente, debido a la competencia entre ambas súper potencias existe la posibilidad de que los gobiernos impongan medidas intervencionistas que restrinjan la actividad portuaria.
Conflictos Internos: En caso de disturbios, protestas o guerras civiles, los puertos nacionales son uno de los principales objetivos, porque estratégicamente otorgan ventaja a nivel militar, cuyo bloqueo implica un fuerte perjuicio económico.
Es el caso de Perú donde, en el marco de la crisis política y social, se bloquearon las principales vías de abastecimiento, la operatividad de la infraestructura portuaria fue fuertemente afectada causando alteraciones en la carga y descarga de bienes.
Por otro lado la inseguridad jurídica, y la excesiva volatilidad legal en torno a la actividad portuaria en Latinoamérica puede ser un desincentivo para que las empresas quieran operar bajo dicha jurisdicción, derivando en una reducción en la productividad y provocando un menoscabo económico para los países, especialmente para aquellos que se encuentran políticamente inestables, como es el caso de Ecuador y Perú.
Además, el reporte, subraya la corrupción como una amenaza de doble perspectiva, diferenciando entre “aquella que afecta directamente a los gestores de las instalaciones portuarias y deriva, en gran medida, en inseguridad jurídica; y aquella que responde a las actividades de lavado de dinero que se hacen en torno a la actividad portuaria y que se relacionan, en muchos casos, con el contrabando”. Lamentablemente, los puertos latinoamericanos destacan a nivel mundial por la amplia actividad de organizaciones criminales.
Según el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) excepto Chile, Uruguay y Costa Rica, los países latinoamericanos presentan una gran incidencia de la corrupción.
Riesgos Sociales
El activismo es la principal amenaza social para el funcionamiento del puerto. Países como Perú, Ecuador, Colombia y Brasil han visto en la última década sus actividades portuarias paralizadas por levantamientos sociales antigubernamentales. El bloqueo provoca cortes de tráfico que limitan la llegada de camiones con carga.
Adicionalmente, en Latinoamérica existe una elevada conflictividad laboral en el sector de transporte terrestre. Las huelgas de transportistas y estibadores son los eventos que pueden generar un mayor impacto para la actividad portuaria. Por ejemplo, en abril de 2023 el Sindicato Único de Fleteros de la República Argentina (Siunfletra) llevó a cabo paros indefinidos en distintos puertos, causando pérdidas de más de 100 millones de pesos al día.
Además, inevitablemente, debido a sus conexiones internacionales, los puertos son una de las principales vías de la migración irregular. Los exhaustivos controles de seguridad y vigilancia por parte de las autoridades golpean la actividad portuaria ralentizando todos los procesos.
Fuente: Mundo Marítimo, Miércoles 16 de Agosto de 2023