Domingo, Diciembre 22, 2024

Retoman proyecto de carretera hídrica para traer agua desde el sur a la región

EL DÍA – La extensa geografía de nuestro país hace que se generen escenarios de contraste. Por una parte, en el norte, principalmente las regiones de Atacama y Coquimbo, enfrentadas a una escasez hídrica que los especialistas advierten se va a ir intensificando con el tiempo y, por otra, los parajes de sur con caudalosos ríos, pero no siempre con clima y suelos para efectuar los cultivos.

Ante esta realidad, ya desde 1950 surgieron voces que proponían aprovechar la bonanza del recurso en esos territorios e invertir en trasladarlo a las zonas de escasez. Muchos mandatarios apoyaron la idea, pero finalmente no se concretó.

Pero ahora, la Fundación Reguemos Chile, ligada a Juan Sutil, empresario agrícola y presidente de Empresas Sutil, pretende retomar esta iniciativa y concretar la construcción de la denominada “Carretera Hídrica”, que permitirá captar, almacenar y transportar el excedente de agua de los ríos de la Región del Bío Bío -en donde ésta es abundante y no es utilizada a su total capacidad en los meses de invierno- hacia el norte llegando a la Región de Atacama, en donde el agua es escasa y necesaria para distintos usos, entre ellos la agricultura.

Con ello, se pretende incrementar en cerca de 600 mil las hectáreas de riego, duplicando así la cantidad de terrenos cultivables de nuestro país, potenciando su capacidad exportadora y transformándolo en una potencia agroalimentaria, diversificando a su vez su matriz productiva.

LOS AVANCES DEL PROYECTO

Según cuenta Maximiliano Letelier, director ejecutivo de Reguemos Chile, éste se ha venido desarrollando desde el año 2015 cuando se constituyeron como corporación. A la fecha, indica, ya se han definido 4 estudios “que nos van a conducir a elaborar la iniciativa privada para poder presentarla al Ministerio de Obras Públicas de aquí a diciembre de este año para que la declare de interés público, ese es nuestro objetivo”, plantea.

El primero de ellos, considerado el más importante ya concluyó y arrojó resultados bastante alentadores. “Éste apuntaba a corroborar si es que efectivamente había agua a la altura que la queríamos tomar físicamente y de manera legal, es decir, con derechos de agua”, puntualiza.

Finalmente, indica, el análisis fue concluyente en señalar que efectivamente esa disponibilidad de agua existe “que podemos tomarla, negociar con las juntas de vigilancia y trasladarla al norte en los meses de invierno cuando ellos no la ocupan, entre abril y octubre, cuando todos los canales están cerrados y el agua va al mar”.

Cabe destacar que hace algunos años se habló de la posibilidad de concretar esta carretera hídrica, pero en ese momento la propuesta era trasladar el vital elemento a través de una tubería submarina. Letelier sostiene que ellos siguieron de cerca esta propuesta y que incluso lograron un acercamiento con la firma francesa que lo impulsaba, pero que ahora le retiró el patrocinio. La razón de que no prosperara, agrega, es que se hace inviable por temas ambientales dada la intervención que debía realizarse en el fondo marino. Por otra parte, los costos de venta del agua se elevaban considerablemente, haciéndolo demasiado caro para sus principales potenciales clientes, la agricultura.

Por eso, dice que quisieron reformularlo y de hecho consiguieron el apoyo de esta misma firma francesa. Ahora se plantea como un gran canal abierto y, en algunos sectores, donde es difícil pasar, con la construcción de túneles.

“El 80% del transporte es por gravedad y hay un 20% de bombeo, entonces eso hace que podamos competir en costos y ser una alternativa más barata que el tubo submarino o que las desaladoras, por ejemplo”, precisa. Con ello, se evita además el gasto en energía.

Respecto de la cobertura, señala que el proyecto, que tiene dos brazos, abarcaría en total 600 mil hectáreas, 300 mil hectáreas desde Santiago al norte y 300 mil hectáreas desde Bio Bio hasta Santiago.

CÓMO SE DISTRIBUYE

En proyecto está pensado en 5 tramos que van desde el norte de la región del Bio Bio hasta Huasco, en la región de Atacama. Se traería el vital elemento desde un punto de captación en el Río Queuco, al norte del bio bio, tomando además agua de otros 6 ríos. (Ver infografía)

De acuerdo a lo expresado por Letelier, para la distribución del recurso se está pensando en replicar el modelo de negocios que se utiliza en proyectos como Olmos, desarrollado en Perú. Éste se inauguró en 2014 en el territorio de Lambayeque y consiste en una mega obra hidroenergética que permite irrigar con aguas del río Huancabamba unas 38 mil hectáreas de arena para convertirlas en tierra fértil y otras 5 mil 500 hectáreas donde se realiza agricultura de baja producción.

“Pensamos y estamos escribiendo un modelo de negocios donde la distribución desde el canal matriz, en canal grande, van a ser subconcesiones, o sea juntas de vigilancia de canalistas que tomen el control de esta distribución y se hagan ellos cargo de la canalización a los predios”, puntualizó.

La gran mayoría del agua que se trasladará sería destinada al riego, para llegar incluso a sectores donde hoy existe el suelo, el clima, pero falta el recurso. No obstante, también se piensa en otros fines. “Dado que el consumo de ciudades y de la minería es muy bajo comparado con el agro, no es un problema para el proyecto poder abastecer a las ciudades o al Agua Potable Rural, a las comunidades que hoy tienen problemas de agua, sobre todo de Santiago al norte. Podemos perfectamente abastecer a las ciudades o parte de ellas”.

Además, de acuerdo a lo que han expresado los impulsores de la carretera, se estaría pensando en otros cambios como la construcción de una planta de energía solar en Atacama, para levantar el agua y bombearla hacia los valles del Huasco y Copiapó; el desarrollo de un embalse en el río Cachapoal, en la Región de O’Higgins y una ampliación en el embalse Corrales para duplicar su capacidad.

También se implementarán hidrohélices en los canales abiertos o en los túneles y se agregarán paneles solares que cubrirán un 25% del tramo de Santiago hacia el norte, con el fin de generar energía limpia y sustentable.

EVALUACIÓN DE COSTOS

El director ejecutivo de Reguemos Chile reconoce que es un proyecto que requiere de una inversión considerable, pero lo importante, agrega, es que se va a potenciar la producción agrícola pudiendo explotar territorios que hasta ahora no han podido hacerlo por problemas de escasez de agua. Se estima que permitiría que las exportaciones pasaran de 35 a 64 millones de dólares anuales, además de generar un millón de nuevos puestos de trabajo.

Respecto de los costos que implicaría, indica que “tenemos una evaluación preliminar, que es relativamente gruesa y hoy estamos en un segundo estudio que nos va a afinar esa estimación que es lo que vamos a llevar al MOP. Creemos que vamos a andar entre 15 mil y 20 mil millones de dólares en los 5 tramos”, especifica.

Se haría con inversiones públicas y privadas. Va a ser presentada al MOP como una iniciativa privada en obra pública para así poder entrar a una licitación. “Igual a como se financia una carretera normal, por ejemplo como la Costanera Norte, donde se cobra peaje. Aquí la idea es que el proyecto lo tome una empresa grande extranjera, lo construya, y después de 20 años o lo que sea necesario, pase a ser del Estado”, declaró Letelier al medio El Definido en abril de 2017.

PLAZOS

Maximiliano Letelier manifiesta además que se trata de un proyecto de largo aliento y que se espera ir concretándolo por tramos. Se estima que la construcción completa puede tardar 15 años hasta su última etapa en la región de Atacama.

“En un escenario optimista, pensamos presentarlo a fin de año al MOP como iniciativa privada, que el MOP se tome 6 meses en declararlo de interés público o pedir más antecedentes, lo que esperamos ocurra el 2019”, dice.

Lo que viene después, plantea, es reestudiar todo lo que ellos presentaron “pero con mucho mayor profundidad y un costo mucho mayor”.

La gracia, comenta, es que al ser declarado de interés público todos los costos que se hagan en estudios, si los hace la Corporación Reguemos Chile o el que lo haga “van cubiertos de alguna manera, porque si el proyecto no se hace el Estado reembolsa hasta el 80% de ese gasto y si el proyecto se lo gana una firma canadiense o China está obligado a pagar lo que se invirtió en estudios”.

Con respecto a las fechas, manifiesta que si se llega a declarar de interés público el próximo año “se licitan los estudios a partir del 2019, podrían tardar 3 o 4 años, es decir el 2022 los estaríamos terminando para el 2023 licitar la construcción y empezar el 2023 o el 2024”, especifica.

RESPALDO TRANSVERSAL

Los antecedentes que han dado a conocer los especialistas en el último tiempo han encendido las luces de alerta, sobre todo en las regiones de Atacama y Coquimbo (zonas eminentemente agrícolas), donde se estima se seguirá agudizando la crisis hídrica. Todos coinciden en que el cambio climático llegó para quedarse y que se requieren medidas urgentes para generar nuevas fuentes de captación del recurso.

De hecho, un estudio impulsado por la Fundación Chile denominado “Radiografía del agua: Brecha y riesgo hídrico en Chile” sitúa a la región de Coquimbo como la con mayor criticidad en esta materia, señalando, por ejemplo, que 4 cuencas de las 11 consideradas en estado crítico en el país se encuentran precisamente en esta zona.

El análisis plantea además que, en cuanto a precipitaciones, hay una reducción muy significativa y que entre Atacama y Coquimbo enfrentan el déficit hídrico meteorológico más grandes de todo el país.

Por eso a juicio de Maximiliano Letelier han puesto todos los esfuerzos en esta iniciativa. “Si uno lo mira desde el punto de vista del cambio climático, de lo que está pasando con la productividad en el norte, los riesgos climáticos que se acercan, creemos que es más urgente que nunca y así lo dicen diferentes expertos, no solo nosotros”, recalca y agrega que “hay que ver también lo que dice Fernando Santibáñez, por ejemplo, Felipe Martin, o la gente de la Universidad Católica que han señalado que es urgente mejorar las fuentes de disponibilidad de agua”.

Es por esta razón también que la Carretera Hídrica está recibiendo el respaldo de diversas organizaciones empresariales. “Tenemos el respaldo de la SNA, el Consejo Minero, la Sonami, la CChC, en consejo de empresas consultoras de ingeniería, son muchos gremios y algunas empresas que nos están apoyando, alrededor de 25”, sostiene.

Existe confianza entonces de que la presentación a fin de año para que sea declarada de interés público por el MOP va a tener una buena acogida a nivel de gobierno central. “Tenemos harto optimismo de que esto resulte. Ahora, hay que tener paciencia, es un proyecto de largo aliento, pero nuestro interés es que se declare de interés público, porque entra en otra categoría, en otro orden de prioridad para el gobierno de turno”, puntualiza. 3701iR

GREMIOS VALORAN OPCIÓN

Como ya se ha mencionado, el objetivo central de esta iniciativa es incrementar en cerca de 600 mil las hectáreas de riego de nuestro país, duplicando así la cantidad de terrenos cultivables, potenciando además su capacidad exportadora y transformándolo en una potencia agroalimentaria.

A eso se suma además que se estima que, particularmente en la Región de Coquimbo, la situación de escasez hídrica se va a ir agravando cada vez más. Ante esto, la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari señala que ve con muy buenos ojos que se pueda concretar en el futuro como fuente alternativa de obtención de agua “porque para la zona lo que va a hacer es preservar la agricultura”.

La dirigente destacó además que existen proyectos de similares características que se han gestionado en Perú y en California “que han dado muy buenos resultados, es decir, ya hay experiencia en el extranjero”.

Lo que hay que tener en cuenta eso sí, recalca, es en procurar desarrollar un buen trazado “y que genere el menor impacto posible por donde pase”, especificó.

Por su parte, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) La Serena, Sergio Quilodrán, manifiesta que “el agua dulce es un bien escaso en el mundo y Chile no queda ajeno a ese fenómeno. Por ello es que la idea de la Corporación Reguemos Chile de retomar los esfuerzos por generar una carretera hídrica que surta de este vital elemento a siete regiones del país, va en la línea de desarrollo que plantea nuestra institución”, dijo.

Asimismo, planteó que con esta iniciativa no sólo se contribuirá a combatir la desertificación, asegurar el riego de nuevas hectáreas y sentar las bases para convertir a Chile en una potencia agroalimentaria en 2050 “sino que también apunta a generar calidad de vida para millones de chilenos”.

A su juicio, contar con disponibilidad hídrica permitirá viabilizar proyectos residenciales para responder a esa demanda. “Por esta razón es que hemos hecho gestiones ante las autoridades para contar con herramientas que permitan asegurar el recurso hídrico en las ciudades, toda vez que aún existe un 35% de suelo en la región que no tiene disponibilidad sanitaria. Entonces, una carretera hídrica va en la línea de cubrir esa brecha, al igual que contar con instrumentos de planificación comunales e interprovinciales actualizados”, especificó.

Ver artículo

Fuente: El Día, Domingo 6 de Mayo de 2018

EL DÍA – La extensa geografía de nuestro país hace que se generen escenarios de contraste. Por una parte, en el norte, principalmente las regiones de Atacama y Coquimbo, enfrentadas a una escasez hídrica que los especialistas advierten se va a ir intensificando con el tiempo y, por otra, los parajes de sur con caudalosos ríos, pero no siempre con clima y suelos para efectuar los cultivos.

Ante esta realidad, ya desde 1950 surgieron voces que proponían aprovechar la bonanza del recurso en esos territorios e invertir en trasladarlo a las zonas de escasez. Muchos mandatarios apoyaron la idea, pero finalmente no se concretó.

Pero ahora, la Fundación Reguemos Chile, ligada a Juan Sutil, empresario agrícola y presidente de Empresas Sutil, pretende retomar esta iniciativa y concretar la construcción de la denominada “Carretera Hídrica”, que permitirá captar, almacenar y transportar el excedente de agua de los ríos de la Región del Bío Bío -en donde ésta es abundante y no es utilizada a su total capacidad en los meses de invierno- hacia el norte llegando a la Región de Atacama, en donde el agua es escasa y necesaria para distintos usos, entre ellos la agricultura.

Con ello, se pretende incrementar en cerca de 600 mil las hectáreas de riego, duplicando así la cantidad de terrenos cultivables de nuestro país, potenciando su capacidad exportadora y transformándolo en una potencia agroalimentaria, diversificando a su vez su matriz productiva.

LOS AVANCES DEL PROYECTO

Según cuenta Maximiliano Letelier, director ejecutivo de Reguemos Chile, éste se ha venido desarrollando desde el año 2015 cuando se constituyeron como corporación. A la fecha, indica, ya se han definido 4 estudios “que nos van a conducir a elaborar la iniciativa privada para poder presentarla al Ministerio de Obras Públicas de aquí a diciembre de este año para que la declare de interés público, ese es nuestro objetivo”, plantea.

El primero de ellos, considerado el más importante ya concluyó y arrojó resultados bastante alentadores. “Éste apuntaba a corroborar si es que efectivamente había agua a la altura que la queríamos tomar físicamente y de manera legal, es decir, con derechos de agua”, puntualiza.

Finalmente, indica, el análisis fue concluyente en señalar que efectivamente esa disponibilidad de agua existe “que podemos tomarla, negociar con las juntas de vigilancia y trasladarla al norte en los meses de invierno cuando ellos no la ocupan, entre abril y octubre, cuando todos los canales están cerrados y el agua va al mar”.

Cabe destacar que hace algunos años se habló de la posibilidad de concretar esta carretera hídrica, pero en ese momento la propuesta era trasladar el vital elemento a través de una tubería submarina. Letelier sostiene que ellos siguieron de cerca esta propuesta y que incluso lograron un acercamiento con la firma francesa que lo impulsaba, pero que ahora le retiró el patrocinio. La razón de que no prosperara, agrega, es que se hace inviable por temas ambientales dada la intervención que debía realizarse en el fondo marino. Por otra parte, los costos de venta del agua se elevaban considerablemente, haciéndolo demasiado caro para sus principales potenciales clientes, la agricultura.

Por eso, dice que quisieron reformularlo y de hecho consiguieron el apoyo de esta misma firma francesa. Ahora se plantea como un gran canal abierto y, en algunos sectores, donde es difícil pasar, con la construcción de túneles.

“El 80% del transporte es por gravedad y hay un 20% de bombeo, entonces eso hace que podamos competir en costos y ser una alternativa más barata que el tubo submarino o que las desaladoras, por ejemplo”, precisa. Con ello, se evita además el gasto en energía.

Respecto de la cobertura, señala que el proyecto, que tiene dos brazos, abarcaría en total 600 mil hectáreas, 300 mil hectáreas desde Santiago al norte y 300 mil hectáreas desde Bio Bio hasta Santiago.

CÓMO SE DISTRIBUYE

En proyecto está pensado en 5 tramos que van desde el norte de la región del Bio Bio hasta Huasco, en la región de Atacama. Se traería el vital elemento desde un punto de captación en el Río Queuco, al norte del bio bio, tomando además agua de otros 6 ríos. (Ver infografía)

De acuerdo a lo expresado por Letelier, para la distribución del recurso se está pensando en replicar el modelo de negocios que se utiliza en proyectos como Olmos, desarrollado en Perú. Éste se inauguró en 2014 en el territorio de Lambayeque y consiste en una mega obra hidroenergética que permite irrigar con aguas del río Huancabamba unas 38 mil hectáreas de arena para convertirlas en tierra fértil y otras 5 mil 500 hectáreas donde se realiza agricultura de baja producción.

“Pensamos y estamos escribiendo un modelo de negocios donde la distribución desde el canal matriz, en canal grande, van a ser subconcesiones, o sea juntas de vigilancia de canalistas que tomen el control de esta distribución y se hagan ellos cargo de la canalización a los predios”, puntualizó.

La gran mayoría del agua que se trasladará sería destinada al riego, para llegar incluso a sectores donde hoy existe el suelo, el clima, pero falta el recurso. No obstante, también se piensa en otros fines. “Dado que el consumo de ciudades y de la minería es muy bajo comparado con el agro, no es un problema para el proyecto poder abastecer a las ciudades o al Agua Potable Rural, a las comunidades que hoy tienen problemas de agua, sobre todo de Santiago al norte. Podemos perfectamente abastecer a las ciudades o parte de ellas”.

Además, de acuerdo a lo que han expresado los impulsores de la carretera, se estaría pensando en otros cambios como la construcción de una planta de energía solar en Atacama, para levantar el agua y bombearla hacia los valles del Huasco y Copiapó; el desarrollo de un embalse en el río Cachapoal, en la Región de O’Higgins y una ampliación en el embalse Corrales para duplicar su capacidad.

También se implementarán hidrohélices en los canales abiertos o en los túneles y se agregarán paneles solares que cubrirán un 25% del tramo de Santiago hacia el norte, con el fin de generar energía limpia y sustentable.

EVALUACIÓN DE COSTOS

El director ejecutivo de Reguemos Chile reconoce que es un proyecto que requiere de una inversión considerable, pero lo importante, agrega, es que se va a potenciar la producción agrícola pudiendo explotar territorios que hasta ahora no han podido hacerlo por problemas de escasez de agua. Se estima que permitiría que las exportaciones pasaran de 35 a 64 millones de dólares anuales, además de generar un millón de nuevos puestos de trabajo.

Respecto de los costos que implicaría, indica que “tenemos una evaluación preliminar, que es relativamente gruesa y hoy estamos en un segundo estudio que nos va a afinar esa estimación que es lo que vamos a llevar al MOP. Creemos que vamos a andar entre 15 mil y 20 mil millones de dólares en los 5 tramos”, especifica.

Se haría con inversiones públicas y privadas. Va a ser presentada al MOP como una iniciativa privada en obra pública para así poder entrar a una licitación. “Igual a como se financia una carretera normal, por ejemplo como la Costanera Norte, donde se cobra peaje. Aquí la idea es que el proyecto lo tome una empresa grande extranjera, lo construya, y después de 20 años o lo que sea necesario, pase a ser del Estado”, declaró Letelier al medio El Definido en abril de 2017.

PLAZOS

Maximiliano Letelier manifiesta además que se trata de un proyecto de largo aliento y que se espera ir concretándolo por tramos. Se estima que la construcción completa puede tardar 15 años hasta su última etapa en la región de Atacama.

“En un escenario optimista, pensamos presentarlo a fin de año al MOP como iniciativa privada, que el MOP se tome 6 meses en declararlo de interés público o pedir más antecedentes, lo que esperamos ocurra el 2019”, dice.

Lo que viene después, plantea, es reestudiar todo lo que ellos presentaron “pero con mucho mayor profundidad y un costo mucho mayor”.

La gracia, comenta, es que al ser declarado de interés público todos los costos que se hagan en estudios, si los hace la Corporación Reguemos Chile o el que lo haga “van cubiertos de alguna manera, porque si el proyecto no se hace el Estado reembolsa hasta el 80% de ese gasto y si el proyecto se lo gana una firma canadiense o China está obligado a pagar lo que se invirtió en estudios”.

Con respecto a las fechas, manifiesta que si se llega a declarar de interés público el próximo año “se licitan los estudios a partir del 2019, podrían tardar 3 o 4 años, es decir el 2022 los estaríamos terminando para el 2023 licitar la construcción y empezar el 2023 o el 2024”, especifica.

RESPALDO TRANSVERSAL

Los antecedentes que han dado a conocer los especialistas en el último tiempo han encendido las luces de alerta, sobre todo en las regiones de Atacama y Coquimbo (zonas eminentemente agrícolas), donde se estima se seguirá agudizando la crisis hídrica. Todos coinciden en que el cambio climático llegó para quedarse y que se requieren medidas urgentes para generar nuevas fuentes de captación del recurso.

De hecho, un estudio impulsado por la Fundación Chile denominado “Radiografía del agua: Brecha y riesgo hídrico en Chile” sitúa a la región de Coquimbo como la con mayor criticidad en esta materia, señalando, por ejemplo, que 4 cuencas de las 11 consideradas en estado crítico en el país se encuentran precisamente en esta zona.

El análisis plantea además que, en cuanto a precipitaciones, hay una reducción muy significativa y que entre Atacama y Coquimbo enfrentan el déficit hídrico meteorológico más grandes de todo el país.

Por eso a juicio de Maximiliano Letelier han puesto todos los esfuerzos en esta iniciativa. “Si uno lo mira desde el punto de vista del cambio climático, de lo que está pasando con la productividad en el norte, los riesgos climáticos que se acercan, creemos que es más urgente que nunca y así lo dicen diferentes expertos, no solo nosotros”, recalca y agrega que “hay que ver también lo que dice Fernando Santibáñez, por ejemplo, Felipe Martin, o la gente de la Universidad Católica que han señalado que es urgente mejorar las fuentes de disponibilidad de agua”.

Es por esta razón también que la Carretera Hídrica está recibiendo el respaldo de diversas organizaciones empresariales. “Tenemos el respaldo de la SNA, el Consejo Minero, la Sonami, la CChC, en consejo de empresas consultoras de ingeniería, son muchos gremios y algunas empresas que nos están apoyando, alrededor de 25”, sostiene.

Existe confianza entonces de que la presentación a fin de año para que sea declarada de interés público por el MOP va a tener una buena acogida a nivel de gobierno central. “Tenemos harto optimismo de que esto resulte. Ahora, hay que tener paciencia, es un proyecto de largo aliento, pero nuestro interés es que se declare de interés público, porque entra en otra categoría, en otro orden de prioridad para el gobierno de turno”, puntualiza. 3701iR

GREMIOS VALORAN OPCIÓN

Como ya se ha mencionado, el objetivo central de esta iniciativa es incrementar en cerca de 600 mil las hectáreas de riego de nuestro país, duplicando así la cantidad de terrenos cultivables, potenciando además su capacidad exportadora y transformándolo en una potencia agroalimentaria.

A eso se suma además que se estima que, particularmente en la Región de Coquimbo, la situación de escasez hídrica se va a ir agravando cada vez más. Ante esto, la presidenta de la Sociedad Agrícola del Norte, María Inés Figari señala que ve con muy buenos ojos que se pueda concretar en el futuro como fuente alternativa de obtención de agua “porque para la zona lo que va a hacer es preservar la agricultura”.

La dirigente destacó además que existen proyectos de similares características que se han gestionado en Perú y en California “que han dado muy buenos resultados, es decir, ya hay experiencia en el extranjero”.

Lo que hay que tener en cuenta eso sí, recalca, es en procurar desarrollar un buen trazado “y que genere el menor impacto posible por donde pase”, especificó.

Por su parte, el presidente de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) La Serena, Sergio Quilodrán, manifiesta que “el agua dulce es un bien escaso en el mundo y Chile no queda ajeno a ese fenómeno. Por ello es que la idea de la Corporación Reguemos Chile de retomar los esfuerzos por generar una carretera hídrica que surta de este vital elemento a siete regiones del país, va en la línea de desarrollo que plantea nuestra institución”, dijo.

Asimismo, planteó que con esta iniciativa no sólo se contribuirá a combatir la desertificación, asegurar el riego de nuevas hectáreas y sentar las bases para convertir a Chile en una potencia agroalimentaria en 2050 “sino que también apunta a generar calidad de vida para millones de chilenos”.

A su juicio, contar con disponibilidad hídrica permitirá viabilizar proyectos residenciales para responder a esa demanda. “Por esta razón es que hemos hecho gestiones ante las autoridades para contar con herramientas que permitan asegurar el recurso hídrico en las ciudades, toda vez que aún existe un 35% de suelo en la región que no tiene disponibilidad sanitaria. Entonces, una carretera hídrica va en la línea de cubrir esa brecha, al igual que contar con instrumentos de planificación comunales e interprovinciales actualizados”, especificó.

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Fuente: El Día, Domingo 6 de Mayo de 2018

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