Domingo, Noviembre 24, 2024

Red Transformación Digital. Chile, ¿hub de Inteligencia Artificial?, por Sascha Hannig

DIARIO FINANCIERO – Si bien antes nos preguntábamos cuánto demoraría una tecnología en llegar a Chile (estamos en el “fin del mundo”), hoy la interrogante parece ser cuánto demorará nuestro país en ser un pionero tecnológico. Esto nos involucra, incluso, con ideas que sonaban tan futuristas como “Inteligencia Artificial” (IA) o, en simple, la tecnología disruptiva que permite a las máquinas aprender y tomar decisiones más allá de su programación original.
El gerente general de Microsoft dijo a este diario que Chile tiene la oportunidad de ser un hub (centro) de IA y que su PIB crezca 6% gracias a ello. Sin embargo, ser un hub es mucho más que implementar IA en las empresas o instalar chatbots de atención a clientes en los portales web. Y pese a que destacamos en la región en materia tecnológica, hay que preguntarse si estamos realmente a la altura de ese título.
Primero, se requiere inversión e infraestructura. Un hub aéreo, por ejemplo, necesita, entre otras cosas, confluencia en los intereses de las aerolíneas (empresas), capacidad física para recibir miles de vuelos al día, capital humano preparado para operarlo y que el lugar sea estratégicamente valioso.
Luego, cultura. En materia de IA, ciudades como Nueva York, Montreal, Londres, San Francisco o Beijing son los principales hubs del mundo. Todas ellas albergan tanto a excelentes universidades que forman personas en esta área, como a las industrias que luego contratan a sus egresados. Además, tienen acceso a servicios clave para el desarrollo, una historia que respalda esta posición y un ambiente donde los inversionistas se “arriesgan” a financiar iniciativas. Pero incluso con esta ventaja, el desarrollo de la IA ha tenido consecuencias sociales. Los robots inteligentes son vistos (por muchos) como amenazas para los humanos en todo el mundo.
Por ejemplo, en Chandler, un pueblo de Arizona, ha habido decenas de ataques con piedras, cuchillos y armas de fuego a los vehículos autónomos que la empresa Waymo (Google) ha estado probando ahí desde 2017. La principal razón es el miedo a ser atropellados (como pasó con un auto de Uber), pero también a que el éxito de Waymo se traduzca en pérdida de empleos.
En Chile, la automatización ya es objeto de debate, pero con la IA (que es distinto), esto irá más allá de los cajeros de supermercado y los peajes de carretera. Labores que hoy parecen “humanamente” complejas pronto podrán ser simuladas y tendrán que replantearse, así como sus trabajadores.
Finalmente, 2019 será un año clave para la consolidación de esta tecnología, que ya permite ahorrar cientos de horas en tareas repetitivas o imposibles de abordar con capacidades humanas. Ser un hub de IA es posible, pero es necesario entender que, además del impulso de las empresas y las palabras bonitas, se requiere de un ecosistema sólido que lo respalde. ¿El primer paso? Que las universidades estén a la altura y formen profesionales que entiendan la IA, para que luego estos promuevan una cultura propositiva en la sociedad que enfrenta este nuevo mundo.
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Fuente: Diario Financiero, miércoles 09 de enero de 2019

DIARIO FINANCIERO – Si bien antes nos preguntábamos cuánto demoraría una tecnología en llegar a Chile (estamos en el “fin del mundo”), hoy la interrogante parece ser cuánto demorará nuestro país en ser un pionero tecnológico. Esto nos involucra, incluso, con ideas que sonaban tan futuristas como “Inteligencia Artificial” (IA) o, en simple, la tecnología disruptiva que permite a las máquinas aprender y tomar decisiones más allá de su programación original.
El gerente general de Microsoft dijo a este diario que Chile tiene la oportunidad de ser un hub (centro) de IA y que su PIB crezca 6% gracias a ello. Sin embargo, ser un hub es mucho más que implementar IA en las empresas o instalar chatbots de atención a clientes en los portales web. Y pese a que destacamos en la región en materia tecnológica, hay que preguntarse si estamos realmente a la altura de ese título.
Primero, se requiere inversión e infraestructura. Un hub aéreo, por ejemplo, necesita, entre otras cosas, confluencia en los intereses de las aerolíneas (empresas), capacidad física para recibir miles de vuelos al día, capital humano preparado para operarlo y que el lugar sea estratégicamente valioso.
Luego, cultura. En materia de IA, ciudades como Nueva York, Montreal, Londres, San Francisco o Beijing son los principales hubs del mundo. Todas ellas albergan tanto a excelentes universidades que forman personas en esta área, como a las industrias que luego contratan a sus egresados. Además, tienen acceso a servicios clave para el desarrollo, una historia que respalda esta posición y un ambiente donde los inversionistas se “arriesgan” a financiar iniciativas. Pero incluso con esta ventaja, el desarrollo de la IA ha tenido consecuencias sociales. Los robots inteligentes son vistos (por muchos) como amenazas para los humanos en todo el mundo.
Por ejemplo, en Chandler, un pueblo de Arizona, ha habido decenas de ataques con piedras, cuchillos y armas de fuego a los vehículos autónomos que la empresa Waymo (Google) ha estado probando ahí desde 2017. La principal razón es el miedo a ser atropellados (como pasó con un auto de Uber), pero también a que el éxito de Waymo se traduzca en pérdida de empleos.
En Chile, la automatización ya es objeto de debate, pero con la IA (que es distinto), esto irá más allá de los cajeros de supermercado y los peajes de carretera. Labores que hoy parecen “humanamente” complejas pronto podrán ser simuladas y tendrán que replantearse, así como sus trabajadores.
Finalmente, 2019 será un año clave para la consolidación de esta tecnología, que ya permite ahorrar cientos de horas en tareas repetitivas o imposibles de abordar con capacidades humanas. Ser un hub de IA es posible, pero es necesario entender que, además del impulso de las empresas y las palabras bonitas, se requiere de un ecosistema sólido que lo respalde. ¿El primer paso? Que las universidades estén a la altura y formen profesionales que entiendan la IA, para que luego estos promuevan una cultura propositiva en la sociedad que enfrenta este nuevo mundo.
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Fuente: Diario Financiero, miércoles 09 de enero de 2019

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