Miércoles, Octubre 30, 2024

Recuperación de la Plaza de Armas

LA SEGUNDA –  La reciente inauguración de un boulevard gastronómico en la Plaza de Armas, cuyos restaurantes podrán sacar mesas hacia la explanada oriente del lugar, parece ser otro paso hacia la recuperación de una de las áreas más importantes de Santiago. La intervención busca hacerse cargo de una de las principales deficiencias que la zona tenía, según urbanistas: Mejorar la calidad del comercio para que pueda recoger, en parte, el alto flujo de transeúntes y turistas que día a día circulan por la plaza.
Por variadas razones, desde finales de los años 90, la Plaza de Armas se fue deteriorando hasta niveles alarmantes, donde los indigentes, el tráfico de drogas y el comercio sexual se transformaron en una postal frecuente. Sin embargo, desde 2013 el municipio ha emprendido una serie obras que han buscado darle otra cara al espacio y que incluyeron la restauración del Palacio Consistorial —sede municipal seriamente dañada por el terremoto de 2010—, el despeje del Portal Bulnes en 2014 y la remodelación de la plaza, también en 2014 y que supuso aumentar en un 40% las áreas verdes. A eso se suman los trabajos de ampliación que emprenderá el Museo Histórico Nacional, con la construcción de un nuevo inmueble, y un proyecto de recuperación para el edificio de Correos.
Es destacable que este camino, iniciado por la anterior administración, haya sido mantenido por la actual. Con todo, aún quedan algunos desafíos que deberían concitar la atención del municipio en el mediano plazo, en especial, el reforzamiento de la iluminación y la seguridad de la zona para que las actividades no mueran al caer la noche. Al mismo tiempo, cualquier regeneración sustentable de la plaza depende también de la recuperación de sus zonas aledañas, como las calles Puente, 21 de Mayo, San Antonio y el Paseo Ahumada, donde los vecinos han denunciado sistemáticamente problemas de delincuencia, prostitución, suciedad y comercio ambulante. Asimismo, y en lo que compete al sector privado, se podría pensar en una restauración al edificio «Plaza de Armas» (de 1953), en la esquina nororiente del lugar, uno de los principales íconos de la arquitectura moderna chilena y que hoy luce un deterioro preocupante.
La renovación urbana de la Plaza de Armas sólo será posible a partir de una alianza público-privada que tenga como eje el mejoramiento de los espacios públicos; la promoción de nuevos emprendimientos comerciales, más sofisticados; hacer del patrimonio un factor de desarrollo, y educar a los ciudadanos en su permanente cuidado. Su recuperación, por su significación histórica y cívica, debería ser clave para que otros proyectos de rescate y conservación patrimonial del llamado «centro histórico», como la anunciada construcción de una plaza a un costado del ex-Congreso, puedan dar cuenta de las necesidades de sus vecinos y visitantes.
Ver Artículo
Fuente: La Segunda, Lunes 11 de marzo de 2019

LA SEGUNDA –  La reciente inauguración de un boulevard gastronómico en la Plaza de Armas, cuyos restaurantes podrán sacar mesas hacia la explanada oriente del lugar, parece ser otro paso hacia la recuperación de una de las áreas más importantes de Santiago. La intervención busca hacerse cargo de una de las principales deficiencias que la zona tenía, según urbanistas: Mejorar la calidad del comercio para que pueda recoger, en parte, el alto flujo de transeúntes y turistas que día a día circulan por la plaza.
Por variadas razones, desde finales de los años 90, la Plaza de Armas se fue deteriorando hasta niveles alarmantes, donde los indigentes, el tráfico de drogas y el comercio sexual se transformaron en una postal frecuente. Sin embargo, desde 2013 el municipio ha emprendido una serie obras que han buscado darle otra cara al espacio y que incluyeron la restauración del Palacio Consistorial —sede municipal seriamente dañada por el terremoto de 2010—, el despeje del Portal Bulnes en 2014 y la remodelación de la plaza, también en 2014 y que supuso aumentar en un 40% las áreas verdes. A eso se suman los trabajos de ampliación que emprenderá el Museo Histórico Nacional, con la construcción de un nuevo inmueble, y un proyecto de recuperación para el edificio de Correos.
Es destacable que este camino, iniciado por la anterior administración, haya sido mantenido por la actual. Con todo, aún quedan algunos desafíos que deberían concitar la atención del municipio en el mediano plazo, en especial, el reforzamiento de la iluminación y la seguridad de la zona para que las actividades no mueran al caer la noche. Al mismo tiempo, cualquier regeneración sustentable de la plaza depende también de la recuperación de sus zonas aledañas, como las calles Puente, 21 de Mayo, San Antonio y el Paseo Ahumada, donde los vecinos han denunciado sistemáticamente problemas de delincuencia, prostitución, suciedad y comercio ambulante. Asimismo, y en lo que compete al sector privado, se podría pensar en una restauración al edificio «Plaza de Armas» (de 1953), en la esquina nororiente del lugar, uno de los principales íconos de la arquitectura moderna chilena y que hoy luce un deterioro preocupante.
La renovación urbana de la Plaza de Armas sólo será posible a partir de una alianza público-privada que tenga como eje el mejoramiento de los espacios públicos; la promoción de nuevos emprendimientos comerciales, más sofisticados; hacer del patrimonio un factor de desarrollo, y educar a los ciudadanos en su permanente cuidado. Su recuperación, por su significación histórica y cívica, debería ser clave para que otros proyectos de rescate y conservación patrimonial del llamado «centro histórico», como la anunciada construcción de una plaza a un costado del ex-Congreso, puedan dar cuenta de las necesidades de sus vecinos y visitantes.
Ver Artículo
Fuente: La Segunda, Lunes 11 de marzo de 2019

TITULARES