DIARIO FINANCIERO – A fines de este mes, el Gobernador de la Región Metropolitana, Claudio Orrego, debería tener en sus manos la primera versión de la ordenanza que solicitó en enero a la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) y la Dirección General de Aguas (DGA), la cual va a establecer los días, volúmenes y el número de potenciales clientes que se verían afectados por un eventual racionamiento hídrico. Y pese a que aún quedan conversaciones pendientes, la autoridad ya delinea los primeros ejes bajo los cuales podría operar un futuro corte de suministro en la capital.
-¿Qué avances han habido respecto de la ordenanza solicitada?
-Ya me junté con Aguas Andinas (…) y espero esta semana tener ya la reunión definitiva con la Onemi, la SISS y la DGA para que se presente (el texto). Este es un protocolo que establece cuáles son los umbrales de agua de los cauces del Río Mapocho y Maipo que gatillarían un eventual racionamiento. Y es muy probable que tengamos un racionamiento leve, otro moderado y uno estricto. Es decir, tres niveles que van a señalar cada cuánto tiempo se da el racionamiento, y cuál va a ser la cobertura. No es lo mismo hacer un racionamiento cada 12 días en tres comunas, que hacerlo cada cinco días en toda la región. Y eso va a depender de estos umbrales que debemos definir con las autoridades.
-¿El nivel “estricto”es el que tendrían las comunas de la zona oriente, que son las más afectadas?
-Es muy probable que el sector más vulnerable y el que primero pueda tener un racionamiento es el sector oriente, que además coincide con ser el que más agua consume agua por habitante. Si esto continúa y no llueve en invierno y se mantienen las altas temperaturas, uno no puede descartar no sólo racionamiento en el sector oriente, sino también para toda la ciudad. Y eso es de máximo nivel crítico.
-¿Cuáles son las variables?
-Aún se está discutiendo si van a ser algunas horas o un día completo. Es muy probable que en un primer nivel de racionamiento básico sea cada 12 días; un segundo nivel sea cada seis días; y un nivel mayor sería cada seis días, pero para toda la región. Las variables son: cada cuánto tiempo, cuánto rato y cuánta gente afectada.
-Entonces, ¿todo indica que éstas serán las circunstancias para la RM?
-Todas las circunstancias objetivas dicen que no podemos descartar días y que tenemos que prepararnos para aquello. Ahora, siempre puede llover. Pero mientras tanto, tenemos que trabajar con el plan de emergencia, como con algo que me parece importante que es cambiar la conducta. Los santiaguinos funcionamos como si el agua sobrara, hay cero conciencia.
Mientras en muchos países se cuida el agua como hueso santo, aquí se la bota como agua del excusado. Entonces, tenemos que hacer una campaña de concientización, tenemos que cambiar las ordenanzas municipales para restringir los usos de agua, y cambiar el tipo de espacio público que estamos construyendo.
“Las inversiones tienen que ser autorizadas”
-¿Cree que las sanitarias han hecho las inversiones suficientes?
-Las empresas, por supuesto, tienen que hacer las inversiones que corresponden, pero estas también tienen que ser autorizadas. De hecho, algo que nos comentaba Aguas Andinas es que tienen un plan de inversiones de US$ 300 millones para enfrentar parte de esta sequía, y están implementando US$ 100 millones en inversiones. Los otros US$ 200 millones deben ser autorizados por la autoridad. Ahora, hay que ver si en Chile hay otras maneras. En Chile hace tres años se aprobó una ley que permite el uso de las aguas grises. En países como Israel, el 80% del agua tratada es reutilizada en agricultura o el riego. Y en Santiago regamos con agua potable, algo que no ocurre en ningún lugar del mundo.
-Pero aún no existe una normativa que regule cómo se va a implementar esa ley en la práctica…
-Eso habla “re mal” del sentido de urgencia de los chilenos. Si llevamos 13 años de sequía, deberíamos estar hace mucho tiempo ocupando aguas grises, y no las usamos. Acá tenemos un desafío gigantesco, me atrevería a hablar de una “revolución hídrica”.
-¿Está de acuerdo con realizar cortes preventivos antes del próximo invierno?
-Creo que tenemos que caminar y comer chicle al mismo tiempo. Tenemos que empezar a tomar medidas urgentes en el cambio estructural del uso de agua en Santiago y en Chile, tener nuevas ordenanzas que establezcan restricciones. O sea, debiera ser penado severamente regar a las 12 del día, tanto para el Estado, una empresa o un particular. Y por supuesto, el Estado debe predicar con el ejemplo (…) Y eso hay que hacerlo ahora por ordenanza, ya no basta la buena voluntad. En Chile y Santiago no nos sobre el agua, nos falta.
Fuente: Diario Financiero, Martes 22 de Marzo de 2022