PULSO – La semana pasada, ejecutivos de la francesa Total Eren se reunieron con el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich. Le presentaron los primeros lineamientos para avanzar en un proyecto de hidrógeno verde en la comuna de San Gregorio, a unos 40 kilómetros de la capital regional. Un mes antes, habían estado en las mismas oficinas altos ejecutivos de Porsche: el director Michael Steiner y la integrante del Consejo Ejecutivo, Bárbara Frenkel. Hoy la firma de automóviles es parte del conglomerado HIF Global, que en colaboración con Siemens, Enel Green Power, Gasco, ExxonMobil y Enap, está desarrollando el proyecto Haru Oni, una planta laboratorio en la zona de Cabo Negro, en terrenos justamente de la Empresa Nacional del Petróleo. Antes, el holding HNH -compuesto por AustriaEnergy y el fondo danés Copenhagen Infrastructure Partners (CIP)- había hecho también lo propio, visitando al alcalde.
Lo que inicialmente eran solo expectativas hoy comienza a tomar forma. El llamado combustible del futuro avanza. Ya el viernes, de hecho, HNH anunció un acuerdo con Neltume Port, del grupo Von Appen, para levantar un puerto que permita la exportación de hidrógeno verde al mundo. Datos del Ministerio de Energía apuntan a que Magallanes podría llegar a producir el 13% del producto de todo el orbe.
La puesta en marcha del laboratorio de HIF está prevista para fines de este año… será el primero. Hoy -explica la gerente general de HIF Global, Clara Bowman-, la planta demostrativa está con el 70% de avance.
Y Punta Arenas ya se prepara. “Les he pedido imperiosamente a las compañías que, más allá de la empresa que sea, la industria tenga una voz, porque todas piden lo mismo”, explica el alcalde Radonich. Hace algunas semanas estuvo reunido unas seis horas en total con diferentes compañías, explicando las necesidades comunes a todas las firmas: viviendas y mano de obra. Y lo que la comuna puede y no proveer.
Capacidad habitacional
Las primeras voces que apuntaban concretamente al desarrollo de hidrógeno verde en Chile surgieron hace ya más de ocho años. En líneas generales, las iniciativas se orientaban a producir amoniaco para, por ejemplo, generar fertilizantes, vía hidrógeno verde, con excepción de HIF, que va directamente a la producción del producto final: combustible. La planta apunta a obtener hidrógeno verde del agua con energía eólica, luego lo combinará con CO2 capturado de la atmósfera y mediante un proceso de síntesis se producirán los eCombustibles. Es inicialmente una estructura pequeña, piloto, de US$ 51 millones. Ello, frente a plantas como la de HNH, cuya inversión global de largo plazo es de US$ 3.000 millones y apunta a generar 150.000 toneladas de hidrógeno verde para amoniaco.
HIF ya instaló oficinas en Punta Arenas. Y contrató a 22 personas, de las cuales once son de la zona y ocho movieron su domicilio de manera permanente. Actualmente, en la planta Haru Oni -que producirá 350 t/año de eMetanol y 130.000 Lt/año de eCombustible- trabajan 205 personas, de las cuales el 86% proviene de Punta Arenas. En los próximos meses se sumarán cerca de 30 personas más. “El combustible será exportado a Alemania, donde Porsche lo utilizará en sus autos”, dice Clara Bowman. Saldrá en barco, por Puerto Mardones, en Punta Arenas.
Fuentes al tanto aseguran que los cronogramas de Total y HNH apuntan a concretar su filial magallánica en junio. Y si bien estas serían las iniciativas más avanzadas en la zona, según una presentación del Ministerio de Energía del año pasado, también hay proyectos en análisis de CWP Global para producir 170.000 toneladas de hidrógeno verde al año desde 2028, y uno de la Sociedad de Inversiones Albatros, llamado Selknam Proyect, que apunta a 135.000 toneladas para amoniaco, a partir de 2025. “En Magallanes hay cinco proyectos. En la región de Antofagasta hemos identificado más de diez proyectos potenciales, como la transformación de locomotoras del FCAB y el reemplazo de la importación de amoniaco por amoniaco verde producido en Chile”, añade el ministro Claudio Huepe. De hecho, subraya que, a nivel país, 15 proyectos de producción han anunciado que iniciarán sus operaciones al 2025. Si se materializan estos anuncios, se alcanzaría 3,7 GW de electrólisis operando al 2025 y 35 GW de electrólisis al 2030.
Punta Arenas ya se viste de este nuevo negocio. Y las ventas de hectáreas para generar el producto se multiplican. Magallanes tiene un atributo inigualable: vientos constantes prácticamente todo el día y todo el año. Además de acceso al agua, ingredientes indispensables para el negocio. El hidrógeno verde se genera con agua y alguna energía renovable. Mediante un proceso llamado electrólisis, se parte la partícula del agua y se separa el oxígeno del hidrógeno, lo que necesita mucha energía, pero que al obtenerse vía fuentes renovables, deriva en el hidrógeno verde, en contraposición al hidrógeno gris que proviene de combustibles fósiles. Para todo ese proceso se requieren grandes superficies de terreno. Se estima que cada aspa -dice el alcalde- necesita una hectárea. Por ejemplo, el aerogenerador de HIF mide 148,5 metros de altura: 84 metros la torre y las aspas, 64,5 metros; es equivalente a la altura de la Torre Telefónica o tres veces el hotel Dreams de Punta Arenas.
“Hemos vendido algunas estancias para empresas principalmente alemanas. No han instalado generadores arriba, porque están especulando cuándo van a llegar las líneas de transmisión, dónde va a estar el puerto. Entonces, mientras tanto compran porque saben que los valores van a seguir subiendo”, señala el subgerente de Propiedades Agrícolas de Tattersall, Hans Holzhauer.
Tal es así que hace algunos días se vendieron 7.341 hectáreas a una empresa extranjera cerca del estrecho de Magallanes. Fueron tres lotes que si inicialmente se ofrecían a unos $ 1.800 millones, personas residentes explican que se enajenaron en $ 3.800 millones, más del doble. “Existe mucha expectativa, todas las empresas grandes de energía están mirando esto; están viendo contratos, dónde instalarse”, subraya el director ejecutivo Fitzroy, Hernán Passalacqua. Agrega que: “Hay una pequeña burbuja que hay que esperar que se transforme en realidad”.
De hecho, gran parte de los contratos que estas empresas han firmado con estancieros son de arriendo. Básicamente, son acuerdos a largo plazo, donde inicialmente existe sólo un compromiso de que la firma que arrienda será la única que podrá levantar molinos en esa zona, etapa donde se paga un monto de alrededor de US$ 50.000, más un variable anual por hectáreas arrendadas. Una vez que empieza la construcción se cancela una parte mayor, pero la gran masa de la renta se dará cuando ya se empieza a producir. El pago se efectúa según la cantidad de MW que se prevea extraer. Si en un comienzo se ofrecían entre US$ 2 mil y US$ 3 mil por MW, hoy están ofreciendo entre US$ 6 mil y US$ 8 mil. Los proyectos, en promedio, apuntan a tener una capacidad instalada de más de 1.000 MW, es decir, ese estanciero podría recibir más de US$ 6 millones anuales y seguir desarrollando la actividad ganadera en esos paños.
Lo anterior, dicen en el sector, ha activado compra de terrenos no necesariamente para levantar un proyecto, sino que para luego arrendarlos a estas empresas. Y recibir esa renta. Si hace algunos años la hectárea costaba menos de $ 300 mil, ahora puede superar el millón de pesos.
Punta Arenas tiene 124.169 habitantes, según datos del Censo de 2017. Para la construcción de las plantas, HIF necesita, en una primera fase, 1.200 empleados, y AustriaEnergy apunta a unas 2.000 a 3.000 personas. En operación, ese dato podría reducirse a entre 120 y 200 trabajadores.
Y si bien, de las tres iniciativas más avanzadas, dos están instaladas en la comuna de San Gregorio y sólo una -HIF- en Punta Arenas, el alcalde tiene claro que esta última ciudad debe prepararse para ser la que provea los servicios. El problema es que absorber esa mano de obra es complejo… o imposible. El ministerio de Energía estima que en la próxima década la industria podría generar unos 20 mil empleos, concentrados básicamente en Magallanes y Antofagasta.
“Si llegan 50 familias al mismo tiempo, se revienta el mercado”, señala el alcalde. “Nuestra ciudad será la ciudad de servicio, donde va a vivir el que construya la planta, y el que la opere”, añade. Radonich apunta a que las empresas tengan un sentido de industria y operar así para cubrir sus necesidades. Ello, partiendo porque sean ellas mismas las que vean la forma de dotar a su personal de viviendas, vía alguna asociación con inmobiliarias, por ejemplo. Las casas en Punta Arenas son caras y escasas. El alcalde habla de que un departamento de dos dormitorios, de unos 75 m2, cuesta en promedio $ 250 millones, por lo que una oleada de la envergadura que se proyecta podría generar un incremento en los valores que impacte directamente a los residentes tradicionales de la comuna. Se debe ampliar el mercado habitacional de la mano de las compañías, repite el edil.
En búsqueda de la mano de obra
En líneas generales, las iniciativas de hidrógeno verde cuentan con tres etapas: estudios y permisos, construcción y operación, la que se puede extender por unos 60 años.
H2 Magallanes es el nombre del proyecto de Total Eren. En diciembre de 2021 aseguraron los terrenos. Y prevén lanzar la iniciativa en 2025, para comenzar a producir hidrógeno en 2027. Las metas de HNH son similares, mientras que la primera etapa escalable y comercial de HIF empezaría a producir en 2025. Tienen tres años entonces para preparar la mano de obra: necesitan que sea altamente calificada. “Hoy no tenemos eso”, dice el alcalde.
En Punta Arenas hay cinco colegios técnicos, y uno de ellos, industrial. En agosto, el edil le pidió a la Corporación Municipal que le diera una actualización de los programas educativos de las especialidades, tales como electricidad y soldadura, entre otras. Y que los insumos los den directamente las empresas que están hoy en Magallanes, como Enap, Metanex o Asmar. La idea es capacitar a los profesores para luego educar a los alumnos; mismo trabajo que deberán hacer las firmas de hidrógeno verde.
Total Eren ya firmó un acuerdo de colaboración con la Universidad de Magallanes, al igual que HIF. Estos últimos también están trabajando con el CFT Magallanes, Inacap, el Instituto Profesional Santo Tomás, además de los establecimientos técnicos de Punta Arenas. “El gobierno está empeñado en aumentar la inversión pública en I+D de manera de consolidar crecimiento de largo plazo para Chile”, destaca el ministro Huepe. “Estas inversiones no serán sólo en proyectos productivos”, subraya.
Fuente: Pulso, Sábado 21 de Mayo de 2022