DIARIO FINANCIERO – En sus primeros tres meses como presidente de Metro, Guillermo Muñoz no sólo se dedicó a conocer a profundidad el engranaje interno de la compañía, sino que desde mayo ha tenido una intensa agenda de coordinación con municipalidades de toda la Región Metropolitana. De esas jornadas sacó un diagnóstico: se requiere proyectar nuevas líneas y extensiones adicionales a la cartera en curso.
El ingeniero en transporte de la Universidad de Chile reconoce que no es una tarea fácil. Metro tiene un oneroso portafolio en marcha, con US$ 7.500 millones de inversión que considera las extensiones de las Líneas 2 y 3, 4 y 6, además de la ejecución de las Líneas 7, 8 y 9. Sin embargo, entiende que para conectar mejor la ciudad e ir en línea con la necesidad de conexión se requiere una mayor inversión.
“En épocas de mayor ajuste y menor ingreso es bueno analizar nuevas fuentes de recursos. Tenemos que sentarnos a conversar con el Gobierno para evaluar cómo financiar esta segunda fase de expansiones”.
“Esta es una conversación que tenemos que abrir con el Gobierno, pero más allá de los proyectos que están definidos, vamos a tener que pensar cómo agregar otras expansiones”, comentó el presidente de la estatal.
Tradicionalmente para construir nuevas líneas o extensiones de red, el Estado pone sobre la mesa el 70% del financiamiento del proyecto y el restante lo inyecta Metro con su operación. Por lo mismo, cada vez que se estrena un nuevo trazado se elevan los costos del sistema de transporte público, indicador que a la larga puede incidir en una nueva alza de los pasajes.
Nuevos mecanismos
Para disminuir el impacto de esta ecuación, Guillermo Muñoz explicó que la compañía está explorando otros mecanismos de inyección de recursos para la construcción de la red.
“Hay que abrirnos a nuevas fórmulas de financiamiento. Tal vez en épocas de mayor ajuste y menor ingreso es bueno analizar nuevas fuentes de recursos. Para eso tenemos que sentarnos a conversar Metro y el Gobierno, para evaluar cómo financiar esta segunda fase de expansiones”, sostuvo el ingeniero. Y pese a que aún no está abierto ese diálogo, Guillermo Muñoz se ha dedicado a estudiar estas “nuevas fórmulas” para ponerlas sobre la mesa.
“Algunas líneas asiáticas se financian en buena parte con la plusvalía que va generando la construcción de nuevos trazados. Hay distintas maneras como, por ejemplo, capturar parte de los ingresos de los impuestos territoriales que se paga adicional producto del aterrizaje de Metro, dado que hay un alza de 20% o 30% de las propiedades. Otra idea, que se desarrolló en el Metro de Hong Kong es comprar terrenos y desarrollar proyectos inmobiliarios y financiar la puesta en marcha de líneas, pero es más complejo y requiere un proyecto de Ley”, apuntó el ingeniero.
Esta última idea requerirá que Metro abra su giro comercial y tenga un área inmobiliaria, pero sin perder el foco que su principal objetivo es transportar pasajeros. Así, los ingresos que generen los locales comerciales o viviendas que se construyan se inyectarán a la movilización de personas.
Según Muñoz, Metro tiene alrededor de 50 paños en toda la Región Metropolitana que servirían a este propósito.
La recuperación
Metro nunca cerró sus puertas durante la pandemia. A dos años y medio, aún no moviliza la misma cantidad de pasajeros que un período normal, lo que impacta los resultados de la compañía.
Sin embargo, poco a poco los ingresos de Metro han incrementado con el mayor uso de los pasajeros. Durante el primer trimestre la compañía recaudó $78.720 millones, un 45% más que el mismo ejercicio en 2021, además registró ganancias por $28.400 millones, versus pérdidas por $96.152 millones.
“Este 2022 aún tenemos complicaciones financieras, pero mucho menores que los años anteriores. Nos hemos recuperado en algunos indicadores, la afluencia de pasajeros está en niveles de 75%. Aún no sabemos lo que es una demanda normal en Metro porque recién en 2019 se inauguró la Línea 3 y no alcanzamos a saber el régimen, pero calculamos que tenemos que transportar sobre 700 millones de personas anualmente y en este período creemos que cerramos en 550 millones”, sostuvo.
Al término de 2022, el presidente de Metro estima que la compañía registrará pérdidas. “Tendremos un resultado operacional negativo, pero menos negativo que los años anteriores”, concluyó.
A su juicio, para atraer nuevamente la demanda de pasajeros se requiere “combatir el comercio informal” porque la proliferación de ambulantes amenaza la seguridad y el usuario prefiere otras formas de movilización. A esto se suma que persiste el miedo por el contagio de coronavirus que gatilló la pandemia, lo que afecta a Metro y buses.
Congelamiento de tarifas
Uno de los temas que está en discusión y que afecta directamente a Metro es el futuro descongelamiento de tarifas del transporte público. El Gobierno declaró que eventualmente el precio del pasaje deberá subir, pero aún no está zanjado cuándo y cuánto se incrementará, elemento que se despejará en octubre con la Ley de Presupuestos.
Sobre este asunto, Guillermo Muñoz manifestó que prefiere reservar su opinión porque se trata de un tema complejo. “Somos una empresa que no tiene incidencia en la decisión futura, pero sí creo que se están tomando medidas para tener una buena discusión”, apuntó.
Respecto a cómo podría impactar a la compañía una eventual alza, Guillermo Muñoz reconoció que “Metro sufrió mucho con el estallido social por los $30, aunque nosotros no tenemos nada que ver con las alzas en el pasaje. Aún así, si se sube la tarifa, Metro no puede ser el rostro del descontento como en el pasado”.
Y añadió que una de las lecciones que dejaron las manifestaciones es que “sin Metro las zonas de más bajos ingresos son las que más sufren. Queremos remarcar que hay que cuidar Metro, hubo una reflexión muy profunda acá adentro sobre cómo buscar una conexión con el entorno para relevar la importancia de este sistema de transporte y que las personas los cuiden”.
Fuente: Diario Financiero, Viernes 12 de Agosto de 2022