PULSO – El economista Luis Eduardo Escobar asumió la presidencia de la Empresa Portuaria de Valparaíso en mayo de 2022, tras ser designado por el Sistema de Empresas Públicas (SEP). Desde entonces, se puso al mando de una iniciativa que la estatal venía desarrollando desde 2021, denominada Valparaíso Dialoga, y que buscaba aunar consensos sobre la vocación portuaria y la necesaria expansión del otrora puerto principal. Un proceso que se inició en pandemia, y que tuvo tres rondas de diálogo.
El objetivo del proceso era viabilizar planes para duplicar la capacidad del puerto, y que además fuera viable desde el punto de vista financiero. Una de las condiciones planteadas en los diálogos por la ciudadanía, fue que EPV se haga cargo no solo del Muelle Prat, que administra, sino de cómo mejorar los 11 kilómetros del borde costero urbano de Valparaíso.
“A raíz de esas conversaciones se fue rediseñando el proyecto, y llegamos al proyecto que describimos en términos generales y que va a empezar a circular ahora y que además vamos a socializar con la gente”, explica Escobar, sobre el acuerdo presentado el lunes pasado, en un evento que contó con la presencia del Presidente Gabriel Boric, y que fue suscrito por el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, y el gobernador regional, Rodrigo Mundaca. Un acuerdo que considera inversiones por US$600 millones y que podría destrabar las complejidades que ha enfrentado el plan maestro portuario en los últimos 20 años, con oposición de diversos sectores, entre ellos el propio edil de Valparaíso.
Entre los compromisos también está que el puerto sea de uso mixto, para cruceros y también transferir cargas cuando no exista presencia de las naves turísticas.
-Lo que pasa es que hay varios elementos en este proceso de ampliación, no solo el muelle de cruceros. Inicialmente, el proyecto de ampliación que se presentó en el año 2018 tenía que ver con construir un muelle pegado a la calle Errázuriz, digamos, en plena bahía de Valparaíso, que tenía ochocientos y pocos metros de largo. Lo primero que le proponemos a la ciudad es recortar eso a la mitad, básicamente. Eso es una parte de la ampliación. La otra parte de la ampliación es ampliar el muelle de pasajeros en 120 metros. Eso significa que pueden atracar ahí dos naves de 367 metros de eslora, o sea, de largo. Entonces vamos a tener tres muelles en los cuales tú puedes atracar barcos de ese tamaño. Además vamos a hacer este muelle de cruceros, el cual va a estar siempre disponible a recibir cruceros de manera prioritaria, y en los periodos en que no hay cruceros -que es la mayor parte del año, porque tuvimos 35 cruceros el año pasado- vamos a usar el muelle para mover carga fraccionada. O sea, todo lo que no viene en contenedores.
¿Hubo una evaluación económica, había oportunidades que se estaban perdiendo en términos de comercio exterior por no poder recibir ese tipo de naves?
-Los puertos tú necesitas ampliarlos con bastante anticipación a lo que van a ser los requerimientos de los barcos. La gente que trabaja en temas marítimos, siempre te dice, ‘mire, cuando llegue al 65% de ocupación, empiece a planear la próxima expansión’. Entonces, nosotros nos estamos anticipando aquí a una demanda que hoy día todavía no se ha expresado.
¿Cómo piensan destrabar esto para que se empiece a materializar, tanto en las obras como en los plazos que están pensando?
-Lo primero es que tenemos que seguir conversando con todo el mundo para asegurarnos de que ellos entiendan lo que estamos haciendo, y estén de acuerdo con el proyecto. Pero desde el punto de vista institucional, hay dos trámites muy importantes que queremos hacer en paralelo. Uno, terminar el proceso de evaluación ambiental, del cual tenemos que responder, y ahí hay un proceso de discusión donde van a llegar los ciudadanos a preguntar, a proponer, etc. y eso lo tendrá que determinar el sistema de evaluación ambiental. Nosotros calculamos que ese proceso va a demorar dos años. Y en paralelo con eso, tenemos que presentar el borrador de contrato de un potencial concesionario al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, que es el que aprueba finalmente las condiciones bajo las cuales se hace la licitación para la concesión. Y eso también calculamos que se demora aproximadamente dos años. Y en paralelo con eso tenemos que seguir trabajando con el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones (MTT) para asegurarnos de que estamos en sintonía, y que no haya ninguna duda respecto a lo que nosotros estamos tratando de hacer en Valparaíso y que sea consistente con los planes de expansión portuaria que el MTT tiene para la zona central de Chile.
Actualmente EPV tiene en el sistema la tramitación ambiental del Terminal 2. ¿Cómo va a seguir adelante ese proceso?
-Bueno, ese es el proceso en el que estamos actualmente, que creemos que se puede tardar dos años más. Ahí, una de las cosas que el sistema de evaluación ambiental tiene que decidir es qué tipo de compensaciones podemos ofrecer a la ciudad en vista de los cuestionamientos que se levantaron en el pasado. Una de las compensaciones que nosotros queremos hacer es justamente reducir lo que fue el Terminal 2, a un sitio costanera, que es la mitad de lo que era el Terminal 2.
Se ha visto este proyecto como compatible con el megapuerto de San Antonio. ¿Cómo finalmente se espera que haya una sinergia? ¿Cómo se da esa complementariedad entre este plan con el de San Antonio?
-Nosotros creemos que en los próximos siete años, ocho años tal vez, la demanda por sitios de atraque va a ir creciendo. La construcción de este nuevo muelle esperamos tenerla lista para el año 2031. Entonces, en ese sentido, cuando se habla de San Antonio, ellos dicen que probablemente van a poder tener la primera parte de la expansión portuaria en el año 2036. Y, por lo tanto, nosotros estaríamos llenando una brecha, en la cual si no la llenamos nosotros no habría disponibilidad de muelles.
¿Cómo fue hacer la negociación con actores que no necesariamente están alineados, como el alcalde Jorge Sharp, o el gobernador Rodrigo Mundaca, que en este aspecto no tenían un acuerdo previo?
-Lo que hicimos no fue una negociación, yo diría que fue más bien una conversación permanente, un diálogo. Entonces, nosotros fuimos exponiendo cuáles eran las restricciones que teníamos para ampliar el puerto. El puerto no se puede ampliar en cualquier parte, tiene que ser dentro de las aguas abrigadas de las cuales dispone la bahía, que es la gran gracia que tiene Valparaíso respecto de otros puertos en Chile, sobre todo en la zona central. Y luego, que ellos también nos dijeran, sí, está bien, amplíen el puerto y tratemos de lograr el doble de la capacidad para mantener la competitividad con el futuro Puerto San Antonio, pero no me tape la vista de toda la ciudad. Buscando soluciones, ahí se nos ocurrió hacer un área de acopio en una zona que se llama San Mateo, que está adyacente al molo de abrigo . Y así, conversando sucesivamente, fuimos imaginándonos distintas posibilidades. Hasta que llegamos a lo que planteamos.
¿Pero el proceso tuvo sus dificultades? Esto, en su minuto, estaba planificado para agosto.
-Yo no diría que hubo dificultades. Estos procesos de diálogo tienen un periodo de maduración, la gente sigue preguntando y, en consecuencia, mientras no tuviéramos la seguridad de que iba a firmar un grupo grande y representativo de personas, no consideramos oportuno compartir el documento públicamente, como lo hicimos, con la grata presencia del Presidente Boric.
Fuente: Pulso, Lunes 30 de Octubre de 2023