Domingo, Diciembre 22, 2024

¿Cómo preparar nuestras ciudades para el futuro? 4 iniciativas clave para aumentar la resiliencia

PLATAFORMA ARQUITECTURA – Nuestras ciudades, vulnerables por naturaleza y diseño, han generado el mayor desafío que la humanidad tiene que enfrentar. Dado que se espera que la gran mayoría de la población se asiente en aglomeraciones urbanas, la rápida urbanización planteará el problema de la adaptabilidad con futuras transformaciones sociales, ambientales, tecnológicas y económicas.
De hecho, la principal problemática de la década cuestiona cómo nuestras ciudades enfrentarán los factores que cambian rápidamente. También analiza los principales aspectos a tener en cuenta para garantizar un crecimiento a largo plazo. En este artículo, destacamos los principales puntos que ayudan a preparar nuestras ciudades para el futuro y crear un tejido habitable, inclusivo y competitivo que se adapte a cualquier futura e inesperada transformación.

Por definición, el futuro es la acción de anticipar y planificar el futuro. Esto requiere tomar medidas previas que puedan reducir los impactos negativos así como prevenir cualquier daño que pueda ocurrir. A través de métodos que reducen el impacto de los efectos de eventos futuros, las ciudades no solo pueden sobrevivir sino también prevalecer.

Las ciudades que pueden gestionar cualquier cambio son las que cuentan con las estrategias más eficientes, sostenibles y sólidas. Muchos países en desarrollo tienen políticas dinámicas a corto plazo que garantizan el progreso, pero no pueden soportar grandes alteraciones. De hecho, esto requiere visiones a largo plazo que muestren mucha creatividad y reúnan diferentes disciplinas para poder sentar las bases del futuro.
En 2018, el foro económico mundial publicó una lista de las ciudades más preparadas para el futuro. La mayoría de las 10 principales ciudades se encuentran en los Estados Unidos, como San Francisco –encabezando la lista–, seguida de Silicon Valley y Nueva York. Las ciudades europeas históricas también aparecen como Londres en la cuarta posición, París en la séptima, seguida de Amsterdam en la octava. El índice de impulso de la ciudad mide elementos clave para el futuro como tecnología, infraestructura y conexiones, calidad de vida, visión a largo plazo, atracción, educación, habitabilidad, inclusión y sostenibilidad, etc.

Para Caroline Bos, la planificadora urbana holandesa y cofundadora de la red de diseño arquitectónico con sede en Ámsterdam UNStudio, la acción de ciudades a prueba del futuro es sinónimo de planificación urbana resiliente. Aunque no existen medidas genéricas que puedan implementarse en cualquier territorio, los expertos de Paulinyi & Partners, un grupo de arquitectura sostenible en Hungría, han planteado las soluciones más importantes para aplicar en el diseño urbano a prueba del futuro.

1 – Ciudad económicamente planificable
Los fundamentos de la planificación urbana y empresarial se basan en varios aspectos que ayudan a lograr el funcionamiento óptimo. Estas características dependen en gran medida de “parámetros de área y densidad, alcance y acceso ideales, fases y aspectos de la conciencia ambiental”. En línea con esta idea, BIG participó en la primera incubadora urbana del mundo, un proyecto que propone una ciudad conectada con un nuevo equilibrio entre vehículos, formas alternativas de movimiento, entorno construido, personas y naturaleza.
2- Distritos urbanos multifuncionales
Las ciudades resilientes incorporan una combinación de funciones que pueden servir a todo tipo de residentes. La creación de un programa diverso y distritos urbanos distintos atiende esencialmente al bienestar de los usuarios. Un proyecto reciente en la costa de San Francisco transforma 11 hectáreas de tierra en un vecindario urbano de uso mixto. Con viviendas, oficinas, locales comerciales y espacios abiertos, Mission Rock tiene como objetivo crear un nuevo centro comunitario.

3- Soluciones innovadoras para el sistema de transporte de una ciudad
La infraestructura eficiente y los sistemas de transporte público son el núcleo de cada ciudad resiliente. Crear nuevas conexiones y mejorar las redes existentes ayudará a integrar nuevos desarrollos. Con importantes impactos ambientales, económicos y sociales, “el tráfico de automóviles se está eliminando cada vez más de los centros urbanos y los nuevos distrito, implementando nuevas opciones de transporte eléctrico compartido, peatonal y ciclismo”. Combinando tecnología de vanguardia con las modalidades de transporte público existentes, UNStudio imaginó recientemente un teleférico que mejora las conexiones, mismo que se implementará en Amsterdam para el 2015.
4- Construcción sostenible para generaciones futuras
En una escala más pequeña, los principios de un entorno construido resistente incluyen el uso de materiales locales, la diversidad en los sistemas, uso energético inteligente, flexibilidad del esquema, durabilidad, diseño ecológico, baja huella de carbono, seguridad, sensibilidad y, finalmente, la adaptabilidad al cambio. De hecho, las necesidades futuras de los usuarios que cambian rápidamente deberían determinar las posibilidades de planificación para generar espacios flexibles que permanezcan en el futuro. Hoy en día, los arquitectos se están aventurando en proyectos de reutilización adaptativa, conocidos por ser la forma más efectiva de sostenibilidad y ahorro de energía.
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Fuente: Plataforma Arquitectura, Martes 18 de Febrero de 2020

PLATAFORMA ARQUITECTURA – Nuestras ciudades, vulnerables por naturaleza y diseño, han generado el mayor desafío que la humanidad tiene que enfrentar. Dado que se espera que la gran mayoría de la población se asiente en aglomeraciones urbanas, la rápida urbanización planteará el problema de la adaptabilidad con futuras transformaciones sociales, ambientales, tecnológicas y económicas.
De hecho, la principal problemática de la década cuestiona cómo nuestras ciudades enfrentarán los factores que cambian rápidamente. También analiza los principales aspectos a tener en cuenta para garantizar un crecimiento a largo plazo. En este artículo, destacamos los principales puntos que ayudan a preparar nuestras ciudades para el futuro y crear un tejido habitable, inclusivo y competitivo que se adapte a cualquier futura e inesperada transformación.

Por definición, el futuro es la acción de anticipar y planificar el futuro. Esto requiere tomar medidas previas que puedan reducir los impactos negativos así como prevenir cualquier daño que pueda ocurrir. A través de métodos que reducen el impacto de los efectos de eventos futuros, las ciudades no solo pueden sobrevivir sino también prevalecer.

Las ciudades que pueden gestionar cualquier cambio son las que cuentan con las estrategias más eficientes, sostenibles y sólidas. Muchos países en desarrollo tienen políticas dinámicas a corto plazo que garantizan el progreso, pero no pueden soportar grandes alteraciones. De hecho, esto requiere visiones a largo plazo que muestren mucha creatividad y reúnan diferentes disciplinas para poder sentar las bases del futuro.
En 2018, el foro económico mundial publicó una lista de las ciudades más preparadas para el futuro. La mayoría de las 10 principales ciudades se encuentran en los Estados Unidos, como San Francisco –encabezando la lista–, seguida de Silicon Valley y Nueva York. Las ciudades europeas históricas también aparecen como Londres en la cuarta posición, París en la séptima, seguida de Amsterdam en la octava. El índice de impulso de la ciudad mide elementos clave para el futuro como tecnología, infraestructura y conexiones, calidad de vida, visión a largo plazo, atracción, educación, habitabilidad, inclusión y sostenibilidad, etc.

Para Caroline Bos, la planificadora urbana holandesa y cofundadora de la red de diseño arquitectónico con sede en Ámsterdam UNStudio, la acción de ciudades a prueba del futuro es sinónimo de planificación urbana resiliente. Aunque no existen medidas genéricas que puedan implementarse en cualquier territorio, los expertos de Paulinyi & Partners, un grupo de arquitectura sostenible en Hungría, han planteado las soluciones más importantes para aplicar en el diseño urbano a prueba del futuro.

1 – Ciudad económicamente planificable
Los fundamentos de la planificación urbana y empresarial se basan en varios aspectos que ayudan a lograr el funcionamiento óptimo. Estas características dependen en gran medida de “parámetros de área y densidad, alcance y acceso ideales, fases y aspectos de la conciencia ambiental”. En línea con esta idea, BIG participó en la primera incubadora urbana del mundo, un proyecto que propone una ciudad conectada con un nuevo equilibrio entre vehículos, formas alternativas de movimiento, entorno construido, personas y naturaleza.
2- Distritos urbanos multifuncionales
Las ciudades resilientes incorporan una combinación de funciones que pueden servir a todo tipo de residentes. La creación de un programa diverso y distritos urbanos distintos atiende esencialmente al bienestar de los usuarios. Un proyecto reciente en la costa de San Francisco transforma 11 hectáreas de tierra en un vecindario urbano de uso mixto. Con viviendas, oficinas, locales comerciales y espacios abiertos, Mission Rock tiene como objetivo crear un nuevo centro comunitario.

3- Soluciones innovadoras para el sistema de transporte de una ciudad
La infraestructura eficiente y los sistemas de transporte público son el núcleo de cada ciudad resiliente. Crear nuevas conexiones y mejorar las redes existentes ayudará a integrar nuevos desarrollos. Con importantes impactos ambientales, económicos y sociales, “el tráfico de automóviles se está eliminando cada vez más de los centros urbanos y los nuevos distrito, implementando nuevas opciones de transporte eléctrico compartido, peatonal y ciclismo”. Combinando tecnología de vanguardia con las modalidades de transporte público existentes, UNStudio imaginó recientemente un teleférico que mejora las conexiones, mismo que se implementará en Amsterdam para el 2015.
4- Construcción sostenible para generaciones futuras
En una escala más pequeña, los principios de un entorno construido resistente incluyen el uso de materiales locales, la diversidad en los sistemas, uso energético inteligente, flexibilidad del esquema, durabilidad, diseño ecológico, baja huella de carbono, seguridad, sensibilidad y, finalmente, la adaptabilidad al cambio. De hecho, las necesidades futuras de los usuarios que cambian rápidamente deberían determinar las posibilidades de planificación para generar espacios flexibles que permanezcan en el futuro. Hoy en día, los arquitectos se están aventurando en proyectos de reutilización adaptativa, conocidos por ser la forma más efectiva de sostenibilidad y ahorro de energía.
Ver artículo
Fuente: Plataforma Arquitectura, Martes 18 de Febrero de 2020

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