Jueves, Diciembre 26, 2024

Plantas desaladoras de agua de mar se expanden por Latinoamérica con foco en consumo humano

DIARIO FINANCIERO – Como de ciencia ficción. Aunque en el siglo pasado era difícil pensar en la posibilidad de beber agua del mar, hoy esta tecnología está tomando fuerza en varias partes de Latinoamérica, especialmente México.

Con más de 435 plantas, el país norteamericano lidera esta carrera por el abastecimiento hídrico en la región. De ellas, más de 120 están ubicadas en el turístico estado de Quintana Roo -donde está Cancún-, mientras que más de 70 plantas fueron instaladas en Baja California Sur, según datos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Hace más de una década que países como Argentina, Chile y Perú están siendo golpeados por el cambio climático, que en la práctica ha implicado sequías y otros problemas. Chile es uno de los más afectados, con 13 años de déficit en precipitaciones, lo que hoy tiene una luz de alerta con escenarios de racionamiento de consumo residencial en la capital del país, algo que dependerá de cómo se comporten las lluvias en las próximas semanas.

Aunque hay regiones donde el abastecimiento a través de agua de mar ha tomado protagonismo en este país -como Antofagasta y, en menor medida, Atacama-, los proyectos que se han estado construyendo están principalmente relacionados con la industria minera. Asimismo, Perú está avanzando en planes de desaladoras para su capital, donde tiene mayor población y al mismo tiempo sufre con el abastecimiento. En el caso de Argentina, específicamente Buenos Aires, se están adelantando a la falta de agua para no improvisar cuando ya no alcance el agua dulce para sostener a su población.

Proyectos actuales en Perú

En Sudamérica Chile lidera esta carrera por la desalación porque ha recibido el principal impacto de la sequía. Actualmente cuenta con más de 10 plantas destinadas para el sector minero, donde se prevén 15 más para 2028.

A nivel de consumo humano, las inversiones se han concentrado en Antofagasta, donde la sanitaria de esa ciudad -ligada a la colombiana Empresas Públicas de Medellín- prevé comenzar el segundo trimestre de este año la ampliación de una unidad, lo que permitirá que esa capital regional sea abastecida en 100% con este recurso desde el mar.

Sin embargo, pese a que las desaladoras han avanzado hacia la zona centro-sur del país, aún no se construye una para los grandes centros poblados, como Santiago, Valparaíso o Concepción.

A diferencia de Chile, en Perú el principal foco de la construcción de estas plantas es el consumo humano. Según señaló Richard Acosta, gerente general de la estatal Sedapal (Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima), actualmente existen dos proyectos de desalación que beneficiarán a más de 800.000 habitantes de la capital.

Uno de ellos se ubicará al norte de la capital, mientras otro hacia el sur, en el distrito de Lurín. Cerca de este lugar, ya está instalada la primera planta desaladora del país, Provisur, que ya beneficia a unos 100 mil habitantes.

“Estamos hablando de plantas del orden de 450 litros por segundo y unos US$ 100 millones en inversión”, comentó Acosta respecto de las nuevas iniciativas. Lo que busca la empresa estatal con estos desarrollos es cubrir el acceso a este servicio básico en 21 de los 46 distritos que aún no tienen una cobertura del 100%.

Para lograr esto, la empresa llamará a licitación durante el cuarto trimestre del año para la construcción del proyecto, proceso que tardaría seis meses, para luego comenzar la construcción con el objetivo de estar operando en 2024 o 2025.

“Es un proyecto de largo plazo, a 25 años, y va a permitir beneficiar a la zona sur y la zona norte de Lima. Estamos hablando del orden de las 800 mil personas beneficiadas o más de 220 mil viviendas, que son el 7,5% de personas sin red”, dijo, explicando que el plan de inversiones 2022-2026 de la empresa implica unos US$ 1.000 millones en total.

Proyectos en Argentina

Aguas Bonaerenses (ABSA), es la compañía estatal que está impulsando proyectos de desalinización para el consumo humano en la capital de Argentina. Actualmente, la firma cuenta con diez plantas de ósmosis inversa, tecnología que permite eliminar la salinidad del agua. La sanitaria ya abastece del orden de 115 mil habitantes con este recurso.

De acuerdo con fuentes cercanas a la compañía, existen proyectos de nuevos desarrollos de este tipo, especialmente cerca del río Paraná, porque es en este punto donde el agua para consumo humano desde hace unos años está mostrando alta salinidad, por su conexión con el océano. Aunque la firma ya tenía plantas ahí para extraer el recurso, hay que adaptarlas a las nuevas condiciones actuales.

Si bien la provincia de Buenos Aires se está adelantando a una eventual sequía, una de las fuentes cercanas a la compañía indicó que aún queda agua dulce para muchos años más, pero los ríos están disminuyendo sus caudales y las napas subterráneas están aumentando su salinidad, por lo tanto, llegará el momento en que ya no se pueda beber de esa agua y las plantas haya que transformarlas o simplemente construir otras.

Aunque en ese país la sequía es menos pronunciada que en su vecino Chile, la idea -dicen en la industria local- es estar preparados para cuando sea necesario.

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Fuente: Diario Financiero, Lunes 18 de Abril de 2022

DIARIO FINANCIERO – Como de ciencia ficción. Aunque en el siglo pasado era difícil pensar en la posibilidad de beber agua del mar, hoy esta tecnología está tomando fuerza en varias partes de Latinoamérica, especialmente México.

Con más de 435 plantas, el país norteamericano lidera esta carrera por el abastecimiento hídrico en la región. De ellas, más de 120 están ubicadas en el turístico estado de Quintana Roo -donde está Cancún-, mientras que más de 70 plantas fueron instaladas en Baja California Sur, según datos del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua.

Hace más de una década que países como Argentina, Chile y Perú están siendo golpeados por el cambio climático, que en la práctica ha implicado sequías y otros problemas. Chile es uno de los más afectados, con 13 años de déficit en precipitaciones, lo que hoy tiene una luz de alerta con escenarios de racionamiento de consumo residencial en la capital del país, algo que dependerá de cómo se comporten las lluvias en las próximas semanas.

Aunque hay regiones donde el abastecimiento a través de agua de mar ha tomado protagonismo en este país -como Antofagasta y, en menor medida, Atacama-, los proyectos que se han estado construyendo están principalmente relacionados con la industria minera. Asimismo, Perú está avanzando en planes de desaladoras para su capital, donde tiene mayor población y al mismo tiempo sufre con el abastecimiento. En el caso de Argentina, específicamente Buenos Aires, se están adelantando a la falta de agua para no improvisar cuando ya no alcance el agua dulce para sostener a su población.

Proyectos actuales en Perú

En Sudamérica Chile lidera esta carrera por la desalación porque ha recibido el principal impacto de la sequía. Actualmente cuenta con más de 10 plantas destinadas para el sector minero, donde se prevén 15 más para 2028.

A nivel de consumo humano, las inversiones se han concentrado en Antofagasta, donde la sanitaria de esa ciudad -ligada a la colombiana Empresas Públicas de Medellín- prevé comenzar el segundo trimestre de este año la ampliación de una unidad, lo que permitirá que esa capital regional sea abastecida en 100% con este recurso desde el mar.

Sin embargo, pese a que las desaladoras han avanzado hacia la zona centro-sur del país, aún no se construye una para los grandes centros poblados, como Santiago, Valparaíso o Concepción.

A diferencia de Chile, en Perú el principal foco de la construcción de estas plantas es el consumo humano. Según señaló Richard Acosta, gerente general de la estatal Sedapal (Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Lima), actualmente existen dos proyectos de desalación que beneficiarán a más de 800.000 habitantes de la capital.

Uno de ellos se ubicará al norte de la capital, mientras otro hacia el sur, en el distrito de Lurín. Cerca de este lugar, ya está instalada la primera planta desaladora del país, Provisur, que ya beneficia a unos 100 mil habitantes.

“Estamos hablando de plantas del orden de 450 litros por segundo y unos US$ 100 millones en inversión”, comentó Acosta respecto de las nuevas iniciativas. Lo que busca la empresa estatal con estos desarrollos es cubrir el acceso a este servicio básico en 21 de los 46 distritos que aún no tienen una cobertura del 100%.

Para lograr esto, la empresa llamará a licitación durante el cuarto trimestre del año para la construcción del proyecto, proceso que tardaría seis meses, para luego comenzar la construcción con el objetivo de estar operando en 2024 o 2025.

“Es un proyecto de largo plazo, a 25 años, y va a permitir beneficiar a la zona sur y la zona norte de Lima. Estamos hablando del orden de las 800 mil personas beneficiadas o más de 220 mil viviendas, que son el 7,5% de personas sin red”, dijo, explicando que el plan de inversiones 2022-2026 de la empresa implica unos US$ 1.000 millones en total.

Proyectos en Argentina

Aguas Bonaerenses (ABSA), es la compañía estatal que está impulsando proyectos de desalinización para el consumo humano en la capital de Argentina. Actualmente, la firma cuenta con diez plantas de ósmosis inversa, tecnología que permite eliminar la salinidad del agua. La sanitaria ya abastece del orden de 115 mil habitantes con este recurso.

De acuerdo con fuentes cercanas a la compañía, existen proyectos de nuevos desarrollos de este tipo, especialmente cerca del río Paraná, porque es en este punto donde el agua para consumo humano desde hace unos años está mostrando alta salinidad, por su conexión con el océano. Aunque la firma ya tenía plantas ahí para extraer el recurso, hay que adaptarlas a las nuevas condiciones actuales.

Si bien la provincia de Buenos Aires se está adelantando a una eventual sequía, una de las fuentes cercanas a la compañía indicó que aún queda agua dulce para muchos años más, pero los ríos están disminuyendo sus caudales y las napas subterráneas están aumentando su salinidad, por lo tanto, llegará el momento en que ya no se pueda beber de esa agua y las plantas haya que transformarlas o simplemente construir otras.

Aunque en ese país la sequía es menos pronunciada que en su vecino Chile, la idea -dicen en la industria local- es estar preparados para cuando sea necesario.

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Fuente: Diario Financiero, Lunes 18 de Abril de 2022

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