LA TERCERA – La crisis hidríca que enfrenta el país, debido a la falta de precipitaciones y el acelerado deshielo de glaciares, tiene a la comunidad científica en suspenso, mirando cómo se acorta el plazo para generar una solución. Por eso, muchos aplaudieron la decisión de que la climatóloga Maisa Rojas fuera la seleccionada para encabezar el Ministerio de Medio Ambiente para el próximo gobierno.
Una de las personas que se sumaron a esta aprobación reside en Arizona, Estados Unidos. Se trata del hidrólogo Pablo García-Chevesich, académico de la Colorado School of Mines y de la Universidad de Arizona, también miembro del Programa Hidrológico de la Unesco y coautor del estudio que determinó que la laguna de Aculeo no se secó por el cambio climático, sino por la intervención del hombre.
El escenario actual es pesimista, pero en el diagnóstico de García-Chevesich aún hay espacio para la esperanza.
¿Qué le parece el nombramiento de Maisa Rojas como ministra de Medio Ambiente?
Ella es una experta en cambio climático, lo que necesita Chile en este momento, entendiendo que el cambio climático gatilla muchísimos otros problemas, en distintas áreas. Frenarlo es una cosa, pero el gran problema que este genera en el país es la escasez hídrica. Por eso, ella deberá asesorarse muy bien, distintas materias. Es para aplaudir su nombramiento, porque ahora tendremos a una científica a cargo de Medio Ambiente, y no un ingeniero comercial.
El año pasado fue el cuarto año más seco desde que se tiene registro en el país. ¿Qué tan alarmante es ese dato?
Todos los países del mundo que tienen una cordillera al lado, con glaciares, son tremendamente privilegiados, porque pese a la sequía, el deshielo mantiene con agua los ríos. Se habla del cuarto año más seco, pero estamos consumiendo tres veces la cantidad de agua que en los años 90. Todo el mundo le echa la culpa a la sequía, pero en la mayoría de los casos el problema es el consumo descontrolado, sobre todo de la agricultura.
¿Cómo se entiende que en regiones como la de Los Ríos o Los Lagos, que son muy lluviosas, haya comunas con recursos de escasez hídrica?
No se puede generalizar desde el punto de vista hidrológico, sin estudiar cada caso. Pero, como te digo, por lo general el problema es el sobreconsumo. En el caso del lago Caburgua todo el mundo decía que era culpa del cambio climático, pero se comprobó que era por un desvío en el río que lo abastecía. Por eso, cada municipio debería tener un hidrólogo que esté creando modelos (de medición), familiarizándose con su cuenca y que pueda rechazar o aprobar distintos cambios de uso del suelo, de acuerdo a la realidad hídrica de su comuna. Así, se podría frenar a alguien que quiera poner 100 hectáreas de guindo, por ejemplo, cuando el modelo diga que el agua solo alcanza para 23 hectáreas.
¿Qué tanto es culpa del cambio climático?
En el laguna Aculeo, por ejemplo, se pensaba que se había secado por el cambio climático, pero en realidad los datos de un estudio reciente demuestran que no fue por eso, sino casi totalmente por el consumo humano. Estamos analizando los distintos lagos de Sudamérica y vemos que en Chile la mayoría está bien, pese al cambio climático.
¿Cómo se ha manejado la política hídrica en Chile en las últimas décadas?
Hay algunos países que ya solucionaron este problema, porque trabajaron mirando al futuro. En Arizona, que es donde estoy yo, trabajan con un horizonte futuro de 100 años, es decir, están trabajando para los problemas de agua que tendrán en 100 años más, imagínate. Israel ya solucionó este problema… Muchos países ya lo han solucionado, simplemente, porque trabajan pensando en el futuro. Pero Chile y otros países trabajan con un horizonte negativo; nuestro país soluciona problemas que debió haber solucionado hace 10 o 20 años.
¿Qué le parecen las soluciones planteadas por el MOP?
Cada gobierno ha hecho soluciones parche que cambian un poquito el escenario, pero no solucionan nada. Estamos construyendo 26 megaembalses, una inversión carísima, sabiendo que cuando se terminen de derretir los glaciares ya no habrá agua en los ríos. Estamos muy mal. En las montañas de Asia Central, por ejemplo, seguían con la política de los embalses, pero el Mar de Aral (lago que bañaba a Uzbekistán y Kasajistán), se secó. La ciencia les dijo a los gobiernos que se iban a secar los ríos, pero se tomó como algo alarmista. ¿Y qué pasó? Se secaron los ríos, se acabó la agricultura y ahí está la gente.
¿Y en Chile?
Lo mismo. Como siempre hemos tenido agua, independientemente de la sequía general, seguimos expandiendo el consumo. No estamos tomando decisiones a futuro, solo soluciones parche. Recientemente se invirtieron 28 mil millones de pesos para desviar las aguas del río Aconcagua y abastecer de agua potable a Valparaíso y Viña del Mar, teniendo el mar al lado para desalar el agua y solucionar este problema, pensando que el agua de los glaciares se va a acabar. Eso habla de lo mal coordinados que estamos. Falta en Chile una Autoridad Nacional del Agua, encargada de coordinar todas las soluciones sobre los ministerios.
¿Un nuevo ministerio?
Es que crear un ministerio así es complicado, porque, Obras Públicas, Minerías y Medioambiente, todo está ligado al agua. Entonces, tiene que ser un organismo que esté sobre todos estos ministerios, que los junte en una mesa, para tomar las decisiones en conjunto.
Habla de desalar el agua del mar, algo que afecta al medioambiente, porque se aumentan la salmuera del agua. ¿Es una opción real?
La desalación tiene muy mala reputación, pero en los últimos cinco años su tecnología ha avanzado tanto que ya incluso se puede hacer con energía renovable, pues su gran problema era que se necesitaba mucha energía para funcionar.
¿Qué le parece el nuevo Código de Aguas, aprobado hace un par de días?
La protección de humedales me parece fantástica. Con eso ya se ganaron todo mi respeto. Espero que eso sea retroactivo, ojalá a 30 años. Porque todos los derechos de agua están entregados por muchos años, casi que a perpetuidad, lo que es un tremendo error. Los países que han solucionado este problema solo entregan derechos por tres o cinco años, pero en Chile, con el cambio climático y el sobreconsumo, igual se otorgan derechos a 30 años, sin hacer un estudio acabado.
Establece que la agricultura ahora deberá medir toda el agua que consume.
El primer país que implementó esa ley fue Israel, en 1958. Todo aquel que consuma agua debe tener un medidor, administrado por ley, aunque hoy en día Israel solucionó sus problemas de agua casi completamente por el uso de desaladoras, y el 100% su agricultura se riega con agua tratada de alcantarillado. Ellos no pierden una sola gota. Aquí en Chile, volviendo con el caso de Aculeo, la Dirección General de Aguas proyectaba 50 pozos de la cuenca, mientras que el Censo de 2017 estableció 370, pero en la realidad hay más de mil. No tenemos idea de cómo se consume el agua en Chile
¿Qué tan posible es que Chile solucione esta crisis hídrica?
Si no solucionamos ahora este problema, estamos fritos, pues el daño ya está hecho. Encima, se viene el monstruo del cambio climático y con el consumo abusivo de los recursos hídricos que tenemos, estamos con el tiempo muy en contra. Pero tiene solución, solo se necesita una mejor gestión (…) Tenemos que transformarnos en un país que cuide su agua. El césped, por ejemplo, hoy no tiene el agua suficiente para ser regado, por lo que tenerlo es un lujo que no tiene sentido en un país que se está secando como el nuestro (…) Como está la tecnología hoy, en cuatro años se pueden solucionar todos los problemas hídricos del país. Uno o dos años para realizar la toma de datos e investigación en las cuencas, y los otros dos para pensar e implementar las soluciones.
¿Aún queda esperanza?
Sí. Pero todo esto debe ocurrir con la condición de que se agilicen los procesos administrativos. Debe haber un liderazgo político, para que las reformas se aprueben rápidamente y se ejecuten los proyectos. Construir un tubo que bombea agua desde el mar e instalar una desaladora solar no demora más de dos años.
Fuente: La Tercera, Lunes 24 de Enero de 2022