QUÉ PASA – El casi desértico Israel ha sido sindicado como un referente hídrico global, capaz de convertir su arenosa superficie en una inagotable fuente de agua. Algunos número reafirman estas bondades: es el país que más recicla su agua -alrededor del 85%- muy lejos del segundo España, que recicla el 20%. Casi el 50% del agua utilizada en agricultura es reciclada, convirtiendo a este sector en uno de los motores de la economía local. Tiene cinco plantas desalinizadoras, incluyendo la desalinización por ósmosis más grande del mundo.
Por ello, una delegación de este país visitó Chile entre el 9 y el 12 de mayo, para exponer un posible plan de trabajo a autoridades de Gobierno y medioambientales.
El equipo de trabajo está integrado por Yechezkel Lifshitz, experto israelí en recursos hídricos, gobernanza hídrica y tecnologías al servicio de los territorios, que se desempeñó como director general del Ministerio de Energía y Agua de Israel y actualmente está a cargo de la dirección General de Infraestructuras Energéticas en el Ministerio de Energía, siendo además miembro de la mesa directiva de la Autoridad del Agua de Israel.
Y también por Diego Berger, quien desde 2014 es el Coordinador de Proyectos Especiales de la Compañía Nacional de Aguas Israel, Mekorot. Se ha dedicado al monitoreo y administración de recursos hídricos, modelos de precipitación-escorrentía y de aguas subterráneas, modelización y optimización de sistemas de suministro de agua.
En su visita a Chile, Berger conversó con Qué Pasa sobre la situación hídrica a nivel local y mundial, así como también del exitoso modelo de su país, el que implementó tecnologías de ahorro, producción y economía circular.
Chile es un país hermano, revela Berger, “y la política de Israel es estar en contacto con éstos, e intentar ayudarlos con lo que podamos. La materia hídrica es uno de los temas en el que podemos transmitir nuestra experiencia. La embajada de Israel está en contacto con personas del Gobierno y de los ministerios”, añade.
En su visita a Chile, el equipo israelí tuvo una mesa de trabajo con la Gobernación de Santiago, se reunió con el Ministerio de Agricultura, formó parte de un seminario en Universidad de Chile, asistió a una exposición en la Comisión de Energía del Senado, y también estuvo en una exposición en la Comisión de Minería y en la Comisión de Agua de la Cámara de Diputados, entre otros.
Hay que tomar medidas para gestionar el curso de agua, “y estando en una crisis es un buen momento para tomarlas. Lo primero es saber cuánta agua tienes, después dividirla según el objetivo que tengas como país. La diferencia entre Israel y Chile, es que el primero nació con la cultura de la escasez. Por eso siempre digo que Israel fue bendecida con la falta de recursos, es un tema cultural. Chile pasó de la cultura de la abundancia, creían que no habían problemas, y ahora el cambio climático agudizó la situación”, explica Berger.
Berger aconseja que exista una autoridad del agua en el país. “Recomendamos que exista una gestión centralizada, cuando hay muchos gestores en realidad nadie toma decisiones. Lo otro es que el sector hídrico sea autosustentable desde lo financiero, además que el agua sea medida y exista una ley del agua, que todo los recursos hídricos sean públicos”.
Modelo de gestión pública: Cambios radicales
El principal objetivo de esta viaje fue profundizar el trabajo de cooperación en temas hídricos que desarrolla la Embajada de Israel en Chile con el nuevo Gobierno y dar continuidad a los proyectos y mesas de trabajo que ya funcionan en gobernaciones, universidades, municipalidades y comisiones parlamentarias.
Una de los posibles modelos, más aún considerando la geografía de Chile, son las desaladoras. Si bien su costo es un problema en muchos casos, Berger señala que si el agua es autosustentable, no debería existir ese problema. “Emergencias existen muchas, en Israel hay guerras, y funciona. Hay dos políticas que no se cambiaron en el tiempo en Israel, una la de seguridad y otra la del agua. Es una carrera a largo plazo, el agua es prioridad”.
El modelo israelí es un modelo de gestión pública radicado en una Autoridad Nacional del Agua autónoma, que coordina a todos los actores del tema. Esto ha permitido la planificación y ejecución de políticas públicas con una mirada de largo plazo. A esto se ha sumado el desarrollo de tecnologías de ahorro hídrico (riego por goteo e identificación de fugas), de producción hídrica (desalinización) y de economía circular (tratamiento y reutilización de aguas grises).
Berger explica que el agua en Israel es de tal importancia, que la Compañía Nacional de Aguas Israel (Mekorot), fue fundada incluso antes que el mismo Estado. “El Estado de Israel fue fundado en 1948, el departamento del agua en el 37. Es prioridad nacional″.
Israel reutiliza cerca del 90% de sus aguas grises con fines agrícolas. En Israel más del 70% del agua para beber proviene de un proceso de desalinización. En Israel las fugas no superan el 8%, comparado al 30% considerado con “normal”. En Israel no existe el riego por inundación, solo riego eficiente por goteo o microaspersión.
Es fundamental el uso de aguas grises para la agricultura, “la mitad del agua en la agricultura en Israel, es agua reutilizada. El problema en Latinoamérica es que el consumo en esta materia es muy grande, de un 80%. Reutilizar los afluentes es una buena idea, pero no va a solucionar completamente el problema. En Israel se redujo el consumo en un 30%”, agrega.
La responsabilidad de las fugas es compartida, “todos están dentro del mismo barco, y hay que entender que la gestión de los recursos hídricos es una cuestión integral, y todo el pueblo debe saber cuál es la problemática”, señala Berger.
Es posible que Chile supere esta crisis, finaliza Berger. “El asunto es que implemente cambios a largo plazo, en dos meses no se puede resolver, hay que hacer cambios radicales”.
Fuente: Qué Pasa, Jueves 19 de Mayo de 2022