BNAMERICAS – Chile necesita un proyecto de ley que regule la creciente industria de la desalinización para coordinar la planeación de plantas y establecer una estrategia nacional para el sector, según la ministra de Obras Públicas, Jessica López.
“Las inversiones y toda la estrategia de desalinización tienen que responder a criterios de ocupación de territorio, de tamaños de escala, de agrupar demanda y no construir un conjunto de plantas pequeñas” en un solo sitio, dijo López al responder una pregunta de BNamericas durante una rueda de prensa.
El proyecto de ley, aprobado recientemente por la comisión de recursos hídricos del Senado, establecería una estrategia nacional de desalinización a largo plazo y revisaría el proceso para obtener concesiones marítimas.
Este último aspecto fue criticado hace poco por añadir más burocracia al proceso de aprobación de plantas de desalinización.
Al respecto, López dijo que la desalación no carece de regulación per se, pues las plantas tienen que ser sometidas a evaluación ambiental y conseguir concesiones marítimas, entre otros permisos, pero no hay coordinación ni planificación entre los proyectos.
“Hoy hay una aprobación prácticamente sin restricciones sobre cómo ocupamos el borde costero”, dijo la ministra y agregó que espera que el proyecto de ley se apruebe pronto para que las autoridades puedan comenzar a redactar el plan de largo plazo.
Según la asociación chilena de desalación y reúso de agua, Acades, hoy operan 24 plantas desalinizadoras, 5 están en construcción y 8 han recibido la aprobación ambiental, por lo que sus obras partirían pronto.
PANORAMA DEL SECTOR HÍDRICO
Las ciudades chilenas están preparadas para evitar el racionamiento de agua durante los meses primaverales y estivales, aunque los embalses están un 10% por debajo del nivel de agosto de 2023.
Las proyecciones positivas se deben principalmente a una mayor acumulación de nieve en varias regiones del centro del país, entre ellas Valparaíso, Metropolitana de Santiago, O’Higgins y el Maule. Sin embargo, las autoridades aclararon que esto no significa el fin de una sequía que se prolonga por 15 años en Chile.
De hecho, se espera que estas mismas regiones registren menos lluvias de lo normal en los próximos meses al aproximarse el fenómeno meteorológico de La Niña.
Consultada sobre si la agricultura u otras actividades podrían sufrir algún tipo de restricción, López dijo que la legislación chilena prioriza el consumo humano, aunque también llama a hacer un uso responsable del agua en las ciudades con más estrés para evitar problemas en otros segmentos.
En el caso de la Región de Coquimbo, afectada por la sequía, el valle del río Limarí registró durante agosto lluvias superiores a lo normal, así como un aumento de las nevadas. Sin embargo, el principal embalse de la zona se encuentra a apenas un 8% de su capacidad y el Ministerio de Obras Públicas aún tiene previsto instalar una planta desalinizadora de emergencia en la zona, cuya ubicación exacta se encuentra en estudio.
La cartera planea además licitar una planta desalinizadora de US$350 millones en el último trimestre del año bajo el sistema de concesiones para atender a las principales ciudades de Coquimbo.
Fuente: Bnamericas, Jueves 26 de Septiembre de 2024
