Domingo, Diciembre 22, 2024

Megasequía en Chile ¿Qué hace falta para tener más plantas de desalación en el país?

EMOL – Desde 2007 Chile enfrenta una crisis hídrica que a la fecha solo amenaza con empeorar debido al cambio climático. Ante este escenario toma fuerza la necesidad de avanzar cuanto antes en el desarrollo de distintos mecanismos para asegurar a futuro un abastecimiento adecuado de agua potable, tanto para los sectores rurales como para las grandes ciudades, así como también para las actividades productivas.

En esa línea, Diego Pini, Director de Infraestructura de ACCIONA para el Conosur, manifestó en EmolTV que las plantas desaladoras de agua de mar han dado muestra de su eficiencia y que pueden ser consideradas como parte de una Política País para abordar de manera mucho más amplia los problemas de sequía en Chile.

A la fecha, en el país ya operan una veintena de plantas desaladoras, siendo inaugurada la primera de ellas en 2003 para abastecer el 100% de las necesidades de Mejillones y cerca de un 80% de la ciudad de Antofagasta.

No obstante, añadió el ejecutivo, del total de las instalaciones que hoy están operativas en Chile sólo el 25% destina su producción de agua al consumo humano, mientras que el 75% restante es para actividades industriales, principalmente la minería.

Incluir a la desalación en una política país

Diego Pini añadió que Chile cuenta actualmente con todas las condiciones para que esta proporción cambie y la desalación de agua de mar sea considerada parte de la solución al enorme desafío que impone la megasequía, pero que para eso se necesita avanzar en políticas públicas de largo plazo.

“Para que se pueda avanzar de una manera sostenible en el desarrollo de esta alternativa para combatir la crisis hídrica, Chile necesita incorporar la desalinización a una política país”, dijo el experto, quien recordó que este tipo de plantas, “que convierten el agua de mar en recursos hídricos, demoran en promedio ocho años en construirse”, de ahí la necesidad que sean consideradas como parte de una política de Estado, al atravesar el proyecto al menos dos períodos presidenciales.

El problema preciso, es que dado el avance del cambio climático cualquier decisión ya está contra el tiempo. “Lo que tenemos que hacer hoy es alinear a todos los actores, todas las voluntades, simplificar los procesos, lo que no significa hacerlos menos estrictos, pero sí acelerarlos y ponerle más recursos, para poder desarrollar este tipo de instalaciones”, sentenció el Director de Infraestructura de ACCIONA para el Conosur.

En cuanto al costo de esta tecnología, Diego Pini explicó que ya lleva años de desarrollo por lo que estos se han reducido considerablemente gracias a los últimos avances. Explicó, por ejemplo, que el proceso de desalación de agua de mar tiene un costo importante relacionado a la energía que consume y que hoy ya no es tal gracias al desarrollo de plantas de energías renovables en el país.

“Para poner una referencia que la gente entienda con facilidad, una planta desaladora de ósmosis inversa de alrededor de mil litros por segundo puede significar una inversión que va entre los 200 y 300 millones de dólares, tal vez un poco más. Pero otras alternativas (para paliar la sequía que vive el país) como las carreteras hídricas, que proponen transportar agua del sur de Chile al norte por más de 2 mil kilómetros estamos hablando de una inversión cercana a los 10 mil millones de dólares”, dijo.

Fuente: Emol, Viernes 16 de Diciembre de 2022

EMOL – Desde 2007 Chile enfrenta una crisis hídrica que a la fecha solo amenaza con empeorar debido al cambio climático. Ante este escenario toma fuerza la necesidad de avanzar cuanto antes en el desarrollo de distintos mecanismos para asegurar a futuro un abastecimiento adecuado de agua potable, tanto para los sectores rurales como para las grandes ciudades, así como también para las actividades productivas.

En esa línea, Diego Pini, Director de Infraestructura de ACCIONA para el Conosur, manifestó en EmolTV que las plantas desaladoras de agua de mar han dado muestra de su eficiencia y que pueden ser consideradas como parte de una Política País para abordar de manera mucho más amplia los problemas de sequía en Chile.

A la fecha, en el país ya operan una veintena de plantas desaladoras, siendo inaugurada la primera de ellas en 2003 para abastecer el 100% de las necesidades de Mejillones y cerca de un 80% de la ciudad de Antofagasta.

No obstante, añadió el ejecutivo, del total de las instalaciones que hoy están operativas en Chile sólo el 25% destina su producción de agua al consumo humano, mientras que el 75% restante es para actividades industriales, principalmente la minería.

Incluir a la desalación en una política país

Diego Pini añadió que Chile cuenta actualmente con todas las condiciones para que esta proporción cambie y la desalación de agua de mar sea considerada parte de la solución al enorme desafío que impone la megasequía, pero que para eso se necesita avanzar en políticas públicas de largo plazo.

“Para que se pueda avanzar de una manera sostenible en el desarrollo de esta alternativa para combatir la crisis hídrica, Chile necesita incorporar la desalinización a una política país”, dijo el experto, quien recordó que este tipo de plantas, “que convierten el agua de mar en recursos hídricos, demoran en promedio ocho años en construirse”, de ahí la necesidad que sean consideradas como parte de una política de Estado, al atravesar el proyecto al menos dos períodos presidenciales.

El problema preciso, es que dado el avance del cambio climático cualquier decisión ya está contra el tiempo. “Lo que tenemos que hacer hoy es alinear a todos los actores, todas las voluntades, simplificar los procesos, lo que no significa hacerlos menos estrictos, pero sí acelerarlos y ponerle más recursos, para poder desarrollar este tipo de instalaciones”, sentenció el Director de Infraestructura de ACCIONA para el Conosur.

En cuanto al costo de esta tecnología, Diego Pini explicó que ya lleva años de desarrollo por lo que estos se han reducido considerablemente gracias a los últimos avances. Explicó, por ejemplo, que el proceso de desalación de agua de mar tiene un costo importante relacionado a la energía que consume y que hoy ya no es tal gracias al desarrollo de plantas de energías renovables en el país.

“Para poner una referencia que la gente entienda con facilidad, una planta desaladora de ósmosis inversa de alrededor de mil litros por segundo puede significar una inversión que va entre los 200 y 300 millones de dólares, tal vez un poco más. Pero otras alternativas (para paliar la sequía que vive el país) como las carreteras hídricas, que proponen transportar agua del sur de Chile al norte por más de 2 mil kilómetros estamos hablando de una inversión cercana a los 10 mil millones de dólares”, dijo.

Fuente: Emol, Viernes 16 de Diciembre de 2022

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