PULSO – Lunes 5 de marzo, 8:30 AM. Miles de chilenos se trasladan para dejar a sus hijos al colegio e iniciar su jornada laboral tras unas merecidas vacaciones. Esta vuelta masiva a la normalidad provocará que el tránsito y movilidad de la ciudad sean los principales focos de conflicto tras el “súper lunes”.
Según un estudio de Mapcity, un traslado normal dentro de la ciudad de Santiago, puede demorarse en promedio 10 minutos más en marzo, que en febrero. Por ejemplo, el trayecto entre la Plaza de Maipú y la Plaza de Armas en vehículo particular, tarda 70 minutos en marzo, en lugar de los 60, durante los meses menos congestionados.
Esto tiene un impacto directo en la calidad de vida de los ciudadanos. “La llegada de marzo implica mayor estrés debido a que se regresa a la rutina de las responsabilidades, de cumplir horarios establecidos y de dar cuenta de las cosas que uno hace o no hace”, dice Paula Dagnino, docente de la Universidad Alberto Hurtado e investigadora del Instituto Milenio para la Investigación y Personalidad (Midap).
Con el fin de facilitar el desplazamiento de las personas a través de los distintos modos, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones (MTT) elaboró un detallado plan en coordinación con todos los organismos públicos y privados, “para así gestionar el aumento del flujo vehicular en las calles del Gran Santiago y el de usuarios en el sistema de transporte público”, afirma Carlos Urriola, Coordinador de Planificación y Desarrollo del ministerio del MTT.
Por ejemplo, la Unidad Operativa de Control de Tránsito (UOCT) implementará un plan piloto de monitoreo de tránsito con drones durante marzo, el que aportará información para optimizar los tiempos de los semáforos y contribuir a la gestión vial.
Por su parte, Juan Rodríguez, comandante de la Prefectura de Tránsito y Carreteras de Carabineros, indica: “Tenemos un plan de servicio a nivel de la Región Metropolitana, con la finalidad de poder instalar personal de tránsito en distintos puntos conflictivos para que recibamos marzo en la forma óptima”.
Para hacerse una idea, en febrero del 2017, el flujo en las autopistas urbanas en marzo pasó de 91.165.243 vehículos controlados en los pórticos a 113.402.550 en el tercer mes del mismo año, un incremento de 24% (ver gráfico). Incluso, según datos del Ministerio de Transportes, más de 250 mil vehículos regresaron al tránsito de la capital entre el 28 de febrero y el lunes 6 de marzo de 2017. Un similar panorama se espera dentro de dos semanas.
Es por este motivo que es importante organizarse. “En lo posible, hay que volver a casa uno o dos días antes de comenzar el trabajo. Esto permitirá tener tiempo para realizar todas las actividades necesarias. Además, es bueno tener expectativas realistas acerca de esta primera semana, en el sentido de no pensar que se va a ser muy productivo o que se realizarán todos los pendientes. También es importante hacer ejercicio”, manifiesta Dagnino.
Los proyectos
Muchos proyectos de infraestructura asociada a la movilidad, que fueron entregados durante el verano (y algunos que aún no finalizan) tendrán su prueba de fuego en marzo.
La autopista Santiago-Lampa es una de las obras que deberá enfrentar un ajetreado inicio de año. Esta permitirá cubrir la distancia entre el nudo de Quilicura y la comuna del norte de la Región Metropolitana en sólo 9 minutos, la mitad de los más de 20 que toma habitualmente.
Este proyecto requirió de una inversión de unos US$220 millones por parte de Globalvia, concesionaria de la iniciativa. Su contrato finaliza en 2021.
En marzo también finalizará la construcción del Parque Vespucio (Vitacura) y se entregarán las últimas obras del Plan Santiago Centro Oriente, con la extensión de la Costanera Norte a Padre Arteaga. Además, este fin de semana se habilitará el tramo de Av. Kennedy hacia el poniente, en el sector del puente Pérez Zujovic.
La concesionaria también tiene pensado iniciar durante este trimestre la extensión de la Costanera Norte hacia el oriente, en un tramo de 700 metros. Esta obra requerirá de una inversión de US$18 millones.
Esto se enmarca dentro del mismo plan que dio vida al nuevo Túnel Kennedy, obra que tiene 1,2 kilómetros de extensión y que requirió de una inversión de US$148 millones.
Esta es una de las iniciativas que promete reducir el impacto de marzo en los tiempos de viaje de los ciudadanos. Según estadísticas de Coordinación de Concesiones del Ministerio de Obras Públicas (MOP), luego de la habilitación de esta infraestructura, subió en un 60% la velocidad promedio de los automóviles que circulan por este sector en hora punta.
El próximo mes también se pondrán en marcha algunos proyectos de mitigación. Por ejemplo, se habilitarán 48,14 kilómetros de vías con monitoreo a distancia, con el objetivo de aumentar la velocidad de los buses del Transantiago y disminuir el paso de vehículos particulares por las pistas exclusivas.
A partir del 1 de marzo, unas 239 cámaras se ubicarán entre San Pablo, José Pedro Alessandri, Macul, Pajaritos Bilbao y Vicuña Mackenna, entre otras calles.
Y es que este proyecto significará un importante apoyo para el recién estrenado corredor de Vicuña Mackenna, el que cuenta con una extensión de 20 kilómetros y requirió una inversión superior a los $60 mil millones. Si bien esta iniciativa fue entregada a finales del año pasado, recién en marzo tendrá su prueba de fuego.
En tanto, hay otras obras que prometen mejorar la movilidad en la Región Metropolitana. Por ejemplo, el enlace Santiago-Santa Elena, en la autopista Los Libertadores, reducirá en un 30% los tiempos de viaje entre la capital y Colina. Este proyecto tiene un costo de US$9 millones y se espera que esté listo durante 2019.
Fuente: Pulso, Viernes 23 de Febrero de 2018