Lunes, Noviembre 25, 2024

La urgencia de digitalizar la economía, por Sergio Bitar

DIARIO FINANCIERO – Estamos entrando en una fase muy acelerada de cambio tecnológico y social a nivel global, y este cambio está en gran parte impulsado por el avance de la digitalización y las tecnologías de la comunicación. Los flujos globales de intercambio comercial y financiero han sido ampliamente sobrepasados por los flujos de datos, que en la última década se han incrementado 50 veces.

La digitalización de la economía tiene un gran impacto en la productividad, además de impulsar la innovación y demandar formación de capital humano de alta calidad. Se estima que en Chile la industria de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) representa apenas al 3,5% del PIB, muy lejos de las cifras que exhiben naciones como Corea del Sur donde supera el 10%.

Para avanzar en este ámbito, resulta clave la infraestructura digital, donde Chile presenta un rezago importante. Según estimaciones de la Cámara Chilena de Comercio se requerirían cerca de US$ 26.000 millones de inversión en la próxima década sólo en infraestructura de conectividad. Las concesiones son una posibilidad, a fin de contar con capital privado y apurar el paso.

Si bien hemos tenido un buen desarrollo de la conectividad inalámbrica, necesitamos una capacidad de fibra óptica mucho mayor, tanto para la interconexión interna como para la vinculación con otros países. Debemos materializar con prontitud proyectos imprescindibles como la Fibra Óptica Austral entre Puerto Montt-Puerto Williams; ejecutar la conexión con el Asia Pacífico, entre Chile y China, junto con elevar la interconexión con América Latina.

La meta es disponer de capacidades para transferir grandes cantidades de datos, que es la materia prima para la revolución en curso: la inteligencia artificial.

El otro reto es abordar la gran brecha que tenemos en capital humano. El número de chilenos y chilenas que sabe computación, habla inglés y está en condiciones de desenvolverse en actividades de programación, diseño de software e inteligencia artificial es muy bajo. Además, no ha crecido la matrícula en las carreras técnicas relacionadas con las tecnologías digitales. Se estima un déficit en Chile de 5.000 profesionales al año. Así lo confirma un estudio del BID que revela que en innovación, basada en tecnología, nuestro país está detrás de naciones como México, Brasil y Argentina.

Otras urgencias dicen relación con la digitalización del gobierno, de los trámites notariales y de los Conservadores de Bienes Raíces, la firma electrónica y la Ley de Protección de Datos.

Si se adopta la decisión política por consenso, se diseña una estrategia y un órgano conductor, podríamos situarnos entre los primeros países de tamaño mediano en 2040, en desarrollo digital, producción y exportación de TICs, competitividad y gobierno electrónico. En ese periodo se pueden crear más de 100.000 puestos de trabajo y desatar un incremento de más de 1% del PIB.

Ver columna

Fuente: Diario Financiero, Miércoles 20 de junio de 2018

DIARIO FINANCIERO – Estamos entrando en una fase muy acelerada de cambio tecnológico y social a nivel global, y este cambio está en gran parte impulsado por el avance de la digitalización y las tecnologías de la comunicación. Los flujos globales de intercambio comercial y financiero han sido ampliamente sobrepasados por los flujos de datos, que en la última década se han incrementado 50 veces.

La digitalización de la economía tiene un gran impacto en la productividad, además de impulsar la innovación y demandar formación de capital humano de alta calidad. Se estima que en Chile la industria de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) representa apenas al 3,5% del PIB, muy lejos de las cifras que exhiben naciones como Corea del Sur donde supera el 10%.

Para avanzar en este ámbito, resulta clave la infraestructura digital, donde Chile presenta un rezago importante. Según estimaciones de la Cámara Chilena de Comercio se requerirían cerca de US$ 26.000 millones de inversión en la próxima década sólo en infraestructura de conectividad. Las concesiones son una posibilidad, a fin de contar con capital privado y apurar el paso.

Si bien hemos tenido un buen desarrollo de la conectividad inalámbrica, necesitamos una capacidad de fibra óptica mucho mayor, tanto para la interconexión interna como para la vinculación con otros países. Debemos materializar con prontitud proyectos imprescindibles como la Fibra Óptica Austral entre Puerto Montt-Puerto Williams; ejecutar la conexión con el Asia Pacífico, entre Chile y China, junto con elevar la interconexión con América Latina.

La meta es disponer de capacidades para transferir grandes cantidades de datos, que es la materia prima para la revolución en curso: la inteligencia artificial.

El otro reto es abordar la gran brecha que tenemos en capital humano. El número de chilenos y chilenas que sabe computación, habla inglés y está en condiciones de desenvolverse en actividades de programación, diseño de software e inteligencia artificial es muy bajo. Además, no ha crecido la matrícula en las carreras técnicas relacionadas con las tecnologías digitales. Se estima un déficit en Chile de 5.000 profesionales al año. Así lo confirma un estudio del BID que revela que en innovación, basada en tecnología, nuestro país está detrás de naciones como México, Brasil y Argentina.

Otras urgencias dicen relación con la digitalización del gobierno, de los trámites notariales y de los Conservadores de Bienes Raíces, la firma electrónica y la Ley de Protección de Datos.

Si se adopta la decisión política por consenso, se diseña una estrategia y un órgano conductor, podríamos situarnos entre los primeros países de tamaño mediano en 2040, en desarrollo digital, producción y exportación de TICs, competitividad y gobierno electrónico. En ese periodo se pueden crear más de 100.000 puestos de trabajo y desatar un incremento de más de 1% del PIB.

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Fuente: Diario Financiero, Miércoles 20 de junio de 2018

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