Jueves, Diciembre 26, 2024

La oportunidad de la pandemia, por Gina Ocqueteau

DIARIO FINANCIERO – El desempleo actual, que alcanza el 11,2% en el último trimestre, constituye un eje fundamental de preocupación para alcanzar el nivel de actividad económica que nuestro país requiere. A lo anterior se suman más de un millón de personas “inactivas” que no buscaban empleo en marzo de este año, más los 600.000 trabajadores que están acogidos a “este empleo suspendido” bajo la modalidad del seguro de cesantía.

Sin duda es una tremenda fuerza de trabajo la que está afectada seriamente por esta pandemia. Está dolida, asustada y en un estado de incertidumbre que daña los cimientos de nuestro país. Esto va más allá de un efecto económico, que es importante. Hay un impacto social y humano insoslayable.
Es tarea de todos revertir esta situación y generar empleo formal, habiendo aprendido las lecciones dejadas por esta pandemia. Como sociedad, no podemos caer en la indiferencia ante el crecimiento que hemos observado del empleo informal, donde las políticas sociales no llegan con la efectividad y profundidad esperada, a una masa no dimensionada, desvalida y de la cual poco se sabía sobre su situación real.
Es por eso, tan necesario que, dejando de lado motivaciones políticas, todos los incumbentes —el Ejecutivo, legisladores, empresarios, PYME y consumidores— generemos las condiciones indispensables para promover el empleo formal, de una forma seria, comprometida y sustentable. Dentro de las condiciones necesarias, nos referimos a retomar con fuerza los proyectos de infraestructura, grandes generadores de empleo. Al rol de los Ministerios de Salud, Vivienda y Obras Públicas, principalmente, para que permitan que los recursos fluyan sin trabas desde ellos a las empresas contratantes.
Asimismo, la inversión privada también cumplirá un rol fundamental, ya que agrupa más del 80% de la inversión total. El Ministerio de Economía ha desarrollado una serie de medidas para agilizar la inversión, tanto pública como privada, con su consecuente creación de empleos. Este año se materializarían proyectos que generarán más de 31.000 empleos directos en fase de construcción y otros 10.500 en operación. Y cada vez que se llevan a cabo proyectos de inversión, se activa una larga cadena de trabajo para las micro y pequeñas empresas de Chile.
Debemos fomentar y regular el teletrabajo, como una de las tantas herramientas para promover un trabajo flexible. Debemos facilitar los procesos de contratación de nuevos trabajadores y generar los incentivos necesarios para la contratación y la “recontratación” de aquellos trabajadores que están bajo la modalidad “suspendida” al amparo de los seguros de cesantía. Y también, pensar en subsidios a las contrataciones formales de plazo indefinido, y tantas otras más.
Debemos preocuparnos para que estas condiciones se establezcan pronto, equilibrando la flexibilidad y facilidad que los tiempos requieren, con el resguardo de los derechos de los trabajadores.
Hoy tenemos la gran oportunidad de reconstruir sobre una base sólida y sustentable. Retomar las actividades económicas en los distintos rubros, debe ser un compromiso de todos, con las exigencias del caso, y que esta relación, trabajador-empresa, se construya con la formalidad necesaria. Así, retomar la confianza indispensable en un vínculo fuerte de largo plazo de empresa-trabajador, para volver a la senda del crecimiento que beneficie a todos.
Ver artículo
Fuente: Diario Financiero, Jueves 30 de Julio de 2020

DIARIO FINANCIERO – El desempleo actual, que alcanza el 11,2% en el último trimestre, constituye un eje fundamental de preocupación para alcanzar el nivel de actividad económica que nuestro país requiere. A lo anterior se suman más de un millón de personas “inactivas” que no buscaban empleo en marzo de este año, más los 600.000 trabajadores que están acogidos a “este empleo suspendido” bajo la modalidad del seguro de cesantía.

Sin duda es una tremenda fuerza de trabajo la que está afectada seriamente por esta pandemia. Está dolida, asustada y en un estado de incertidumbre que daña los cimientos de nuestro país. Esto va más allá de un efecto económico, que es importante. Hay un impacto social y humano insoslayable.
Es tarea de todos revertir esta situación y generar empleo formal, habiendo aprendido las lecciones dejadas por esta pandemia. Como sociedad, no podemos caer en la indiferencia ante el crecimiento que hemos observado del empleo informal, donde las políticas sociales no llegan con la efectividad y profundidad esperada, a una masa no dimensionada, desvalida y de la cual poco se sabía sobre su situación real.
Es por eso, tan necesario que, dejando de lado motivaciones políticas, todos los incumbentes —el Ejecutivo, legisladores, empresarios, PYME y consumidores— generemos las condiciones indispensables para promover el empleo formal, de una forma seria, comprometida y sustentable. Dentro de las condiciones necesarias, nos referimos a retomar con fuerza los proyectos de infraestructura, grandes generadores de empleo. Al rol de los Ministerios de Salud, Vivienda y Obras Públicas, principalmente, para que permitan que los recursos fluyan sin trabas desde ellos a las empresas contratantes.
Asimismo, la inversión privada también cumplirá un rol fundamental, ya que agrupa más del 80% de la inversión total. El Ministerio de Economía ha desarrollado una serie de medidas para agilizar la inversión, tanto pública como privada, con su consecuente creación de empleos. Este año se materializarían proyectos que generarán más de 31.000 empleos directos en fase de construcción y otros 10.500 en operación. Y cada vez que se llevan a cabo proyectos de inversión, se activa una larga cadena de trabajo para las micro y pequeñas empresas de Chile.
Debemos fomentar y regular el teletrabajo, como una de las tantas herramientas para promover un trabajo flexible. Debemos facilitar los procesos de contratación de nuevos trabajadores y generar los incentivos necesarios para la contratación y la “recontratación” de aquellos trabajadores que están bajo la modalidad “suspendida” al amparo de los seguros de cesantía. Y también, pensar en subsidios a las contrataciones formales de plazo indefinido, y tantas otras más.
Debemos preocuparnos para que estas condiciones se establezcan pronto, equilibrando la flexibilidad y facilidad que los tiempos requieren, con el resguardo de los derechos de los trabajadores.
Hoy tenemos la gran oportunidad de reconstruir sobre una base sólida y sustentable. Retomar las actividades económicas en los distintos rubros, debe ser un compromiso de todos, con las exigencias del caso, y que esta relación, trabajador-empresa, se construya con la formalidad necesaria. Así, retomar la confianza indispensable en un vínculo fuerte de largo plazo de empresa-trabajador, para volver a la senda del crecimiento que beneficie a todos.
Ver artículo
Fuente: Diario Financiero, Jueves 30 de Julio de 2020

TITULARES