LA TERCERA – Una “batalla” con consecuencias graves se vive en las calles: los ciclistas denuncian que son amenazados a diario por automóviles que circulan velozmente, provocando un aumento de los accidentes de tránsito. Y que para evitar estas situaciones suben las bicicletas a las veredas, desatando las quejas de los peatones que se ven pasados a llevar. A sus reclamos se suman los motociclistas, que protestan por el poco espacio que les deja el tránsito de buses y vehículos.
Para corregir todo esto, la nueva Ley de Convivencia de Modos, que se promulgará en las próximas semanas, establece nuevas reglas a estos medios de transporte, con miras a mejorar la seguridad y disminuir las muertes por siniestros viales, que llegaron a 91.711 en 2016 (113% más que el año anterior), configurando una de las tasas más altas del mundo.
Con la ley en régimen, los ciclistas deberán cumplir una nueva regla: se les prohibirá circular por las veredas y sólo deberán hacerlo por ciclovías certificadas o bien por la calle. Lo mismo rige para los scooters, patinetas y patines.
Luis Stuven, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito, dice que el objetivo de la ley es “hacer convivir de manera armoniosa a todos los modos de transporte. La idea es que tengan una posición de igualdad y ninguno esté por sobre otro”. Agrega que urge la norma, debido a que el 52% de los fallecidos en siniestros viales son caminantes, ciclistas o motociclistas.
¿Quién fiscalizará la ley? Stuven dice que Carabineros será la institución responsable, los que ya hacen controles en estas rutas o veredas. Las organizaciones ciudadanas también planean hacer campañas para difundir las obligaciones de cada actor.
Bicicletas
Manuel Ocares, director de la organización Furiosos Ciclistas, afirma que la ley habla de “ciclovías certificadas”, por lo que se debería invertir en mejorarlas, pues estiman que sólo el 30% de ellas tiene buen estándar. Así, por ejemplo, en la Región Metropolitana, los tramos de Lyon, Rosas o Miguel Claro destacan por su buena infraestructura, mientras que los de Santa Isabel deberían recibir mejoras .
Además, Ocares enfatiza que con la norma se deberán crear “zonas de adelantamiento” o espacios demarcados en la primera línea de las calles, frente a los semáforos, para que los ciclistas y motociclistas puedan partir antes que el resto de los vehículos, lo que evitaría colisiones. Además, la ley obliga que los conductores mantengan una distancia de 1,5 metros con todo tipo de rodados al momento de adelantarlos.
Karina Muñoz, de la organización Conciencia Vial, entidad que ha solicitado la pronta publicación de la legislación, explica que “vemos que la calle es un riesgo. Creció el parque automotor y la ley no se modernizó, por lo que hay un caos en el transporte del país”.
Alejandro Tirachini, académico del área transportes de Ingeniería de la U. de Chile, añade que esta norma es clave, pero que al no aprobarse la reducción de velocidad en ciudades de 60 a 50 kilómetros por hora, “esta ley quedó sin el elemento más importante, lo que debe ser revertido”. Explica que cuando el tráfico vehicular funciona a alta velocidad, se produce una externalidad denominada “inhibición” de las personas a ocupar las calles, por temor a ser víctima de un accidente: “Esto trae una mala calidad de vida. Es diferente vivir en contacto con la ciudad”. Por ello, rescata que la norma trae aspectos como la creación de “zonas de calma” en los barrios donde los vehículos deberán circular a un máximo de 20, 30 o 40 km/h.
¿Quién financia las obras que se requieren para demarcar los espacios? Tirachini dice que esto no está claro, pero que se deberá invertir en ciclovías certificadas, paisajismo y señalética especial en las vías. Por ahora, el Ministerio de Vivienda posee un plan de construcción de ciclovías de alto estándar, que se han implementado en diversas comunas.
Fuente: La Tercera, Miércoles 11 de abril de 2018