Domingo, Diciembre 22, 2024

La más crítica de las infraestructuras: el agua y su desalación en el desierto

SOY ANTOFAGASTA – La explicación oficial en un principio sonaba como una broma y la incredulidad creció junto con la alarma, mientras varias generaciones recordaron aquellos tiempos de los cortes diarios, los camiones aljibes y los estanques sobre los techos.

Que una ciudad con más de 450 mil habitantes dependa casi en 80% de una planta desaladora ubicada en el extremo norte de la urbe, implicó junto con los obvios beneficios, varios riesgos que en su momento fueron planteados por autoridades, políticos, académicos y la comunidad en general.

En esa línea de acción, tres investigadores de la Universidad de Antofagasta comparten sus miradas sobre esta emergencia, aportando desde sus áreas de estudio, más información relevante no sólo para la realidad de la capital minera, sino que también, para otras ciudades costeras con plantas desaladoras.

Edward Fuentealba Vidal. Académico Departamento de Ingeniería Eléctrica y director del Centro de Desarrollo Energético de la UA (CDEA)

“Frente a esta emergencia, debemos preguntarnos si ¿existía un grupo de generación de emergencia? ¿Cuánto cubría este grupo de generación? ¿Por qué no operó? ¿Por qué no existía otro punto de conexión eléctrico redundante a la desaladora? ¿Por qué se estaba trabajando en zonas de líneas soterradas? ¿Estaba demarcada la zona?”, plantea el investigador.

Si bien en el proceso de investigación deberán aclararse las causas reales de la falla y sus impactos económicos y sociales para la población, el doctor Fuentealba plantea que “se debe revisar si la normativa considera la obligación, para la infraestructura crítica, de tener una doble alimentación eléctrica, en caso de no existir esta obligación, debería modificarse la normativa de manera urgente para que quienes operan esta infraestructura realicen las inversiones necesarias”.

La energía fotovoltaica desconectada de la red -plantea el académico- podría ser una solución “no obstante, tiene un precio elevado en comparación a la energía suministrada por la distribuidora de energía eléctrica. Por eso, debemos reflexionar ¿qué precio tendría la energía y el agua en situaciones de pérdida de suministro por catástrofes naturales?”, concluye.

Jorge Van Den Bosch F. Director Centro de Ingeniería en Mitigación de Catástrofes UA.
“En general las instalaciones industriales elaboran sus propios planos de riesgo de tsunami.

Estos planos los actualizan conforme los expertos mejoran sus técnicas y conocimientos de estos eventos. Respecto de la desaladora de Antofagasta, no sabemos si tienen estos estudios o si están actualizado. Por otra parte, no existe una normativa expresa sobre códigos de construcción tsunami-resistente, así como lo hay para construcciones de edificios”, señala el experimentado académico e investigador de la UA.

Se debe considerar que la planta desaladora, se encuentra muy próxima a la costa, entre las cotas 5 y 25 msnm aproximadamente.

“La primera mirada nos dice que las instalaciones más bajas podrían sufrir daños en un eventual tsunami, pero probablemente serían las tuberías que se adentran en el mar las más dañadas pues deberían soportar una carga por corrientes laterales muy fuertes, sobre todo cuando el tsunami recoge el mar. Lo anterior, se puede replicar en otras industrias ubicadas en el borde costero”, plantea.

Mega Terremoto
Ante la consulta sobre qué pasaría de producirse el anunciado mega terremoto (sobre 8 grados) en el norte de Chile, el investigador sostiene que las plantas construidas con normas sísmicas severas podrían resistir las sacudidas, sufriendo daños menores que no impedirían su funcionamiento total.

Carlos Riquelme Salamanca. Académico y director del Centro de Bioinnovación de la Universidad de Antofagasta (CBIA)

Otro riesgo que puede afectar el normal funcionamiento de una planta desaladora es la floración de microalgas toxicas donde captan el agua de mar. Si bien durante el proceso existen filtros, estos pueden fallar en algún momento. “Las microalgas son muy pequeñas, hablamos de algunas micras de tamaño, por eso, es posible que los filtros actuales no las detengan e ingresen a los sistemas y que, por lo tanto, afecten el normal funcionamiento de estas instalaciones”, sostiene el doctor Riquelme.

El académico señala que el tema aún está en investigación, de hecho, el Centro de Bioinnovación (CBIA) realiza estudios en la bahía San Jorge junto a científicos japoneses con el fin de adelantarse y detectar a tiempo la aparición de esas microalgas. Este estudio, si bien se orienta a la detección precoz de la Marea Rojas, podría arrojar información valiosa para las desaladoras.

Una solución para evitar este riesgo -plantea el investigador de la UA- es poner las captaciones más lejos de la costa en zonas donde hay menos fitoplancton. “Pero eso tendría un costo muy alto para la industria de la desalación. De igual manera, estamos investigando para mitigar el avance de biofouling en el sistema de osmosis inversa, pues las microalgas pueden colonizar y tapar los filtros”, explica el científico.

Aporte
A estas tres miradas científicas desde la Universidad de Antofagasta, se podría sumar una más y que no excluye a otros procesos industriales. Hablamos de los ataques de piratas cibernéticos a los sistemas informáticos y que provocan desde paralizaciones parciales a estados críticos en la producción, como ocurrió recientemente en algunos puertos de Australia.

La desalación es presente y futuro, siendo hoy el proceso industrial más importante para asegurar la vida de millones de personas en el planeta.

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Fuente: Soy Antofagasta, Lunes 18 de Diciembre de 2023

SOY ANTOFAGASTA – La explicación oficial en un principio sonaba como una broma y la incredulidad creció junto con la alarma, mientras varias generaciones recordaron aquellos tiempos de los cortes diarios, los camiones aljibes y los estanques sobre los techos.

Que una ciudad con más de 450 mil habitantes dependa casi en 80% de una planta desaladora ubicada en el extremo norte de la urbe, implicó junto con los obvios beneficios, varios riesgos que en su momento fueron planteados por autoridades, políticos, académicos y la comunidad en general.

En esa línea de acción, tres investigadores de la Universidad de Antofagasta comparten sus miradas sobre esta emergencia, aportando desde sus áreas de estudio, más información relevante no sólo para la realidad de la capital minera, sino que también, para otras ciudades costeras con plantas desaladoras.

Edward Fuentealba Vidal. Académico Departamento de Ingeniería Eléctrica y director del Centro de Desarrollo Energético de la UA (CDEA)

“Frente a esta emergencia, debemos preguntarnos si ¿existía un grupo de generación de emergencia? ¿Cuánto cubría este grupo de generación? ¿Por qué no operó? ¿Por qué no existía otro punto de conexión eléctrico redundante a la desaladora? ¿Por qué se estaba trabajando en zonas de líneas soterradas? ¿Estaba demarcada la zona?”, plantea el investigador.

Si bien en el proceso de investigación deberán aclararse las causas reales de la falla y sus impactos económicos y sociales para la población, el doctor Fuentealba plantea que “se debe revisar si la normativa considera la obligación, para la infraestructura crítica, de tener una doble alimentación eléctrica, en caso de no existir esta obligación, debería modificarse la normativa de manera urgente para que quienes operan esta infraestructura realicen las inversiones necesarias”.

La energía fotovoltaica desconectada de la red -plantea el académico- podría ser una solución “no obstante, tiene un precio elevado en comparación a la energía suministrada por la distribuidora de energía eléctrica. Por eso, debemos reflexionar ¿qué precio tendría la energía y el agua en situaciones de pérdida de suministro por catástrofes naturales?”, concluye.

Jorge Van Den Bosch F. Director Centro de Ingeniería en Mitigación de Catástrofes UA.
“En general las instalaciones industriales elaboran sus propios planos de riesgo de tsunami.

Estos planos los actualizan conforme los expertos mejoran sus técnicas y conocimientos de estos eventos. Respecto de la desaladora de Antofagasta, no sabemos si tienen estos estudios o si están actualizado. Por otra parte, no existe una normativa expresa sobre códigos de construcción tsunami-resistente, así como lo hay para construcciones de edificios”, señala el experimentado académico e investigador de la UA.

Se debe considerar que la planta desaladora, se encuentra muy próxima a la costa, entre las cotas 5 y 25 msnm aproximadamente.

“La primera mirada nos dice que las instalaciones más bajas podrían sufrir daños en un eventual tsunami, pero probablemente serían las tuberías que se adentran en el mar las más dañadas pues deberían soportar una carga por corrientes laterales muy fuertes, sobre todo cuando el tsunami recoge el mar. Lo anterior, se puede replicar en otras industrias ubicadas en el borde costero”, plantea.

Mega Terremoto
Ante la consulta sobre qué pasaría de producirse el anunciado mega terremoto (sobre 8 grados) en el norte de Chile, el investigador sostiene que las plantas construidas con normas sísmicas severas podrían resistir las sacudidas, sufriendo daños menores que no impedirían su funcionamiento total.

Carlos Riquelme Salamanca. Académico y director del Centro de Bioinnovación de la Universidad de Antofagasta (CBIA)

Otro riesgo que puede afectar el normal funcionamiento de una planta desaladora es la floración de microalgas toxicas donde captan el agua de mar. Si bien durante el proceso existen filtros, estos pueden fallar en algún momento. “Las microalgas son muy pequeñas, hablamos de algunas micras de tamaño, por eso, es posible que los filtros actuales no las detengan e ingresen a los sistemas y que, por lo tanto, afecten el normal funcionamiento de estas instalaciones”, sostiene el doctor Riquelme.

El académico señala que el tema aún está en investigación, de hecho, el Centro de Bioinnovación (CBIA) realiza estudios en la bahía San Jorge junto a científicos japoneses con el fin de adelantarse y detectar a tiempo la aparición de esas microalgas. Este estudio, si bien se orienta a la detección precoz de la Marea Rojas, podría arrojar información valiosa para las desaladoras.

Una solución para evitar este riesgo -plantea el investigador de la UA- es poner las captaciones más lejos de la costa en zonas donde hay menos fitoplancton. “Pero eso tendría un costo muy alto para la industria de la desalación. De igual manera, estamos investigando para mitigar el avance de biofouling en el sistema de osmosis inversa, pues las microalgas pueden colonizar y tapar los filtros”, explica el científico.

Aporte
A estas tres miradas científicas desde la Universidad de Antofagasta, se podría sumar una más y que no excluye a otros procesos industriales. Hablamos de los ataques de piratas cibernéticos a los sistemas informáticos y que provocan desde paralizaciones parciales a estados críticos en la producción, como ocurrió recientemente en algunos puertos de Australia.

La desalación es presente y futuro, siendo hoy el proceso industrial más importante para asegurar la vida de millones de personas en el planeta.

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Fuente: Soy Antofagasta, Lunes 18 de Diciembre de 2023

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