ESTRATEGIA – Las ciudades son organismos vivos, en constante evolución y transformación. A lo largo de su historia, van dejando huellas que marcan su identidad y definen su carácter. Entre estas huellas, destacan los hitos urbanos, esas obras de infraestructura que no solo cumplen una función práctica, sino que también se convierten en símbolos de la ciudad, en puntos de encuentro y orgullo para sus habitantes.
Monumentos como la Catedral Metropolitana de Santiago, costaneras como la de Valdivia, muelles históricos como el de Antofagasta o parques emblemáticos como el de la Familia y el inundable Víctor Jara, son ejemplos de cómo la infraestructura puede trascender su rol utilitario y generar identidad, fomentan el arraigo y el sentido de pertenencia a una comunidad, y se convierten en escenarios de la vida cotidiana, donde se celebran eventos, se comparten historias y se construye memoria colectiva.
Un caso paradigmático de infraestructura que ha trascendido su función original es el Metro de Santiago. Reconocido internacionalmente por su extensión, calidad y eficiencia, este sistema de transporte no solo ha transformado la movilidad urbana, sino que también se ha convertido en un ícono de la ciudad, que refleja el desarrollo y la modernidad de nuestra capital.
Los grandes proyectos no solo tiene la capacidad de cohesionar a una comunidad, sino que también puede ser un motor de desarrollo. La construcción de parques, playas artificiales como la de Villarrica y otras obras públicas no solo genera nuevos espacios de esparcimiento y recreación, sino que también dinamiza la economía local, fomenta el turismo y mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
En este sentido, cabe destacar la labor del Ministerio de Obras Públicas y su Dirección de Arquitectura, quienes juegan un rol fundamental en la protección, conservación y puesta en valor del patrimonio cultural de Chile. A través de diversos programas y proyectos, estas entidades trabajan incansablemente para preservar las obras de infraestructura que han marcado la historia del país, y para crear nuevos hitos urbanos que sean orgullo para las futuras generaciones.
Sin embargo, es importante recordar que Chile es un país vulnerable a desastres, naturales y por acción humana, los cuales han provocado la pérdida irreparable de una parte importante de nuestro patrimonio. Esta realidad nos llama a redoblar los esfuerzos por proteger las obras existentes, y a ser cuidadosos al momento de planificar y construir nueva infraestructura habilitante para el desarrollo de los distintos territorios, que se transformen en nuevos hitos de nuestras ciudades.
Debemos ser conscientes de que la infraestructura no solo es cemento y acero, sino que también es parte de nuestra identidad, de la memoria colectiva y de nuestro futuro como nación. Cuidar el patrimonio significa preservar nuestra historia, fortalecer nuestras comunidades y construir un futuro más próspero y sostenible para todos.
Antonia Bordas
Geógrafa
Paulo Muñoz
Cientista político
Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI).
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Fuente: Estrategia, Viernes 24 de Mayo de 2024