Lunes, Noviembre 25, 2024

La educación ambiental y Biobío

LA TRIBUNA – Cada 26 de enero, se conmemora el Día Mundial de la Educación Ambiental, instando a propiciar cambios y conductas hacia nuestro entorno, con énfasis en hábitos de protección y conservación de nuestros recursos naturales, generosos en nuestra región del Biobío.

El origen de fecha data del año 1975, al realizarse en Belgrado, el Seminario Internacional de Educación Ambiental.

En su anterior discurso, el secretario general de la ONU, António Gutérres advertía sobre la crisis climática, no dudando en calificarla en más duradera y letal que el Covid-19. “El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el cambio climático ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de acción continua”, afirmaba enérgico en esta fecha de 2020, el secretario general de Naciones Unidas (ONU), al presentar el informe mundial sobre el clima.

Dicho documento alertó sobre el continuo aumento de la temperatura, la fusión de los hielos (tanto en el Ártico como en la Antártida), el aumento de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el incremento del nivel del mar. De continuar el cambio climático, la ONU advirtió graves impactos socioeconómicos, en la salud, desplazamientos forzados y crisis alimentarias, situación que se suma a los efectos que derivan en medio de la actual pandemia.

En el caso de nuestra provincia, la riqueza se sustenta en nuestros recursos hídricos, con un prolongado déficit que se arrastra por años, en los ríos de la Región del Biobío y del país, especialmente en la zona norte.

Según el último reporte de la Dirección General de Aguas, en términos globales, hay 10% más de agua en los embalses, y aquellos con mayor capacidad como Colbún, la Laguna del Maule y el Lago Laja también han crecido en este período en un 28, 36 y 33%.

Los embalses que se ubican entre las regiones Metropolitana y del Biobío han experimentado un aumento del 16% del volumen acumulado desde que comenzó la Temporada de Riego el 1 de septiembre pasado. En parte por los deshielos y también por una mejor gestión hídrica, cita el reporte de la DGA para graficar el mejoramiento de los niveles del recurso hídrico.

En paralelo, nuestra región se suma a dos importantes iniciativas contra el cambio climático, como parte del programa nacional Reacciona por el Clima, y del Nuevo sello Calidad de leña, que actualmente mantiene vigente la segunda convocatoria impulsada por el Ministerio de Energía a través de la Agencia de Sostenibilidad Energética, con un total de 273 cupos a nivel nacional, distribuidos en las 8 regiones desde O’Higgins hasta Aysén.

Aunque en la provincia de Biobío por ahora estamos lejos de las bajas temperaturas, sí podemos comenzar a proyectarnos con la debida anticipación a los meses de mayor contaminación por efecto del uso masivo de la leña en estufas, cocinas y chimeneas. En este caso, a través de una iniciativa que apunta a destacar a comercializadores cuyo proceso de producción de leña permite generar un producto de calidad, y contempla distintas iniciativas para ir resolviendo el problema que genera la contaminación producida por la leña húmeda en la calefacción de los hogares.

El seremi de Energía, Mauricio Henríquez, recalcó que “queremos convocar a este segundo llamado para el Nuevo Sello Calidad de Leña, porque es indispensable contar con información sobre la calidad de la leña que se comercializa y que los consumidores puedan preferir a dichos comercializadores”.

El sello se encuentra dirigido a comerciantes de leña ubicados en las regiones de O´Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén.

Se están haciendo esfuerzos, tanto desde el ámbito de la educación como desde la perspectiva de la implementación de programas ad-hoc. Es una labor, importante, sin duda. Sin embargo, ciertamente que se debe hacer mucho mayor para internalizar los conceptos de respeto y cuidado del entorno, del único que tenemos para vivir.

Ver artículo

Fuente: La Tribuna, Martes 26 de Enero de 2021

LA TRIBUNA – Cada 26 de enero, se conmemora el Día Mundial de la Educación Ambiental, instando a propiciar cambios y conductas hacia nuestro entorno, con énfasis en hábitos de protección y conservación de nuestros recursos naturales, generosos en nuestra región del Biobío.

El origen de fecha data del año 1975, al realizarse en Belgrado, el Seminario Internacional de Educación Ambiental.

En su anterior discurso, el secretario general de la ONU, António Gutérres advertía sobre la crisis climática, no dudando en calificarla en más duradera y letal que el Covid-19. “El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales, pero el cambio climático ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de acción continua”, afirmaba enérgico en esta fecha de 2020, el secretario general de Naciones Unidas (ONU), al presentar el informe mundial sobre el clima.

Dicho documento alertó sobre el continuo aumento de la temperatura, la fusión de los hielos (tanto en el Ártico como en la Antártida), el aumento de emisiones de dióxido de carbono (CO2) y el incremento del nivel del mar. De continuar el cambio climático, la ONU advirtió graves impactos socioeconómicos, en la salud, desplazamientos forzados y crisis alimentarias, situación que se suma a los efectos que derivan en medio de la actual pandemia.

En el caso de nuestra provincia, la riqueza se sustenta en nuestros recursos hídricos, con un prolongado déficit que se arrastra por años, en los ríos de la Región del Biobío y del país, especialmente en la zona norte.

Según el último reporte de la Dirección General de Aguas, en términos globales, hay 10% más de agua en los embalses, y aquellos con mayor capacidad como Colbún, la Laguna del Maule y el Lago Laja también han crecido en este período en un 28, 36 y 33%.

Los embalses que se ubican entre las regiones Metropolitana y del Biobío han experimentado un aumento del 16% del volumen acumulado desde que comenzó la Temporada de Riego el 1 de septiembre pasado. En parte por los deshielos y también por una mejor gestión hídrica, cita el reporte de la DGA para graficar el mejoramiento de los niveles del recurso hídrico.

En paralelo, nuestra región se suma a dos importantes iniciativas contra el cambio climático, como parte del programa nacional Reacciona por el Clima, y del Nuevo sello Calidad de leña, que actualmente mantiene vigente la segunda convocatoria impulsada por el Ministerio de Energía a través de la Agencia de Sostenibilidad Energética, con un total de 273 cupos a nivel nacional, distribuidos en las 8 regiones desde O’Higgins hasta Aysén.

Aunque en la provincia de Biobío por ahora estamos lejos de las bajas temperaturas, sí podemos comenzar a proyectarnos con la debida anticipación a los meses de mayor contaminación por efecto del uso masivo de la leña en estufas, cocinas y chimeneas. En este caso, a través de una iniciativa que apunta a destacar a comercializadores cuyo proceso de producción de leña permite generar un producto de calidad, y contempla distintas iniciativas para ir resolviendo el problema que genera la contaminación producida por la leña húmeda en la calefacción de los hogares.

El seremi de Energía, Mauricio Henríquez, recalcó que “queremos convocar a este segundo llamado para el Nuevo Sello Calidad de Leña, porque es indispensable contar con información sobre la calidad de la leña que se comercializa y que los consumidores puedan preferir a dichos comercializadores”.

El sello se encuentra dirigido a comerciantes de leña ubicados en las regiones de O´Higgins, Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos, Los Lagos y Aysén.

Se están haciendo esfuerzos, tanto desde el ámbito de la educación como desde la perspectiva de la implementación de programas ad-hoc. Es una labor, importante, sin duda. Sin embargo, ciertamente que se debe hacer mucho mayor para internalizar los conceptos de respeto y cuidado del entorno, del único que tenemos para vivir.

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Fuente: La Tribuna, Martes 26 de Enero de 2021

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