Viernes, Noviembre 22, 2024

Jóvenes elaboran propuestas acerca de la infraestructura del futuro

CPI – La iniciativa “Miradas que construyen futuro” -integrada por profesionales de distintos ámbitos, todos ellos de menos de 30 años- concluyó que la participación ciudadana y tener a las personas como centro, son temas esenciales para legitimar los proyectos que se realicen en los próximos años.

Mejorar las condiciones actuales y elevar la calidad de vida de la comunidad en la que se inserta, son algunos de los requisitos esenciales a cumplir por la infraestructura del futuro. Así lo concluyeron un grupo de jóvenes convocados por el Consejo de Políticas de Infraestructura, en su programa de innovación “Miradas que construyen futuro”.

La iniciativa se desarrolló durante un año y se enfocó en generar un espacio propositivo y de discusión para un grupo de jóvenes -de Santiago y regiones, de carreras afines a la infraestructura como arquitectura, ingeniería, construcción civil, economía, políticas públicas y derecho, entre otras-acerca de la infraestructura que necesita el país en el nuevo escenario post pandemia y con proyección en el largo plazo.

“Esta iniciativa aspira a refrescar la mirada y dar cabida a visiones innovadoras y de avanzada respecto de la manera en que se hace infraestructura en nuestro país, especialmente en un escenario futuro en el que la forma tradicional de desarrollar proyectos públicos y privados probablemente se modifique para responder a las necesidades de la ciudadanía post pandemia y estallido social, y en el cual los presupuestos pueden estar más acotados”, explica el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz.

En este nuevo contexto, los resultados del programa -que se plasmaron en un libro que será lanzado este jueves 18 de marzo- relevaron a la participación ciudadana como uno de los ejes clave. A juicio de los participantes, “cada proyecto de infraestructura pública debe asegurar en sí mismo ser elegido, diseñado y priorizado por la ciudadanía de acuerdo a sus necesidades”.

Agrega el documento que, para que esta participación sea efectiva se debe planificar el proceso estratégicamente, con el fin de que no sea solamente una intención, sino que se realice de forma organizada y transparente, y generar mayor educación cívica para que la ciudadanía pueda opinar, incidir y cuestionar los proyectos que se le presenten.

Otro punto que deberá estar presente en el diseño de las obras a futuro es la integración, entendida como un requisito base para generar una propuesta integral y no sectorialista. “Esto considera la importancia de trabajar de forma más coordinada entre los diversos organismos públicos, con el fin de conseguir esa visión integradora que contemple todos los aspectos propios de un proyecto de infraestructura”, señala el libro.

En esta línea, destacan propuestas concretas como impulsar equipos técnicos multidisciplinarios que junto con representantes de la comunidad se involucren en el diseño de los proyectos de infraestructura; generar incentivos a las infraestructuras con más de un uso, sociales y ecológicos y profundizar en la infraestructura pública inclusiva que potencie y facilite el día a día de los ciudadanos.

Un rol relevante que debe cumplir la infraestructura es el de promover la equidad. En este sentido, se enfatiza la necesidad de transitar de un estándar mínimo en infraestructura social hacia un “estándar digno viable”, poniendo el foco en favorecer a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad social.

“Creemos que las infraestructuras deben promover la interacción social, ser elementos de corrección de las desigualdades y promotores de progreso social”, se puntualiza en el libro.

Descentralización y largo plazo

También los jóvenes analizaron cómo la infraestructura puede apoyar el proceso de descentralización, afirmando que el diseño de las ciudades regionales debe realizarse localmente y pensar las inversiones de infraestructura desde una perspectiva territorial. De esta manera, las obras públicas podrían permitir al país abordar las disparidades territoriales y desarrollar proyectos de infraestructura que puedan mejorar la conectividad, el acceso a los servicios y la comunicación, maximizando el potencial de las zonas urbanas y rurales.

Finalmente, el texto pone énfasis en lo esencial que resulta la mirada de largo plazo en materia de infraestructura. Para abordarlo con éxito, se propone crear una institución transversal que perdure más allá de los gobiernos y que coordine todos los esfuerzos en esta línea.

“Sin duda, las infraestructuras tienen un impacto en el largo plazo y sus tiempos de gestación y análisis necesitan de una enorme rigurosidad. Sin embargo, los ciclos políticos y económicos varían en períodos cortos, lo que es una amenaza para el buen avance de las infraestructuras”, concluye el libro.

Ver Libro

Fuente: CPI, Martes 23 de Marzo de 2021

CPI – La iniciativa “Miradas que construyen futuro” -integrada por profesionales de distintos ámbitos, todos ellos de menos de 30 años- concluyó que la participación ciudadana y tener a las personas como centro, son temas esenciales para legitimar los proyectos que se realicen en los próximos años.

Mejorar las condiciones actuales y elevar la calidad de vida de la comunidad en la que se inserta, son algunos de los requisitos esenciales a cumplir por la infraestructura del futuro. Así lo concluyeron un grupo de jóvenes convocados por el Consejo de Políticas de Infraestructura, en su programa de innovación “Miradas que construyen futuro”.

La iniciativa se desarrolló durante un año y se enfocó en generar un espacio propositivo y de discusión para un grupo de jóvenes -de Santiago y regiones, de carreras afines a la infraestructura como arquitectura, ingeniería, construcción civil, economía, políticas públicas y derecho, entre otras-acerca de la infraestructura que necesita el país en el nuevo escenario post pandemia y con proyección en el largo plazo.

“Esta iniciativa aspira a refrescar la mirada y dar cabida a visiones innovadoras y de avanzada respecto de la manera en que se hace infraestructura en nuestro país, especialmente en un escenario futuro en el que la forma tradicional de desarrollar proyectos públicos y privados probablemente se modifique para responder a las necesidades de la ciudadanía post pandemia y estallido social, y en el cual los presupuestos pueden estar más acotados”, explica el director ejecutivo del CPI, Carlos Cruz.

En este nuevo contexto, los resultados del programa -que se plasmaron en un libro que será lanzado este jueves 18 de marzo- relevaron a la participación ciudadana como uno de los ejes clave. A juicio de los participantes, “cada proyecto de infraestructura pública debe asegurar en sí mismo ser elegido, diseñado y priorizado por la ciudadanía de acuerdo a sus necesidades”.

Agrega el documento que, para que esta participación sea efectiva se debe planificar el proceso estratégicamente, con el fin de que no sea solamente una intención, sino que se realice de forma organizada y transparente, y generar mayor educación cívica para que la ciudadanía pueda opinar, incidir y cuestionar los proyectos que se le presenten.

Otro punto que deberá estar presente en el diseño de las obras a futuro es la integración, entendida como un requisito base para generar una propuesta integral y no sectorialista. “Esto considera la importancia de trabajar de forma más coordinada entre los diversos organismos públicos, con el fin de conseguir esa visión integradora que contemple todos los aspectos propios de un proyecto de infraestructura”, señala el libro.

En esta línea, destacan propuestas concretas como impulsar equipos técnicos multidisciplinarios que junto con representantes de la comunidad se involucren en el diseño de los proyectos de infraestructura; generar incentivos a las infraestructuras con más de un uso, sociales y ecológicos y profundizar en la infraestructura pública inclusiva que potencie y facilite el día a día de los ciudadanos.

Un rol relevante que debe cumplir la infraestructura es el de promover la equidad. En este sentido, se enfatiza la necesidad de transitar de un estándar mínimo en infraestructura social hacia un “estándar digno viable”, poniendo el foco en favorecer a quienes se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad social.

“Creemos que las infraestructuras deben promover la interacción social, ser elementos de corrección de las desigualdades y promotores de progreso social”, se puntualiza en el libro.

Descentralización y largo plazo

También los jóvenes analizaron cómo la infraestructura puede apoyar el proceso de descentralización, afirmando que el diseño de las ciudades regionales debe realizarse localmente y pensar las inversiones de infraestructura desde una perspectiva territorial. De esta manera, las obras públicas podrían permitir al país abordar las disparidades territoriales y desarrollar proyectos de infraestructura que puedan mejorar la conectividad, el acceso a los servicios y la comunicación, maximizando el potencial de las zonas urbanas y rurales.

Finalmente, el texto pone énfasis en lo esencial que resulta la mirada de largo plazo en materia de infraestructura. Para abordarlo con éxito, se propone crear una institución transversal que perdure más allá de los gobiernos y que coordine todos los esfuerzos en esta línea.

“Sin duda, las infraestructuras tienen un impacto en el largo plazo y sus tiempos de gestación y análisis necesitan de una enorme rigurosidad. Sin embargo, los ciclos políticos y económicos varían en períodos cortos, lo que es una amenaza para el buen avance de las infraestructuras”, concluye el libro.

Ver Libro

Fuente: CPI, Martes 23 de Marzo de 2021

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