Miércoles, Noviembre 20, 2024

Javier Tapia, de la Asociación de Transmisoras: “No tenemos en Chile un concepto estándar de lo que es resiliencia en el sector. En eso estamos trabajando”

PAÍS CIRCULAR – El Director Ejecutivo de la Asociación Transmisoras de Chile será uno de los panelistas nacionales de la Séptima Semana del Clima, que comienza esta tarde y durante cuatro días abordará diversos temas en torno al lema “Conectando la transición energética de nuestra región”. Tapia, quien integrará el panel “Riesgos físicos asociados con Infraestructura”, relevará la necesidad de impulsar inversiones que permitan generar las condiciones para desarrollar más infraestructura de transmisión de energía resilientes al impacto del cambio climático. En conversación con País Circular, el representante del gremio ahondó además en las iniciativas que impulsa la asociación para modernizar la gestión de crisis ambientales.

Con la presencia de la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y del Asesor del Secretario Ejecutivo en OLADE, Medardo Cadena, se dará hoy el vamos a la Séptima Semana del Clima “Conectando la transición energética de nuestra región”, organizada por País Circular y con el auspicio de ISA Interchile. Este año el encuentro anual a realizarse en el Centro de Estudios Avanzados y Extensión-CEA de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, será la instancia para abordar las claves de una infraestructura de transmisión eléctrica más resiliente al impacto del cambio climático, convocando a más de 40 connotados panelistas nacionales y extranjeros quienes serán parte de esta nueva edición que se extenderá hasta este viernes 30 de agosto, culminando con una actividad de reforestación simbólica en la comuna de Puente Alto.

En la cita, ISA Interchile dará a conocer el estudio “Adaptación al Cambio Climático de Interchile. Un aporte desde la infraestructura de transmisión energética”, elaborado en colaboración con el Centro de Cambio Global UC y con apoyo del Centro de Energía UC. Será la temática central del evento cuyas bajadas serán abordadas en los siete paneles que se encuentran contemplados hasta el jueves 29 de agosto.

Al panel “Riesgos físicos asociados con Infraestructura” que presentarán el miércoles 28 de agosto los investigadores asociados del Centro de Cambio Global UC Horacio Gilabert y Jorge Gironás, está invitado Javier Tapia, Director Ejecutivo de la Asociación Transmisoras de Chile, quien en esta entrevista con País Circular profundiza en los esfuerzos del sector por avanzar hacia una industria que se adelanta a posibles escenarios climáticos extremos buscando ser proactiva en la protección de su infraestructura de transmisión.

-¿Qué asuntos relevará la Asociación de Transmisoras de Chile en la 7ª Semana del Clima desde su visión de cómo avanzar hacia una infraestructura más resiliente al cambio climático?

Un primer tema que hemos venido trabajando desde hace bastante tiempo es darle a la infraestructura la importancia que tiene para efectos de transportar la energía limpia desde los lugares donde se produce hasta los lugares donde se consume. Necesitamos más y mejor infraestructura, necesitamos ocupar lo que tenemos de una mejor manera y desarrollar infraestructura nueva. El segundo tema es la resiliencia en sí misma, primero como objetivo relativamente novedoso dentro de la infraestructura. Hoy día está lloviendo donde antes no llovía, se están produciendo fenómenos climáticos que efectivamente están afectando a la infraestructura. El invierno pasado tuvimos crecidas de ríos que se llevaron torres, los problemas de los incendios que hemos tenido recientemente, incluso las diferencias de temperatura. Todo eso va a afectando el buen uso de la infraestructura existente que está planificada, por ejemplo, para trabajar con ciertas temperaturas y hoy esas temperaturas son muchísimo más altas, por lo tanto, se transporta menos energía y todo eso produce consecuencias en el sistema. Entonces, no podemos estar esperando que, con las mismas condiciones con las que trabajamos hoy, seamos resilientes. Necesitamos nueva inversión para que la infraestructura se comporte mejor con las nuevas condiciones climáticas.

-¿Cuál sería el cuello de botella que no está permitiendo avanzar en esa dirección?

Hay dos cosas. Esto es totalmente planificado, el Estado es el que remunera y decide más o menos cuánto se va a invertir en este sector de transmisión. El Estado decide dónde se construye la infraestructura, cuándo hay que construirla, bajo qué características, es súper centralizada la planificación. Más que cuello de botella, se necesita que el Estado reconozca la resiliencia como uno de los objetivos centrales hoy día y, por lo tanto, reconozca que se requieren estas nuevas inversiones. Que no es solo una línea, sino una línea bajo ciertas condiciones de redundancia, sobre todo, para efectos de proteger toda la infraestructura frente a los fenómenos del cambio climático.

Esa inversión extra normalmente va a tarifa y lo que se trata de evitar es que las tarifas suban muchísimo más. Cuando uno lo empieza a mirar en el detalle, la transmisión tiene un peso muy pequeño dentro de la tarifa, alrededor de un 10%. Entonces con pequeños incrementos de modo que no afectan grandemente, sí afectan a nivel macro muy positivamente todo lo que es la protección de la infraestructura. Lo segundo es que eso hay que acomodarlo a metodologías en particular. La metodología tiene como objetivo la protección, la seguridad, entre varios otros. Uno es la resiliencia, hoy día está mencionado y, por lo tanto, existe la posibilidad de hacer estas inversiones legalmente hablando, pero lo que sí necesita es cambiar la forma en que estamos calculando las cosas para poder tener en consideración la resiliencia. Hoy se ocupan metodologías antiguas que no consideran la resiliencia dentro de la planificación y necesitamos que eso se ponga un poco al día. Estamos trabajando en algunas propuestas, que van es esa línea.

-¿Va a adelantar algo de este trabajo en la Séptima Semana del Clima?

Más allá de una metodología en particular, puedo adelantar que estamos trabajando en propuestas de esto. No tenemos las propuestas aún como para anunciarlas, pero sí que estamos en algo bien específico y que lo vamos a presentar prontamente. Lo que sí estamos terminando y podemos ir adelantando, es un estudio sobre necesidades de transmisión hacia el futuro. Trabajamos con la Universidad de Chile por segunda vez, ya que la vez anterior nos hicieron un estudio de necesidades de lo poco que se había construido en relación a lo que debió haberse construido. Entonces, lo que estamos haciendo ahora es trabajar en qué necesitamos del 2025 al 2040, pensando en ese horizonte. Es algo que estamos también concluyendo.

-¿Qué análisis más profundo hace de los riesgos que está enfrentando la industria producto de los efectos del cambio climático en zonas donde operan proyectos de gran alcance?

Los cables, al igual que los cables que uno ve en la ciudad, con más calor se guatean y eso significa que transportan menos energía. Un ejemplo concreto de cómo nos está afectando el cambio climático es Chillán; uno planifica una línea para 35 grados, pero Chillán está registrando 40 grados en el verano, lo que quiere decir que se puede transportar mucho menos energía para la cual estaba planificada esa línea.

Por lo tanto, infraestructura que fue planificada hace diez o quince años y que está operando en plenitud, no está preparada para esas condiciones de 40 grados y a eso hay que hacerle un update, mejoras para que podamos seguir utilizando esa infraestructura con la misma capacidad para la cual pensamos que iba a ser utilizada. Esas son condiciones normales que se dan en varios lugares de Chile, pero lo otro son las condiciones extremas que ya se empiezan a enfrentar: tormentas de arena en subestaciones que provocan problemas y, por lo tanto, hay que empezar a cuidar la infraestructura de eso. Está también el problema de los incendios que ha sido bien terrible como todos sabemos. (…) Se provocan temas de transmisión de energía porque se producen problemas con las aislaciones debido al humo, y se produce un problema con la seguridad del suministro. Tenemos el problema de las inundaciones, todos estos eventos extremos hay que tratar de adelantarse y cuidar la infraestructura no solo para seguridad del sistema, sino de todas las personas.

-¿Cómo evalúa los esfuerzos del sector por hacerse cargo de mitigar el impacto y de prepararse a tiempo frente a distintos escenarios climáticos como inundaciones, mayores vientos, sequía que pueden representar una amenaza para el abastecimiento seguro de energía?

El sector está siendo proactivo, el estudio de Interchile es una muestra de ello, tratar de predecir ciertos fenómenos, dónde vna a afectar más, en qué zonas hay que estar más preparado que otras. No tenemos ni siquiera en Chile un concepto estándar de lo que es resiliencia en el sector. Hay que avanzar desde eso, hay que definir de qué se trata la resiliencia, definir bajo qué parámetros vamos a evaluar esto, y es en lo que estamos trabajando de manera proactiva. Lo que está faltando es una decisión estatal de que mayores inversiones se justifiquen en resiliencia, o sea, una decisión de más inversiones, que están justificadas precisamente por la protección contra los efectos del cambio climático. Y lo otro que está faltando son incentivos a empresas para mejorar lo que está actualmente en uso. Todos esos cambios hoy día si no se reconocen en una tarifa, si no se les reconoce una remuneración, es difícil que se implementen en la medida que se requieren. El rol de la empresa es adelantarse y ponerse al servicio de las capacidades estatales.

-De manera global, el estudio “Adaptación al Cambio Climático de Interchile” destaca la importancia estratégica de desarrollar la infraestructura de transmisión para mejorar la resiliencia y eficiencia del sistema eléctrico en escenarios futuros, pero la generación eléctrica avanza más rápido que la capacidad de transmisión. Como una salida a esta brecha, ¿el gremio está impulsando o dispuesto a llevar una agenda de inversiones más pequeñas para aquellos proyectos, que, por ejemplo, son de carriles adicionales que podrían operar de manera paralela a las grandes líneas de transmisión?

Las empresas siempre están dispuestas a invertir en esto. Han seguido participando en distintos procesos de licitación en la medida que estén bien hechos. En el fondo, alguien tiene que dar el incentivo a que esto ocurra y eso es lo que no ha existido hoy y estamos tratando de impulsar. No es el hecho de que se construya más, sino que construir nueva infraestructura, pero no necesariamente grandes obras, pero todo eso viene de la planificación del Estado, y lo que hemos estado haciendo es que se enriquezca esa planificación. La planificación se hace de manera tradicional, hemos hecho estudios, propuestas concretas y ya estamos llegando a un consenso en cuanto al tipo de cosas que debieran cambiarse y todo eso debiera redundar en que pudiéramos hacer ese tipo de obras.

-¿Qué respuesta han tenido del ministerio de Energía, de las entidades estatales que toman este tipo de decisiones?

Ha sido un poco más lento de lo que ha debido ser. Ocurre bastante que cada vez que salta alguna coyuntura, los esfuerzos se enfocan en tratar esas coyunturas y eso hace muy mal. Hoy tenemos tanta coyuntura en distintas partes, tantos problemas en este sector en distintas cosas que nos estamos olvidando de lo central, que es solucionar los temas de infraestructura en general. No es que haya una mala recepción, simplemente es un asunto de foco y dejamos de mirar lo importante por mirar lo urgente.

-En relación a coyunturas o urgencias, como la reciente crisis en la distribución de energía debido a fuertes vientos, ¿qué lecciones se pueden sacar para la industria en general?

Hay varias conclusiones y aprendizajes, esto pegó en toda la infraestructura en general. A nivel de transmisión tuvimos más de 150 eventos distintos, que implicaron cortes en algunos casos, pero se solucionaron en dos días. La industria de transmisión al menos respondió bastante bien a esta crisis que efectivamente muestra cómo los efectos del cambio climático están impactando de manera totalmente distinta hoy en día. Fue algo totalmente imprevisto, pero todas las empresas que enfrentaron más de 60 eventos diferentes reaccionaron bien.

Una primera lección es que de todos modos se puede reaccionar bien antes estos eventos, ahora cuánto de esto se va a repetir, cuán recurrente van a ser estos eventos, cuánto más grande van a ser estos eventos si tuvimos vientos de 80 kilómetros, o de 120 kilómetros, por qué no vamos a tener de 150 de aquí a un par de años más, y ante eso no sabemos cómo se va a comportar la infraestructura y cuánto van a ser las capacidades. Ahí hay un ejemplo concreto de lo que deberían estar mirando las autoridades y decidirse a crear las condiciones para que se materialice la inversión que nos permita enfrentar este tipo de fenómenos.

Una segunda lección es todo lo que tenemos que trabajar como gremios y como empresas particulares en los temas comunicacionales y de relacionamiento con la gente. Que se entienda que es una infraestructura crucial para nuestras vidas en general y que efectivamente hay que responder muy rápidamente a las necesidades de las personas. Lo tercero es relevar la importancia de la infraestructura de transmisión, o sea esto que ocurrió a nivel local puede ocurrir con dos, tres o cuatro regiones y, por lo tanto, es proteger tomando en cuenta la importancia que tiene cada nivel de infraestructura. La infraestructura de distribución es súper importante porque es la que llega a la casa, uno la ve, es más tangible, pero la infraestructura de transmisión es la que sostiene el sistema, son las verdaderas venas y arterias del sistema y son las que no tienen que cortarse.

-¿Qué valoración otorga a los mecanismos de diálogo con las comunidades, especialmente, en materia de adaptación al cambio climático?

El diálogo con las comunidades es central, a estas alturas nadie puede restarle la importancia que tiene, y lo hemos dicho desde la creación de esta asociación. La consulta y la participación anticipada en los proyectos debiera ser una regla siempre, lo que es distinto de hacer una participación obligatoria, en eso sí no estamos de acuerdo. Las comunidades pueden estar muy a favor de la aplicación de cierto estándar y resulta que el estándar es contrario a la normativa ambiental, por ejemplo. De cara al cambio climático aún creo que hay pega que hacer, hay trabajo de concientizar acerca de la importancia y la necesidad de la infraestructura, de lo difícil que es proteger la infraestructura a eventos como el que vivimos últimamente, de la importancia de hacerle mantenimiento constante y, por lo tanto, hay que dar las facilidades porque muchas no ocurren. Hay una responsabilidad de las empresas de mantener despejadas las franjas de seguridad, hay varias responsabilidades compartidas, pero la que corresponde a la empresa y al Estado también es la de educar en la importancia de esto y en lo difícil que es mantener el buen servicio a diario.

-¿Qué oportunidades visualiza a partir de los riesgos de transición que, según el estudio de la PUC, provienen de cambios regulatorios, condiciones de mercado o reputacionales, donde cualquier afectación que tenga implicaciones no solo en la infraestructura, sino en las personas, recaería sobre el concesionario?

Hay un tema de calidad y de continuidad del servicio que siempre es lo primero, para cualquiera de nosotros un corte de suministro implica una afectación importante en la vida diaria, entonces en la medida que la recuperación de ese servicio sea lo primero, sin importar un poco entre comillas lo que haya que hacer en términos de inversiones, de despliegue de recursos para que esa afectación sea lo más corta posible, debiera ser lo primero. En la medida que logremos internalizar esa idea -y el sector lo tiene bastante internalizado-, y hay que levantar el servicio lo más rápido posible, esa es una primera fortaleza que deberíamos construir y seguir construyendo. Una segunda cuestión es explicar esto, que hay eventos que son imponderables, de fuerza mayor y que nadie puede estar preparado. Entonces, explicar que eso ocurre, que va a seguir ocurriendo y que la única forma en la cual vamos a poder estar preparados es haciendo mayores inversiones es algo en lo que deberíamos colaborar. Es una labor educacional hasta cierto punto y tenemos mucho que decir, pero el Estado también.

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Fuente: País Circular, Martes 27 de Agosto de 2024

PAÍS CIRCULAR – El Director Ejecutivo de la Asociación Transmisoras de Chile será uno de los panelistas nacionales de la Séptima Semana del Clima, que comienza esta tarde y durante cuatro días abordará diversos temas en torno al lema “Conectando la transición energética de nuestra región”. Tapia, quien integrará el panel “Riesgos físicos asociados con Infraestructura”, relevará la necesidad de impulsar inversiones que permitan generar las condiciones para desarrollar más infraestructura de transmisión de energía resilientes al impacto del cambio climático. En conversación con País Circular, el representante del gremio ahondó además en las iniciativas que impulsa la asociación para modernizar la gestión de crisis ambientales.

Con la presencia de la ministra del Medio Ambiente, Maisa Rojas, y del Asesor del Secretario Ejecutivo en OLADE, Medardo Cadena, se dará hoy el vamos a la Séptima Semana del Clima “Conectando la transición energética de nuestra región”, organizada por País Circular y con el auspicio de ISA Interchile. Este año el encuentro anual a realizarse en el Centro de Estudios Avanzados y Extensión-CEA de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, será la instancia para abordar las claves de una infraestructura de transmisión eléctrica más resiliente al impacto del cambio climático, convocando a más de 40 connotados panelistas nacionales y extranjeros quienes serán parte de esta nueva edición que se extenderá hasta este viernes 30 de agosto, culminando con una actividad de reforestación simbólica en la comuna de Puente Alto.

En la cita, ISA Interchile dará a conocer el estudio “Adaptación al Cambio Climático de Interchile. Un aporte desde la infraestructura de transmisión energética”, elaborado en colaboración con el Centro de Cambio Global UC y con apoyo del Centro de Energía UC. Será la temática central del evento cuyas bajadas serán abordadas en los siete paneles que se encuentran contemplados hasta el jueves 29 de agosto.

Al panel “Riesgos físicos asociados con Infraestructura” que presentarán el miércoles 28 de agosto los investigadores asociados del Centro de Cambio Global UC Horacio Gilabert y Jorge Gironás, está invitado Javier Tapia, Director Ejecutivo de la Asociación Transmisoras de Chile, quien en esta entrevista con País Circular profundiza en los esfuerzos del sector por avanzar hacia una industria que se adelanta a posibles escenarios climáticos extremos buscando ser proactiva en la protección de su infraestructura de transmisión.

-¿Qué asuntos relevará la Asociación de Transmisoras de Chile en la 7ª Semana del Clima desde su visión de cómo avanzar hacia una infraestructura más resiliente al cambio climático?

Un primer tema que hemos venido trabajando desde hace bastante tiempo es darle a la infraestructura la importancia que tiene para efectos de transportar la energía limpia desde los lugares donde se produce hasta los lugares donde se consume. Necesitamos más y mejor infraestructura, necesitamos ocupar lo que tenemos de una mejor manera y desarrollar infraestructura nueva. El segundo tema es la resiliencia en sí misma, primero como objetivo relativamente novedoso dentro de la infraestructura. Hoy día está lloviendo donde antes no llovía, se están produciendo fenómenos climáticos que efectivamente están afectando a la infraestructura. El invierno pasado tuvimos crecidas de ríos que se llevaron torres, los problemas de los incendios que hemos tenido recientemente, incluso las diferencias de temperatura. Todo eso va a afectando el buen uso de la infraestructura existente que está planificada, por ejemplo, para trabajar con ciertas temperaturas y hoy esas temperaturas son muchísimo más altas, por lo tanto, se transporta menos energía y todo eso produce consecuencias en el sistema. Entonces, no podemos estar esperando que, con las mismas condiciones con las que trabajamos hoy, seamos resilientes. Necesitamos nueva inversión para que la infraestructura se comporte mejor con las nuevas condiciones climáticas.

-¿Cuál sería el cuello de botella que no está permitiendo avanzar en esa dirección?

Hay dos cosas. Esto es totalmente planificado, el Estado es el que remunera y decide más o menos cuánto se va a invertir en este sector de transmisión. El Estado decide dónde se construye la infraestructura, cuándo hay que construirla, bajo qué características, es súper centralizada la planificación. Más que cuello de botella, se necesita que el Estado reconozca la resiliencia como uno de los objetivos centrales hoy día y, por lo tanto, reconozca que se requieren estas nuevas inversiones. Que no es solo una línea, sino una línea bajo ciertas condiciones de redundancia, sobre todo, para efectos de proteger toda la infraestructura frente a los fenómenos del cambio climático.

Esa inversión extra normalmente va a tarifa y lo que se trata de evitar es que las tarifas suban muchísimo más. Cuando uno lo empieza a mirar en el detalle, la transmisión tiene un peso muy pequeño dentro de la tarifa, alrededor de un 10%. Entonces con pequeños incrementos de modo que no afectan grandemente, sí afectan a nivel macro muy positivamente todo lo que es la protección de la infraestructura. Lo segundo es que eso hay que acomodarlo a metodologías en particular. La metodología tiene como objetivo la protección, la seguridad, entre varios otros. Uno es la resiliencia, hoy día está mencionado y, por lo tanto, existe la posibilidad de hacer estas inversiones legalmente hablando, pero lo que sí necesita es cambiar la forma en que estamos calculando las cosas para poder tener en consideración la resiliencia. Hoy se ocupan metodologías antiguas que no consideran la resiliencia dentro de la planificación y necesitamos que eso se ponga un poco al día. Estamos trabajando en algunas propuestas, que van es esa línea.

-¿Va a adelantar algo de este trabajo en la Séptima Semana del Clima?

Más allá de una metodología en particular, puedo adelantar que estamos trabajando en propuestas de esto. No tenemos las propuestas aún como para anunciarlas, pero sí que estamos en algo bien específico y que lo vamos a presentar prontamente. Lo que sí estamos terminando y podemos ir adelantando, es un estudio sobre necesidades de transmisión hacia el futuro. Trabajamos con la Universidad de Chile por segunda vez, ya que la vez anterior nos hicieron un estudio de necesidades de lo poco que se había construido en relación a lo que debió haberse construido. Entonces, lo que estamos haciendo ahora es trabajar en qué necesitamos del 2025 al 2040, pensando en ese horizonte. Es algo que estamos también concluyendo.

-¿Qué análisis más profundo hace de los riesgos que está enfrentando la industria producto de los efectos del cambio climático en zonas donde operan proyectos de gran alcance?

Los cables, al igual que los cables que uno ve en la ciudad, con más calor se guatean y eso significa que transportan menos energía. Un ejemplo concreto de cómo nos está afectando el cambio climático es Chillán; uno planifica una línea para 35 grados, pero Chillán está registrando 40 grados en el verano, lo que quiere decir que se puede transportar mucho menos energía para la cual estaba planificada esa línea.

Por lo tanto, infraestructura que fue planificada hace diez o quince años y que está operando en plenitud, no está preparada para esas condiciones de 40 grados y a eso hay que hacerle un update, mejoras para que podamos seguir utilizando esa infraestructura con la misma capacidad para la cual pensamos que iba a ser utilizada. Esas son condiciones normales que se dan en varios lugares de Chile, pero lo otro son las condiciones extremas que ya se empiezan a enfrentar: tormentas de arena en subestaciones que provocan problemas y, por lo tanto, hay que empezar a cuidar la infraestructura de eso. Está también el problema de los incendios que ha sido bien terrible como todos sabemos. (…) Se provocan temas de transmisión de energía porque se producen problemas con las aislaciones debido al humo, y se produce un problema con la seguridad del suministro. Tenemos el problema de las inundaciones, todos estos eventos extremos hay que tratar de adelantarse y cuidar la infraestructura no solo para seguridad del sistema, sino de todas las personas.

-¿Cómo evalúa los esfuerzos del sector por hacerse cargo de mitigar el impacto y de prepararse a tiempo frente a distintos escenarios climáticos como inundaciones, mayores vientos, sequía que pueden representar una amenaza para el abastecimiento seguro de energía?

El sector está siendo proactivo, el estudio de Interchile es una muestra de ello, tratar de predecir ciertos fenómenos, dónde vna a afectar más, en qué zonas hay que estar más preparado que otras. No tenemos ni siquiera en Chile un concepto estándar de lo que es resiliencia en el sector. Hay que avanzar desde eso, hay que definir de qué se trata la resiliencia, definir bajo qué parámetros vamos a evaluar esto, y es en lo que estamos trabajando de manera proactiva. Lo que está faltando es una decisión estatal de que mayores inversiones se justifiquen en resiliencia, o sea, una decisión de más inversiones, que están justificadas precisamente por la protección contra los efectos del cambio climático. Y lo otro que está faltando son incentivos a empresas para mejorar lo que está actualmente en uso. Todos esos cambios hoy día si no se reconocen en una tarifa, si no se les reconoce una remuneración, es difícil que se implementen en la medida que se requieren. El rol de la empresa es adelantarse y ponerse al servicio de las capacidades estatales.

-De manera global, el estudio “Adaptación al Cambio Climático de Interchile” destaca la importancia estratégica de desarrollar la infraestructura de transmisión para mejorar la resiliencia y eficiencia del sistema eléctrico en escenarios futuros, pero la generación eléctrica avanza más rápido que la capacidad de transmisión. Como una salida a esta brecha, ¿el gremio está impulsando o dispuesto a llevar una agenda de inversiones más pequeñas para aquellos proyectos, que, por ejemplo, son de carriles adicionales que podrían operar de manera paralela a las grandes líneas de transmisión?

Las empresas siempre están dispuestas a invertir en esto. Han seguido participando en distintos procesos de licitación en la medida que estén bien hechos. En el fondo, alguien tiene que dar el incentivo a que esto ocurra y eso es lo que no ha existido hoy y estamos tratando de impulsar. No es el hecho de que se construya más, sino que construir nueva infraestructura, pero no necesariamente grandes obras, pero todo eso viene de la planificación del Estado, y lo que hemos estado haciendo es que se enriquezca esa planificación. La planificación se hace de manera tradicional, hemos hecho estudios, propuestas concretas y ya estamos llegando a un consenso en cuanto al tipo de cosas que debieran cambiarse y todo eso debiera redundar en que pudiéramos hacer ese tipo de obras.

-¿Qué respuesta han tenido del ministerio de Energía, de las entidades estatales que toman este tipo de decisiones?

Ha sido un poco más lento de lo que ha debido ser. Ocurre bastante que cada vez que salta alguna coyuntura, los esfuerzos se enfocan en tratar esas coyunturas y eso hace muy mal. Hoy tenemos tanta coyuntura en distintas partes, tantos problemas en este sector en distintas cosas que nos estamos olvidando de lo central, que es solucionar los temas de infraestructura en general. No es que haya una mala recepción, simplemente es un asunto de foco y dejamos de mirar lo importante por mirar lo urgente.

-En relación a coyunturas o urgencias, como la reciente crisis en la distribución de energía debido a fuertes vientos, ¿qué lecciones se pueden sacar para la industria en general?

Hay varias conclusiones y aprendizajes, esto pegó en toda la infraestructura en general. A nivel de transmisión tuvimos más de 150 eventos distintos, que implicaron cortes en algunos casos, pero se solucionaron en dos días. La industria de transmisión al menos respondió bastante bien a esta crisis que efectivamente muestra cómo los efectos del cambio climático están impactando de manera totalmente distinta hoy en día. Fue algo totalmente imprevisto, pero todas las empresas que enfrentaron más de 60 eventos diferentes reaccionaron bien.

Una primera lección es que de todos modos se puede reaccionar bien antes estos eventos, ahora cuánto de esto se va a repetir, cuán recurrente van a ser estos eventos, cuánto más grande van a ser estos eventos si tuvimos vientos de 80 kilómetros, o de 120 kilómetros, por qué no vamos a tener de 150 de aquí a un par de años más, y ante eso no sabemos cómo se va a comportar la infraestructura y cuánto van a ser las capacidades. Ahí hay un ejemplo concreto de lo que deberían estar mirando las autoridades y decidirse a crear las condiciones para que se materialice la inversión que nos permita enfrentar este tipo de fenómenos.

Una segunda lección es todo lo que tenemos que trabajar como gremios y como empresas particulares en los temas comunicacionales y de relacionamiento con la gente. Que se entienda que es una infraestructura crucial para nuestras vidas en general y que efectivamente hay que responder muy rápidamente a las necesidades de las personas. Lo tercero es relevar la importancia de la infraestructura de transmisión, o sea esto que ocurrió a nivel local puede ocurrir con dos, tres o cuatro regiones y, por lo tanto, es proteger tomando en cuenta la importancia que tiene cada nivel de infraestructura. La infraestructura de distribución es súper importante porque es la que llega a la casa, uno la ve, es más tangible, pero la infraestructura de transmisión es la que sostiene el sistema, son las verdaderas venas y arterias del sistema y son las que no tienen que cortarse.

-¿Qué valoración otorga a los mecanismos de diálogo con las comunidades, especialmente, en materia de adaptación al cambio climático?

El diálogo con las comunidades es central, a estas alturas nadie puede restarle la importancia que tiene, y lo hemos dicho desde la creación de esta asociación. La consulta y la participación anticipada en los proyectos debiera ser una regla siempre, lo que es distinto de hacer una participación obligatoria, en eso sí no estamos de acuerdo. Las comunidades pueden estar muy a favor de la aplicación de cierto estándar y resulta que el estándar es contrario a la normativa ambiental, por ejemplo. De cara al cambio climático aún creo que hay pega que hacer, hay trabajo de concientizar acerca de la importancia y la necesidad de la infraestructura, de lo difícil que es proteger la infraestructura a eventos como el que vivimos últimamente, de la importancia de hacerle mantenimiento constante y, por lo tanto, hay que dar las facilidades porque muchas no ocurren. Hay una responsabilidad de las empresas de mantener despejadas las franjas de seguridad, hay varias responsabilidades compartidas, pero la que corresponde a la empresa y al Estado también es la de educar en la importancia de esto y en lo difícil que es mantener el buen servicio a diario.

-¿Qué oportunidades visualiza a partir de los riesgos de transición que, según el estudio de la PUC, provienen de cambios regulatorios, condiciones de mercado o reputacionales, donde cualquier afectación que tenga implicaciones no solo en la infraestructura, sino en las personas, recaería sobre el concesionario?

Hay un tema de calidad y de continuidad del servicio que siempre es lo primero, para cualquiera de nosotros un corte de suministro implica una afectación importante en la vida diaria, entonces en la medida que la recuperación de ese servicio sea lo primero, sin importar un poco entre comillas lo que haya que hacer en términos de inversiones, de despliegue de recursos para que esa afectación sea lo más corta posible, debiera ser lo primero. En la medida que logremos internalizar esa idea -y el sector lo tiene bastante internalizado-, y hay que levantar el servicio lo más rápido posible, esa es una primera fortaleza que deberíamos construir y seguir construyendo. Una segunda cuestión es explicar esto, que hay eventos que son imponderables, de fuerza mayor y que nadie puede estar preparado. Entonces, explicar que eso ocurre, que va a seguir ocurriendo y que la única forma en la cual vamos a poder estar preparados es haciendo mayores inversiones es algo en lo que deberíamos colaborar. Es una labor educacional hasta cierto punto y tenemos mucho que decir, pero el Estado también.

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Fuente: País Circular, Martes 27 de Agosto de 2024

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