Lunes, Marzo 3, 2025

Inversión en infraestructura en el país afianza su tendencia de recuperación al cierre de 2024

PULSO – En diciembre, el Índice Mensual de Actividad en Infraestructura de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) creció 3,6%, encadenando siete meses seguidos de alzas, tras 15 previos de contracciones. Para 2025 el gremio prevé que siga el repunte, sobre todo en infraestructura productiva privada, impulsada fundamentalmente por el sector minero.

El Índice Mensual de Actividad en Infraestructura (Imacinf) elaborado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) mostró una sostenida tendencia al alza durante la segunda parte de 2024. Particularmente en diciembre se expandió 3,6% respecto a igual periodo de 2023, encadenando un total de siete meses seguidos de variaciones anuales positivas.

Ello significó un quiebre en relación al comportamiento previo, puesto que hasta mayo del año pasado se registraron caídas durante más de un año, completando 15 meses consecutivos.

“Al cierre de 2024 la actividad en infraestructura exhibió una variación anual positiva luego de un largo periodo de retrocesos. Hacia el segundo semestre empezó a mostrar variaciones positivas, en especial por un alza de la demanda de servicios de ingeniería por parte de las empresas constructoras -impulsada por un mayor dinamismo del sector privado en proyectos mineros y portuarios- y el aumento de la inversión aprobada por el SEIA, asociada a proyectos energéticos. De esta manera, esperamos que esta mejora de la actividad que hemos venido anticipando sea el inicio de un proceso de recuperación de la inversión en infraestructura”, explica el presidente de la CChC, Alfredo Echavarría.

Pese a que las mejores cifras están influidas por una baja base de comparación, desde el gremio aseguran que se observan señales de recuperación de la inversión en infraestructura, producto, principalmente, de una mayor demanda de horas-hombres de servicio de ingeniería por parte de las empresas constructoras, dice el informe.

De hecho, este subíndice en el cuarto trimestre aumentó 7,6% en términos trimestrales y 23,9% en 12 meses, debido a un incremento de las actividades de ingeniería en minería, una industria que históricamente ha sido el principal mandante de la construcción, y de puertos. Además, se ha observado una expansión notoria de la participación del mandante privado.

“Esto, a su vez, permite suponer una mayor demanda de trabajadores a futuro, en la medida en que esos proyectos se vayan materializando”, afirma Echavarría.

El mejor escenario también se observa en indicadores a nivel macro que avanzan, como el alza en los montos de inversión ingresados y aceptados por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Los proyectos detrás de ello fueron tres asociados al desarrollo incipiente de la industria del hidrógeno verde.

También hay que considerar que 2023 fue “históricamente bajo en término de aprobaciones. Sin embargo, los tiempos de tramitación se encuentran en niveles históricamente altos y el stock en calificación dentro del sistema está en máximos desde 2014”, plantea el informe.

En el detalle, a diciembre el indicador de montos aprobado por el SEA fue el que registró el mayor aumento, con una variación interanual en diciembre de 66,8%, seguido de los permisos de edificación no habitacional, que subió un 47,5%, y la ingeniería de consulta, que tuvo un incremento de 23,9%.

Los demás indicadores también tuvieron mejoras: el consumo aparente de cemento subió 2,4%; la importación de maquinaria y equipo relacionado con la construcción un 10,7%, y el empleo asalariado de construcción un 7,3%.

“Para 2025 proyectamos una recuperación de la actividad en infraestructura productiva privada, impulsada sobre todo por el sector minero, la que esperamos se haga extensiva a los demás subsectores de nuestra alicaída industria”, pronostica Echavarría.

“Lo que ocurra con otros sectores dependerá de cómo avance la situación internacional y distintos temas locales, como la normalización de la inflación y de la tasa de interés, así como las condiciones de financiamiento, además de los cambios regulatorios para disminuir la permisología y la modernización de la tramitación ambiental de los proyectos”, añade.

Sobre los factores externos que pueden impactar la actividad en infraestructura, el presidente del gremio señala que, por ejemplo, “el retraso de la normalización de las tasas de interés o una mayor tensión comercial entre Estados Unidos y China podrían afectar negativamente las condiciones de financiamiento y hacer que aumenten los costos de los materiales, maquinarias y equipos”.

El informe recalca la importancia de tomar medidas en el corto plazo para la reactivación del sector, como la aceleración temprana de la ejecución presupuestaria, algo que implementó el Ministerio de Obras Públicas en 2024. Se suman también la regularización de los pagos a los contratistas de obras públicas, acelerar relicitaciones y licitaciones de proyectos de infraestructura pública y autorizar convenios complementarios para desarrollar obras de mejoramiento de concesiones vigentes.

Fuente: Pulso, Lunes 3 de Marzo de 2025

PULSO – En diciembre, el Índice Mensual de Actividad en Infraestructura de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) creció 3,6%, encadenando siete meses seguidos de alzas, tras 15 previos de contracciones. Para 2025 el gremio prevé que siga el repunte, sobre todo en infraestructura productiva privada, impulsada fundamentalmente por el sector minero.

El Índice Mensual de Actividad en Infraestructura (Imacinf) elaborado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) mostró una sostenida tendencia al alza durante la segunda parte de 2024. Particularmente en diciembre se expandió 3,6% respecto a igual periodo de 2023, encadenando un total de siete meses seguidos de variaciones anuales positivas.

Ello significó un quiebre en relación al comportamiento previo, puesto que hasta mayo del año pasado se registraron caídas durante más de un año, completando 15 meses consecutivos.

“Al cierre de 2024 la actividad en infraestructura exhibió una variación anual positiva luego de un largo periodo de retrocesos. Hacia el segundo semestre empezó a mostrar variaciones positivas, en especial por un alza de la demanda de servicios de ingeniería por parte de las empresas constructoras -impulsada por un mayor dinamismo del sector privado en proyectos mineros y portuarios- y el aumento de la inversión aprobada por el SEIA, asociada a proyectos energéticos. De esta manera, esperamos que esta mejora de la actividad que hemos venido anticipando sea el inicio de un proceso de recuperación de la inversión en infraestructura”, explica el presidente de la CChC, Alfredo Echavarría.

Pese a que las mejores cifras están influidas por una baja base de comparación, desde el gremio aseguran que se observan señales de recuperación de la inversión en infraestructura, producto, principalmente, de una mayor demanda de horas-hombres de servicio de ingeniería por parte de las empresas constructoras, dice el informe.

De hecho, este subíndice en el cuarto trimestre aumentó 7,6% en términos trimestrales y 23,9% en 12 meses, debido a un incremento de las actividades de ingeniería en minería, una industria que históricamente ha sido el principal mandante de la construcción, y de puertos. Además, se ha observado una expansión notoria de la participación del mandante privado.

“Esto, a su vez, permite suponer una mayor demanda de trabajadores a futuro, en la medida en que esos proyectos se vayan materializando”, afirma Echavarría.

El mejor escenario también se observa en indicadores a nivel macro que avanzan, como el alza en los montos de inversión ingresados y aceptados por el Servicio de Evaluación Ambiental (SEA). Los proyectos detrás de ello fueron tres asociados al desarrollo incipiente de la industria del hidrógeno verde.

También hay que considerar que 2023 fue “históricamente bajo en término de aprobaciones. Sin embargo, los tiempos de tramitación se encuentran en niveles históricamente altos y el stock en calificación dentro del sistema está en máximos desde 2014”, plantea el informe.

En el detalle, a diciembre el indicador de montos aprobado por el SEA fue el que registró el mayor aumento, con una variación interanual en diciembre de 66,8%, seguido de los permisos de edificación no habitacional, que subió un 47,5%, y la ingeniería de consulta, que tuvo un incremento de 23,9%.

Los demás indicadores también tuvieron mejoras: el consumo aparente de cemento subió 2,4%; la importación de maquinaria y equipo relacionado con la construcción un 10,7%, y el empleo asalariado de construcción un 7,3%.

“Para 2025 proyectamos una recuperación de la actividad en infraestructura productiva privada, impulsada sobre todo por el sector minero, la que esperamos se haga extensiva a los demás subsectores de nuestra alicaída industria”, pronostica Echavarría.

“Lo que ocurra con otros sectores dependerá de cómo avance la situación internacional y distintos temas locales, como la normalización de la inflación y de la tasa de interés, así como las condiciones de financiamiento, además de los cambios regulatorios para disminuir la permisología y la modernización de la tramitación ambiental de los proyectos”, añade.

Sobre los factores externos que pueden impactar la actividad en infraestructura, el presidente del gremio señala que, por ejemplo, “el retraso de la normalización de las tasas de interés o una mayor tensión comercial entre Estados Unidos y China podrían afectar negativamente las condiciones de financiamiento y hacer que aumenten los costos de los materiales, maquinarias y equipos”.

El informe recalca la importancia de tomar medidas en el corto plazo para la reactivación del sector, como la aceleración temprana de la ejecución presupuestaria, algo que implementó el Ministerio de Obras Públicas en 2024. Se suman también la regularización de los pagos a los contratistas de obras públicas, acelerar relicitaciones y licitaciones de proyectos de infraestructura pública y autorizar convenios complementarios para desarrollar obras de mejoramiento de concesiones vigentes.

Fuente: Pulso, Lunes 3 de Marzo de 2025

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