Martes, Noviembre 26, 2024

Hospital Digital

EL MERCURIO – Luego de idas y venidas, el Hospital Digital nuevamente parece levantarse hoy como una iniciativa importante del Ministerio de Salud. Ha sido la pandemia, sin duda, la que ha cambiado la percepción de los chilenos sobre las posibilidades que ofrece esta modalidad de atención a distancia, además de los múltiples beneficios que se pueden obtener de la existencia de una nube, o centro de almacenamiento de datos que pueden ser consultados desde cualquier computador o teléfono. El número de consultas que es posible atender de esta forma es muy alto y se espera que pueda llegar a superar largamente el millón de atenciones por año, incluyendo diagnósticos y control de tratamientos.

Por cierto, una idea como esta, de aspecto tan revolucionario, tardaría mucho tiempo en ser comprendida por la población, y cambiar costumbres profundamente arraigadas no iba a ser tarea fácil. La aspiración de toda persona enferma es ser vista y examinada por un médico. Pero el peligro de contagio aceleró visiblemente el cambio. Nadie que pudiera evitarlo quería acercarse a un centro de atención, donde era altamente probable tener que entrar en contacto con enfermos y correr el riesgo de contagiarse con el covid-19. Más aún, el enfoque de los servicios en la emergencia necesariamente dejaba con menores posibilidades de atención a los demás enfermos, que no estaban sufriendo de la pandemia, sino de enfermedades corrientes y graves, como pueden ser los cánceres u otros males. De esta forma las listas de espera, uno de los más frustrantes problemas que enfrentan los pacientes, se alargarían sin remedio. Y así ha ocurrido.

Pero la iniciativa del Hospital Digital, ideada y puesta en práctica antes de la pandemia, vino a prestar una valiosa ayuda. Hasta ahora, según informó el ministro de Salud, se han realizado 2 millones 600 mil prestaciones a través de dicha plataforma. Para el próximo año se ha presentado un aumento sustantivo de su presupuesto, con lo que se espera poder contar con más médicos que puedan ofrecer sus servicios en muchas especialidades, además de otros profesionales, como nutricionistas, psicólogos y otros especialistas no médicos. A todas luces, es un cambio significativo en la atención de salud cuyo momento ha llegado. La tecnología está cambiando muchas costumbres ancestrales y la medicina también tenía que aprovechar las ventajas que ofrecen los nuevos medios de comunicación y almacenamiento de datos. Cada paciente podrá tener en un futuro cercano los antecedentes de su salud completos, aún más incluso de los que dispone él en su memoria, fácilmente accesibles y a disposición de personal calificado, con lo que se protege su privacidad. Los médicos podrán, de esta forma, tener más facilidades para diagnosticar, indicar tratamientos y mantenerse en control de la evolución de sus pacientes. Si uno de ellos debe cambiarse de ciudad o de establecimiento de salud por cualquier razón, la información no se pierde y sigue disponible para los nuevos equipos.

En contraste con estos avances, existen temores por el posible deterioro que podría sufrir el contacto humano. Nada hay como conocer personalmente a alguien para establecer una relación de cierto grado de profundidad, como la que idealmente debería existir entre médico y paciente. Será necesario en lo sucesivo utilizar adecuadamente este recurso que permite mejorar la atención de salud de la población, pero solo en sus aspectos más técnicos, que son de vital importancia, sin ser por ello todo lo que debe preocupar a un médico. Las nuevas tecnologías ofrecen campos inexplorados de avances a la medicina y los buenos profesionales sabrán equilibrar las ganancias que obtienen con ellas junto con la preocupación por conservar la confianza y la cercanía con sus pacientes.

Fuente: El Mercurio, Jueves 28 de Octubre de 2021

EL MERCURIO – Luego de idas y venidas, el Hospital Digital nuevamente parece levantarse hoy como una iniciativa importante del Ministerio de Salud. Ha sido la pandemia, sin duda, la que ha cambiado la percepción de los chilenos sobre las posibilidades que ofrece esta modalidad de atención a distancia, además de los múltiples beneficios que se pueden obtener de la existencia de una nube, o centro de almacenamiento de datos que pueden ser consultados desde cualquier computador o teléfono. El número de consultas que es posible atender de esta forma es muy alto y se espera que pueda llegar a superar largamente el millón de atenciones por año, incluyendo diagnósticos y control de tratamientos.

Por cierto, una idea como esta, de aspecto tan revolucionario, tardaría mucho tiempo en ser comprendida por la población, y cambiar costumbres profundamente arraigadas no iba a ser tarea fácil. La aspiración de toda persona enferma es ser vista y examinada por un médico. Pero el peligro de contagio aceleró visiblemente el cambio. Nadie que pudiera evitarlo quería acercarse a un centro de atención, donde era altamente probable tener que entrar en contacto con enfermos y correr el riesgo de contagiarse con el covid-19. Más aún, el enfoque de los servicios en la emergencia necesariamente dejaba con menores posibilidades de atención a los demás enfermos, que no estaban sufriendo de la pandemia, sino de enfermedades corrientes y graves, como pueden ser los cánceres u otros males. De esta forma las listas de espera, uno de los más frustrantes problemas que enfrentan los pacientes, se alargarían sin remedio. Y así ha ocurrido.

Pero la iniciativa del Hospital Digital, ideada y puesta en práctica antes de la pandemia, vino a prestar una valiosa ayuda. Hasta ahora, según informó el ministro de Salud, se han realizado 2 millones 600 mil prestaciones a través de dicha plataforma. Para el próximo año se ha presentado un aumento sustantivo de su presupuesto, con lo que se espera poder contar con más médicos que puedan ofrecer sus servicios en muchas especialidades, además de otros profesionales, como nutricionistas, psicólogos y otros especialistas no médicos. A todas luces, es un cambio significativo en la atención de salud cuyo momento ha llegado. La tecnología está cambiando muchas costumbres ancestrales y la medicina también tenía que aprovechar las ventajas que ofrecen los nuevos medios de comunicación y almacenamiento de datos. Cada paciente podrá tener en un futuro cercano los antecedentes de su salud completos, aún más incluso de los que dispone él en su memoria, fácilmente accesibles y a disposición de personal calificado, con lo que se protege su privacidad. Los médicos podrán, de esta forma, tener más facilidades para diagnosticar, indicar tratamientos y mantenerse en control de la evolución de sus pacientes. Si uno de ellos debe cambiarse de ciudad o de establecimiento de salud por cualquier razón, la información no se pierde y sigue disponible para los nuevos equipos.

En contraste con estos avances, existen temores por el posible deterioro que podría sufrir el contacto humano. Nada hay como conocer personalmente a alguien para establecer una relación de cierto grado de profundidad, como la que idealmente debería existir entre médico y paciente. Será necesario en lo sucesivo utilizar adecuadamente este recurso que permite mejorar la atención de salud de la población, pero solo en sus aspectos más técnicos, que son de vital importancia, sin ser por ello todo lo que debe preocupar a un médico. Las nuevas tecnologías ofrecen campos inexplorados de avances a la medicina y los buenos profesionales sabrán equilibrar las ganancias que obtienen con ellas junto con la preocupación por conservar la confianza y la cercanía con sus pacientes.

Fuente: El Mercurio, Jueves 28 de Octubre de 2021

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