Lunes, Noviembre 25, 2024

Hidrógeno verde: ¿empieza la carrera?

DIARIO FINANCIERO – En los tiempos de crisis que corren no son muchas las ocasiones de levantar la mirada puesta en las apremiantes urgencias y necesidades de hoy, para fijarla en el futuro y sus desafíos. Hacerlo, sin embargo, es imprescindible para proyectar las perspectivas de desarrollo y progreso de Chile una vez superada la emergencia de la pandemia.
Si bien las prioridades hoy están puestas, correctamente, en los esfuerzos públicos y privados por recuperar el empleo, la inversión y el crecimiento, varios de los temas al centro de nuestra discusión nacional —como pensiones e impuestos, por ejemplo— son en realidad preocupaciones sobre nuestro futuro.

La política energética debería ser con mayor prominencia una de esas preocupaciones. Aunque hablar de una matriz más limpia y eficiente pueda parecer desconectado con una realidad en la que casi dos millones de personas han perdido su fuente laboral y toda la población enfrenta la amenaza de un virus para el cual aún no existe cura, dicha preocupación dista de ser académica o incluso ambiental: en el desarrollo de energías limpias y sus derivadas se juega una parte relevante del progreso de las próximas décadas.
De ahí que resulte alentador informar, como hizo este diario ayer, la próxima presentación (mañana) de un proyecto piloto que busca impulsar en la Región de Magallanes la producción de hidrógeno verde, un combustible limpio considerado clave para reducir la dependencia de alternativas fósiles y la emisión de gases con efecto invernadero. Chile, tanto gracias al potencial solar en el norte como al eólico en el sur, resulta ser un lugar especialmente favorable para producir de hidrógeno verde. Si bien esta es una industria apenas incipiente —y aún no existe un mercado para el hidrógeno verde en nuestro país—, sus potencialidades son extremadamente interesantes, lo que incluye impulsar el empleo y la inversión.
Tanto de parte del Estado como del sector privado existe conciencia sobre las oportunidades —económicas, comerciales y ambientales— que esta tecnología puede representar para nuestro país, si son aprovechadas de forma inteligente. Es un prometedor comienzo.
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Fuente: Diario Financiero, Miércoles 30 de Septiembre de 2020

DIARIO FINANCIERO – En los tiempos de crisis que corren no son muchas las ocasiones de levantar la mirada puesta en las apremiantes urgencias y necesidades de hoy, para fijarla en el futuro y sus desafíos. Hacerlo, sin embargo, es imprescindible para proyectar las perspectivas de desarrollo y progreso de Chile una vez superada la emergencia de la pandemia.
Si bien las prioridades hoy están puestas, correctamente, en los esfuerzos públicos y privados por recuperar el empleo, la inversión y el crecimiento, varios de los temas al centro de nuestra discusión nacional —como pensiones e impuestos, por ejemplo— son en realidad preocupaciones sobre nuestro futuro.

La política energética debería ser con mayor prominencia una de esas preocupaciones. Aunque hablar de una matriz más limpia y eficiente pueda parecer desconectado con una realidad en la que casi dos millones de personas han perdido su fuente laboral y toda la población enfrenta la amenaza de un virus para el cual aún no existe cura, dicha preocupación dista de ser académica o incluso ambiental: en el desarrollo de energías limpias y sus derivadas se juega una parte relevante del progreso de las próximas décadas.
De ahí que resulte alentador informar, como hizo este diario ayer, la próxima presentación (mañana) de un proyecto piloto que busca impulsar en la Región de Magallanes la producción de hidrógeno verde, un combustible limpio considerado clave para reducir la dependencia de alternativas fósiles y la emisión de gases con efecto invernadero. Chile, tanto gracias al potencial solar en el norte como al eólico en el sur, resulta ser un lugar especialmente favorable para producir de hidrógeno verde. Si bien esta es una industria apenas incipiente —y aún no existe un mercado para el hidrógeno verde en nuestro país—, sus potencialidades son extremadamente interesantes, lo que incluye impulsar el empleo y la inversión.
Tanto de parte del Estado como del sector privado existe conciencia sobre las oportunidades —económicas, comerciales y ambientales— que esta tecnología puede representar para nuestro país, si son aprovechadas de forma inteligente. Es un prometedor comienzo.
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Fuente: Diario Financiero, Miércoles 30 de Septiembre de 2020

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