PULSO – “La infraestructura no hay que pensarla en una obra, hay que pensarla en una obra que presta un servicio. No es hacer obras por hacer obras, las obras son para cumplir un objetivo particular”, dice el director de Clapes UC.
La tercera edición del libro Gestión de infraestructura vial presentó hace poco más de un mes el director de Clapes UC, ex ministro de Obras Públicas y Minería y actual director de Codelco, Hernán de Solminihac. Se trata de una versión que aborda el tema desde una perspectiva acorde a los tiempos, donde el empoderamiento de los consumidores y el mayor grado de desarrollo que ha alcanzado el país han modificado las prioridades.
“Hoy, el usuario es mucho más exigente, reacciona más rápido, no soporta tanto como antes. Y, además, está la relación con el medioambiente. Antes, uno solo se preocupaba de circular por las vías, hoy hay que preocuparse del medioambiente. Y también viene muy fuerte el cambio climático, las lluvias torrenciales en muy corto plazo, inundaciones, etc. Todo esto configura un panorama nuevo”, señala De Solminihac, a quien el tema de infraestructura, transportes y gestión de las ciudades le apasiona.
¿Cómo han cambiado los desafíos en infraestructura?
-La infraestructura no hay que pensarla en una obra, hay que pensarla en una obra que presta un servicio. No es hacer obras por hacer obras, las obras son para cumplir un objetivo particular. Y ese objetivo particular es el que hay que focalizar al diseñarla y operarla.
¿Es un cambio de paradigma a nivel nacional el mirar las carreteras como un servicio?
-Todos ya estamos tomando conciencia de esa importancia que tiene la obra como un servicio. Todos los agentes que están asociados tienen esa conciencia que es un servicio que se está prestando a los usuarios, tanto para su traslado como para el transporte de carga.
¿Cómo espera que se incorporen estos temas en la relicitación de carreteras?
-Es fundamental pensar qué se pretende hacer con las carreteras. Creo que hay que agregarle otros conceptos a eso. Primero el concepto de resiliencia, estar preparada la infraestructura para fenómenos naturales que pueden afectarla, como fenómenos naturales o producidos por el mismo hombre como las congestiones o accidentes. La otra es ver los contratos de largo plazo, revisar cómo pueden ser más flexibles en el tiempo para anticiparse a los problemas o los cambios de demanda que se puedan presentar en el futuro. Eso debiera estar incluido en los próximos contratos, para mi gusto.
¿Por dónde va la solución para los horarios punta o los momentos del año en que las vías se saturan, como ocurrió en Fiestas Patrias?
-Es un tema muy complicado, porque hay épocas que todos quieren usar la infraestructura. No es eficiente ni efectivo invertir para los horarios punta. Hay que buscar alternativas, que la gente trate de desplazarse en horarios más repartidos en el tiempo y eso es un esfuerzo que se ha hecho. Pero también es bueno tener alternativas, de un estándar menor probablemente, pero que pueda ser usada en momentos críticos y que trasladen un porcentaje menor de la demanda adicional a estas nuevas vías, para ayudar a bajar la congestión. Y también creo que no hay que descuidar tener distintos modos de transportes. Uno no puede resolver todos los problemas con un solo modo de transporte, hay que buscar alternativas que puedan ayudar a la demanda.
¿Qué opina de los proyectos que se han presentado de nuevos medios de transportes, como trenes o tranvías?
-Todos los medios de transporte hay que analizarlos seriamente, desde las bicicletas hasta el transporte público, y tenerlas como alternativas en algunas zonas del país. A mí me gusta que haya distintos medios de transportes que me permitan enfrentar los desafíos y las demandas que el país requiere, tanto dentro de la ciudad, como interurbano.
El tren a Valparaíso, ¿es urgente?
-Estudiar distintos proyectos de tren de acercamientos a los centros urbanos me parece que son muy atractivos. Creo que hay que meterle número, hay que ver si es rentable, si es rentable lo haría de todas maneras, y si no es rentable habría que evaluar si es necesario poner subsidio o no. Son variables que hay que analizarlas, meter un análisis económico, y ver los beneficios y los costos. Pero creo que de todas maneras en varios lugares se va a justificar el tren. Hay lugares en el país que acercamientos a las ciudades hacen necesario en el movimiento del día a día de gente que necesita ese desplazamiento y el tren puede ayudar fuertemente.
¿Qué rol debiera tener el Fondo de Infraestructura?
-En mi opinión, debiera ayudar a focalizar los proyectos. Buscar iniciativas, desarrollar proyectos que nos permitan mirar con mucha más claridad qué infraestructura se requiere y cómo materializarlas, y apoyar aquellos proyectos que siendo rentables socialmente quizás no tienen un interés tan importante en el sector privado. En la etapa inicial, en la definición de qué proyectos, en la mirada de largo plazo, la mirada de Estado y no tanto de gobierno, son miradas que el fondo debiese ser capaz de tener y ayudar en esa mirada de largo plazo que requiere el país, y tratar de saltarse los ciclos políticos de las elecciones.
Hoy no se están viendo grandes proyectos. ¿A qué se debe?
-Los países se van desarrollando y a medida que se va creciendo, se va viendo el aporte adicional que se requiere en inversión. Hasta que llega un momento en que se necesita un salto de nuevo. Estamos en un momento en que deberíamos mirar saltos más grandes nuevamente, carreteras paralelas a la Ruta 5, seguir avanzando en la integración de zonas aisladas, buscar mecanismos que nos permitan crecer en infraestructura, que ayuden al desarrollo y también a la economía local.
Fuente: Pulso, Lunes 08 de octubre de 2018