Viernes, Diciembre 27, 2024

Gran Concepción invierte US$ 205 millones en su red de trenes urbanos

EL MERCURIO – El tráfico de pasajeros en la red ferroviaria urbana del Gran Concepción no hace si no crecer. Desde 2015, cuando se extendió la red del Biotrén hasta Coronel, el movimiento ha subido hasta superar los seis millones de pasajeros anuales.

El aumento se dio al mismo tiempo que se fortalecía el transporte de carga. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) un 18% de la carga que mueven los puertos de la región, unos cinco millones de toneladas anuales, llega por tren.

Este aumento, sin embargo, se da sobre la misma infraestructura que se levantó en la capital del Biobío a fines del siglo XIX, y usando trenes UT-440 que datan de hace varias décadas.

Por eso, especialistas y autoridades coinciden en que son necesarias varias mejoras para que el Biotrén funcione acorde a su potencial. Una de ellas se conoció ayer, cuando la ministra de Transportes Gloria Hutt informó que la licitación internacional para la compra de los diez trenes nuevos que llegarán a la zona avanza de acuerdo a lo programado. “El Biotrén se ha consolidado como un punto esencial en el desarrollo de esta región, cuyo crecimiento nos plantea enormes desafíos en términos de movilidad”, informó.

La licitación, por un valor de unos US$ 80 millones, despertó el interés de seis fabricantes ex granjeros y se espera adjudicar la propuesta en septiembre.

La compra no es un elemento aislado. La idea es fortalecer el ferrocarril urbano del Gran Concepción junto a otras inversiones, un plan que implica un desembolso de US$ 205 millones y que sitúa al tren como la columna vertebral del transporte público en la capital del Biobío.

Parte esencial del esquema es reemplazar el puente ferroviario, ya que la estructura actual data de 1886. Y aunque ha sido sometido a numerosas reparaciones, su antigüedad impone restricciones al peso y velocidad de los trenes.

La idea es levantar uno nuevo, aguas abajo en el Biobío. Los estudios de ingeniería comenzaron en 2017 y se espera que se terminen en 2022, informó Fesur, la filial de EFE que administra el Biotrén. La estatal destinará US$ 120 millones de su plan trienal para financiar la obra.

Otra inversión será soterrar la vía férrea en el tramo que cruza el centro de Concepción. La vía separa la ribera norte del río, un reciente polo de desarrollo con obras como el Teatro Regional del Biobío, del resto de la urbe. El Gobierno destinó US$ 5 millones para un estudio de ingeniería que determinará la mejor forma de ejecutar el proyecto, que considera reemplazar el espacio que hoy usan las vías por un parque de 10 hectáreas.

Aunque el presidente de Fesur, Víctor Lobos, sostiene que la inversión permitirá que el Biotrén deje de ser deficitario, sobre esto último no hay consenso. El urbanista Iván Poduje afirma que hay un elemento que frena el crecimiento del sistema. “Creo que el problema no tiene que ver con que el puente sea viejo o que los trenes están malos, sino con que el tren no llega al centro, como sí ocurre en Valparaíso con el Merval”, dice.

El transporte de carga también tiene dudas. Para José Miguel Stegmeier, presidente de Socabío, “un soterramiento tal como está propuesto impediría, por razones técnicas, el acceso de convoyes ferroviarios de carga a los puertos”.

Ver artículo

Fuente: El Mercurio, Sábado 9 de junio de 2018

EL MERCURIO – El tráfico de pasajeros en la red ferroviaria urbana del Gran Concepción no hace si no crecer. Desde 2015, cuando se extendió la red del Biotrén hasta Coronel, el movimiento ha subido hasta superar los seis millones de pasajeros anuales.

El aumento se dio al mismo tiempo que se fortalecía el transporte de carga. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) un 18% de la carga que mueven los puertos de la región, unos cinco millones de toneladas anuales, llega por tren.

Este aumento, sin embargo, se da sobre la misma infraestructura que se levantó en la capital del Biobío a fines del siglo XIX, y usando trenes UT-440 que datan de hace varias décadas.

Por eso, especialistas y autoridades coinciden en que son necesarias varias mejoras para que el Biotrén funcione acorde a su potencial. Una de ellas se conoció ayer, cuando la ministra de Transportes Gloria Hutt informó que la licitación internacional para la compra de los diez trenes nuevos que llegarán a la zona avanza de acuerdo a lo programado. “El Biotrén se ha consolidado como un punto esencial en el desarrollo de esta región, cuyo crecimiento nos plantea enormes desafíos en términos de movilidad”, informó.

La licitación, por un valor de unos US$ 80 millones, despertó el interés de seis fabricantes ex granjeros y se espera adjudicar la propuesta en septiembre.

La compra no es un elemento aislado. La idea es fortalecer el ferrocarril urbano del Gran Concepción junto a otras inversiones, un plan que implica un desembolso de US$ 205 millones y que sitúa al tren como la columna vertebral del transporte público en la capital del Biobío.

Parte esencial del esquema es reemplazar el puente ferroviario, ya que la estructura actual data de 1886. Y aunque ha sido sometido a numerosas reparaciones, su antigüedad impone restricciones al peso y velocidad de los trenes.

La idea es levantar uno nuevo, aguas abajo en el Biobío. Los estudios de ingeniería comenzaron en 2017 y se espera que se terminen en 2022, informó Fesur, la filial de EFE que administra el Biotrén. La estatal destinará US$ 120 millones de su plan trienal para financiar la obra.

Otra inversión será soterrar la vía férrea en el tramo que cruza el centro de Concepción. La vía separa la ribera norte del río, un reciente polo de desarrollo con obras como el Teatro Regional del Biobío, del resto de la urbe. El Gobierno destinó US$ 5 millones para un estudio de ingeniería que determinará la mejor forma de ejecutar el proyecto, que considera reemplazar el espacio que hoy usan las vías por un parque de 10 hectáreas.

Aunque el presidente de Fesur, Víctor Lobos, sostiene que la inversión permitirá que el Biotrén deje de ser deficitario, sobre esto último no hay consenso. El urbanista Iván Poduje afirma que hay un elemento que frena el crecimiento del sistema. “Creo que el problema no tiene que ver con que el puente sea viejo o que los trenes están malos, sino con que el tren no llega al centro, como sí ocurre en Valparaíso con el Merval”, dice.

El transporte de carga también tiene dudas. Para José Miguel Stegmeier, presidente de Socabío, “un soterramiento tal como está propuesto impediría, por razones técnicas, el acceso de convoyes ferroviarios de carga a los puertos”.

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Fuente: El Mercurio, Sábado 9 de junio de 2018

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