DIARIO FINANCIERO – Sin mayores avances, el viernes se concretó una reunión en Buenos Aires entre las autoridades de la Entidad Binacional Túnel de Agua Negra (Ebitan), que es la que impulsa la construcción un túnel que pasará por el norte de Chile y Argentina a la altura de Coquimbo.
Ante el interés que han manifestado autoridades trasandinas para que Chile aporte más recursos a la obra, el subsecretario de Obras Públicas, Lucas Palacios, reafirmó la posición del gobierno: “Deben primar los convenios acordados”, dijo respecto a que cada país aporte en base a la proporción de obra que se ejecuta en su territorio.
Del lado argentino han surgido interpretaciones sobre cómo debería ser el financiamiento del túnel de Agua Negra para que éste pueda ver la luz. Una es que Chile aumente su participación en para cubrir los costos, más allá del 28% que le corresponde. Incluso hay quienes apuestan a que la inversión se divida en partes iguales.
Palacios explicó que “nuestro planteamiento es que debe primar lo que está acordado originalmente en los protocolos por ambos países, es decir, que la distribución de los costos tiene que ver con el porcentaje que ocupa el proyecto en cada uno de los países de acuerdo a su distribución territorial”, con lo que Argentina sería responsable del 72% de los US$ 1.500 millones que se contemplan para levantar los dos túneles de 13 kilómetros.
Bases en 60 días
Las expectativas de la reunión estaban enfocadas en que finalmente se dieran a conocer los consorcios que lograron ser precalificados de cara a la próxima licitación del Túnel de Agua Negra, anuncio que finalmente no se concretó y que ha sido aplazado desde agosto del año pasado.
Palacios explicó que fue debido a que las bases de licitación no estaban listas.
“Tomamos la decisión conjunta de no notificar a las empresas que participaron en el proceso de precalificación sino hasta tener escrito y definido las bases de licitación”, señaló la autoridad.
Y agregó que junto a eso decidieron pedirle a Lombardi, firma de geocontrol que ha formado parte del proceso técnico, una presentación para ambos países a fin de “clarificar dudas, definir cuáles son algunos detalles del proyecto y cuáles son los riesgos asociados en distintas materias. Y en definitiva para plasmar todos estos elementos en lo que son las bases de licitación”.
De todos modos, la comisión que impulsa este concrato, fijó un plazo de 60 sías para tener las bases de la licitación.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 09 de julio de 2018
