PULSO – Mantener conectado al país. Ese fue el principal mandato que entregó Sebastián Piñera al Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones, liderado por Gloria Hutt y la subsecretaria Pamela Gidi.
Pero la tarea no ha sido fácil, ya que el aterrizaje en Amunátegui 130 ha sido sin descanso. Por un lado, han tenido que ordenar la casa e instalar equipos y, por el otro, lidiar , por ejemplo, con la licitación del Transantiago.
“Eso consumió bastante la agenda de las primeras dos semanas. Pero creo que tengo una ventaja especial, porque como fui subsecretaria cuatro años, conozco el equipo, cómo funciona el ministerio y eso me ayudó bastante”, comenta Hutt.
Cuenta que luego de las dos primeras semanas de shock, de reacomodar el sistema, ahora con todos los equipos completos están avanzando en temas de puertos, transporte público de regiones, temas presupuestarios, en la administración de subsidios, la licitación de servicios complementarios de transporte público en Santiago, entre otros.
En tanto, la subsecretaria de Telecomunicaciones, Pamela Gidi, asegura que su principal función es conectar al país, “creando carreteras digitales”. Según la autoridad, para ello lo fundamental es recuperar la inversión del sector.
“Los últimos cuatro años la inversión en telecomunicaciones disminuyó, igual que la inversión en Chile. De hecho, el promedio fue de US$ 1.565 millones anuales, que es casi 30% menos de inversión de lo que hubo en los cuatro años anteriores del Presidente Piñera. Para alcanzar el desarrollo digital y participar como un protagonista en esta revolución digital, necesitamos que esa inversión se doble”, asegura.
A modo de ejemplo, detalla que en los países desarrollados (Ocde), la inversión per cápita es de US$ 154. Sin embargo, en Chile se mantuvo US$ 88 per cápita. “Como Subtel tenemos que aumentar la inversión y tenemos que crear políticas públicas que generen eso. Lo anterior implica tranquilidad, certezas jurídicas, reglas claras, que se vea toda la mirada de la industria per se”, explica.
Entre los otros objetivos de la subsecretaría está aumentar la competencia en la industria, velar por los derechos de los usuarios y asegurar la calidad en los servicios.
Respecto del último punto, Hutt agrega que “tenemos que ser los articuladores del plan de infraestructura, para que esta nueva tecnología se masifique en el país y sean aprovechadas por todas las industrias y todos los sectores productivos”.
Sobre la entrada de más competencia, la subsecretaria comenta que “estamos abiertos a nuevos actores, porque la mayor competencia regula dos cosas por sí solas: promueve un precio más alcanzable y hace que las empresas se esfuercen por una mejor calidad de los servicios y sus productos”.
Pero eso no es todo, porque para Gidi es importante acompañar a los más pequeños. Por eso van a ayudar a los OMV, pequeños incumbentes de banda ancha, operadores de internet local y regionales, y también a los operadores de TV de pago, para generar mayor competencia.
¿Pero cómo se recupera la inversión si, en ocasiones, son las mismas leyes las que traban los proyectos? Ambas autoridades coinciden en que acá lo fundamental es que la Subtel se modernice en la forma en que trabaja. “Con eso me refiero a que hay que mirar aspectos de la ley de concesiones, tenemos que observar nuestros procesos internos (digitalizarlos y automatizarlos), de modo de realmente responder a las necesidades que tiene esta revolución digital”, asegura Gidi.
No menor es lo de las concesiones de antenas, ya que hoy día en Chile hay alrededor de 22 mil antenas, y según estimaciones de la Subtel para la tecnología 5G, ese número se debe triplicar. Eso sí, dicen que optarán por antenas más pequeñas, porque son menos disruptivas.
Ley de ductos, una realidad
Próximo a promulgarse en el Diario Oficial se encuentra la ley de ductos, regulación que será clave para nuevos incumbentes en la industria. Esto, porque según la normativa vigente, todos los edificios que se entregaban se hacían con un solo operador de telecomunicaciones.
“La publicación en el Diario Oficial ocurrirá este mes. A eso se suma que falta una modificación a la ordenanza general de urbanismo y construcción que lo tiene que hacer el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, con lo que ahí ya quedaría cerrado el ciclo y se puede empezar a aplicar completamente”, explica la ministra Hutt.
Es que, según establece el reglamento de la ley, las empresas podrán conocer los proyectos inmobiliarios a través de una página web que existirá y en la que se detallarán las zonas de nuevas construcciones, todo para que las telecos puedan desplegar sus redes con tiempo y poder ofrecer sus servicios en los loteos.
Para Gidi, la industria se pondrá aún más entretenida, “porque se produce un dinamismo. Por un lado, te retengo con una atractiva oferta, pero está al lado otra compañía que seduce con una oferta más atrayente y con un mejor servicio”.
¿A qué proyectos se les pondrá celeridad? Según la ministra, una regulación que tendrá urgencia es el del uso de los números de emergencia; otro es una modificación a la Ley General de Telecomunicaciones, en la que los cargos de acceso son fijados cada cinco años.
“Queremos emparejar los plazos, de manera que las negociaciones de tarifas con las empresas de telecomunicaciones tengan consistencia en el tiempo. El actual problema es que cuando se negocia, tres meses después se inicia el proceso de otro tramo. Entonces, el segundo que negocia tiene la información del que negocia antes. Y el del tercero tiene el de los dos anteriores. Creemos que es mejor que se empareje y que toda la información se administre simultáneamente”, adelanta Hutt.
Gidi enfatiza en que se pondrá foco en la normativa que regula la instalación de antenas emisoras y transmisoras de servicios de telecomunicaciones, además de la frecuencia de espectro.
“Además, estamos trabajando desde ya para ver cómo vamos a licitar la tecnología 5G,”, adelanta la subsecretaria.
En este contexto, Gidi reconoce que para lograr el 5G en 2020, “lo primero es definir el espectro y para eso estamos mirando todas las experiencias del mundo. Justamente eso va a ser parte de promover la inversión”.
Otra tarea en la que estarán concentrados en la Subtel es en presentar el reglamento de la ley de velocidades mínimas garantizadas de acceso a internet.
Plazo adicional para TV Digital
La semana pasada, la Subtel conformó una mesa técnica con los grandes actores del sector (CNTV, Anatel y todos sus miembros) para trabajar en la implementación de la televisión digital. Sin embargo, Gidi no desconoce la realidad del asunto y comenta que “hay retrasos importantes. Vamos a empezar esta semana, para destrabar algunos puntos específicos, para poder llegar al apagón digital, que es en abril 2020”.
Advierte que aunque se hagan los máximos esfuerzos, tanto del gobierno como de la industria, lo más probable es que no se llegue al plazo estipulado. Lo bueno es que la ley contempla un retraso, pero la extensión hay que pedirla antes de abril de 2019.
“Estamos trabajando con los jugadores para entender exactamente cuál sería el nuevo plazo, para que gradualmente se cumpla”, dice la subsecretaria.
El plazo legal de extensión es de dos años. Pero la idea es que sea en el mínimo necesario para cumplir. Lo que también ha complicado ha sido la situación económica de los canales, los que se han visto limitados para este proceso.
“Hay retraso de todos los jugadores, por ejemplo, hay oficios que salieron muy tarde en Subtel anteriores. Pero otro tema no menor son las mediciones que se requieren. Para cada concesión se necesitan 260 mediciones, entonces no es llegar e ir a medir. Por lo mismo, no pueden llegar todas las concesiones el último mes, porque no vamos a tener la capacidad humana para hacer eso”, argumenta.
Por lo mismo, Gidi reconoce que se tiene que trabajar más duro, porque para la medición de una antena se requieren seis días full time de una persona.
“Lo que importa ahora es no preocuparnos de qué pasó, sino que cómo hacemos para poner el pie en el acelerador, para que las personas tengan TV Digital. La gente quiere tener las tecnologías para tener televisión de alta calidad, en HD y gratuita en todo Chile, y de eso nos tenemos que preocupar”, concluye.
Transantiago: “Estamos proponiendo contratos de 5 años, extensibles a 7”
Titánica. Así será la tarea de la ministra de Transportes, Gloria Hutt, al verse en la obligación de sacar adelante la licitación del Transantiago. En poco menos de dos semanas ya hay un equipo que está trabajando en la alternativa de implementación y ha definido los plazos y los requerimientos.
¿Cuál va a ser el plan de acción para la nueva licitación del Transantiago?
– Dada la circunstancia en la que estamos, vamos a tener que avanzar en dos o tres caminos distintos. Sin embargo, no son caminos complejos, no es mucho lo que cambia respecto de lo que se ha hecho, por lo mismo, estamos tratando de retomar la licitación en todo lo que sea posible y de incorporar los cambios de diseño en el esquema de servicios, que principalmente es el cambio que estamos integrando. En paralelo, avanzamos con el reemplazo de flota de los buses que vencen este año. En ese sentido, 2018 va a ser un año de transición.
¿Cuándo debería estar en marcha la licitación?
– Nuestro objetivo es que la licitación esté en curso a finales de 2018. Además, estamos trabajando para que haya buses renovados a fin de año.
¿Qué es lo que se cambiaría a nivel de esquema de servicios?
– El cambio principal es que estamos proponiendo grupos de servicios más pequeños y contratos más cortos solo en operación, de manera que el sistema provea los buses y la infraestructura. La gracia que tiene esto es que si un operador no funciona, es mucho más fácil reemplazarlo por otro. Cuando la unidad es muy grande, el Estado queda bastante capturado, pero cuando son grupos de servicios se pueden sustituir con bastante facilidad. El que no cumpla con el nivel de servicio que establecemos se reemplazará fácilmente.
Hoy, ¿cuántos años son y cuánto sería el nuevo plazo?
– En la licitación original, que estaba en curso, propone 10 años, porque amarraba los contratos a la vida útil de los buses y nosotros creemos que eso hay que separarlo. Estamos proponiendo contratos de cinco años, extensibles a siete, condicionado a los cumplimientos en niveles de servicios. Por ejemplo, si una compañía cumple cinco años muy bien, puede extender por dos años.
La amenaza más creíble, real y efectiva para que cumplan con el nivel de servicio es que si no cumplen hay otro listo para reemplazarlo. Por eso le ponemos más competencia al sistema. Y como los buses y las terminales son propiedad del sistema, entonces es efectiva la figura de un reemplazo fácil.
¿A qué proyectos se les va a poner celeridad desde el MTT?
– Tenemos varios proyectos en el Parlamento y algunos que tienen, por ejemplo, urgencia simple es el centro automatizado de tratamiento de infracciones, que nos importa mucho, porque estamos registrando cifras de fallecimiento por accidentes de tránsito que son demasiado altas. Otro proyecto que estamos priorizando es el que permite que las personas que tienen licencia A2, que hasta ahora pueden conducir vehículos de hasta 17 pasajeros, puedan conducir hasta 32. Eso resuelve mucho la disponibilidad de choferes, especialmente en regiones, donde hay una escasez muy grande.
Tuvo una reunión esta semana con el CEO de Uber, ¿qué salió de la cita?
– Les transmití cuál es la visión nuestra sobre los tipos de servicios que se prestan en Chile, a través de aplicaciones. Nosotros lo que queremos es igualdad de condiciones, proteger el interés de los pasajeros, eso significa hacer un registro de los vehículos y exigir licencia profesional a los conductores. Y también proveer o facilitar la disponibilidad de aplicaciones a los taxis básicos y generar igualdad de condiciones en la competencia.
Estuvimos conversando sobre aplicaciones futuras, toda vez cuando Uber esté regularizado.
¿Es factible que Uber sea una plataforma para los taxis, por ejemplo, que los taxis se unan a ellos? ¿Es viable en Chile?
– Claro, una vez que se regularice la provisión del servicio de transporte, por ese intermedio, sí. Es algo que yo no veo como un impedimento, pero también me gustaría que hubiera competencia entre la plataforma. Yo preferiría que hubiera dos o tres plataformas y que los taxistas libremente eligieran con quién quedarse.
La competencia es lo mejor para el usuario, porque los precios se mantienen en niveles convenientes y obliga que el servicio
Fuente: Pulso, Domingo 22 de abril de 2018