LA DISCUSIÓN – El Gobierno está trabajando en nuevos cambios a la licitación del proyecto embalse La Punilla, rebautizado como Nueva La Punilla en la segunda licitación de la concesión, en noviembre pasado, y cuyos plazos de apertura de las ofertas el Ministerio de Obras Públicas ha postergado en tres ocasiones, con lo que un proceso que debía ser expedito, que era la intención de la administración anterior, se ha postergado ocho meses, con el objetivo de revisarlo y hacer las modificaciones necesarias para dar respuesta a las demandas de comunidades afectadas, organizaciones ambientalistas y dirigentes políticos oficialistas.
Y todo indica que serán más meses los que tendrán que esperar los 5 mil regantes del río Ñuble, las 21 empresas interesadas en la concesión, las organizaciones ambientalistas y las comunidades de San Fabián, a la luz de las declaraciones de altos personeros de Gobierno sobre el trabajo de una mesa técnica interministerial convocada para evaluar el proyecto La Punilla en todas sus dimensiones, integrado por los ministerios de Obras Públicas, Agricultura, Medio Ambiente, Ciencias, Energía, Minería y la CNR.
En enero pasado, la Dirección de Concesiones informó, a través de la circular aclaratoria N°1, el cambio de fecha del acto de recepción de las ofertas técnicas por parte de la Comisión de Apertura, desde marzo a mayo; luego, en la circular aclaratoria N°2, fechada el 28 de abril de 2022, se aplazó tres meses más el proceso, con lo que la recepción de ofertas técnicas se movió desde el 17 de mayo al 16 de agosto; y posteriormente, el 13 de junio se publicó la circular aclaratoria N°3, que aplazó otros tres meses, hasta el 15 de noviembre, la recepción de ofertas técnicas, mientras que la apertura de ofertas económicas quedó fijada para el 13 de diciembre próximo.
Se trata del proyecto de inversión pública más importante de la región de Ñuble, cuyo presupuesto oficial supera los US$369 millones, monto que se eleva a US$500 millones de inversión si se considera la central hidroeléctrica. Además, La Punilla es la obra más grande del plan nacional de embalses, con una capacidad de almacenamiento de 540 millones de metros cúbicos, que una vez operativa, permitirá regar con seguridad del 85% más de 70 mil hectáreas del valle del río Ñuble.
Es segunda vez que se licita la concesión de La Punilla, luego de una primera concesión que se adjudicó en 2016 a la empresa italiana Astaldi y que enfrentó varios tropiezos que culminaron con el término anticipado del contrato solicitado por el MOP en 2019, cuyo proceso concluyó en 2021, para dar paso a un segundo llamado a licitación que se abrió el 18 de noviembre pasado.
Según el MOP, al 6 de junio un total de 21 empresas habían comprado las bases de licitación de Nueva La Punilla. Éstas son: Concesiones de Infraestructura Chile Dos S.A.; China Harbour Engineering Company Limited; Acciona Concesiones S.L.; Aldesa Construcciones S.A.; Besalco Concesiones S.A.; Sacyr Concesiones Chile SpA.; Strabag SpA; China Civil Engineering Construction; Impresa Pizzarotti y C SpA Agencia Chile; Icafal Inversiones S.A.; Constructora Valko S.A.; Conpax Energía y Concesiones Spa; Emp. Constructora Moller y Pérez Cotapos S.A.; Cintra Infraestructuras Chile SpA; Constructora San José S.A. Agencia en Chile; Mota Engil Perú S.A.; China Railway Construction Corporation; Asesorías y Gestión de Proyectos Novum Mare; Araucanía Power S.A.; China Road and Bridge Corporation Agencia en Chile; y China Energy International Group Co. Ltd.
Armonizar demandas
En su visita a la región de Ñuble esta semana, el secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego (CNR), Wilson Ureta, subrayó que el Gobierno no se opone a la construcción de embalses, pero acotó que deben ejecutarse teniendo en cuenta a la comunidad y el medio ambiente.
“Nosotros, lo que pensamos como Gobierno, es que tenemos que repensar este tipo de obras; estas obras, si son llevadas en armonía con la comunidad y el medio ambiente, se pueden desarrollar, porque traen múltiples beneficios a las comunidades: podemos solucionar problemas de una vasta área agrícola”, manifestó.
Ureta explicó que “una de las consideraciones que nosotros tenemos para embalses como La Punilla, Zapallar o Chillán, es que deben poder abastecer a la mayor cantidad de agricultores posible, en especial, a los pequeños, y ése es un sello que nosotros queremos integrar tanto como CNR y como Gobierno, es que las obras puedan abordar las brechas sociales que se desarrollan en el campo chileno, que no las incrementen”.
“Nosotros -precisó el secretario ejecutivo de la CNR-, lo que estamos desarrollando en Punilla, estamos buscando todas las alternativas posibles, para que el proyecto pueda armonizar las demandas de los grupos que están a favor, los agricultores que serían beneficiados por el proyecto, que ojalá sean más pequeños agricultores, y también las demandas de los grupos que han manifestado sus reparos a las obras. Nosotros estamos en una mesa de trabajo para poder concretar esa reevaluación del proyecto Punilla, y buscar todos los mecanismos que estén a la mano para que el proyecto se pueda desarrollar de forma armónica”.
De hecho, los tres aplazamientos responden precisamente, a esa búsqueda de mecanismos, confirmó Ureta. “Estamos buscando todas las alternativas para que sea un mucho mejor proyecto que el que está presentado, y en ese sentido, el MOP también ha buscado las alternativas administrativas para darse el tiempo y la oportunidad para reevaluar el proyecto”, afirmó.
Asimismo, explicó que también es parte del trabajo de esta mesa definir de qué manera se implementarán esos cambios, por ejemplo, eventuales modificaciones a las bases de licitación.
El profesional comentó que “hoy, nosotros estamos en la etapa de revisión, y cuando terminemos ese trabajo, se hará público. Nosotros sabemos los pro y los contra que ha tenido toda la historia de tramitación del embalse La Punilla y nos hacemos cargo de ello, entonces, lo que esperamos como resultado de este trabajo, para entregarle a la comunidad, que está esperando el proyecto, comunidad que también lo ha rechazado, es poder entregar una solución que permita viabilizar el proyecto o, tomar una decisión responsable que dé certeza a la comunidad de lo que va a suceder”.
Decisión final
Precisamente esta semana el ministro de Obras Públicas, Juan Carlos García, afirmó a Radio Bío Bío que el proyecto está en revisión y que no se ha tomado una decisión sobre su futuro.
“La decisión de aplazar la licitación del embalse La Punilla responde al acuerdo que hemos tenido para poder discutir todos los alcances que tiene ese embalse, hay transmisiones que nos han hecho desde la comunidad y desde diferentes entes del Estado, que nos obliga, en conjunto, a revisarlo integralmente. Y luego de tener una mirada integral y responsable sobre las condiciones del embalse, tomaremos una decisión al respecto”, aseveró el titular del MOP.
“Inviable”
Para algunos detractores de La Punilla, como el movimiento ambientalista Ñuble Libre, el proyecto es inviable desde el punto de vista ambiental, y no ha considerado a las comunidades, de hecho, todavía está latente el recuerdo del polémico desalojo por parte de Carabineros, de algunas familias que se resisten a abandonar la zona donde se levantará la presa, hecho ocurrido en noviembre de 2018, y que derivó en un recurso de protección que logró una orden de no innovar de la justicia, que paralizó el proyecto.
César Uribe, uno de los voceros de la agrupación y exconvencional constituyente por Ñuble, afirmó que en San Fabián esperan que la iniciativa se suspenda.
El dirigente ve con buenos ojos el trabajo de revisión del proyecto por parte del comité interministerial. “A nosotros nos parece que es lo más serio que se ha hecho en el último tiempo, atendiendo que el proyecto Punilla es un proyecto con un diseño de los años 60 y que hay evidencias más que concretas que no cuenta con la factibilidad para su ejecución, en términos ecológicos, sociales y financiero”, expresó Uribe.
Preocupación de regantes
Y mientras los opositores al proyecto ven con esperanza en esta revisión una posibilidad de que el embalse no se materialice, entre los regantes hay preocupación por las sucesivas postergaciones.
“Desde la Junta de Vigilancia del Río Ñuble hemos demostrado nuestra flexibilidad y comprensión frente a la revisión del proyecto, porque entendemos que el Gobierno asumió recién hace cinco meses. Nuestra disposición es a colaborar en todo lo que haya que perfeccionar para una obra que es imprescindible para el futuro agroalimentario de nuestra región”, declaró Fernando Rueda, presidente de la organización que reúne a unos cinco mil agricultores, principales beneficiarios de la obra de riego.
Añadió que “del mismo modo, también hemos manifestado con claridad que Chile no se puede dar el lujo de seguir postergando este tipo de obras, porque el riesgo de una crisis alimentaria está a la vuelta de la esquina. No olvidemos, por ejemplo, cómo ha sido la última temporada para nuestros pequeños agricultores, quienes han ido perdiendo terreno producto del cambio climático. También recordar la crisis de los frutales, que por factores externos han sufrido pérdidas enormes”.
En opinión de Rueda, “si no actuamos hoy, después no habrá forma de revertir el destino económico y social de nuestra región. Nuestra mirada sigue siendo de confianza y esperanza en nuestras autoridades”.
Fuente: La Discusión, Lunes 8 de Agosto de 2022