PAULA – Gloria Alvarado es madre de dos hijos y abuela de una nieta. Cuando piensa en el futuro, piensa en ellos, pero también en todos los chilenos. Es licenciada técnica de nivel superior en Administración y gestión de Empresas, con un Diplomado en Dirección y Gestión en Empresas Cooperativas, pero lo suyo es la lucha por el agua. Nació y se crió en la localidad de Pataguas Cerro que se encuentra en la comuna de Pichidegua en la región de O’Higgins, y que hoy- como muchas localidades de la zona central- se encuentran con la gran problemática de escasez de agua.
Desde joven se interesó por este tema y su vocación la ha llevado a velar por el bienestar de las localidades rurales, pues ejerce como presidenta de la Federación Nacional de Agua Potable Rural (FENAPRU), como secretaria de la Asociación Gremial de Servicios de Agua Potable de la región de O’Higgins, y como gerenta de la cooperativa de Agua Potable y Saneamiento rural de su localidad (Pataguacoop LTDA).
¿Qué pasa con el agua en nuestro país?
Varias cosas, por un lado hay 1.944 servicios de agua potable rural adscritos al programa de APR dependiente del MOP, que abastecen a una población estimada de 2.000.000 de personas del mundo rural, con 5.000 trabajadores y 7.000 dirigentes. También hay servicios que entregan agua y que no están bajo el alero del MOP. Sin embargo, existen 400.000 familias que están sin agua, 1 millón y medio de personas que se abastecen con camiones aljibes, donde reciben 50 litros por persona y a veces menos, en circunstancias que, de acuerdo al reglamento de camiones aljibes, a las personas les corresponde 100 litros día, tal como lo señala también la OMS.
¿Cuál es tu diagnóstico de esta situación?
Esta es una crisis hídrica y existen dos razones; una, es el cambio climático y la otra, el sobreuso del agua. El cambio climático es una situación mundial, pero el sobreuso es una situación nacional. Hoy día los derechos de agua están sobre otorgados, los que se sobreexplotan. Antes, cuando había abundancia de agua, se regaba a riego tendido y los excedentes se infiltraban a las napas subterráneas, recargando los acuíferos, pero hoy día que no hay agua, se planta de forma exponencial, sin ningún límite de extensión territorial, sin un ordenamiento o planificación territorial en base a la vocación productiva de las regiones. Ahí donde radica nuestra preocupación, pues quedamos en desventaja frente a otros usos, como la agroindustria, ya que somos el eslabón más pequeño en términos de porcentaje: el consumo humano es de entre un 2 a un 6% .
Gloria asegura que no existe un balance hídrico actualizado. “Ni siquiera hay un estudio acabado de las aguas subterráneas, y hoy cuando las precipitaciones han disminuido, el agua superficial escasea, se le echa mano a las aguas subterráneas y cuando esta acabe ¿qué?”. Para ella, no estamos cuidando el medio ambiente y deberíamos estar reforestando en vez de estar talando la vegetación nativa. “No estamos en contra de la productividad, sabemos que genera empleo y economía al país. Sin embargo consideramos que debe hacerse con respeto a las personas que viven en los territorios y a las pequeñas actividades productivas, agricultura familiar campesina”, dice.
Regular el uso del recurso
La dirigenta afirma que no hay normativas que regulen el consumo humano de agua y que en el Código de Aguas vigente, no hay ninguna priorización al consumo humano, ni siquiera habla del agua potable rural. “La Reforma que se discute hoy en el Congreso para nosotros es importante, pues prioriza el consumo humano, establece reservas para usos de subsistencia, además de otros beneficios”.
¿Cuál es la solución?
Sabemos que se necesitan recursos económicos, pero creemos que es posible hacer un giro al modelo económico, dar una vuelta más larga, transitar hacia una economía circular. Hace años venimos con un sobregiro ecológico, por ello tenemos que ser conscientes de lo que tenemos, de lo poco que va quedando, todos debemos cuidar los recursos naturales que son la base del agua, nuestro principal activo para funcionar.
Con respecto a la pandemia ¿qué ocurre hoy en día con las comunidades que no tienen agua?
Es una situación muy grave porque entre el aislamiento y la crisis sanitaria es poco lo que se puede hacer al día con unos cuantos litros de agua. Dotar de agua potable a todos es una tarea del estado y debería el estado estar atento a que la gente no le falte agua. En este sentido estamos haciendo nuevamente gestiones ante el Ministerio de Obras Públicas para que se entregue de emergencia los 100 litros, que se construyan en el año los proyectos de mejoramiento aprobados y que se diseñen proyectos con standard urbano. Ya conseguimos junto a otros dirigentes, recursos con el MOP y Ministerio del Interior para que las Cooperativas y Comités puedan funcionar en los meses de pandemia, dada la baja recaudación para que de esta forma puedan abastecer a sus comunidades.
Gloria asegura que el ordenamiento territorial es clave. Y lo que ella quisiera es que Chile firme el Acuerdo de Escazú, que contempla tres pilares fundamentales: acceso a la información en la evaluación de proyectos, participación ciudadana y protección a a los defensores ambientales. “Sueño con una constitución ecológica, con especial respeto a la naturaleza dado que a través de ella se obtienen los servicios ecosistémicos que son necesarios para la vida y obviamente para la producción de agua. Sería ideal poder construir una constitución que no mercantilice el agua porque hoy día es considerada un bien económico, mercantil y ha sido el hombre quien le ha puesto ese valor. Es súper importante que se le de otro sentido, como un bien natural, con un valor intrínseco de la naturaleza, un valor que es para la vida, y la viabilidad futura del país”.
Fuente: Paula, Martes 08 de Septiembre de 2020