AMÉRICA RETAIL – El concepto de Industria 4.0 hizo su debut en 2011 en la reconocida Hannover Messe, la feria industrial más grande del mundo. Como lo hicieron en su momento la máquina de vapor, la electricidad y los computadores, esta vez era la digitalización el eje de un ciclo continuo de innovación que transformó tanto al mundo de la producción como al paisaje de las TI.
La noción de un desarrollo de la producción potenciado por las nuevas tecnologías -la Computación en la Nube, el Internet de las Cosas (IoT), el Big Data y la Inteligencia Artificial- apunta a la generación de cadenas de valor totalmente integradas, en las que se optimizan los procesos, el suministro de materiales y la distribución. La idea es que la eficiencia alcanzada haga más rentable la producción y otorgue flexibilidad y competitividad a las empresas.
Un efecto inherente a estas cadenas de valor tecnológicamente integradas es que a cada segundo se genera un enorme volumen de datos que deben ser procesados en tiempo real. En ese paisaje, la calidad de los datos es tan importante como los productos mismos. Lo que implica un desafío histórico para la industria y para las tecnologías de la información. Sin infraestructuras de TI flexibles y escalables, no resulta concebible cumplir los retos de la Industria 4.0.
Para que las nuevas tecnologías puedan cumplir la promesa de transformar a la industria, es necesario contar con una infraestructura de red capaz de soportar su funcionamiento.
Una apuesta clave
Una falla en la red genera molestias al usuario promedio, y puede causar desde la interrupción de una videollamada o la pausa de una película en streaming hasta la derrota en un juego online, pero en un ambiente industrial, una falla en la red puede tener un impacto catastrófico sobre la productividad.
Es por eso que las redes de comunicaciones de fibra óptica están en la posición ideal para ser la columna vertebral de la Industria 4.0, pues son el medio físico que ofrece los mejores beneficios: los datos se mueven mediante pulsos de luz, lo que hace que la red sea mucho más veloz. Así mismo, no generan ruido electromagnético y, aunque se trata de cables muy delgados, flexibles y ligeros, que ocupan mucho menos espacio que los cables de cobre, las redes construidas con fibra son robustas y seguras.
La apuesta por la infraestructura óptica es especialmente visible en las redes Ethernet, donde la tendencia a llevar la fibra no solo hasta los sectores productivos sino también “hasta el escritorio” se ha masificado.
También es lo que ha llevado a los gigantes de la industria a redoblar sus inversiones en fibra. Como ejemplo, meses atrás, KPN, una de las líderes en el mercado europeo, anunció que planea invertir más de 4.000 millones de dólares en su red de fibra óptica en los próximos tres años.
Esta tendencia solo puede aumentar en momentos en que todo el mundo avanza con los despliegues de las redes 5G que causará una explosión del número de dispositivos conectados y, por consiguiente, en el número de antenas necesarias para la red móvil.
La compañía japonesa de equipos eléctricos y electrónicos Furukawa ofrece soluciones de infraestructura de redes especialmente diseñadas para soportar las condiciones críticas de un ambiente industrial.
Los conectores, cajas, adaptadores, patch cords, cordones ópticos y cables preconectorizados (listos para instalar) de la solución Furukawa IoT for Industry System cuentan con el índice de protección de grado IP67 que certifica resistencia a la entrada de polvo, agua e incluso inmersión temporal.
En los últimos años, América Latina ha visto crecer la inversión en fibra en conexiones fijas, en especial en los hogares. La industria tiene mucho que ganar siendo el motor de un crecimiento de infraestructura para banda ancha que, al final, solo puede beneficiarla.
(*) Diego Martín: Gerente Comercial de Furukawa para Cono Sur
Fuente: América Retail, Martes 02 de Febrero de 2021