Jueves, Diciembre 26, 2024

Expertos y concejales critican suspensión de obras en la Ruta 68

EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – Nada de bien cayó en la región la decisión del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de desechar un protocolo de acuerdo firmado por el gobierno anterior y la concesionaria de la Ruta 68, Rutas del Pacífico, que consistía en un plan de US$ 183 millones para la ejecución de doce obras de urgencia en la vía, de las cuales ocho estaban proyectadas en la zona y que, principalmente, apuntaban a un mejoramiento en los accesos a Viña del Mar y Valparaíso.

La decisión, según explicó a este Diario el ministro Juan Andrés Fontaine, se tomó tras concluir que los trabajos iban a significar un aumento en la tarifa de los peajes. Y sin perjuicio de que no descartó que aún se puedan realizar algunas obras de urgencia en el mediano plazo, aseguró que lo mejor es incorporarlas en el proceso de relicitación de la ruta, estimado para junio de 2021.

Una medida que no fue compartida por expertos ligados al sector de infraestructura y transporte, pero que también disgustó en el ambiente local dado los niveles de congestión que suelen registrarse en el enlace Rodelillo -donde se separan los accesos hacia Agua Santa y Las Palmas- y en la conexión con el Troncal Sur.

“Uno puede entender el interés del Estado por no seguir extendiendo una concesión que está pronto a terminar, pero sinceramente no es una buena noticia que se hayan descartado estas obras en la región”, criticó el concejal viñamarino y presidente de la comisión de Obras, Jaime Varas (UDI).

A juicio del edil, las autoridades “han perdido tiempo vital en mejorar los accesos en Viña”, lo que “afecta directamente la calidad de vida de las personas y también la imagen que se llevan los turistas”.

Por lo mismo y dado que tampoco es seguro que las mismas obras que fueron descartas efectivamente sean incluidas en la relicitación de la Ruta 68, Varas propuso que “como autoridades debemos conocer en detalle los proyectos que se tienen contemplados a futuro, porque aquí tiene que haber una compensación para la ciudad”.

“Las ocho obras que estaban pensadas para la región deben ser el piso, y sumar una compensación que tiene nombre y apellido: una mejora de Agua Santa. Esa es la gran obra que debe ser incorporada en la nueva concesión, y el Estado puede perfectamente incorporarlo en la licitación”, sostuvo.

En esa línea, cabe recordar que en noviembre del año pasado el municipio adjudicó por $ 205 millones un estudio de prefactibilidad para el mejoramiento de la variante, que va desde Las Palmas hasta avenida Álvarez, pero que técnicamente no forma parte de la concesión de la Ruta 68. El estudio debe concluir este año.

En tanto, en Valparaíso también provocó molestia la decisión del Gobierno, teniendo en cuenta que una de las mejoras era al enlace Noruega, donde se accede al Hospital Eduardo Pereira. Al respecto, el concejal y presidente de la comisión de Desarrollo Urbano, Claudio Reyes, indicó que “este proyecto iba a descongestionar en forma importante el acceso a la ciudad, sobre todo lo que significa la llegada a la Avenida Argentina”. “Creo que los habitantes necesitan tener una claridad sobre la obra, porque estábamos seguros de que la solución iba a venir pronto, pero lamentablemente se postergó”, cuestionó el edil.

Mientras que la consejera regional por Valparaíso Sur, Nataly Campusano, insistió en que el intendente Jorge Martínez “debe pronunciarse sobre qué va a pasar con la ruta, dado que estas obras están a la espera por bastantes años”, junto con agregar que “es prudente hablar de una relicitación para que así se involucre el mejoramiento de otros sectores, como Placeres”.

Para el exministro y actual secretario ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructuras (CPI), Carlos Cruz, si bien la decisión del MOP “puede tener sentido” considerando el plazo contractual de la concesión, coincidió en que “el costo lo pagarán los usuarios”.

“Lamentablemente, en la discusión desde que la concesionaria hizo su propuesta de ampliación -compartida con el MOP- hasta que se llegó a un acuerdo acerca de las compensaciones, se alargó tanto que dejó de tener sentido. Y creo que no se tomó en debida consideración el crecimiento explosivo del parque automotriz ni el nivel de deterioro de la calidad de servicio que esto podría traer consigo”, comentó el exsecretario de Estado.

Además, Cruz aseguró que en los horarios con mayor nivel de congestión, el nuevo sistema “free flow” sólo es un “paliativo menor”, dado que “la capacidad de la ruta, con su actual diseño, no soporta la cantidad de vehículos que demandan sus servicios”.

Por lo mismo, detalló que la mejor solución para asegurar un tráfico expedito en la Ruta 68 es avanzar en ampliaciones a terceras pistas, nuevas autopistas urbanas en los accesos, reflotar la iniciativa por Olmué a través de La Dormida, además de “desarrollar un ferrocarril de carga de buen nivel que ayude en el abastecimiento de los puertos de la región, y uno de pasajeros con características de tren sub urbano entre Santiago y Valparaíso”.

Por su parte, el director del Centro de Innovación en Transportes y Logística de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales, Franco Basso, comentó que “uno echa de menos un poco que exista una visión más de Estado, sobre todo en Obras Públicas, donde los proyectos son a mayor plazo”.

Además, el académico coincidió en insistir en una vía a través de La Dormida y en el tren rápido, además de “considerar otras opciones, como pistas de trenes dedicadas para camiones, particularmente en el transporte de carga”.

PROPONEN FÓRMULA CON INVERSIÓN ESTATAL
“Lamentamos esta decisión desde el nivel central, que suponemos fue inconsulta a las autoridades regionales, dado que no visualiza las reales necesidades de estas obras urgentes para la zona”, criticó el exseremi de Obras Públicas, Miguel Saavedra. Pero además, la exautoridad llamó a recuperar el proyecto y ejecutar las obras a través de una “fórmula de financiamiento público-privado, sin descartar, por ejemplo, el financiamiento por parte del Estado, donde una vez relicitada la Ruta 68 se pueda recuperar esa inversión pero con las obras ya ejecutadas, sin la necesidad de haber aumentado la tarifa”.

8 obras estaban contempladas para la región, principalmente mejoras en los accesos a Viña y Valparaíso.

2021 es el año en que debería relicitarse la concesión de la Ruta 68, actualmente en manos del Grupo Abertis.

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Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Martes 09 de Abril de 2019

EL MERCURIO DE VALPARAÍSO – Nada de bien cayó en la región la decisión del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de desechar un protocolo de acuerdo firmado por el gobierno anterior y la concesionaria de la Ruta 68, Rutas del Pacífico, que consistía en un plan de US$ 183 millones para la ejecución de doce obras de urgencia en la vía, de las cuales ocho estaban proyectadas en la zona y que, principalmente, apuntaban a un mejoramiento en los accesos a Viña del Mar y Valparaíso.

La decisión, según explicó a este Diario el ministro Juan Andrés Fontaine, se tomó tras concluir que los trabajos iban a significar un aumento en la tarifa de los peajes. Y sin perjuicio de que no descartó que aún se puedan realizar algunas obras de urgencia en el mediano plazo, aseguró que lo mejor es incorporarlas en el proceso de relicitación de la ruta, estimado para junio de 2021.

Una medida que no fue compartida por expertos ligados al sector de infraestructura y transporte, pero que también disgustó en el ambiente local dado los niveles de congestión que suelen registrarse en el enlace Rodelillo -donde se separan los accesos hacia Agua Santa y Las Palmas- y en la conexión con el Troncal Sur.

“Uno puede entender el interés del Estado por no seguir extendiendo una concesión que está pronto a terminar, pero sinceramente no es una buena noticia que se hayan descartado estas obras en la región”, criticó el concejal viñamarino y presidente de la comisión de Obras, Jaime Varas (UDI).

A juicio del edil, las autoridades “han perdido tiempo vital en mejorar los accesos en Viña”, lo que “afecta directamente la calidad de vida de las personas y también la imagen que se llevan los turistas”.

Por lo mismo y dado que tampoco es seguro que las mismas obras que fueron descartas efectivamente sean incluidas en la relicitación de la Ruta 68, Varas propuso que “como autoridades debemos conocer en detalle los proyectos que se tienen contemplados a futuro, porque aquí tiene que haber una compensación para la ciudad”.

“Las ocho obras que estaban pensadas para la región deben ser el piso, y sumar una compensación que tiene nombre y apellido: una mejora de Agua Santa. Esa es la gran obra que debe ser incorporada en la nueva concesión, y el Estado puede perfectamente incorporarlo en la licitación”, sostuvo.

En esa línea, cabe recordar que en noviembre del año pasado el municipio adjudicó por $ 205 millones un estudio de prefactibilidad para el mejoramiento de la variante, que va desde Las Palmas hasta avenida Álvarez, pero que técnicamente no forma parte de la concesión de la Ruta 68. El estudio debe concluir este año.

En tanto, en Valparaíso también provocó molestia la decisión del Gobierno, teniendo en cuenta que una de las mejoras era al enlace Noruega, donde se accede al Hospital Eduardo Pereira. Al respecto, el concejal y presidente de la comisión de Desarrollo Urbano, Claudio Reyes, indicó que “este proyecto iba a descongestionar en forma importante el acceso a la ciudad, sobre todo lo que significa la llegada a la Avenida Argentina”. “Creo que los habitantes necesitan tener una claridad sobre la obra, porque estábamos seguros de que la solución iba a venir pronto, pero lamentablemente se postergó”, cuestionó el edil.

Mientras que la consejera regional por Valparaíso Sur, Nataly Campusano, insistió en que el intendente Jorge Martínez “debe pronunciarse sobre qué va a pasar con la ruta, dado que estas obras están a la espera por bastantes años”, junto con agregar que “es prudente hablar de una relicitación para que así se involucre el mejoramiento de otros sectores, como Placeres”.

Para el exministro y actual secretario ejecutivo del Consejo de Políticas de Infraestructuras (CPI), Carlos Cruz, si bien la decisión del MOP “puede tener sentido” considerando el plazo contractual de la concesión, coincidió en que “el costo lo pagarán los usuarios”.

“Lamentablemente, en la discusión desde que la concesionaria hizo su propuesta de ampliación -compartida con el MOP- hasta que se llegó a un acuerdo acerca de las compensaciones, se alargó tanto que dejó de tener sentido. Y creo que no se tomó en debida consideración el crecimiento explosivo del parque automotriz ni el nivel de deterioro de la calidad de servicio que esto podría traer consigo”, comentó el exsecretario de Estado.

Además, Cruz aseguró que en los horarios con mayor nivel de congestión, el nuevo sistema “free flow” sólo es un “paliativo menor”, dado que “la capacidad de la ruta, con su actual diseño, no soporta la cantidad de vehículos que demandan sus servicios”.

Por lo mismo, detalló que la mejor solución para asegurar un tráfico expedito en la Ruta 68 es avanzar en ampliaciones a terceras pistas, nuevas autopistas urbanas en los accesos, reflotar la iniciativa por Olmué a través de La Dormida, además de “desarrollar un ferrocarril de carga de buen nivel que ayude en el abastecimiento de los puertos de la región, y uno de pasajeros con características de tren sub urbano entre Santiago y Valparaíso”.

Por su parte, el director del Centro de Innovación en Transportes y Logística de la Facultad de Ingeniería y Ciencias de la Universidad Diego Portales, Franco Basso, comentó que “uno echa de menos un poco que exista una visión más de Estado, sobre todo en Obras Públicas, donde los proyectos son a mayor plazo”.

Además, el académico coincidió en insistir en una vía a través de La Dormida y en el tren rápido, además de “considerar otras opciones, como pistas de trenes dedicadas para camiones, particularmente en el transporte de carga”.

PROPONEN FÓRMULA CON INVERSIÓN ESTATAL
“Lamentamos esta decisión desde el nivel central, que suponemos fue inconsulta a las autoridades regionales, dado que no visualiza las reales necesidades de estas obras urgentes para la zona”, criticó el exseremi de Obras Públicas, Miguel Saavedra. Pero además, la exautoridad llamó a recuperar el proyecto y ejecutar las obras a través de una “fórmula de financiamiento público-privado, sin descartar, por ejemplo, el financiamiento por parte del Estado, donde una vez relicitada la Ruta 68 se pueda recuperar esa inversión pero con las obras ya ejecutadas, sin la necesidad de haber aumentado la tarifa”.

8 obras estaban contempladas para la región, principalmente mejoras en los accesos a Viña y Valparaíso.

2021 es el año en que debería relicitarse la concesión de la Ruta 68, actualmente en manos del Grupo Abertis.

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Fuente: El Mercurio de Valparaíso, Martes 09 de Abril de 2019

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