Miércoles, Diciembre 25, 2024

Eve Crowley, representante de la FAO en Chile: “La gestión del agua será crucial para mantener la estabilidad social y económica”

PAÍS CIRCULAR – Anticiparse a escenarios adversos, como resguardar la seguridad hídrica o sostener la actividad productiva en medio de sequías, entre otros impactos provocados por el cambio climático, es a lo que apunta el Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos, cuyo proceso de Consulta Ciudadana finaliza este 6 de septiembre. Eve Crowley, representante en Chile de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), subraya a País Circular la relevancia de promover la participación ciudadana, así como la urgencia de contar con un instrumento que permita asegurar la gestión sostenible de los recursos hídricos.

Tras un periodo de Participación Ciudadana Temprana, el 12 de junio pasado se inició la Consulta Ciudadana asociada al Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos (PACC-RH), que se mantiene activa hasta este viernes, 6 de septiembre, con el fin de recibir observaciones de parte de la comunidad.

Liderado por la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas (MOP), este Anteproyecto cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como agencia implementadora; con el Ministerio de Medio Ambiente (MAA), como contraparte técnica; y con el financiamiento del Fondo Verde del Clima.

La propuesta, como parte de los instrumentos de gestión climática mandatados por la Ley Marco de Cambio Climático, busca promover la resiliencia de los recursos hídricos, así como aumentar la capacidad de respuesta ante los efectos del cambio climático en el sector, a través de 4 líneas estratégicas, 11 medidas y 30 acciones.

“Nuestra expectativa fundamental es que la aprobación de este Plan Sectorial, que se espera que suceda este año, contribuya a avanzar en la seguridad hídrica para Chile a través de la implementación de sus medidas de adaptación en el horizonte de 5 años”, comenta Eve Crowley, representante de la FAO en Chile.

“Creemos que existe un amplio reconocimiento de su necesidad, por lo que el trabajo técnico riguroso, la colaboración de las diversas instituciones públicas en la materia, las mesas de trabajo con actores clave y la contribución de la ciudadanía plasmados en este Anteproyecto, confiamos recibirá el apoyo necesario de las autoridades y la sociedad civil para aprobarse. Esperamos, asimismo, que las medidas propuestas, que contienen acciones concretas, se traduzcan en una disminución de la vulnerabilidad al cambio climático del sector de los recursos hídricos”, añade la Doctora en Antropología.

-A pocos días de finalizar la etapa de Consulta Ciudadana, ¿qué aspectos destaca de este proceso?

La invitación es a seguir participando hasta este 6 de septiembre, ya sea en la página web u oficinas de la Dirección General de Aguas. Hasta la fecha, se han realizado encuentros con las comunidades en distintas zonas del país, incluyendo grupos vulnerables al impacto del cambio climático que, al mismo tiempo, son fundamentales por sus conocimientos y experiencias, como lo son los pueblos indígenas y las mujeres, principalmente aquellas en contexto de ruralidad. También se desarrolló un evento de difusión a escala nacional para dar a conocer el Anteproyecto y promover la participación en la Consulta.

Es importante mencionar que, desde el inicio de la elaboración del Anteproyecto, se realizaron talleres con actores vinculados al agua, logrando alcanzar la contribución de más de 2.500 personas. Ahora, en esta etapa, se busca continuar promoviendo la participación, no solo porque constituye un derecho ciudadano, sino porque además contribuye a avanzar en seguridad hídrica para todos los sectores.

-¿En qué radica el valor de contar con instancias como la Participación Ciudadana Temprana y la Consulta Ciudadana?

Este es un Plan con medidas a escala nacional, aunque se nutre de las necesidades específicas de las diferentes realidades locales del país. De allí que la Consulta Ciudadana esté contemplada en la propia Ley Marco de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, instrumento regulador de los planes sectoriales de adaptación, puesto que la Participación Ciudadana es esencial para garantizar que estos planes sean representativos y legítimos.

En este proceso se pueden incorporar experiencias y conocimientos valiosos de todos los sectores vinculados al agua, tanto del ámbito urbano como rural, que mejoren la pertinencia de las medidas de adaptación a implementar. Comprendemos que, en el marco del Acuerdo de Escazú, suscrito por Chile, la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones contribuye a la transparencia, la confianza y al empoderamiento de las comunidades.

-En el contexto de la crisis hídrica que afecta al país, ¿cuáles son las expectativas puestas en este Anteproyecto?

Este Anteproyecto llega en una situación de urgencia nacional, tal como lo han manifestado las autoridades de Gobierno. Chile es un país extremadamente vulnerable a los efectos del cambio climático. La megasequía extendida por más de 13 años, el cambio en los patrones históricos de precipitaciones, el aumento de temperaturas y, con ello, la reducción de la disponibilidad de agua, no solo afecta el suministro de agua potable para la población, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de los cuerpos de agua, la agricultura y la seguridad alimentaria, la industria y la generación de energía. Todos ellos, sectores altamente dependientes del recurso hídrico.

Este Plan busca desarrollar estrategias para aumentar la resiliencia de los territorios que dependen de los sistemas hídricos, para mejorar el acceso al agua para consumo humano y saneamiento, preservar los ecosistemas hídricos y las actividades productivas. Estas medidas buscan asegurar que el país pueda afrontar los impactos del cambio climático de manera sostenible, protegiendo a las poblaciones más vulnerables.

Río Maule.

-¿Qué aspectos agravan el panorama hídrico en Chile, convirtiendo a este Plan en un instrumento urgente de implementar?

Su implementación es urgente para enfrentar la situación hidroclimática actual y futura, debido a la reducción de precipitaciones, el aumento de temperaturas, con sus consecuencias en la disponibilidad de las aguas, y la ocurrencia de eventos climáticos extremos como sequías, pero también inundaciones y aluviones. Esta situación desestabiliza el acceso en cantidad y calidad de agua, con consecuencias sociales, ambientales y económicas.

En este escenario puede darse, por ejemplo, un agravamiento de los conflictos por el acceso y uso del agua. Esto impacta negativamente, entre otros ámbitos, sobre la seguridad alimentaria de las poblaciones y comunidades más vulnerables, ya que el sector agropecuario está estrechamente ligado con este recurso.

Su urgencia radica en la necesidad de una gestión sostenible de recurso hídrico que, según los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es clave para responder activamente a los efectos adversos que este fenómeno tiene en un recurso tan esencial para la subsistencia.

-¿De qué modo se ve amenazado el desarrollo económico del país?

En Chile existe una alta dependencia de la economía nacional sobre el uso de recursos hídricos. En el caso de la agricultura, que es el sector que consume la mayor parte del agua, representa entre el 73% y el 82% de estas extracciones. Por la escasez hídrica, este sector ha debido, en ocasiones, hacer uso de aguas subterráneas para tratar de mantener su producción agrícola, lo que puede incidir negativamente sobre la sustentabilidad acuífera futura. En otro contexto, otros sectores productivos están optando y explorando nuevas fuentes de agua, como desalinización y reúso de agua, entre otras.

Desde la FAO, creemos que para sostener el desarrollo económico del país es importante seguir apostando por diferentes medidas y acciones sobre el modelo productivo actual, adaptadas a cada sector y realidad hidroclimática, considerando no solo un aumento en la eficiencia hídrica y nuevos enfoques como las Soluciones Basadas en la Naturaleza, sino también pensar en cambios en la matriz productiva de Chile para sostener la viabilidad y la rentabilidad de estas actividades.

-Para cumplir con sus objetivos, ¿cómo se estructura el Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector los Recursos Hídricos?

La propuesta de Anteproyecto define 4 líneas estratégicas desde las que se desprenden 11 medidas y 30 acciones. La primera línea estratégica apunta a la reducción del riesgo sobre los recursos hídricos por el cambio climático, a través de medidas dirigidas a fortalecer los sistemas de abastecimiento urbanos y rurales, preservar y conservar los cuerpos de agua, promover el aprovechamiento sustentable del recurso y reducir el riesgo de desastres. Una segunda línea propone el fortalecimiento legal, institucional y de gobernanza, para promover modificaciones normativas e institucionales para la resiliencia climática en el sector de los recursos hídricos, así como fomentar los espacios de participación, coordinación y colaboración público-privada.

A través de una tercera línea estratégica, se propone el fortalecimiento de capacidades, investigación y transferencia de conocimientos para la adaptación. Mientras que la cuarta y última línea aborda el acceso a financiamiento y desarrollo de mecanismos de implementación y seguimiento climático.

Además, el Plan considera 4 objetivos específicos para abordar la seguridad hídrica en consonancia con la definición de este concepto en la Ley Marco de Cambio Climático. El primero de ellos apunta a incrementar la seguridad hídrica para consumo humano, de subsistencia y saneamiento. El segundo, a fomentar la seguridad hídrica para la conservación y la preservación ecosistémica. El tercero, a propiciar la seguridad hídrica en el desarrollo de actividades productivas. Y el cuarto objetivo promueve la prevención, la preparación, la capacidad de respuesta y la recuperación con resiliencia de los territorios frente a amenazas asociadas al ciclo del agua derivadas del cambio climático, tales como sequías, inundaciones y pérdida de calidad de las aguas.

-¿Qué tan alarmante es el escenario en cuanto a seguridad hídrica de cara a los próximos años?

El escenario para Chile en los próximos años en cuanto a seguridad hídrica es preocupante, debido a los efectos adversos acumulativos del cambio climático y la creciente demanda de agua. Se proyecta una reducción en la disponibilidad de agua, un aumento de la frecuencia e intensidad de sequías, afectando tanto a las comunidades rurales como urbanas. Así también la disminución de caudales en ríos, lagos y la reducción de la capa de nieve.

En la medida que la oferta de agua disminuya y la demanda continúe creciendo, es probable que aumenten los conflictos por el agua; su gestión será crucial para mantener la estabilidad social y económica. Por esto creemos que este primer plan sectorial de recursos hídricos es tan relevante, porque sus medidas y acciones buscan ser una hoja de ruta ante los desafíos en un escenario de cambio climático. Ahora bien, además del Plan, es importante que todos y todas, el sector público, privado y la sociedad civil, tomen conciencia de esta situación hidroclimática y su compromiso con un uso responsable del agua; recuerden: “el agua es vida”.

-Finalmente, como agencia implementadora de este PACC-RH, ¿cómo evalúa su experiencia desde la FAO en colaboración con los demás actores?

Nuestra experiencia en la elaboración de este Anteproyecto ha sido profundamente enriquecedora y ha puesto de relieve la importancia de la colaboración con el Estado para abordar los desafíos del cambio climático, en un tema tan estratégico como el recurso hídrico. Desde FAO, creemos que avanzar en seguridad hídrica permite también contribuir sobre la seguridad alimentaria de Chile, la cual depende en gran medida de nuestra capacidad para gestionar el agua de manera sostenible.

Por ello, creemos firmemente que este primer Plan proporcionará las herramientas necesarias para progresar también en esa línea. Nuestra experiencia como agencia implementadora de este proyecto, financiado por el Fondo Verde del Clima, nos da confianza en que podemos avanzar en resiliencia climática, con el apoyo continuo de todos los actores involucrados.

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Fuente: País Circular, Martes 03 de Septiembre de 2024

PAÍS CIRCULAR – Anticiparse a escenarios adversos, como resguardar la seguridad hídrica o sostener la actividad productiva en medio de sequías, entre otros impactos provocados por el cambio climático, es a lo que apunta el Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos, cuyo proceso de Consulta Ciudadana finaliza este 6 de septiembre. Eve Crowley, representante en Chile de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), subraya a País Circular la relevancia de promover la participación ciudadana, así como la urgencia de contar con un instrumento que permita asegurar la gestión sostenible de los recursos hídricos.

Tras un periodo de Participación Ciudadana Temprana, el 12 de junio pasado se inició la Consulta Ciudadana asociada al Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector de los Recursos Hídricos (PACC-RH), que se mantiene activa hasta este viernes, 6 de septiembre, con el fin de recibir observaciones de parte de la comunidad.

Liderado por la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas (MOP), este Anteproyecto cuenta con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), como agencia implementadora; con el Ministerio de Medio Ambiente (MAA), como contraparte técnica; y con el financiamiento del Fondo Verde del Clima.

La propuesta, como parte de los instrumentos de gestión climática mandatados por la Ley Marco de Cambio Climático, busca promover la resiliencia de los recursos hídricos, así como aumentar la capacidad de respuesta ante los efectos del cambio climático en el sector, a través de 4 líneas estratégicas, 11 medidas y 30 acciones.

“Nuestra expectativa fundamental es que la aprobación de este Plan Sectorial, que se espera que suceda este año, contribuya a avanzar en la seguridad hídrica para Chile a través de la implementación de sus medidas de adaptación en el horizonte de 5 años”, comenta Eve Crowley, representante de la FAO en Chile.

“Creemos que existe un amplio reconocimiento de su necesidad, por lo que el trabajo técnico riguroso, la colaboración de las diversas instituciones públicas en la materia, las mesas de trabajo con actores clave y la contribución de la ciudadanía plasmados en este Anteproyecto, confiamos recibirá el apoyo necesario de las autoridades y la sociedad civil para aprobarse. Esperamos, asimismo, que las medidas propuestas, que contienen acciones concretas, se traduzcan en una disminución de la vulnerabilidad al cambio climático del sector de los recursos hídricos”, añade la Doctora en Antropología.

-A pocos días de finalizar la etapa de Consulta Ciudadana, ¿qué aspectos destaca de este proceso?

La invitación es a seguir participando hasta este 6 de septiembre, ya sea en la página web u oficinas de la Dirección General de Aguas. Hasta la fecha, se han realizado encuentros con las comunidades en distintas zonas del país, incluyendo grupos vulnerables al impacto del cambio climático que, al mismo tiempo, son fundamentales por sus conocimientos y experiencias, como lo son los pueblos indígenas y las mujeres, principalmente aquellas en contexto de ruralidad. También se desarrolló un evento de difusión a escala nacional para dar a conocer el Anteproyecto y promover la participación en la Consulta.

Es importante mencionar que, desde el inicio de la elaboración del Anteproyecto, se realizaron talleres con actores vinculados al agua, logrando alcanzar la contribución de más de 2.500 personas. Ahora, en esta etapa, se busca continuar promoviendo la participación, no solo porque constituye un derecho ciudadano, sino porque además contribuye a avanzar en seguridad hídrica para todos los sectores.

-¿En qué radica el valor de contar con instancias como la Participación Ciudadana Temprana y la Consulta Ciudadana?

Este es un Plan con medidas a escala nacional, aunque se nutre de las necesidades específicas de las diferentes realidades locales del país. De allí que la Consulta Ciudadana esté contemplada en la propia Ley Marco de Cambio Climático del Ministerio del Medio Ambiente, instrumento regulador de los planes sectoriales de adaptación, puesto que la Participación Ciudadana es esencial para garantizar que estos planes sean representativos y legítimos.

En este proceso se pueden incorporar experiencias y conocimientos valiosos de todos los sectores vinculados al agua, tanto del ámbito urbano como rural, que mejoren la pertinencia de las medidas de adaptación a implementar. Comprendemos que, en el marco del Acuerdo de Escazú, suscrito por Chile, la participación de la ciudadanía en la toma de decisiones contribuye a la transparencia, la confianza y al empoderamiento de las comunidades.

-En el contexto de la crisis hídrica que afecta al país, ¿cuáles son las expectativas puestas en este Anteproyecto?

Este Anteproyecto llega en una situación de urgencia nacional, tal como lo han manifestado las autoridades de Gobierno. Chile es un país extremadamente vulnerable a los efectos del cambio climático. La megasequía extendida por más de 13 años, el cambio en los patrones históricos de precipitaciones, el aumento de temperaturas y, con ello, la reducción de la disponibilidad de agua, no solo afecta el suministro de agua potable para la población, sino que también pone en riesgo la sostenibilidad de los cuerpos de agua, la agricultura y la seguridad alimentaria, la industria y la generación de energía. Todos ellos, sectores altamente dependientes del recurso hídrico.

Este Plan busca desarrollar estrategias para aumentar la resiliencia de los territorios que dependen de los sistemas hídricos, para mejorar el acceso al agua para consumo humano y saneamiento, preservar los ecosistemas hídricos y las actividades productivas. Estas medidas buscan asegurar que el país pueda afrontar los impactos del cambio climático de manera sostenible, protegiendo a las poblaciones más vulnerables.

Río Maule.

-¿Qué aspectos agravan el panorama hídrico en Chile, convirtiendo a este Plan en un instrumento urgente de implementar?

Su implementación es urgente para enfrentar la situación hidroclimática actual y futura, debido a la reducción de precipitaciones, el aumento de temperaturas, con sus consecuencias en la disponibilidad de las aguas, y la ocurrencia de eventos climáticos extremos como sequías, pero también inundaciones y aluviones. Esta situación desestabiliza el acceso en cantidad y calidad de agua, con consecuencias sociales, ambientales y económicas.

En este escenario puede darse, por ejemplo, un agravamiento de los conflictos por el acceso y uso del agua. Esto impacta negativamente, entre otros ámbitos, sobre la seguridad alimentaria de las poblaciones y comunidades más vulnerables, ya que el sector agropecuario está estrechamente ligado con este recurso.

Su urgencia radica en la necesidad de una gestión sostenible de recurso hídrico que, según los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es clave para responder activamente a los efectos adversos que este fenómeno tiene en un recurso tan esencial para la subsistencia.

-¿De qué modo se ve amenazado el desarrollo económico del país?

En Chile existe una alta dependencia de la economía nacional sobre el uso de recursos hídricos. En el caso de la agricultura, que es el sector que consume la mayor parte del agua, representa entre el 73% y el 82% de estas extracciones. Por la escasez hídrica, este sector ha debido, en ocasiones, hacer uso de aguas subterráneas para tratar de mantener su producción agrícola, lo que puede incidir negativamente sobre la sustentabilidad acuífera futura. En otro contexto, otros sectores productivos están optando y explorando nuevas fuentes de agua, como desalinización y reúso de agua, entre otras.

Desde la FAO, creemos que para sostener el desarrollo económico del país es importante seguir apostando por diferentes medidas y acciones sobre el modelo productivo actual, adaptadas a cada sector y realidad hidroclimática, considerando no solo un aumento en la eficiencia hídrica y nuevos enfoques como las Soluciones Basadas en la Naturaleza, sino también pensar en cambios en la matriz productiva de Chile para sostener la viabilidad y la rentabilidad de estas actividades.

-Para cumplir con sus objetivos, ¿cómo se estructura el Anteproyecto del Plan de Adaptación al Cambio Climático para el sector los Recursos Hídricos?

La propuesta de Anteproyecto define 4 líneas estratégicas desde las que se desprenden 11 medidas y 30 acciones. La primera línea estratégica apunta a la reducción del riesgo sobre los recursos hídricos por el cambio climático, a través de medidas dirigidas a fortalecer los sistemas de abastecimiento urbanos y rurales, preservar y conservar los cuerpos de agua, promover el aprovechamiento sustentable del recurso y reducir el riesgo de desastres. Una segunda línea propone el fortalecimiento legal, institucional y de gobernanza, para promover modificaciones normativas e institucionales para la resiliencia climática en el sector de los recursos hídricos, así como fomentar los espacios de participación, coordinación y colaboración público-privada.

A través de una tercera línea estratégica, se propone el fortalecimiento de capacidades, investigación y transferencia de conocimientos para la adaptación. Mientras que la cuarta y última línea aborda el acceso a financiamiento y desarrollo de mecanismos de implementación y seguimiento climático.

Además, el Plan considera 4 objetivos específicos para abordar la seguridad hídrica en consonancia con la definición de este concepto en la Ley Marco de Cambio Climático. El primero de ellos apunta a incrementar la seguridad hídrica para consumo humano, de subsistencia y saneamiento. El segundo, a fomentar la seguridad hídrica para la conservación y la preservación ecosistémica. El tercero, a propiciar la seguridad hídrica en el desarrollo de actividades productivas. Y el cuarto objetivo promueve la prevención, la preparación, la capacidad de respuesta y la recuperación con resiliencia de los territorios frente a amenazas asociadas al ciclo del agua derivadas del cambio climático, tales como sequías, inundaciones y pérdida de calidad de las aguas.

-¿Qué tan alarmante es el escenario en cuanto a seguridad hídrica de cara a los próximos años?

El escenario para Chile en los próximos años en cuanto a seguridad hídrica es preocupante, debido a los efectos adversos acumulativos del cambio climático y la creciente demanda de agua. Se proyecta una reducción en la disponibilidad de agua, un aumento de la frecuencia e intensidad de sequías, afectando tanto a las comunidades rurales como urbanas. Así también la disminución de caudales en ríos, lagos y la reducción de la capa de nieve.

En la medida que la oferta de agua disminuya y la demanda continúe creciendo, es probable que aumenten los conflictos por el agua; su gestión será crucial para mantener la estabilidad social y económica. Por esto creemos que este primer plan sectorial de recursos hídricos es tan relevante, porque sus medidas y acciones buscan ser una hoja de ruta ante los desafíos en un escenario de cambio climático. Ahora bien, además del Plan, es importante que todos y todas, el sector público, privado y la sociedad civil, tomen conciencia de esta situación hidroclimática y su compromiso con un uso responsable del agua; recuerden: “el agua es vida”.

-Finalmente, como agencia implementadora de este PACC-RH, ¿cómo evalúa su experiencia desde la FAO en colaboración con los demás actores?

Nuestra experiencia en la elaboración de este Anteproyecto ha sido profundamente enriquecedora y ha puesto de relieve la importancia de la colaboración con el Estado para abordar los desafíos del cambio climático, en un tema tan estratégico como el recurso hídrico. Desde FAO, creemos que avanzar en seguridad hídrica permite también contribuir sobre la seguridad alimentaria de Chile, la cual depende en gran medida de nuestra capacidad para gestionar el agua de manera sostenible.

Por ello, creemos firmemente que este primer Plan proporcionará las herramientas necesarias para progresar también en esa línea. Nuestra experiencia como agencia implementadora de este proyecto, financiado por el Fondo Verde del Clima, nos da confianza en que podemos avanzar en resiliencia climática, con el apoyo continuo de todos los actores involucrados.

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Fuente: País Circular, Martes 03 de Septiembre de 2024

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