Jueves, Diciembre 26, 2024

Eterna regionalización, por Jorge Condeza

BIOBÍO CHILE – La regionalización en Chile sigue en pañales. No solo por los escasos recursos que hoy administran las regiones o por la tutela que ejerce el poder central (principalmente el M. de Hacienda) sino porque existen muy pocas autoridades convencidas de que la regionalización sea el modelo de desarrollo que el país necesita, aunque todos, buscando votos, lo reflotan cada 4 años.

Existen muchos datos que avalan esto. A nivel de ingresos solo el 2,2% del presupuesto de la Nación es administrado por los Gobiernos Regionales, en una caída que comenzó hace 7 años. Y el sistema es tan frágil que por ejemplo el 2020 el ministro de Hacienda retiró miles de millones de las regiones a sola firma y sin derecho a pataleo; o para el año 2023 se proyecta un incremento del 75% del FNDR, pero solo para compensar la baja del FAR (Espejo del Transantiago) ya que la ley que renovaba este fondo no estaba lista al momento de presentar el presupuesto al Parlamento. Un completo desorden, y lo que habrá de FAR el 2023 corresponde a fondos que el nivel central le “escondió” a las regiones por años.

A nivel de gastos, y salvo contadas excepciones, la mayoría destina fondos a inversiones menores sin que los fondos logren un impacto mayor.

Lo preocupante es el nivel de información que el tema de ingresos y gastos tiene a nivel nacional. En una consulta a las 16 regiones se les pidió detallar los fondos recibidos el 2020. La sorpresa fue que el 80% informó no haber recibido nada de fondos de la ley espejo del Transantiago, a pesar de que ese año se repartieron 333 mil millones de pesos y ninguna región quedó fuera.

Otro ejercicio fue preguntar al Ministerio de Hacienda por la ejecución del presupuesto de la nación de los años 2020 y 2021 –ese 97,8% restante que administra el Ejecutivo- y la respuesta fue que no se cuenta con dicho detalle, salvo parcialmente en Educación, Salud, o Vivienda.

Por último, las regiones no cuentan con indicadores serios de gestión y cada cierto tiempo se felicitan por el % de ejecución respecto al presupuesto asignado, lo que solo demuestra la velocidad para hacer cheques antes que el resto.

¿Como avanzamos? Después de tantos años discutiendo de regionalización, sé que la única forma es dotar a las regiones de más recursos, pero de fondos relevantes, que permitan un real desarrollo y que obliguen a las autoridades a pensar bajo el concepto de inversión y no de gasto.

Para ello creo imprescindible: Primero, olvidarse de discutir una ley de rentas regionales debido a que los ingresos están identificados y el polinomio de reparto construido. Solo deben juntarse dichos elementos. Segundo, eliminar una gran cantidad de fondos burocráticos, como el FAR, Convergencia, Transferencias, etc. Tercero, establecer en la ley 19.175 un artículo que indique: el FNDR será el 5% del presupuesto de la nación en 5 años y 10% en 10 años, con lo cual se multiplican por 4 los fondos actuales y se elimina cualquier discusión presupuestaria. Cuarto, crear un conjunto de índices de gestión que midan el impacto de cada inversión las que deben estar alineadas con las respectivas estrategias de desarrollo regional. Y, por último, se modifique el DL 1263 para terminar con la tutela del ministro de Hacienda de los recursos ya asignados a las regiones.

Ver artículo

Fuente: BioBío Chile, Lunes 21 de Noviembre de 2022

BIOBÍO CHILE – La regionalización en Chile sigue en pañales. No solo por los escasos recursos que hoy administran las regiones o por la tutela que ejerce el poder central (principalmente el M. de Hacienda) sino porque existen muy pocas autoridades convencidas de que la regionalización sea el modelo de desarrollo que el país necesita, aunque todos, buscando votos, lo reflotan cada 4 años.

Existen muchos datos que avalan esto. A nivel de ingresos solo el 2,2% del presupuesto de la Nación es administrado por los Gobiernos Regionales, en una caída que comenzó hace 7 años. Y el sistema es tan frágil que por ejemplo el 2020 el ministro de Hacienda retiró miles de millones de las regiones a sola firma y sin derecho a pataleo; o para el año 2023 se proyecta un incremento del 75% del FNDR, pero solo para compensar la baja del FAR (Espejo del Transantiago) ya que la ley que renovaba este fondo no estaba lista al momento de presentar el presupuesto al Parlamento. Un completo desorden, y lo que habrá de FAR el 2023 corresponde a fondos que el nivel central le “escondió” a las regiones por años.

A nivel de gastos, y salvo contadas excepciones, la mayoría destina fondos a inversiones menores sin que los fondos logren un impacto mayor.

Lo preocupante es el nivel de información que el tema de ingresos y gastos tiene a nivel nacional. En una consulta a las 16 regiones se les pidió detallar los fondos recibidos el 2020. La sorpresa fue que el 80% informó no haber recibido nada de fondos de la ley espejo del Transantiago, a pesar de que ese año se repartieron 333 mil millones de pesos y ninguna región quedó fuera.

Otro ejercicio fue preguntar al Ministerio de Hacienda por la ejecución del presupuesto de la nación de los años 2020 y 2021 –ese 97,8% restante que administra el Ejecutivo- y la respuesta fue que no se cuenta con dicho detalle, salvo parcialmente en Educación, Salud, o Vivienda.

Por último, las regiones no cuentan con indicadores serios de gestión y cada cierto tiempo se felicitan por el % de ejecución respecto al presupuesto asignado, lo que solo demuestra la velocidad para hacer cheques antes que el resto.

¿Como avanzamos? Después de tantos años discutiendo de regionalización, sé que la única forma es dotar a las regiones de más recursos, pero de fondos relevantes, que permitan un real desarrollo y que obliguen a las autoridades a pensar bajo el concepto de inversión y no de gasto.

Para ello creo imprescindible: Primero, olvidarse de discutir una ley de rentas regionales debido a que los ingresos están identificados y el polinomio de reparto construido. Solo deben juntarse dichos elementos. Segundo, eliminar una gran cantidad de fondos burocráticos, como el FAR, Convergencia, Transferencias, etc. Tercero, establecer en la ley 19.175 un artículo que indique: el FNDR será el 5% del presupuesto de la nación en 5 años y 10% en 10 años, con lo cual se multiplican por 4 los fondos actuales y se elimina cualquier discusión presupuestaria. Cuarto, crear un conjunto de índices de gestión que midan el impacto de cada inversión las que deben estar alineadas con las respectivas estrategias de desarrollo regional. Y, por último, se modifique el DL 1263 para terminar con la tutela del ministro de Hacienda de los recursos ya asignados a las regiones.

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Fuente: BioBío Chile, Lunes 21 de Noviembre de 2022

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