A N Á L I S I S C R Í T I C O D E
L O S P L A N E S D E
I N F R A E S T R U C T U R A E N C H I L E
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menor abastecimiento. Es interesante destacar que el viejo proyecto, de
la década de 1960, de trasladar agua dulce desde el sur del país hacia la
zona centro sigue en carpeta.
Curiosamente, estos proyectos no se estructuran en torno a un objetivo
estratégico, sino más bien como una respuesta al exceso de demanda
histórico de la zona central, en relación con la disponibilidad de agua.
En este sentido, el gobierno está trabajando con el Banco Mundial en el
estudio de los recursos hídricos de la zona de La Ligua y Petorca, comunas
de la Quinta Región que enfrentan un grave déficit de agua para regadío
desde hace varios años.
Comentario aparte merece el caso del embalse Convento Viejo. Este se
construyó como parte de un programa de inversiones que contemplaba
embalsar 20 millones de metros cúbicos para regadío y la construcción
de los canales de distribución. El embalse fue licitado por concesión y la
construcción de los canales le correspondía al MOP. Pero por motivos que
no corresponde analizar aquí, los canales no se han construido. El resultado
es que el embalse fue completado hace cinco años y tiene el agua, pero
no hay como distribuirla a los agricultores. Desde luego, durante este
período se le ha pagado a la concesionaria por el agua almacenada, según
el contrato.
Durante el gobierno anterior el MOP logró avanzar en la solución del
problema por la vía de ampliar el contrato de la concesionaria, de tal
forma que ésta construya buena parte de los canales de regadío. Se estima
que la construcción de los canales tomará unos 24 meses. En resumen, el
embalse estaría sin cumplir sus funciones, a pesar de estar construido y
disponer de agua, por un período de siete años.
Esta es una “falla de Estado”, según la clasifican los economistas, que el país
no se puede permitir y que ha tenido un doble efecto adverso. En primer
lugar, no se ha podido regar una extensa área agrícola, lo que fomentaría
el crecimiento de dicha región y de las exportaciones. En segundo lugar,
el Estado le ha tenido que pagar al concesionario por la disponibilidad
de agua en el embalse Convento Viejo, sin ningún beneficio para los
potenciales usuarios. El Estado no asumió el costo de la construcción de
los canales, con la esperanza de lograr que lo pagaran los agricultores.
El resultado es que no hay canales y no se riega. Esta es otra muestra de
la falta de continuidad de las políticas, impidiendo que los compromisos
de inversión sigan adelante y se puedan obtener beneficios de las obras
construidas.