Table of Contents Table of Contents
Previous Page  20 / 122 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 20 / 122 Next Page
Page Background

20

C O N S E J O D E

P O L Í T I C A S D E

I N F R A E S T R U C T U R A

Parte del problema, sin duda, proviene del hecho de que

el país no

dispone de una institucionalidad apropiada para desarrollar programas

de largo plazo de manera coordinada.

En el lenguaje de la OCDE, no

disponemos de mecanismos institucionales dentro del aparato del

Estado que nos permitan llevar adelante programas y proyectos usando

un

“whole of government approach”

(enfoque de todo el gobierno), que

permita y obligue a los actores institucionales a colaborar para alcanzar

un fin determinado.

En ausencia de alguna instancia de ese tipo, como fueron Mideplan en el

gobierno militar y antes Odeplan y la Corfo, los actores institucionales no

necesariamente convergen en objetivos comunes. Mucho menos lo harán

en un sistema altamente presidencialista, que dura sólo cuatro años,

donde uno de los objetivos más arraigados es la proyección de la coalición

política que se encuentra en el poder.

Para lograr el propósito político de la continuidad, los gobiernos estiman

necesario producir el máximo de resultados visibles en el poco tiempo

disponible. Estos incentivospolíticos conducena ladispersiónde iniciativas,

ya que cada institución hará lo que resulte más notorio en el acotado

plazo del que dispone. Sin embargo, la inmediatez no es precisamente

uno de los atributos de las grandes intervenciones en infraestructura.

Por último, las nuevas autoridades incentivan cambios de orientación en

políticas públicas, como consecuencia de la poca profundidad y arraigo

de las mismas, al punto que lo que se consideró crucial en un gobierno

pasa a ser prescindible en el próximo, o paradójicamente resulta ser

bueno para el siguiente. Es lo que ha ocurrido con algunos de los grandes

proyectos destinados a articular e integrar el territorio nacional con obras

que favorecen la conectividad.

Algo de esto puede estar manifestándose en el actual gobierno. Las

instituciones han hecho un denodado esfuerzo por presentar al país

(cabe destacar que en tiempo récord) una serie de planes de inversión

que apuntan a mejorar las condiciones en que se brindan los servicios

públicos, especialmente a los grupos de ingresos medios y bajos.

Sin duda, ese es un esfuerzo loable e importante en sí mismo. Nadie

cuestiona la necesidad, la urgencia incluso, de construir 20 hospitales en

los próximos cuatro años; de construir una tercera pista en las carreteras

más congestionadas; o de aumentar las líneas del Metro en Santiago y

mejorar el transporte público en las principales ciudades del país. Sin

embargo, con una mirada de largo plazo, es legítimo preguntarse si esa